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Hans Küng
"Solo me cabe esperar que en el éxito y en el fracaso me pueda
siempre mantener una cosa:
esa absoluta confianza en Dios que precisamente supone la fe
cristiana." Hans Küng
Hans Küng nació el 19 de marzo de 1928 en Sursee (Cantón Lucerna,
Suiza). En 1951 se licencia en filosofía por la Universidad
Pontificia Gregoriana de Roma con un trabajo sobre el humanismo ateo
de Jean Paul Sartre, y en 1955 se licencia en teología por la misma
universidad con un trabajo de licenciatura sobre la doctrina de la
justificación del teólogo evangélico Karl Barth. En 1957 consigue su
doctorado en teología por la Universidad Sorbona de París con la
tesis Justificación. La doctrina de Karl Barth y una reflexión
católica, que aparecen simultáneamente tanto en francés como en
alemán. Sin embargo, el departamento del Indice del Santo Oficio del
Vaticano incluye el "Dosier Küng" (nº de protocolo 399/57/i) con la
intención de censurar su libro sobre la "justificación", pero ésta
finalmente no se produce.
En 1959, participa en la conferencia "Ecclesia semper reformada" en
la Universidad de Basilea y a propuesta de Karl Barth. Escribe y
publica Concilio y unión de los cristianos con grandes reparos del
profesor Volk y del cardenal Döpfner. Entre 1960 y 1962, participa en
numerosas conferencias preparatorias del Concilio Vaticano II, en
Alemania, Austria, Suiza, Holanda e Inglaterra sobre los temas:
¿Llega el concilio demasiado pronto?, ¿Qué esperan los cristianos del
concilio?
En 1962 es nombrado oficialmente por el papa Juan XXIII consultor
(perito) teológico del Concilio Vaticano II, realizando numerosas
conferencias a grupos de obispos de distintos continentes y a
miembros de la prensa internacional sobre programa, realidad y
esencia del Concilio. Un año después inicia una gira como
conferenciante por los Estados Unidos e Inglaterra. Sin embargo, la
Catholic University of America de Washington le prohibe que imparta
clases allí. A finales del año 1963, tiene lugar el proceso del Santo
Oficio contra su libro Estructuras de la Iglesia. Se le interroga en
Roma bajo la presidencia del cardenal Bea y en la presencia de los
obispos de Basilea y Rotemburgo. Sigue publicando nuevas obras, entre
ellas La Iglesia e Iglesia en Libertad.
En 1965 recibe la amonestación del Santo Oficio a través del cardenal
Ottaviani a causa de un informe negativo sobre el Concilio y de la
conferencia sobre el mismo con el título Veracidad de la Iglesia.
Pero en 1967, por decreto del Santo Oficio, cambiado ya su nombre por
el de Congregación para la Doctrina de la Fe, queda prohibido
difundir y traducir el libro La Iglesia mientras no tenga lugar un
coloquio en Roma.
En mayo de 1970, como resultado del artículo Aufruf zur Selbsthilfe
sobre el tema de los matrimonios mixtos, provoca la primera censura
pública de la Conferencia Episcopal Alemana. En el mes de julio, la
publicación del libro ¿Infalible? Un Interrogante desencadena un
debate a escala mundial.
En 1971, en Stuttgart, tiene lugar un interrogatorio por parte de los
obispos H. Volk (Maguncia) y F. Wetter (Spira) y los profesores J.
Ratzinger y H. Schlier de la comisión para la Fe de la Conferencia
Alemana en relación a su libro ¿Infalible? La Conferencia Episcopal
Alemana se declara contra el libro, así como la Comisión de la Fe de
la Conferencia Italiana y distintos teólogos. Sin embargo, en agosto
de ese mismo año, 300 teólogos católicos y protestantes de lengua
alemana e inglesa escriben una Declaración de solidaridad con Hans
Küng. En 1974 publica el libro Ser Cristiano y se recogen en Suiza
20.000 firmas contra el proceso por los libros La Iglesia e
¿Infalible? Finalmente en 1975 se anula el juicio.
Entre los años 1975 y 1977 se producen tres declaraciones de la
Conferencia Episcopal Alemana en contra de Ser Cristiano. Finalmente,
en 1979, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe del
Vaticano le revocó su facultad para la enseñanza como católico. La
polémica fue menor debido a que se llegó a un acuerdo para que
pudiera seguir enseñando desde una posición secular. Es el mismo año
en que se publica su interesante libro ¿Existe Dios?
