Re: UN DIOS EN TRES PERSONAS DISTINTAS : FRAUDE CATÓLICO ROMANO
Que tal Espasmo, un saludo.
La palabra ángel no se refiere necesariamente a un ser espiritual como los descritos en Hebreos 1:14, sino que también significa enviado. En este sentido y según Su función dentro de la economía Divina, Jesucristo es el Enviado de Dios Padre. Esto no implíca que Jesucristo no sea Dios en esencia, así como el que yo envíe, por ejemplo, a un amigo o hijo a cumplir cierta misión no implíca que ese amigo o hijo no sea humano como yo lo soy.
Cierto, es enviado, y la comparación es buena con el paralelo que haces con el humano.
Lo mismo es con el todos los seres Angelicales que son enviado o mensajeros, son espíritus.
Claro solo el Padre y Dios, no lo es, pues ni es un Ángel, o a alguien que lo mande.
De echo no hay prueba alguna que alguien le diga haz eso o aquello, por lo tanto Jehová es un ser diferente a todos los Ángeles.
No veo en qué sentido ni qué relevancia tiene tu respuesta, ni de qué forma refuta mi argumento. Como bien puntualiza mi comparación, el que el Hijo de Dios sea enviado (que no necesariamente implica que sea uno de aquellos seres espirituales que llamamos ángeles,
Hebreos 1:5-14) de ninguna manera implica que sea de una esencia distinta de la del Padre, es decir, que sea Dios igual que el Padre.
Por otra parte, si bien el Hijo de Dios en cuanto a Su humanidad obedece a Dios Padre (
Hebreos 10:5-7), esto no implica que la misma relación ocurra en cuanto a Su Deidad. El Hijo de Dios, en este sentido, está cumpliendo la función que voluntariamente (no preceptivamente) quiso cumplir en el plan de salvación, función que de ninguna manera estaba obligado a cumplir, ni siquiera por Dios Padre.
Lo anterior está claramente implícito en las siguientes palabras de Pablo, las cuales escribió justo despues de describir cómo era en su vida pasada:
"Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna." 1 Timoteo 1:14-16
En primer lugar, debemos notar de inmediato que el sujeto central de todo este párrafo es el Señor Jesucristo. Aquél que "
vino al mundo para salvar a los pecadores" es el Señor Jesús, y con respecto a ésta proposición central Pablo nos dice que "
la gracia de nuestro Señor fue más abundante" (entendiendo aquí que el "
Señor" es Él), y que él fue salvo "
para que Jesucristo mostrase en (Pablo)...toda su clemencia", al salvarle y hacerle Apóstol a pesar de su oscuro pasado. Entonces, aquí se nos dice que
el Señor Jesucristo salvó a Pablo por Gracia y tuvo de él clemencia.
En segundo lugar, con relación a lo dicho anteriormente, podemos deducir sin problema alguno que "
Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores"
por Su Gracia voluntaria hacia nosotros y no por mandamiento obligatorio de Dios Padre. No habia condición alguna que obligara al Señor Jesucristo a venir a salvarnos ni tampoco habia mandamiento alguno de parte del Padre que obligara a Su Hijo a venir a salvar a los hombres pecadores. Todo forma parte de un plan común entre las Personas de la Trinidad donde cada una de ellas cumple Su función de manera voluntaria, y donde cada una de ellas tiene Su lugar, sin que ésto afecte de manera alguna aquello que tienen en igualdad, es decir, la Deidad. Esto también es claro y evidente en el conocido saludo Paulino, donde nos dice: "
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo", de lo cual se deduce claramente que la "
Gracia" y la "
Paz" proceden en igualdad "
de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo".
