¿Vas a decir de una buena vez dónde está escrito que eres salvo?
Veamos varios versículos:
Jua 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
Jua 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Jua 10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Rom 8:38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
Rom 8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Salmo 27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
2Ts 3:3 Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.
1Jn 2:19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.
FORISTA ARMANDO HOYOS:
Este último texto nos habla claramente que el que es de Cristo, permanece, y si alguno afirma que no es salvo, sencillamente ha vuelto atrás en su fe, por qué este retroceso?
Porque nunca ha sido salvo, jamás le creyó a Jesús cuando dijo:
Jua 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Este pecado de no creerle a Jesús es un pecado imperdonable.
Usted, está muy equivocado con nosotros, sus redimidos.
No somos de aquellos foristas que se acercan a la Palabra de Dios, con el propósito perverso de criticarla, considerándose así mismos, mas sabios que la Biblia y por consiguiente, sobrados, capacitados para juzgar la Palabra de Dios.
Creemos que el Espíritu Santo es superior al espíritu suyo.
Y que Jesús, nuestro Señor, Redentor, y Maestro, juzgaba mucho mejor lo que hay dentro de nosotros en nuestra relación personal con él.
El sabe muy bien, lo que hay en usted, y lo que hay en sus redimidos.
Nuestro lugar, está a los pies de Cristo.
El lugar suyo, en su finca, con sus perros, y sus revistas del chavo del ocho.
No criticamos la salvación dada por el Señor a sus ovejas, sino que oímos su voz y lo seguimos.
Consideramos con la más profunda reverencia todo lo que Jesús haga y diga y nuestro supremo deseo es aprender cada día más de él.
Cuando Jesús habla o actúa, somos como Moisés delante de la zarza, tenemos que quitarnos el calzado, porque estamos en terreno santo.
Considera las enseñanzas de Jesús, no las critiques, no las pongas en duda, y busca la salvación de tu alma, porque sencillamente, no la tienes todavía.