Algo de su pensamiento
"La norma suprema de mi comportamiento y actuación no puede ser una
autoridad o disciplina terrena, mundana o eclesiástica del tipo que
sea, sino solamente la voluntad de Dios. Después, el cristocentrismo,
es decir, el ir centrándome progresivamente en la persona de
Jesucristo, en la que yo descubro en concreto la voluntad de Dios;
esta orientación que se ha visto reforzada por la teología de Barth y
el contínuo estudio del Nuevo Testamento. Finalmente, lo que
concierne a la vida en el mundo y la sociedad actual:
la "indiferencia activa" en todas las cosas humanas, que son
importantes, pero no decisivas...indiferencia...frente a todas las
cosas del mundo, frente a todo aquello que no es Dios. Así, pues,
desde el dinero, los bienes y el prestigio hasta las relaciones
humanas.
"Esto es lo que de contínuo me ha movido... no el afán de sobresalir
y el engreimiento... He criticado a la Iglesia no por haberme
distanciado de ella, sino por haberme compromentido con ella. La
iglesia ha sido y sigue siendo importante para mí, pero nunca ha sido
la instancia suprema, ni lo será en el futuro. La Iglesia solo tiene
sentido en el servicio al hombre y, en definitiva, al mismo Dios. Y
la iglesia cristiana solo tiene sentido cuando no se ordena según
leyes y dogmas autofabricados, sino según la norma del evangelio de
Cristo Jesús.
"Karl Barth me ha dado acceso a la teología evangélica. Y por encima
de todo, ha desatado mi entusiamo por la teología en general... Desde
mi primera visita pude entenderme con él mucho mejor que con casi
todos los demás con quienes me he encontrado en mi vida. Le he
considerado siempre como un amigo paternal... Barth me dijo repetidas
veces: '¡Cuánto me gustaría ahora volver a ser tan joven como usted;
otra vez volvería a saltar a las barricadas!'. Y no lo dudo: si Barth
volviera ahora, con mi edad, a saltar a las barricadas, lo haría otra
vez de forma muy distinta - bajo la censura de sus maestros y colegas
mayores-, como de forma muy distinta lo hizo también en 1919 con su
Carta a los Romanos.
"Ahora, como siempre, estoy en contra de una interpretación
subjetivista de la Escritura y nunca dejo de tomar postura contra tal
peligro de la exégesis y sistemática protestantes... De la Escritura
no trato de ofrecer una opinión personal, sino de poner de relieve el
consenso de los estudiosos... No se puede suponer como cosa obvia que
todo concilio está de antemano de acuerdo con el testimonio
cristiano, más en concreto con el mismo Cristo Jesús. Y él es para mí
la norma irrevocable. Cristo Jesús, tal como está atestiguado en los
documentos originales del Nuevo Testamento, es la "norma normans", la
norma normativa, que no solo vale para el teólogo particular sino
también para toda la comunidad eclesial y sus representantes y
concilios... En suma, Cristo Jesús es la norma primaria; la iglesia,
sus autoridades y documentos son solo norma secundaria.
"Es posible que no agrade a los actuales jerarcas y teólogos oír que
Jesús no estuvo al lado de la jerarquía, sino que fue liquidado por
ella en colaboración con los poderes políticos. Sin embargo, tal
aserto representa una verdad histórica que nadie niega hoy y de la
que podrían sacarse consecuencias prácticas. Que uno tenga a Jesús de
su lado en determinados casos no es razón de disculpa, sino más bien
de compromiso... el Jesús de la historia presentado en Ser Cristiano
tiene tras de sí, en sus rasgos principales, el consenso de los
exejetas neotestamentarios.
"La Iglesia necesita un criterio para saber lo que en la iglesia
cristiana debe ser verdadero: el mensaje cristiano como consta en el
Nuevo Testamento; en último término, Jesucristo mismo."
Hans Hüng, Itinerario y Obra. Ediciones Cristiandad.
Reflexión
José Gómez Caffarena, profesor de metafísica en la Universidad
Comillas de Madrid, escribió:
"La teología de Hans Küng da sin duda prevalencia a los orígenes
cristianos. En segundo lugar, a la actualidad que vive el creyente de
hoy; solo en tercer lugar a la tradición doctrinal."
Quizá esa sea la verdadera causa de la oposición por parte de la
jerarquía católica romana. El libro Crisis de Conciencia, de Raymond
Franz, cuando habla de Hans Küng dice:
"Después de diez años de declarar abiertamente su crítica, que
incluyó el rechazo de la doctrina de la infabilidad del Papa y los
obispos, el asunto fue finalmente considerado por el Vaticano mismo.
A partir de 1980, el Sr. Küng fue cesado de su posición oficial como
teólogo católico. Sin embargo, sigue aún como sacerdote y como figura
prominente en el Instituto de Investigación Ecuménica de la
universidad. Más aún, los estudiantes de sacerdocio que asisten a sus
conferencias no son sometidos a disciplina eclesiástica. Simplememte
no reciben crédito académico por asistir."