Entonces, de lo anterior podemos decir sin temor alguno que cuando la Escritura nos dicen que el Padre envió a Su Hijo no se refiere a mandamiento obligatorio alguno de parte del Padre para con el Hijo,
sino que se refiere a la encarnación, por medio de la cual el Hijo de Dios tomaría nuestra naturaleza a fin de cumplir Su parte en el plan de salvación (
Lucas 1:30-31;
Gálatas 4:4-5;
Hebreos 10:5). Se nos dice que el Hijo vino al mundo por el hecho de haber tomado nuestra naturaleza humana (
Juan 1:9-14). El Hijo no se engendró a Sí mismo, sino que el Padre lo engendró en María por medio del Espíritu Santo. Así es, entonces, cómo el Padre envió al Hijo al mundo.
En resumen: Que el Hijo de Dios haya venido al mundo no se debe a que fue enviado por el Padre por medio de mandamiento obligatorio, pues Su venida fue una obra de Su propia Gracia, y si fue una obra de Su propia Gracia, entonces por necesidad es voluntaria y libre de cualquier obligación. Entonces, en este sentido,
no hay fundamento alguno para deducir que el Hijo no es Dios por el hecho de haber sido enviado por el Padre.
De la misma forma, que el Señor Jesucristo llame a la Primera Persona de la Trinidad Su Padre no significa que el Hijo no sea Dios, de la misma manera en que un hijo mío no deja de ser humano por llamarme a mí por el nombre padre. Al contrario, esa confesión implíca cierta relación esencial, pues al igual que yo, mi hijo es un ser humano (ver Juan 5:18).
También es cierto, pero hay una cosa claro, hay una diferencia entre Dios y su creación y es evidente que no es igual.
Ahora bien, entre humanos es aceptable lo que mencionas que tanto el padre como el hijo son iguales en naturaleza humana, pero la diferencia que hay es que a pesar de ser humanos la experiencia, los años y sobre todo el respeto hacia un padre no se puede igualar.
Esto no es lo mismo en el cielo, pues Jehová para nada se le puede igualar con su creación.
Voy a asumir que cuando mencionas la palabra '
creación' estás hablando implicitamente del Señor Jesucristo, pues es de Él que estamos tratando.
Para no extenderme más de lo que acostumbro (lo siento, no soy un hombre de pocas palabras), voy a dejarte pasar por ahora el heecho de que clasifícas a Jesucristo bajo el término '
creación' sin dar evidencia de ello. Voy a tratar solamente con la comparación que haces en el párrafo central.
Si bien es lícito hacer comparaciones o analogías entre Dios y el hombre, hay que tener claro que Dios no es hombre y el hombre no es Dios. En este sentido, no toda comparación será correcta, por ejemplo, aquella que haces aquí.
Dios, en cuanto a Su esencia,
no cumple años porque es Eterno, es decir, no tiene un antes y un despues. La eternidad es el atributo de la Deidad que nos enseña que Dios vive en un eterno presente, sin sucesión de momentos. En este sentido, comparar al hombre con Dios no es correcto ni lícito, pues no hay punto de comparación a menos que se quiera hacer un contraste. En este sentido, es logicamente imposible hablar del Padre teniendo más años y experiencia que el Hijo, pues al compartir Ambos la misma esencia, la Deidad,
entonces Ambos son Eternos en igualdad. En cuanto al asunto del tiempo y la eternidad, si deseas podemos tratarlo, pero no quiero extenderme en este momento.
Por lo dicho anteriormente, aquella comparación que haces solo es posible entre humanos, los cuales somos temporales y cumplimos años. En este sentido, un humano puede tener más años y más experiencia que otro, pero éstas categorias son inaplicables a la Deidad.
En cuanto al asunto del '
respecto hacia un padre', en la Deidad no ocurre lo mismo. En el siguiente
vs. se nos hace explícito que tanto el Padre como el Hijo merecen la misma honra:
"...para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió." Juan 5:23
Entonces aquello que puede ser aplicable a las relaciones entre humanos es inaplicable a las Personas de la Deidad. La honra debida al Hijo refleja la honra dada al Padre a tal nivel que el no honrar al Hijo significa no honrar al Padre, por más devoción que se le demuestre.
