Tres preguntas sobre la guerra contra Iraq

http://www.elmundo.es/elmundo/2003/10/24/internacional/1066973201.html

Viernes, 24 de Octubre de 2003

CONFERENCIA DE DONANTES DE MADRID
'Los iraquíes no se olvidarán fácilmente de que Francia y Alemania dejan de lado' a su país

BEGOÑA P. RAMIREZ/AGENCIAS

MADRID.- "Los países que ayuden a Irak ahora recibirán un trato distinto de los que vengan más adelante". Así lo han advertido los representantes del Consejo de Gobierno iraquí en la Conferencia de Donantes de Madrid, donde también se han escuchado amenazas veladas para aquellas naciones que se resisten a ayudar económicamente a Bagdad. "Los iraquíes no olvidarán fácilmente que, en el momento de la necesidad, Francia y Alemania quisieron dejar a un lado a Irak", dijo Ayad Allawi, líder del Gobierno.

Tanto París como Berlín han dejado claro que sus donaciones económicas a Irak van a limitarse a las acordadas por la Unión Europea. Ante esta postura, Allawi sostuvo que espera que Francia y Alemania reconsideren esta decisión, "lamentable" según el político iraquí.

Sin embargo, todo han sido buenas palabras para los países que sí se han estirado el bolsillo: "Los países que ayuden a Irak ahora recibirán un trato distinto de los que vengan más adelante", han afirmado represententes iraquíes, y han destacado que "España ya ha hecho mucho por Irak". "Necesitamos dinero inmediatamente", han recalcado, "porque no es que tengamos que empezar de cero, sino muy por debajo de cero".

El portavoz del Consejo iraquí, Mowaffak Al Rubaie, y el ministro de desplazados y emigración, Mohamed Jassim Yudayir Al Otib, detallaron las razones por las que han "heredado un país completamente arruinado y en un "estado deplorable", por culpa del "antiguo régimen", en alusión al encabezado por Sadam Husein.

Así, más del 60% de la población vive de programas de racionamiento desde hace 10 años, la mitad de los iraquíes no tiene agua potable, el 10% no cuenta con acceso a servicios básicos de saneamiento. Y están resurgiendo enfermedades que estaban erradicadas, como la malaria, relató Al Rubaie.

Además, sólo en Bagdad, 50.000 personas 'ocupan' edificios de la antigua Administración iraquí a falta de mejor techo, porque hacen falta 1,5 millones de viviendas.

Al Rubaie hizo un llamamiento a los profesionales iraquíes que emigraron para que vuelvan del extranjero y les ofreció un incentivo: "Hay una ley que va a permitir la doble nacionalidad y todo aquel que tenga la de otro país podrá recuperar la iraquí y volver".

El 'Japón' de Oriente Próximo

"Necesitamos dinero, un impulso inicial", pidió Al Rubaie, quien precisó que será el Consejo de Gobierno iraquí el que "establecerá las prioridades en la distribución de los fondos" para la reconstrucción, junto a la Autoridad Provisional estadounidense.

En otra rueda de prensa posterior, Adnan Pachachi, también miembro del Consejo Iraquí, aseguró que el Gobierno provisional se encargará de que "el dinero de las ayudas sea gestionado por los iraquíes y entregado a los iraquíes. No toleraremos ninguna interferencia extranjera injustificada. Somos los custodios de la independencia y la libertad de Irak, y no las vamos a poner en peligro de ninguna manera".

Con ese "impulso inicial" que esperan recibir de los donantes y el esfuerzo de los iraquíes, el Consejo de Gobierno interino de Irak confía "en llegar a ser el Japón de Oriente Próximo" y "una democracia modélica que sea el orgullo de los árabes y musulmanes".

 
http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276205049.html

La ONU cometió graves errores de seguridad en sus oficinas de Bagdad

Un informe independiente que analiza el atentado sufrido el pasado 19 de agosto por la ONU en Bagdad, en el que murieron 22 personas y otras 150 resultaron heridas, revela que los servicios de seguridad de la ONU "fallaron" a la hora de garantizar la seguridad del personal de Naciones Unidas. El documento es demoledor y deja al descubierto la desidia de los funcionarios de la ONU.

L D (EFE) La ONU es totalmente "vulnerable" a un ataque terrorista. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado un grupo de expertos que tenían el encargo del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para analizar la seguridad del personal de Naciones Unidas.

Este grupo de expertos, encabezado por el ex presidente de Finlandia Martti Ahtisaari, ha estudiado en el último mes las circunstancias que rodearon el atentado del pasado 19 de agosto al Hotel Canal, en el que murieron 22 funcionarios y resultaron heridas otras 150 personas. El informe revela que los sistemas de seguridad "fallaron en su misión de suministrar la seguridad adecuada al personal de la ONU en Bagdad" , lo que dejó a esta organización "abierta" y "vulnerable" a este tipo de ataques.

En concreto, los expertos dicen que no se siguieron los protocolos básicos de seguridad, y tampoco se supo procesar la información que estaba llegando a la organización sobre las amenazas contra su personal. "Puede ser que unas medidas adecuadas de seguridad no hubieran sido capaces de prevenir el ataque contra el perímetro del Hotel Canal, pero ciertamente habrían minimizado la vulnerabilidad del personal, así como el número de bajas", dice el informe en una de sus afirmaciones más duras.

Contrataron a ex espías de Sadam

Otras de las grandes deficiencias que ha detectado el panel de expertos es "la falta de responsabilidad" en las decisiones que se tomaron desde el punto de vista de la seguridad. En este sentido, conviene recordar que, poco después del atentado del 19 de agosto, se confirmó que los responsables de la seguridad de la ONU en Bagdad eran miembros del servicio secreto del depuesto régimen de Sadam Husein, algunos de cuyos miembros están precisamente implicados en los atentados terroristas que vienen cometiéndose en Irak desde la desaparición del régimen anterior.

El atentado, de hecho, se produjo cuando explotó un vehículo estacionado en el aparcamiento del personal de la ONU, justo bajo la ventana del enviado especial de Kofi Annan para Irak, el diplomático brasileño Sergio Vieira de Mello, que falleció en el atentado, en el que también murió el militar español Manuel Martín-Oar. Como publicó Libertad Digital el pasado 23 de agosto, el vehículo-bomba estaba cargado con explosivos procedentes del arsenal del Ejército iraquí y los autores del atentado no sólo consiguieron introducirlo en el edificio sin problemas, sino que también sabían dónde tenían que aparcarlo exactamente y que Vieira de Mello estaba en el Hotel Canal en ese momento.

Kofi Annan atacó a los estadounidenses

Por ello, la "principal" conclusión de los expertos es el "mal funcionamiento" de los dispositivos de seguridad en Irak y en "cualquier entorno de alto riesgo", por lo que, según dice, dicho sistema "necesita ser reformado", aplicando "el más alto nivel de profesionalidad y de experiencia". Como primera medida, el documento dice que la ONU tiene que hacer una "auditoría" de las reglas y procedimientos de seguridad, tanto en las sedes centrales como en las misiones sobre el terreno.

Tras el atentado, también se supo que Estados Unidos había alertado a la ONU de la posibilidad de que fuera un objetivo terrorista, pero sus responsables rechazaron la protección que les ofrecía la Coalición aliada en Bagdad. Cuando se publicó esta noticia, Kofi Annan dijo que, de ser cierta, la ONU tendría que asumir sus responsabilidades, pero también culpo al Ejército estadounidense por no proteger a los miembros de Naciones Unidas en Bagdad, aunque hubiera sido contra su voluntad.
 
Casa Blanca se distanció de los dichos de William Boykin respecto a que los musulmanes adoran a un ídolo y no a un "Dios real"

General encargado de captura de Bin Laden complica a Bush
Alusiones religiosas respecto a la guerra contra el terrorismo pusieron en el centro de la polémica al general Boykin, quien ha participado en operaciones militares de EE.UU. en Irán, Granada y Somalia y lideró el equipo de la Fuerza Delta enviado a Colombia para la captura de Pablo Escobar.

Fecha edición: 25-10-2003





El militar a cargo de los operativos de captura contra terroristas como Osama bin Laden, aseguró que los extremistas islámicos odiaban a Estados Unidos por ser "una nación cristiana".