Hans Küng
"Solo me cabe esperar que en el éxito y en el fracaso me pueda
siempre mantener una cosa:
esa absoluta confianza en Dios que precisamente supone la fe
cristiana." Hans Küng
Hans Küng nació el 19 de marzo de 1928 en Sursee (Cantón Lucerna,
Suiza). En 1951 se licencia en filosofía por la Universidad
Pontificia Gregoriana de Roma con un trabajo sobre el humanismo ateo
de Jean Paul Sartre, y en 1955 se licencia en teología por la misma
universidad con un trabajo de licenciatura sobre la doctrina de la
justificación del teólogo evangélico Karl Barth. En 1957 consigue su
doctorado en teología por la Universidad Sorbona de París con la
tesis Justificación. La doctrina de Karl Barth y una reflexión
católica, que aparecen simultáneamente tanto en francés como en
alemán. Sin embargo, el departamento del Indice del Santo Oficio del
Vaticano incluye el "Dosier Küng" (nº de protocolo 399/57/i) con la
intención de censurar su libro sobre la "justificación", pero ésta
finalmente no se produce.
En 1959, participa en la conferencia "Ecclesia semper reformada" en
la Universidad de Basilea y a propuesta de Karl Barth. Escribe y
publica Concilio y unión de los cristianos con grandes reparos del
profesor Volk y del cardenal Döpfner. Entre 1960 y 1962, participa en
numerosas conferencias preparatorias del Concilio Vaticano II, en
Alemania, Austria, Suiza, Holanda e Inglaterra sobre los temas:
¿Llega el concilio demasiado pronto?, ¿Qué esperan los cristianos del
concilio?
En 1962 es nombrado oficialmente por el papa Juan XXIII consultor
(perito) teológico del Concilio Vaticano II, realizando numerosas
conferencias a grupos de obispos de distintos continentes y a
miembros de la prensa internacional sobre programa, realidad y
esencia del Concilio. Un año después inicia una gira como
conferenciante por los Estados Unidos e Inglaterra. Sin embargo, la
Catholic University of America de Washington le prohibe que imparta
clases allí. A finales del año 1963, tiene lugar el proceso del Santo
Oficio contra su libro Estructuras de la Iglesia. Se le interroga en
Roma bajo la presidencia del cardenal Bea y en la presencia de los
obispos de Basilea y Rotemburgo. Sigue publicando nuevas obras, entre
ellas La Iglesia e Iglesia en Libertad.
En 1965 recibe la amonestación del Santo Oficio a través del cardenal
Ottaviani a causa de un informe negativo sobre el Concilio y de la
conferencia sobre el mismo con el título Veracidad de la Iglesia.
Pero en 1967, por decreto del Santo Oficio, cambiado ya su nombre por
el de Congregación para la Doctrina de la Fe, queda prohibido
difundir y traducir el libro La Iglesia mientras no tenga lugar un
coloquio en Roma.
En mayo de 1970, como resultado del artículo Aufruf zur Selbsthilfe
sobre el tema de los matrimonios mixtos, provoca la primera censura
pública de la Conferencia Episcopal Alemana. En el mes de julio, la
publicación del libro ¿Infalible? Un Interrogante desencadena un
debate a escala mundial.
En 1971, en Stuttgart, tiene lugar un interrogatorio por parte de los
obispos H. Volk (Maguncia) y F. Wetter (Spira) y los profesores J.
Ratzinger y H. Schlier de la comisión para la Fe de la Conferencia
Alemana en relación a su libro ¿Infalible? La Conferencia Episcopal
Alemana se declara contra el libro, así como la Comisión de la Fe de
la Conferencia Italiana y distintos teólogos. Sin embargo, en agosto
de ese mismo año, 300 teólogos católicos y protestantes de lengua
alemana e inglesa escriben una Declaración de solidaridad con Hans
Küng. En 1974 publica el libro Ser Cristiano y se recogen en Suiza
20.000 firmas contra el proceso por los libros La Iglesia e
¿Infalible? Finalmente en 1975 se anula el juicio.
Entre los años 1975 y 1977 se producen tres declaraciones de la
Conferencia Episcopal Alemana en contra de Ser Cristiano. Finalmente,
en 1979, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe del
Vaticano le revocó su facultad para la enseñanza como católico. La
polémica fue menor debido a que se llegó a un acuerdo para que
pudiera seguir enseñando desde una posición secular. Es el mismo año
en que se publica su interesante libro ¿Existe Dios?
