EL LLAMAMIENTO DE ISAÍAS
Isa 6:1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
Isa 6:2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
Isa 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos;(B) toda la tierra está llena de su gloria.
Isa 6:4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.(C)
Isa 6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Isa 6:6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;
Isa 6:7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
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El asesinato de un presidente trae conmoción nacional, así ocurrió hace poco con la muerte de Jovenel Moïse, presidente de Haití, el miércoles 7 de julio de 2021.
Son más de 12 presidentes que han sido asesinados en América en el último siglo, entre ellos Abraham Lincoln, John FitzGerald Kennedy, y los presidentes Anastasio Somoza de Nicaragua y Trujillo de República Dominicana.
De manera que ese año en el que muere el Rey Usías, es el escenario donde surge el llamamiento del profeta Isaías, y es muy solemne, en este llamamiento, la mención del Altar del Holocausto, enfrente del Templo, de modo que es fácil inferir las puertas abiertas y el velo que separa el Lugar Santo, del Lugar Santísimo, corrido a un lado, para que los ojos de Isaías puedan contemplar a Jesús, como el Rey oriental, asistido por Serafines como sus ministros de Estado; y revestido de un manto flotante con cola (símbolo de dignidad en el Oriente) que llena el templo.
Este mismo profeta, es el que anunció sobre el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, en el vientre de una virgen de Israel (Is.7:14), y mostró los títulos de este niño, que en su debido contexto, nos indicaría el genuino significado del Hijo como igual a Dios (Jn.10:30). Leemos:
Isaías 9 [RVR60]:
6 - Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7 - Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Estaba escrito, que como Príncipe de paz, su muerte transformaría el Trono de la ira de Dios, en un Trono de Gracia para, exclusivamente, sus redimidos.
Pero su Paz, no es como la del mundo, una paz falsa, el da una paz genuina, en el creyente que sabe que sus pecados han sido perdonados en el Altar de la Cruz, donde el fuego de la ira de Dios, cayó sobre el inocente Cordero, reduciendo todos nuestros pecados a cenizas. Leemos:
Salmos 88 [RVR60]:
7 - Sobre mí reposa tu ira,
Y me has afligido con todas tus ondas. Selah
El fuego del Altar está asociado al Juicio de Dios sobre el inocente Cordero.
Y la sangre preciosa derramada allí, está asociada a la purificación de nuestros pecados, leemos:
1 Juan 1 [RVR60]:
7 - pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
Notamos cuando leemos el versículo 9:
Isa 6:8 Después oí la voz del Señor (H136), que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.