"¿Es este el enemigo?", preguntó William "Jerry" Boykin mostrando una imagen de Osama bin Laden. "¿O es éste?" acotó ante un rostro de Saddam Hussein: "No es ninguno de ellos. El enemigo es espiritual y le dicen príncipe de las tinieblas. Es un tipo llamado Satanás". Aunque el comentario fue pronunciado durante una charla a un grupo de iglesia, no salió de boca de un clérigo, sino de un encumbrado general norteamericano que ha cargado de tintes religiosos la lucha contra el terrorismo y, de paso, ha puesto en una complicada situación al gobierno del republicano George W. Bush.

Los comentarios de Boykin -cristiano evangélico- en sus habituales reuniones con fieles quedaron en evidencia hace unos días tras la difusión de videos donde el militar dice que los extremistas islámicos odian a EE.UU. por ser "una nación cristiana", que los musulmanes adoran a un "ídolo" y no a "un Dios real" y que Bush no debía su elección a los votantes, ya que fue "nombrado por Dios".

La Casa Blanca se vio obligada a tomar distancia de las declaraciones del condecorado general, designado en junio como subsecretario adjunto del Pentágono y encargado de la captura de altos dirigentes terroristas, entre ellos el líder de Al Qaeda y el ex Presidente iraquí.

"Simplemente no reflejan lo que piensa el gobierno", declaró Bush -también un hombre muy religioso-, destacando que él cree que el Islam es una religión pacífica.

Las declaraciones del mandatario tuvieron lugar tras una ola de críticas de líderes demócratas que pidieron sanciones en contra de Boykin y de organizaciones islámicas que exigieron su destitución señalando que tener a un hombre "de ideas tan extremistas en un puesto tan crucial" no era una buena señal al mundo musulmán.

Funcionarios del Pentágono afirmaron que Boykin no violó ninguna regla y que no será alejado de su puesto. En todo caso, se inició una investigación de sus dichos a petición del propio general.

Amplia trayectoria

En una de sus charlas en diversas iglesias de su país, Boykin recordó que un guerrero musulmán en Somalia se jactó por TV de que las fuerzas de EE.UU. no lo atraparían porque Alá iba a protegerlo. "Yo sabía que mi Dios era más grande que él, que mi Dios era real y que el de él era un ídolo", comentó el general, quien estuvo en la campaña estadounidense en este país africano y en muchas más.

"Lideró o ha participado en casi todas las operaciones militares recientes desde el fracasado intento de rescatar a los rehenes de la embajada de EE.UU. en Irán (en 1980)", precisó la revista Newsweek. Como miembro de la Fuerza Delta, también actuó en Granada en 1983 y al asumir el liderazgo de esta unidad militar de elite, en 1992, comandó a los efectivos enviados a Colombia para la captura del jefe narco Pablo Escobar. Un año después estuvo en Mogadiscio, Somalia, acción norteamericana retratada en la película La Caída del Halcón Negro.

Complicado por la polémica, el veterano militar de tres estrellas negó que tenga nada contra el Islam y ofreció disculpas. "No soy un celador ni un extremista, sólo un soldado dotado de una fe inquebrantable", aseguró Boykin, agregando que restringirá sus discursos en el futuro para no ser "malinterpretado".

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:bicho: sin comentarios.....
 
http://elmundosalud.elmundo.es/elmundosalud/2003/10/27/medicina/1067243784.html

LA TRAGEDIA DE TENER SIDA EN IRAK
El régimen de Sadam encerraba a los enfermos de sida

ELMUNDOSALUD.COM

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Reclusos condenados a muerte en Bagdad en 2002 (Jerome Delay, AP) </CENTER>

Ahora que tras la caída del régimen de Sadam puede saber lo que ocurre fuera de sus fronteras, Muhanid Hassan no puede creer lo que oye en televisión. “¿Que a los enfermos de sida no les separan de los demás? ¿No están en la cárcel? ¿En serio son completamente libres?”. No sale de su asombro. Y es que Hassan lleva 18 años viviendo con el estigma que supone ser enfermo de sida en Irak.

Las hemerotecas cuentan que fue una partida de sangre infectada la que originó la propagación del VIH por el país en la década de los 80. En total 244 personas resultaron infectadas; la mayoría hemofílicas o enfermas de otras patologías sanguíneas. Los que sobrevivieron han padecido desde entonces la ira de la dictadura de Sadam Hussein. La ira de sus conciudadanos contra lo desconocido.

Se sospecha que fue Francia el país que exportó a Irak viales para el tratamiento de trastornos de coagulación infectados con VIH. Y pese a que algún funcionario iraquí ha reconocido que se tenía conocimiento de la enfermedad desde 1980, las autoridades tardaron varios años en reconocer ante Naciones Unidas la existencia de casos de sida en el país. Se tenía la idea de que el problema sólo podía afectar a países occidentales, donde eran frecuentes los abusos de drogas y las relaciones sexuales 'descontroladas'.

El director del Centro iraquí de Investigación del Sida, el doctor Wadah Hamed, explica que cuando se conoció la infección que contenían esos lotes de sangre, los viales fueron destruidos. Demasiado tarde, la enfermedad ya había comenzado a propagarse y la policía se dedicó entonces a localizar a los pacientes transfundidos.

Los esbirros del dictador trataron de atraer a alguno de ellos prometiéndoles una cura infalible contra el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida, pero pronto se corrió la voz de que tal panacea no existía. Se trataba de una artimaña para encerrarles en un hospital al sur de Bagdag, Ibn Zuher. Diez pacientes por habitación vigilados por un policía armado, según alguno de los ingresados ha relatado recientemente. Suciedad, falta de cuidados, mala alimentación... “Ni un perro merecía estar en aquel hospital”, denunciaba recientemente la madre de un enfermo.

Los afectados y sus parientes fueron acorralados por el régimen, como parias. Las familias eran tomadas como rehenes para evitar la huida de los infectados y, con ello, la propagación de un virus que resultaba completamente desconocido para las autoridades. El diario New York Times relataba esta semana la epopeya de un hombre que cambió de domicilio infinidad de veces para esconder a sus hijos enfermos del control policial. Cinco de los chicos murieron a consecuencia la enfermedad. ”Nos decían que teníamos sida, pero nosotros no sabíamos qué era eso”, se lamenta Farid Khalis, 29 años.

La máxima autoridad iraquí en esta patología, el doctor Hamed, justificaba la actuación de regimen en declaraciones al diario norteamericano: “No sabíamos a qué nos enfrentábamos, el VIH acababa de descubrirse en el mundo y mantener la cuarentena era muy importante”, señala. Los pacientes ven las cosas de una forma un poco distinta: “Nos trataban como a criminales”.

La situación no afectaba sólo al sida, también otras enfermedades eran ignoradas oficialmente. “Ocurrió lo mismo con el cólera. Cualquier cosa que afectase a la imagen del país debía ocultarse, todo debía ser perfecto”, señala el doctor Naria al-Awgati, miembro del Minsiterio de Sanidad.

En 1988 el mismísimo Hussein recibió en audiencia a la madre de un paciente, Muhanid Hassan. La mujer quería rogarle al dictador que abandonase la severidad oficial con que se trataba a los enfermos de sida. “Es como si te intoxicases en un restaurante por comer algo en mal estado y en lugar de arrestar al propietario metiesen en la cárcel al cliente”, argumentaba la mujer. “No hay nada que yo pueda hacer por usted, estoy demasiado ocupado” fue toda la respuesta que obtuvo.

Efectivamente corría el año 1988 y el país se encontraba en el ocaso de la guerra que venía disputando desde hacía 8 años con su vecino Irán. No fue hasta 1991 cuando Sadam proclamó una amnistía para los seropositivos. Una amnistía con 'peros': aún no podían contraer matrimonio ni tener un empleo legal.

Ahora, en el final de otra guerra, los temores indican que el virus podría volver a propagarse sin control debido a la falta de información de los iraquíes al respecto. A pesar de las esperanzas, todo indica que la batalla contra la ignorancia aún no está ganada: “Aún no puedo decirle a nadie que tengo el VIH”, asegura un paciente. “La sociedad iraquí no está lo suficientemente educada, aún no nos tolera. La mayoría de la gente sigue considerando que los afectados somos verdaderos delincuentes sexuales”, añade con desesperanza.