Esto solo es posible si a ambos se les da la misma honra, en total igualdad. Entre humanos puede ser posible deshonrar al hijo y honrar al padre, teniendo cada cual su propia honra, pero esto no es posible con respecto a las Personas de la Deidad.
Y en cuanto a llamarle Su Dios, es obvio por el hecho de que la Segunda Persona de la Trinidad también es el Hijo del Hombre, es decir, tomó nuestra esencia humana para poder cumplir Su función como nuestro Redentor Sustituto interviniendo muerte, algo imposible según Su Deidad. Y por el hecho de ser hombre, entonces Jesucristo necesariamente tiene un Dios. Por eso llama a Su Padre Dios.
Bueno no tomo lo mandaron y tu por conocimiento lo sabes bien.
Y sí claro Jesús llamo Dios y Padre cuando estuvo en la tierra como lo sigue diciendo en el cielo.
En cuanto a tu primera afirmación, ya he dado respuesta más arriba.
En cuanto a lo segundo, obviamente el Señor Jesucristo va a seguir llamando Dios a Su Padre en el cielo
porque el Señor sigue siendo (y lo será por siempre) un ser humano en virtud de Su encarnación, y como tal sigue teniendo un Dios sobre Él.
De manera que no se de que forma esta respuesta tuya ayuda a tu posición o refuta la mía.
Por supuesto, más esto no implica que el Hijo no sea Dios en esencia.
Fijate que algo que he visto, es que Jesús es la imagen de Dios, pero claro no es Él Dios en si, sino su reflejo y lo mismo se dice de sus discípulos que serán de la misma imagen o semejanza a Jesús, pero lógico nunca serán igual a Jesús a pesar que se les de la misma aplicación de los cualidades o privilegios que se le dan a Jesús.
En Jesucristo podemos ver a Dios no solo en cuanto a Sus atributos comunicables,
sino en cuanto a Su esencia real y propia, lo cual solo es posible si el Señor Jesucristo es de la misma esencia que Dios Padre. Esto nos lo confirma
Hebreos 1:3, donde se nos dice que el Hijo es "
la imagen misma de (la) sustancia (de Dios)" ("
...la representación exacta de Su mismo Ser...",
TNM), entendiendo claramente por la palabra "
sustancia" la esencia de Dios, es decir, la Deidad. En este sentido, solo Jesucristo es y puede ser "
la imagen del Dios invisible" (
Colosenses 1:15), pues Él es Dios, en igualdad con el Padre (
Juan 5:18).
En cuanto a nosotros llevando o reflejando la imagen de Jesucristo,
esto se refiere claramente a nuestra transformación gradual a la imagen humana perfecta de nuestro Señor, la cual a Su vez refleja de modo prefecto los atributos comunicables de Dios. Con la expresión
imagen humana no me refiero meramente al cuerpo humano material del Señor, si bien aún nuestro cuerpo humano material sufrirá transformación adquiriendo la misma perfección del cuerpo humano material del Señor Jesucristo, sino específicamente al intelecto o mente del creyente (
Romanos 12:2;
2 Corintios 4:16;
Efesios 4:23), el cual se van renovando gradualmente tanto en el conocimiento y entendimiento como en lo moral, renovación cuyos efectos se perciben a traves de lo que hacemos en el cuerpo, es decir, nuestras obras.
Enonces,
cuando la Escritura habla del Hijo siendo la imagen de Dios no quiere decir lo mismo que cuando nos habla de nosotros siendo la imagen de Cristo o de Dios mismo. En este sentido, no es posible hacer comparaciones igualitarias.
Lo mismo también es imposible que Jesús sea igual al Padre, puesto de Dios depende su hijo.
En cuanto a hombre, estoy de acuerdo contigo en que el Hijo del Hombre depende del Padre. En cuanto a Dios, el Hijo y el Padre comparten la misma autosuficiencia natural de la Deidad.
Dios te guarde...