Algo de su pensamiento
"La norma suprema de mi comportamiento y actuación no puede ser una
autoridad o disciplina terrena, mundana o eclesiástica del tipo que
sea, sino solamente la voluntad de Dios. Después, el cristocentrismo,
es decir, el ir centrándome progresivamente en la persona de
Jesucristo, en la que yo descubro en concreto la voluntad de Dios;
esta orientación que se ha visto reforzada por la teología de Barth y
el contínuo estudio del Nuevo Testamento. Finalmente, lo que
concierne a la vida en el mundo y la sociedad actual:
la "indiferencia activa" en todas las cosas humanas, que son
importantes, pero no decisivas...indiferencia...frente a todas las
cosas del mundo, frente a todo aquello que no es Dios. Así, pues,
desde el dinero, los bienes y el prestigio hasta las relaciones
humanas.
"Esto es lo que de contínuo me ha movido... no el afán de sobresalir
y el engreimiento... He criticado a la Iglesia no por haberme
distanciado de ella, sino por haberme compromentido con ella. La
iglesia ha sido y sigue siendo importante para mí, pero nunca ha sido
la instancia suprema, ni lo será en el futuro. La Iglesia solo tiene
sentido en el servicio al hombre y, en definitiva, al mismo Dios. Y
la iglesia cristiana solo tiene sentido cuando no se ordena según
leyes y dogmas autofabricados, sino según la norma del evangelio de
Cristo Jesús.
"Karl Barth me ha dado acceso a la teología evangélica. Y por encima
de todo, ha desatado mi entusiamo por la teología en general... Desde
mi primera visita pude entenderme con él mucho mejor que con casi
todos los demás con quienes me he encontrado en mi vida. Le he
considerado siempre como un amigo paternal... Barth me dijo repetidas
veces: '¡Cuánto me gustaría ahora volver a ser tan joven como usted;
otra vez volvería a saltar a las barricadas!'. Y no lo dudo: si Barth
volviera ahora, con mi edad, a saltar a las barricadas, lo haría otra
vez de forma muy distinta - bajo la censura de sus maestros y colegas
mayores-, como de forma muy distinta lo hizo también en 1919 con su
Carta a los Romanos.
"Ahora, como siempre, estoy en contra de una interpretación
subjetivista de la Escritura y nunca dejo de tomar postura contra tal
peligro de la exégesis y sistemática protestantes... De la Escritura
no trato de ofrecer una opinión personal, sino de poner de relieve el
consenso de los estudiosos... No se puede suponer como cosa obvia que
todo concilio está de antemano de acuerdo con el testimonio
cristiano, más en concreto con el mismo Cristo Jesús. Y él es para mí
la norma irrevocable. Cristo Jesús, tal como está atestiguado en los
documentos originales del Nuevo Testamento, es la "norma normans", la
norma normativa, que no solo vale para el teólogo particular sino
también para toda la comunidad eclesial y sus representantes y
concilios... En suma, Cristo Jesús es la norma primaria; la iglesia,
sus autoridades y documentos son solo norma secundaria.
"Es posible que no agrade a los actuales jerarcas y teólogos oír que
Jesús no estuvo al lado de la jerarquía, sino que fue liquidado por
ella en colaboración con los poderes políticos. Sin embargo, tal
aserto representa una verdad histórica que nadie niega hoy y de la
que podrían sacarse consecuencias prácticas. Que uno tenga a Jesús de
su lado en determinados casos no es razón de disculpa, sino más bien
de compromiso... el Jesús de la historia presentado en Ser Cristiano
tiene tras de sí, en sus rasgos principales, el consenso de los
exejetas neotestamentarios.
"La Iglesia necesita un criterio para saber lo que en la iglesia
cristiana debe ser verdadero: el mensaje cristiano como consta en el
Nuevo Testamento; en último término, Jesucristo mismo."
Hans Hüng, Itinerario y Obra. Ediciones Cristiandad.
Reflexión
José Gómez Caffarena, profesor de metafísica en la Universidad
Comillas de Madrid, escribió:
"La teología de Hans Küng da sin duda prevalencia a los orígenes
cristianos. En segundo lugar, a la actualidad que vive el creyente de
hoy; solo en tercer lugar a la tradición doctrinal."
Quizá esa sea la verdadera causa de la oposición por parte de la
jerarquía católica romana. El libro Crisis de Conciencia, de Raymond
Franz, cuando habla de Hans Küng dice:
"Después de diez años de declarar abiertamente su crítica, que
incluyó el rechazo de la doctrina de la infabilidad del Papa y los
obispos, el asunto fue finalmente considerado por el Vaticano mismo.
A partir de 1980, el Sr. Küng fue cesado de su posición oficial como
teólogo católico. Sin embargo, sigue aún como sacerdote y como figura
prominente en el Instituto de Investigación Ecuménica de la
universidad. Más aún, los estudiantes de sacerdocio que asisten a sus
conferencias no son sometidos a disciplina eclesiástica. Simplememte
no reciben crédito académico por asistir."