“Durante 16 años mi propia familia y mis vecinos nos abandonaron a mi y a mis hijos”, se queja Jabbar. Por eso ha decidido que quiere comenzar una nueva vida, lejos de Irak, con su esposa y los dos hijos que aún le quedan con vida.

Según IRIN, la red de información de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA), la situación es incluso peor después de la guerra. Muchos enfermos han dejado de acudir a los hospitales, y el control de la enfermedad se ha vuelto extremadamente difícil. Hasta el punto de que la OMS y el Centro de Investigación sobre el Sida se están planteando pagar una pequeña cantidad mensual (20 euros) a los pacientes que acudan a sus revisiones periódicas. Confían en el boca a boca para que todos vayan conociendo esta remuneración y vuelvan a ponerse en contacto con el centro.

La carencia no es sólo de pacientes, los medios materiales también brillan por su ausencia. Los hospitales aún padecen las consecuencias de los saqueos que sufrieron al finalizar los bombardeos aliados sobre la capital, Bagdag. A pesar de los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud, que les ha proporcionado kits de diagnóstico, aún carecen de antirretrovirales, fármacos fundamentales para el tratamiento (con un precio cercano a los 300 euros anuales).

 
http://iblnews.com/noticias/10/90545.html

Cruz Roja, consternada por el atentado ante su sede en Irak

El presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Juan Manuel Suárez del Toro, ha mostrado su "profunda consternación por un hecho sin precedentes", en alusión a la explosión que ha tenido lugar ante las puertas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).[/B]

Lunes, 27 octubre 2003
IBLNEWS, AGENCIAS

Según fuentes del CICR en Bagdad, al menos una decena de personas han muerto y otras quince han resultado heridas en un atentado perpetrado con un coche bomba contra su sede, según informó EFE.

La organización en Madrid iha informado por su parte que la explosión ha tenido lugar en un punto donde acuden multitud de ciudadanos iraquíes interesados en saber el paradero de sus familiares dentro y fuera de Irak.

Esta fuente ha dicho que la misma delegada española de Cruz Roja en Irak se "encuentra bien pero muy afectada" por estos hechos.

La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja Iraquí (MLRI) descartan paralizar sus actividades humanitarias en el país, si bien estas acciones, afirman, han supuesto "un duro golpe para la familia de la Cruz Roja y Media Luna Roja".

Los 6.000 voluntarios que actúan en todo el país seguirán desarrollando sus labores de atención humanitaria a la población vulnerable del país.

Desde el inicio de la guerra en Irak han fallecido cuatro miembros de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

 
http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_15860.html

Terrorismo en Bagdad

GEES

La principal arma para derrotar al terrorismo es la convicción moral. Esa es una lección que los españoles hemos aprendido bien tras cuarenta años de lucha contra ETA. Mientras ETA era vista en Europa primero como un movimiento de luchadores contra la dictadura franquista y después como un movimiento de liberación nacional, o cuando los terroristas eran considerados por los medios de comunicación de Estados Unidos como un grupo de románticos independentistas, era difícil, por no decir imposible, que la joven democracia española pudiera tener la capacidad de derrotar al terror.

Por eso llama la atención que precisamente en España se empleen términos como “movimiento de resistencia” para describir a grupos terroristas que están matando indiscriminadamente victimas inocentes en las calles de Bagdad. Esta catalogación resulta, más allá de una notable confusión mental, un atentado contra la dignidad de conciudadanos españoles que han sido victimas de un coche bomba o de un tiro en la nuca por el único delito de haber ido a Irak a defender la libertad de los iraquíes.

Es más, resulta repugnante que algunos se muestren aparentemente satisfechos por estos atentados en la medida en que justifican con ellos su previa oposición a la guerra o supuestamente debilitan a los Estados Unidos, a los que consideran la peor amenaza a la paz internacional y origen de todos los males del mundo.

Sin embargo, Irak tiene hoy, a pesar de los atentados, oportunidades de lograr una libertad, una prosperidad y un bienestar que jamás podría haber soñado bajo el régimen totalitario de Sadam. Oriente Medio y el mundo son lugares mejores y más seguros sin un dictador como Sadam Hussein, que había alcanzado cotas de crueldad y de paranoia equiparables a lo que supuso Hitler en la Alemania nazi. Y la Tierra resulta un planeta más habitable y seguro con unos Estados Unidos fuertemente comprometidos con la causa de la libertad que con unos Estados Unidos autistas.

Por eso es esencial en estos momentos tener la convicción moral necesaria para definir como terroristas a los que cometen actos terroristas y para comprometernos aún en mayor medida en la defensa de la dignidad, la libertad y la seguridad de los iraquíes, que es tanto como defender nuestra propia libertad y nuestra propia dignidad. Nada alimenta más a los terroristas en Irak que la repugnante comprensión de algunos europeos con su causa o las tribulaciones electoralistas que se viven en determinados despachos de Washington.

GEES: Grupo de Estudios Estratégicos
 
El envite de la guerra

La guerra empezó el 11 de septiembre de 2001. Como empezó la anterior guerra mundial, la llamada Guerra Fría, hacia 1948. La fría duró cuarenta años. La guerra de religión que se inició con el ataque masivo contra Nueva York puede ser más larga. Porque, al lado de las dimensiones y grado de barbarie del Islam en ofensiva santa, fascismo y stalinismo son apenas anécdotas efímeras.

La primera batalla contra esa ofensiva mundial se dio en Afaganistán. La segunda en Irak. Ambas tuvieron éxito. Y ambas quedaron sin cerrar. Por necesidad, no por defecto. Porque es característico de una guerra de religión el no poder cerrarse nunca sobre un espacio nacional, el tener que ir acotando –y blindando– zonas de control a la espera de la destrucción institucional y financiera de la red mundial sobre la cual los movimientos nacionales se sostienen.

En Irak, algo esencial se ha conseguido. Infinitamente más importante que lo logrado en Afganistán. En las montañas de Tora-Bora, las tropas estadounidenses lograron desarticular lo más inmediato: los campamentos de entrenamiento que garantizaban la retaguardia de los comandos de Al Qaida. Pero Al Qaida no es más que una de las unidades combatientes de la red islámica. La más espectacular, merced al prestigio que el golpe de Nueva York le ha proporcionado; pero puede que, a largo plazo, no la más operativa. Basta con analizar la estructura militar y el armamamento del Hezbolah, estructurado a escala mundial por los servicios de inteligencia iraníes, para hacerse una idea de la entidad del juego militar aún en fase de despliegue.

La trascendencia de lo que está en juego en Irak va mucho más allá de lo militar. Situado en el corazón de la verdadera fuente financiera del difuso ejército mundial islamista, el petrolífero Golfo Arábico, Irak es el punto de cruce de todos los juegos de poder en el Cercano Oriente, que son hoy el epicentro de la nueva guerra mundial. Una guerra que sólo podrá ser cerrada bajo dos condiciones: a) la liquidación de las dictaduras islámicas resultantes del cruce entre la estúpida política poscolonial europea y la estrategias más perversas de la Guerra Fría; b) la reducción del Islam a un monoteísmo más, sin pretensión de guía política.

Un régimen convencionalmente aconfesional y capitalista en Irak generaría un punto de quiebra en la homogeneidad dictatorial e islamista en el centro de gravedad de la producción energética mundial. El efecto dominó que debería ejercer en los abominables –y peligrosísimos– emiratos y en la infumable Arabia Saudí –verdadera financiadora del terrorismo mundial– serían la condición sine qua non para la derrota de un islamismo que, de no producirse esa dinámica, tendría, a largo plazo, todas las bazas para desestabilizar política y económicamente el sistema mundial de correlaciones de fuerza.

Nada hay de extraño, pues, en que todo el potencial terrorista islamista se concentre en Irak. Tratando de explotar un efecto de desmoralización fuertemente anclado en las pusilánimes sociedades democráticas, y, muy en especial, en las europeas.

En el punto en el cual están las cosas, sólo caben dos opciones: ganar la guerra o perderla. Y ganarla, pagando el coste que toda guerra de esa envergadura impone: en hombres como en dinero. O perderla. Abandonar. Y aceptar la mayor regresión, social como política, moral como económica, de la historia.

La guerra empezó el 11 de septiembre del año 2001. Las dos primeras campañas de respuesta han sido victoriosas. Pero esta guerra sólo ha empezado.

Autor: Lucrecio
Fuente: <A HREF="http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_15855.html">Libertad Digital</A>.
 
salmo 151

salmo 151

¿cuando Dios pregunte eso cantaras un salmo?..¿que salmo cantaria hitller o huseim?
 
Ruego a todos los visitantes de esta Web que por favor, por favor, tomen un minuto para ver el Vídeo que he colocado en la Página Principal www.antesdelfin.com sobre lo que estaban experimentando los musulmanes iraquíes bajo el régimen de Sadam Hussein.

Una vez usted haya visto el material contenido en este Vídeo, que el Pentágono sostiene que es reciente, ya que los perpetradores son miembros de un grupo formado por Uddey Hussein en 1997, ustedes podrán hacerse una idea más terminada sobre UNA DE LAS RAZONES por las que es una bendición para el mundo, para la zona de Oriente Medio, para el mundo árabe, para el mundo islámico y para los iraquíes, que Sadam Hussein y su régimen hayan sido depuestos para las fuerzas de liberación.

Gracias por atender a mi solicitud.

Aquí tienen otro link al Vídeo. Una vez esté en la página, escoja el Player que desee y su velocidad. Entonces haga click en PLAY VIDEO.

(Aporte de Dawlin Ureña en antesdelfin)
 
La debilidad de los virtuosos

La idea de que con la intervención en Irak hemos pasado de <i>guatemala</i> a <i>guatepeor</i>, ha hecho fortuna. La retirada del personal de la ONU y otras organizaciones humanitarias ha alimentado de nuevo la tesis: si el CICR, que soportó en Bagdad las tres guerras de Sadam, toma las de Villadiego, la situación es desesperada. Cuando lo que revela la espantada humanitaria es la incapacidad o la negativa de esas organizaciones a afrontar el tipo de guerra que se declaró abiertamente el 11 de septiembre de 2001. Que es la guerra desatada por los terroristas, cuya primera regla es que no hay reglas. El terrorista no respeta las convenciones clásicas, y las organizaciones humanitarias, o bien se preparan para ello o ponen en peligro de muerte a sus colaboradores. O se largan, que es lo que han hecho de momento.

Desde que cayó el régimen de Sadam y se hicieron cargo las fuerzas aliadas, el grueso de los medios nos ha ido presentando un panorama cada vez más difícil de empeorar. Los saqueos y el desorden, la falta de electricidad y otros servicios, y, finalmente, el terrorismo, han marcado las fases de la agonía del enfermo. Por lo visto, nada mejora, los iraquíes están mucho peor que bajo Sadam y nosotros hemos metido el pie en el avispero. Dos ilustres periodistas lo sintetizaban así estos días: “hay un problema de terrorismo donde no lo había”, (Isabel San Sebastián, en Telecinco); “no existía en Irak un problema de la gravedad que tenemos ahora” (el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, en La Mañana).

¿Es eso cierto? No voy a enumerar las certezas que se tenían sobre el apoyo de Irak a grupos terroristas, ni las sospechas fundamentadas de que poseía o podía fabricar armas de destrucción masiva, ni el temor a una alianza entre Sadam y Al Qaeda. Que estaba incumpliendo las condiciones de un alto al fuego y burlando a las Naciones Unidas era evidente. Que teníamos en Irak un problema grave y un problema de terrorismo, también. Que se pudiera resolver sin acabar con el régimen parece improbable. Y los partidarios de tal contención tampoco hubieran podido garantizar que el proceso se saldara sin coste alguno en vidas y destrucción.

Pero lo que no es hipotético ni está sujeto a interpretaciones, es que los iraquíes tenían un problema tremendo: una suma de horrores cuyo resultado final son cientos de miles de muertos y <i>desaparecidos</i>, millones de exiliados, cientos de miles de desplazados y <A HREF="mms://stream.iglesia.net/streamgeneral/torturas_iraq.wmv">miles de torturados y heridos</A>. Aparte de la miseria. Cierto que no había en Irak terrorismo en el sentido habitual: el terror lo ejercía el régimen. En 1995, el Comisionado de la ONU para los DDHH dijo que la situación de los derechos humanos bajo Sadam era la peor desde la II Guerra Mundial: desde la Alemania nazi y la URSS stalinista.

Voy a hacer una comparación que puede parecer macabra, pero que ofrece una medida objetiva del horror de antes y el horror de ahora. La oposición iraquí calcula que los diversos holocaustos del régimen baasista causaron un millón de muertos. Sumando los datos disponibles en informes recientes, el número de víctimas rondaría las setecientas mil. Si aceptamos esa cifra, obtendríamos una media de 31.250 muertos al año durante los 24 años comprendidos entre 1978, que es cuando se tiene constancia del primer exterminio masivo (el de los comunistas: siete mil), y 2002. Eso significa que bajo Sadam, el promedio de asesinados era de 600 por semana. Pues bien, en las once semanas entre el 7 de agosto y el 29 de octubre de este año, los atentados terroristas causaron la muerte de 193 personas, entre iraquíes y extranjeros, y excluidos los 116 soldados americanos muertos desde el 1 de mayo. En promedio, unos 17 no combatientes muertos por semana, frente a 600 cuando Sadam tenía el poder.

Los iraquíes no tienen hoy un problema más grave. Los americanos y sus aliados, tal vez: ahora recibimos también nosotros los coletazos de la tiranía moribunda. Y si no estamos dispuestos a pagar ese precio por nuestra propia seguridad y por la libertad de un pueblo, es que hemos olvidado todas las lecciones de la última gran guerra. Churchill escribió que entonces “la debilidad de los virtuosos contribuyó al fortalecimiento de los malvados”. Incluyo entre los virtuosos a los periodistas que cité, pero no todos los que comparten sus ideas lo son. Hay quienes desean que Irak sea una hecatombe para que muerdan el polvo los americanos y los que apoyaron la intervención. Eso es la rabia de los miserables.

Autor: Cristina Losada
Fuente: <A HREF="http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_15896.html">Libertad Digital</A>.
 
El acontecimiento de la época

Cada día que pasa, el gran juego de Irak va tomando una significación que trasciende las ventajas tácticas inmediatas que se desprenden de haber librado al mundo de Saddan Husseim. El mundo está mucho mejor sin la preocupación del genocidio de los kurdos, los 10,000 soldados americanos en Arabia Saudita, las perpetuas zonas de no-vuelo, los torpes embargos de Naciones Unidas, los programas de armas de destrucción masiva, las recompensas para los terroristas suicidas, la exasperación porque Saddam había violado los acuerdos de 1991, la lluvia de SCUDs sobre Arabia Saudita y Tel Aviv o los planes para asesinar presidentes americanos. Pero hay otros efectos positivos que ya se están percibiendo.

Los estados son como la gente. Nadie cuestiona un status quo, por terrible que sea, hasta que algún acontecimiento dramático no sacude la forma convencional de pensar. Las autocracias de América Latina estaban resentidas contra España y Portugal pero solo se lanzaron a la lucha por la independencia cuando las monarquías de Madrid y Lisboa entraron en crisis. Un Hong Kong, una Corea del Sur y un Taiwán recientemente democráticos le están demostrando a millones de chinos que su propia dictadura es una reliquia del pasado. La debilidad de la Unión Soviética fue el catalizador de la libertad en el este de Europa.

Igualmente, un exitoso gobierno democrático en Bagdad permitiría vislumbrar lo que podría ser la vida en medio del estancamiento económico y político del mundo árabe. Más importante aun, confrontaría el Islam radical con una ideología competidora que tiene un mensaje mucho más revolucionario que la vieja cultura islámica de la muerte que arruinó a Irán y Afganistán, destruyó la economía de Cisjordania, ha destrozado Argelia, acabado con la industria turística en Egipto,

Un Irak libre plantearía un terrible dilema a los gobiernos de estas sociedades árabes herméticas. Tendrían que explicarle a sus pueblos, miserables y oprimidos, que las imágenes transmitidas vía satélite de los electores iraquíes, los apasionados debates por televisión y los cafés de Internet sólo son fabricaciones de la conspiración americano-sionista. Hay una bomba de tiempo en el Medio Oriente, pero está en El Cairo, Damasco y Riyadh donde sus corruptas elites están rezando porque las cosas no se vayan a tranquilizar en Bagdad y Al-Yazira tenga que olvidarse de los viejos baasistas y empezar a entrevistar a los nuevos parlamentarios iraquíes.

A pesar de las apariencias, millones de personas están empezando a comprender la diferencia que hay entre Estados Unidos y sus críticos europeos. Francia puede amenazar a la dictadura libia pero sólo cuando hay alguna recompense monetaria por el medio, de la misma manera que fue el dinero lo que la llevó a comerciar, junto con Alemania, con Saddam Hussein tras la guerra de 1991, regateando sobre concesiones petroleras para el próximo medio siglo. Ninguno de ellos removería a un dictador y, mucho menos, comprometería las vidas de sus jóvenes y $90,000 millones para crear una democracia en el Medio Oriente. Todo esto es demasiado concreto, demasiado absoluto, demasiado poco sofisticado para los philosophes, que siempre preferirán calumniar a una democracia que castigar a los sangrientos ideólogos del Tercer Mundo. Recuerden que ahora los europeos están exigiendo una "transparencia" americana en la distribución de los pocos millones que le han dado a Irak de una forma que nunca emplearon con los miles de millones que le regalaron a la corrupta Autoridad Palestina.

En España ocurren atentados terroristas con regularidad; en Francia murieron 10,000 personas en el verano debido a algún defecto de su sistema socialista o, peor aún, de su carácter nacional, y Rusia, por supuesto, obliteró Grosny. Pero sólo las muertes en Irak parecen merecer la condena de los europeos. Sus dirigentes parecen incapaces de utilizar las palabras "victoria" y "libertad", mucho menos "sacrificio" y "liberación." Puede que cubran de premios y de dinero a Jimmy Carter o a Susan Sontag, que critican los esfuerzos de su propio país en el medio de una guerra mortífera; pero los verdaderos moralistas son los que se arriesgan a combatir a los tiranos, y no los que critican despectivamente, desde los balcones, los errores y problemas que ocurren en el campo de batalla. Se ha convertido en un ritual que los "progresistas" americanos vayan a Europa para criticar a su país y recibir los aplausos de una cínica audiencia. Sobre todo, porque nunca son confrontados por pensadores independientes. Pero este triste exhibicionismo se va a volver cada vez más difícil en lo que vaya emergiendo una sociedad liberal y humana en Irak.

A estos europeos les gustan las soluciones multilaterales no por principio sino porque su tortuosa ejecución crea la ilusión de que, mientras tanto, no se puede hacer nada. De aquí que cuando Naciones Unidas venga a actuar, la mayoría de los bosnios o los kosovares o los de Rwuanda o los kuwaitíes estuvieran muertos. Si Chirac o Schroeder hubieran dicho: - Pelearemos junto a nuestro aliado Estados Unidos, para remover esta sangrienta tiranía en Irak, responsable de la matanza de tantos inocentes dentro del país y fuera de él, y que por consiguiente una amenaza para la paz de todos los estados democráticos- hubieran condenado a muerte sus carreras políticas.

Por alguna razón, París y Berlín - y sus admiradores americanos - piensan que, transcurridos seis meses, la reconstrucción de Irak no debía confrontar mayores problemas, pese al hecho de que los esfuerzos europeos y de Naciones Unidas en los Balcanes están muy lejos de la perfección casi una década después. Con todo, es muy probable que Saddam Hussein vaya a ser encontrado mucho más rápidamente que Radovan Karadzic o Ratko Mladic que, en muy misteriosas circunstancias, todavía permanecen escondidos en Europa cinco años después de que las bombas americanas hicieran colapsar sus odiosos regímenes. Y ¿alcanzarán los Balcanes estabilidad bajo Naciones Unidas - 13 años después del inicio de las hostilidades - más rápidamente que Irak bajo el dominio americano" En realidad, cuando termine la guerra que se inició el 11 de septiembre, todos los muertos - americanos, afganos, iraquíes - en los primeros dos años de lucha van a ser sólo una fracción de los que fueron masacrados en la antigua Yugoslavia durante la década en que los europeos estuvieron observando esos crímenes. Hemos visto el nuevo orden mundial europeo, y su utopía socialista y pacifista solo conduce a Sbrenica y a los miles de muertos en el agosto de Francia.

Nuestra propia vida política está igualmente convulsa. La vieja noción del idealismo de los demócratas está en harapos. A no ser que los aspirantes demócratas puedan producir planes alternativas para Irak o explicar exactamente por qué algunos de ellos cometieron el error de votar a favor de la guerra, su cotorreo crítico se quedará siendo sólo eso, y se hará cada vez más embarazoso en los meses futuros. Vean, si no, las contorsiones de Wesley Clark.

Hasta ahora, la única resonancia que han encontrado en el pueblo americano se deriva de su apelación al egoísmo nacional (es mejor gastar el dinero aquí, en los americanos que saben apreciarlo). Pero si la administración responde esa consigna, y explica todos los días por qué Irak es el acontecimiento más importante de los últimos 20 años, entonces estos bochornosos Copperheads (*) se van a esconder cuando la economía mejore e Irak se estabilice, dejando al Partido Demócrata en el mismo estado de amarga confusión que siguió a la catastrófica postulación de McGovern en 1972, que también ofrecía coléricas protestas y ninguna política alternativa.

Después de todo, remover dictadores e implantar democracias solía ser una idea tan demócrata como usar la fuerza para garantizar la seguridad nacional en un mundo lleno de peligrosos tiranos. Pero ahora, esa lamentable caterva de aspirantes presidenciales se parece a los republicanos circa 1939 que estaban contra la guerra, y que se sintieron ofendidos cuando decidimos unirnos a Gran Bretaña para detener a Hitler. En los oscuros días de principios de 1943, la lógica de la presente histeria hubiera llevado a Howard Dean y compañía a tener conferencias de prensa echándole la culpa a los que nos metieron en África del Norte o en los cielos sobre Alemania ("¿Qué tienen que ver las muertes de nuestros muchachos con el ataque de Japón el 7 de diciembre?") Especialmente, cuando recordamos que el catalizador de nuestras acciones, Pearl Harbour, costó menos vidas que el 11 de septiembre.

Por alguna razón, una serie de acontecimientos de extraordinaria importancia: el futuro del Medio Oriente, la credibilidad de Estados Unidos como una potencia militar y moral, la guerra contra los fundamentalistas islámicos, el futuro de la ONU y de la OTAN, nuestras propias políticas domésticas - ahora dependen de nuestros esfuerzos por superar el caos y crear una democracia en Irak. Es por eso que muchos políticos - en la ONU, la Unión Europea, Alemania, Francia, los corruptos gobiernos del Medio Oriente, y muchos otros lugares- critican con tanta estridencia a Estados Unidos, y están tan aterrorizados de que en un mundo posmoderno, Estados Unidos todavía pueda reconocer el mal, expresar indignación moral y luego sacrificar dinero y vidas para eliminar a alguien como Saddam Hussein. Y dejar las cosas mucho mejor cuando se despeje el humo y se apaguen los fuegos. No se supone que la gente, mucho menos los estados, hagan eso en un mundo donde el bien es una construcción cultural, la fuerza una cosa del pasado, y la vida fácil algo demasiado precioso como para no admitir, ni siquiera una momentánea perturbación. Podemos esperar que, de aquí a un año, la última y desesperada carta de los antiamericanos no va a ser que Irak sea democrático sino que se haya democratizado gracias a Estados Unidos, un destino peor que permanecer autóctonamente sangriento y totalitario.

A lo largo de este peligroso camino - la acrimonia hasta la guerra, la súbita veleidad de Turquía, los desesperados esfuerzos de los sadamitas vaciando las cárceles y armando a asesinos y criminales, el saqueo de la infraestructura, y la destrucción de las instalaciones de electricidad, agua y transporte - la estrategia y la táctica han tenido que estar cambiando constantemente, y los eventos han conspirado para, con cada nuevo e imprevisible obstáculo, dificultar el esfuerzo americano. Y con todo, después de poco más de seis meses, el peor país del Medio Oriente está evolucionando para convertirse en el mejor. Estamos presenciando nada menos que el gran acontecimiento revolucionario y moral de nuestro tiempo. Cuando consigamos el triunfo, una Irak democrático va a barrer con todos los prejuicios, aquí y en el exterior, sobre el Medio Oriente, sobre la naturaleza y propósito de la guerra en nuestra época, sobre las diferencias morales entre Europa y Estados Unidos, y sobre el lugar en la historia de George W. Bush.

No es de extrañar que la histeria actual vaya a aumentar en los próximos meses.

Tomado de National Review.
Traducido por AR

Autor: Victor Davis Hanson
Fuente: <A HREF="http://www.neoliberalismo.com/">En defensa del neoliberalismo</A>.
 
Irak: el peso de la púrpura

La estrechez económica, confusión política y desorden público que, según refieren los medios de comunicación, aquejan a Irak parecen abonar la postura de quienes se opusieron a la intervención de EEUU, Reino Unido y Australia en aquel país. Quienes, por el contrario, consideraban necesario derribar por la fuerza el régimen de Saddam Hussein y mostrarse firmes frente al nuevo terrorismo ven esas dificultades como el costo inevitable de una acción civilizadora. Es muy difícil averiguar a distancia la verdadera importancia y gravedad de las dificultades que sufren los iraquíes, aunque los relatos de viajeros y el recuerdo de experiencias históricas me inclinan a pensar que periódicos, radios y televisiones desenfocan la situación. Sólo el tiempo dirá si la guerra ha abierto en Irak un precipicio insalvable o si gracias a ella veremos un segundo país islámico seguir el camino de Turquía hacia la democracia.

Pude oír nuestro ministro de defensa, Federico Trillo, referir su rápido viaje de visita a las tropas españolas que, junto a soldados polacos y centroamericanos, mantienen el orden en dos provincias. No quiso empequeñecer las dificultades con las que se enfrenta la acción de los aliados. El restablecimiento de un mínimo orden es condición indispensable para que el país pueda funcionar en lo político y lo económico. Es cierto que, excepto en Kurdistán, todos los días ocurre algún acto terrorista por mano de partidarios del depuesto sátrapa. La inseguridad explica que colegios y universidades aún no hayan abierto sus puertas. Falta en muchas poblaciones combustible para los hogares. Explicó el ministro la dificultad de obtener piezas de recambio mayormente francesas y rusas para los equipos de los servicios públicos, por lo que no se ha restablecido aún el suministro de agua potable y electricidad en todas partes.

Sugirió sin embargo Trillo que los corresponsales de guerra no fueran quizá los mejores reporteros para analizar la administración de la paz. Una muestra de la exageración de algunas denuncias es la del saqueo del Museo Nacional de Irak. Se habló de 170.000 de piezas robadas durante los primeros días de la ocupación. Ahora se ha sabido que antes de la guerra se puso en marcha un plan de salvaguardia de las piezas, tanto en los sótanos del museo como en almacenes distantes. De lo expuesto en las galerías públicas, escribe David Blair del Daily Telegraph de Londres, se encuentran otra vez en las estanterías y vitrinas todas las piezas más famosas e importantes, a falta de 32. De una caja fuerte subterránea desvalijada con ayuda de llaves y claves faltaron unos 3.000 objetos, de los que han devuelto 2.900. Parece que los americanos no han perpetrado pues la destrucción de la memoria histórica de Mesopotamia.

El presidente Chirac, afectado de “folie de grandeur”, pidió hace poco que los estadounidenses traspasaran la soberanía al Consejo de Gobierno provisional en el plazo de un mes. El plan del Paul Bremer, el administrador civil de Irak, parece mucho más sensato. Primero ha pedido al Consejo provisional un texto constitucional, que debería haberse entregado en septiembre pero cuya redacción ha tropezado con las diferencias entre chiítas, sunnitas y kurdos. Al propio tiempo ha encargado la confección de un censo electoral que permita garantizar la limpieza del segundo paso, a saber, unas elecciones nacionales limpias. Por fin el tercer paso será la creación de un Gobierno de coalición entre las diversas etnias y la aprobación de la Constitución. Nosotros los españoles tardamos tres años en andar ese camino, desde la muerte de Franco en 1975 hasta la aprobación de nuestra ley fundamental en 1978. ¡Un mes, dice el megalómano!

Al propio tiempo, debe avanzar la reconstrucción económica. Durante el siglo XX, ha cambiado notablemente la actitud de las grandes democracias vencedoras en una guerra. Después de la Primera Guerra Mundial, Francia, el Reino Unido y EEUU exigieron a los imperios centrales cuantiosas reparaciones. Tras la segunda, EEUU ayudó a aliados y enemigos con el Plan Marshall. Ahora no cabría en cabeza alguna que los americanos decomisaran los pozos de petróleo iraquí para resarcirse de los gastos de guerra. Se ha calculado en $70 mil millones la suma necesaria para reconstruir Irak en el medio plazo. El presidente Bush ha comunicado al Congreso que va a necesitar la no despreciable suma de $20 mil millones durante el próximo año.

Las ayudas son útiles, pero las reformas monetaria y económica son esenciales, como lo demostró el milagro alemán basado en las medidas liberadoras del canciller Erhard en 1948. La administración americana ha empezado a transformar el país en una verdadera zona de librecambio. La tarifa del arancel se reduce al 5%. El dinar de Saddam se sustituye por una nueva moneda estable. Habrá libertad de inversión extranjera y de repatriación de dividendos. Se venderán todas las empresas públicas, excepto el petróleo, que será un monopolio del Estado administrado por el nuevo Banco central. Así se acabarán cuarenta años de socialismo Ba’ath. Irak aún puede sorprendernos, espero que a tiempo para la reelección de George Bush.

Autor: Pedro Schwartz, Profesor de economía y columnista del diario La Vanguardia.

© www.aipenet.com

Fuente: <A HREF="http://www.aipenet.com/articulo_semanal.asp?Articulo_Id=1228">Aipe</A>.
 
Lo que todos nos jugamos en Irak

Lo peor que les puede pasar hoy a los iraquíes es que los terroristas al servicio el déspota logren abortar el difícil y largo proceso hacia la liberación plena de ese país. Calificar de resistencia a los criminales terroristas que un día sí y otro también están matando a inocentes en Irak es una estupidez. Por desgracia, eso es lo que hacen una buena parte de las agencias de noticias internacionales y los medios de comunicación que quieren posar de progresistas.

De esta forma, al terror interno que promueve la dictadura derrotada en Irak se suma el terror externo, anímico, que buscaría desalentar a los países occidentales y obligarlos a una vergonzosa retirada, justo cuando está más cerca la liberación plena de ese país. Ni los enemigos más acérrimos del gobierno estadounidense, que han hecho del vituperio ramplón a George W. Bush todo un deporte, pueden negar que hoy día los iraquíes sean de veras libres, como nunca lo fueron bajo la sangrienta dictadura de Hussein.

Hoy hay plena libertad de expresión y de prensa en Irak, hoy salen a la luz los reclamos de que se haga justicia a las miles de víctimas de Hussein. Hoy, además, la economía iraquí empieza a florecer: Nunca tantos iraquíes habían tenido acceso a la energía eléctrica, al agua potable, a los servicios de salud, a las escuelas.

Ante la embestida de cobardes ataques terroristas, que multiplican la crueldad y el salvajismo en proporción inversa al número de seguidores de Hussein, el gobierno de Estados Unidos desea acelerar los tiempos y promover lo antes posible la soberanía plena de Irak. Ojalá acierten y no dejen la tarea de liberación inacabada. Los iraquíes no merecen sufrir otra vez la revancha sangrienta de Hussein, como sucedió tras la Guerra del Golfo en 1980.

Se insiste en que este es un asunto exclusivo de Estados Unidos y de sus afanes imperialistas o hegemónicos. Pamplinas. Es un asunto que atañe a todas las naciones libres y democráticas. Dejar a Irak a merced del terror sería imperdonable. Como imperdonable es, por cierto, la actitud entre desdeñosa y cómplice con el terror, que han adoptado no pocos políticos y medios de comunicación occidentales, de cara a las galerías.

El siglo pasado nos dejó una herencia ambivalente y trágica: fue el siglo en el que más discursos floridos se pronunciaron sobre la paz, pero también el siglo en el que el exterminio de seres humanos, por razones de cálculo político, ambiciones y fanatismo ideológico, rompió todas las marcas. No repitamos el error del siglo pasado. A la paz se le sirve con hechos y evitando cualquier complicidad con quienes le han declarado la guerra a la libertad y a los derechos elementales de los seres humanos. El derecho a disentir, el derecho a gozar, el derecho a saber, el derecho a prosperar, el derecho a creer, el derecho a equivocarse por cuenta propia.

Autor: Ricardo Medina Macías, analista político mexicano.

© AIPE

Fuente: Libertad Digital.
 
Infamia en Londres

Después de los dos brutales atentados de Al Qaeda contra intereses británicos en Estambul, que han causado 27 muertes –entre ellas la del cónsul del Reino Unido en esa ciudad– y centenares de heridos, lo más doloroso para cualquier persona de bien, especialmente si es británica, ha sido observar cómo una manifestación organizada por grupos de extrema izquierda pedía por las calles de Londres a los líderes de la guerra contra el terrorismo, Bush y Blair, que se rindieran ante Al Qaeda y los "fedayines" de Sadam y abandonaran Irak. Hasta tal punto ha llegado la infamia de los enemigos de la libertad y de la democracia, que han parodiado la famosa imagen del derribo de una de las estatuas gigantes de Sadam en Bagdad –el símbolo de la caída del régimen genocida–, derribando a su vez una estatua de cartón piedra que representaba a George W. Bush.

Según uno de los portavoces de la plataforma <i>Stop the war coalition</i>, el homólogo británico de <i>No a la guerra, "el mensaje para Bush es que su política en Irak ha fracasado. Queremos que cambie esa política basada en el ataque, la fuerza, las detenciones indebidas y la violación de las libertades civiles"</i>. Es casi imposible concebir una desfachatez, un cinismo y una infamia mayores, habida cuenta de que esas supuestas violaciones de las libertades no son más que el aperitivo de lo que ha estado perpetrando Sadam Husein durante casi tres décadas en Irak. Una prueba elocuente de que a la extrema izquierda antisistema le dan exactamente igual las detenciones indebidas y las violaciones de las libertades civiles –siempre no sean las suyas, naturalmente–, es que cuando Sadam gaseaba a los kurdos, asesinaba a los chiítas, encarcelaba y torturaba brutalmente a sus opositores y llenaba las fosas comunes con las víctimas de sus crímenes, no se oyeron sus voces de protesta ni tampoco organizaron manifestaciones multitudinarias para exigir la dimisión del psicópata genocida, que todavía seguiría tiranizando a los iraquíes si Bush y Blair no hubieran tomado la decisión de destruir su régimen para que dejara de ser sede de todas las violaciones imaginables de los derechos humanos y cobijo de terroristas.

Por mucho que se empeñen los enemigos de la libertad –y los medios de comunicación que les hacen el juego, que son la inmensa mayoría– en presentar la situación en Irak como un caos inmanejable donde los iraquíes añoran la "paz" y el "orden" de Sadam, lo cierto es que, como dijo Bush, "<i>todo lo que sé es que a la gente de Bagdad, por ejemplo, no se le permitía hacer esto –manifestarse y criticar al gobierno– hasta hace muy poco</i>". Aunque de nuevo haya que repetir lo obvio, el principal obstáculo para la completa normalización de Irak –de la que ya gozan una buena parte de los ciudadanos– no son las tropas de la Coalición, única garantía del buen fin del proceso, sino los atentados de la "resistencia" terrorista ligada a Sadam y a Al Qaeda, quienes lo último que querrían ver es cómo se consolidan la democracia, las libertades y el progreso en un país árabe que pueda servir de ejemplo para el resto de las corruptas y a veces totalitarias y criminales tiranías de Oriente Medio.

Por esto mismo, no es casualidad que, primero Indonesia y después Turquía –los países musulmanes que más cerca se hallan del modelo occidental– hayan sido víctimas de los atentados más sangrientos cometidos fuera de Irak. La masacre de Bali, y las carnicerías perpetradas en Turquía –primero contra los judíos y después contra intereses económicos y diplomáticos británicos– son "advertencias" de Ben Laden en contra de la "corrupción occidentalizante" de estos países, que "sucumben a la tentación" de abandonar la "pureza" del Islam por la libertad y el progreso de Occidente. Esta visión totalitaria –que, como señalábamos hace unos días, impregna los libros de texto de los escolares palestinos– no necesita de "provocaciones" expresas, como intentan dar a entender muchos "expertos" en política internacional, nacionales o extranjeros, que hacen el juego a los terroristas y a los grupos antisistema.

En la lógica del fanatismo islámico no hay elección: los "infieles" deben convertirse o ser destruidos, Occidente debe islamizarse o sucumbir. Es la mera existencia del modelo occidental lo que "provoca" a los terroristas, sean de Hamas, Yihad o Al Qaeda, y no los esfuerzos de EEUU y sus aliados por preservarlo. Pero, sea como fuere, no parece que lo más sensato sea cruzarse de brazos, abandonar a los iraquíes a su suerte y pedir perdón a Ben Laden y a Sadam. Afortunadamente, Bush, Blair y los miembros de la Coalición han decidido hacer todo lo contrario; pues la experiencia de España demuestra que la peor forma de combatir el terrorismo es intentar "comprender" sus "razones".

Fuente: <A HREF="http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_16221.html">Libertad Digital</A>.
 
http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_16227.html

Análisis de editoriales
21-XI-2003
El Mundo y la "provocación" de las víctimas

El brutal atentado de los islamistas en Estambul protagoniza los principales editoriales de todos los diarios. En esta ocasión, la prensa no ejerce de vocero de los terroristas islámicos y —con la excepción de El Mundo y una muy puntual de El País— ningún editorial extrae conclusión alguna que pudiera ser del agrado de Al Qaeda.

El País hace un repaso a los últimos atentados desde el 11-S y señala que “los mensajes de los dinamiteros son didácticos en su tosquedad. Se golpea a una monarquía islámica traidora por si inveterada alianza con EE UU, a las sinagogas como símbolo del pueblo a extinguir, a los iconos del poder financiero occidental o a la potencia —Gran Bretaña— que protagoniza el allanamiento de Irak. Turquía merece especial atención de esta internacional del terror sectario por su valor ejemplar como país musulman, miembro de la OTAN y aspirante a la UE, socio a la vez de EE UU e Israel y conducido por un gobierno democrático islamista moderado. Poner contra las cuerdas a Turquía, a cuyas expectativas económicas los atentados ya han asestado un golpe descomunal, sirve inmejorablemente a los intereses de Al Qaeda: a mayor represión del integrismo, más munición global victimista para Bin Laden y sus secuaces”.

Ya ven. Ahora resulta que no es el integrismo, sino su represión, el que sirve de “munición para Bin Laden y sus secuaces”. ¿Quién, sino los integristas, están poniendo a Turquía “contra las cuerdas”. ¿Lo hace acaso Occidente al reconocerlo como miembro de la OTAN? ¿Es la posibilidad de aceptarlo como candidato de la UE, a pesar que ni cultural ni geográficamente pertenece a ella?

Si hasta El País termina reconociendo que “de la persecución eficaz y sostenida del mundo opaco y desperdigado de Al Qaeda depende el mantenimiento de los fundamentos mismos del orden internacional que conocemos”, ¿a qué santo viene oponerse a la represión del integrismo?

¿Tanto le cuesta a El País admitir un poco de cordura que le tiene que salir un erupto del agrado de los terroristas como es su oposición “a la represión del integrismo”? ¿Tan mala digestión le provoca el tener que reconocer la voluntad genocida antisemita de los integristas, su rechazo a la democratización de los países musulmanes y su cooperación con occidente?

Claro que el editorial de El Mundo le supera. Poco importa que sea EE UU el objetivo de los terroristas, como lo son también sus socios Israel y Gran Bretaña. De los editoriales que El Mundo dedica al terrorismo islámico siembre salen peor paradas las víctimas que los verdugos.

Aunque su editorialista afirma que “el presidente de EE UU no es responsable de los crímenes de estos fanáticos”, sus comentarios —no digamos ya nada las “viñetas humorísticas” que le acompañan— no hacen otra cosa que inculpar al presidente norteamericano de la actividad terrorista. El Mundo afirma que “el mundo no es hoy más seguro que antes de la caída del dictador”. Para este nostálgico de Sadam, para este diario que no ha tenido reparos de servir —en palabras de su propio editorialista— “de plataforma a quienes practican la lucha armada” siempre que esta “lucha armada” —añadimos nosotros— se dirija contra EE UU y sus aliados, concede —como si hiciera un favor— que “podemos admitir junto a Bush que los terroristas islámicos quieren acabar con nuestro sistema de valores, que son una amenaza para la libertad y que no van a escatimar medios —por muy repugnantes que sean— para lograr sus abyectos fines. Pero donde no es posible estar deacuerdo con Bush es en sus métodos”.

El Mundo tiene la desfachatez de preguntar “¿han servido los 137.000 soldados estadounidenses que quedan en Irak para proteger a Turquía de los atentados de Al Qaeda?.
¿Pero qué mezquina sandez es esa? ¿Le preguntamos a Aznar, o a cualquier dirigente que combate el terrorismo, de qué le sirve la policia cuando no evita un atentado terrorista? Lo que Estados Unidos pretende en Irak es reconvertir, aunque sea en parte, Oriente próximo, al constatar lo caro que ha pagado occidente su pasividad con todos esos regímenes fabricantes de miseria y de fanatismo.

El Mundo reprocha a EE UU que tras el 11-S acabara con el “Gobierno de un país musulmán, ajeno al ataque de las Torres Gemelas”. Ya ven con qué miopía y qué indulgencia describe este diario uno de los regímenes más genocidas y desestabilizadores de Oriente Próximo y uno de los más generosos financiadores del terrorismo antisemita. Ni siquiera el atentado de Turquía —país que puede servir de ejemplo de una democracia incipiente con buenas relaciones con occidente y con Israel— abre los ojos de este diario, tan cegado que está de visceral y mezquino antiamericanismo. ¿No se dan cuenta que lo que más temen los terroristas es que cuajen en su mundo estos brotes de gobiernos civiles y democráticos como el que pretenden establecer los americanos en Irak? ¿No se dan cuenta que la prosperidad y la libertad es lo que más puede alejar a esos país de la barbarie fundamentalista? ¿y no se dan cuenta que sólo con la fuerza se puede acabar con quien sólo ostenta el poder gracias a la fuerza?

El Mundo dice que Bush, respecto al terrorismo, “puede” tener razón en el diagnóstico “pero no en el remedio”. La verdad es que el gobierno estadounidense no comparte con El Mundo, afortunadamente, ni si quiera el diagnóstico. Los chistes de Gallego&Rey y Ricardo son los mismos que contra Bush hacen quienes jalean y cometen los atentados. Pretenden retratar la estupidez del presidente nortemaricano, pero en realidad no pasan de poner en evidencia la impostura de su editorialista...
 
http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276208477.html

PLANEÓ ATENTAR EN LA COSTA DEL SOL
El argelino detenido en Alemania organizaba los viajes de los terroristas suicidas a Irak

El terrorista argelino detenido este viernes en Hamburgo, responsable de una célula islámica que reclutaba terroristas suicidas en Italia, se encargaba de organizar los viajes a Irak para cometer los atentados. Ya había sido detenido hace poco menos de tres meses por planear acciones terroristas en la Costa del Sol. Fue puesto en libertad poco después por falta de pruebas.

L D (EFE)
El semanario alemán Focus aporta nuevos datos sobre el detenido, identificado como Abderrazak M.. Entre la célula terrorista Al Tahwid de Milán era conocido como "el jeque" y, además de dar instrucciones por teléfono a los terroristas suicidas que reclutaba, les proporcionaba el dinero y los pasaportes falsos necesarios para llegar a Irak.

Los terroristas suicidas partían de Milán hacia Estambul y Damasco, donde el argelino, de 30 años, seguía manteniéndose en contacto telefónico con los suicidas reclutados. Las llamadas del ahora detenido hicieron posible a los investigadores de Italia y Alemania, que trabajaron coordinadamente en su detención, seguir su viaje a Damasco, el pasado marzo. Abderrazak fue interceptado luego, cuando trataba de introducirse clandestinamente en Irak, y fue expulsado de nuevo a Alemania.

El terrorista argelino está casado con un ciudadana alemana y vive legalmente desde 1999 en Hamburgo, ciudad en la que residieron sin levantar sospechas varios terroristas suicidas del 11 de septiembre, incluido su coordinador, Mohammed Atta.

Su detención este viernes fue fruto de una operación coordinada con las autoridades italianas, que a su a vez arrestaron a varios miembros de esa célula terrorista islámica repartida entre Milán y otros puntos del norte de Italia.

 
http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=10542

A TRAVÉS DE LOS PASOS DE SIRIA

Hasta 300 peligrosos terroristas ha podido infiltrar Al Qaeda

Elsemanaldigital.com

El CNI está trabajando activamente en Irak con los servicios de inteligencia de los Estados Unidos y el Reino Unido para que Siria colabore de forma activa vigilando pasos fronterizos.

1 de diciembre.
¿Qué pasa en Irak y hacia dónde va? Es la cuestión que ha estado en la agenda particular del presidente del Gobierno en sus últimas conversaciones con los presidentes de Argelia y Estados Unidos y con el primer ministro británico. En La Moncloa, donde se ha trabajado tanto en los últimos meses para que Siria no ceda en sus nuevas apuestas a favor de fortalecer y aclarar sus relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea, los informes inquietantes se acumulan.

La coalición logró el derrocamiento de Sadam Husein en una operación relámpago. Pero ha perdido la primera parte de la posguerra. Ana Palacio viajó anoche a Estados Unidos para analizar este lunes en Nueva York con el secretario general la situación en el país. Posteriormente Palacio viaja a Washington para reunirse con la consejera de Seguridad Nacional de EE.UU., Condoleeza Rice, en quien Bush ha delegado ahora la coordinación de la actual situación.

Tanto la CIA y el FBI como el CNI tienen en su poder los datos sobre los movimientos que se vienen realizando a través de los pasos fronterizos entre Irak y Siria. La resistencia en Irak no está controlada por Sadam Hussein ni por sus hombres. Al Qaeda está comenzando a tejer una red con los llamados veteranos de las guerras de guerrillas y operaciones kamikaze en el Líbano y la franja de Gaza contra Israel.

Se trata de fanáticos, formados incluso en Afganistán, que cuentan con importantes recursos económicos para comprar voluntades en sus entornos, que dicen trabajar a las órdenes de Sadam y que han sido formados y entrenados en la utilización de armamento antiaéreo, así como en el uso de lanzamisiles portátiles tierra-aire con el que han sido derribados varios helicópteros. Los hombres asesinados eran un objetivo preferente en las acciones ordenadas por la siniestra cadena de Ben Laden, quien ha ordenado de manera progresiva desmantelar a la ONU, la Cruz Roja y golpear a Italia, España, Polonia, Holanda y Japón.


Enorme dolor a la llegada de los cuerpos

Los restos mortales de los siete agentes llegaron a la base aérea de Torrejón de Ardoz y desde allí fueron trasladados al Hospital Central de la Defensa, donde se les practicará la autopsia y quedó instalada la capilla ardiente. El avión que trasladó los cadáveres desde Kuwait fue recibido por los vicepresidentes primero y segundo del Gobierno, Rodrigo Rato y Javier Arenas, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, así como autoridades militares y familiares de los agentes asesinados. En el Airbus-310 viajaron también el ministro de Defensa, Federico Trillo, el director del CNI, Jorge Dezcallar, y el agente que sobrevivió al ataque, José Manuel Sánchez Riera, quien descendió del avión por su propio pie.


 
http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_16349.html

Es contra el terrorismo y es una guerra

Federico Jiménez Losantos

Cuando a las pocas horas de la masacre de Manhattan el Presidente de los Estados Unidos anunció que su país estaba dispuesto a dar y a ganar la guerra contra el terrorismo, sin importar el tiempo y esfuerzo que costase, algunos, no muchos, dijimos que se había abierto una nueva época en la Historia y que el Siglo XXI recién nacido iba a estar marcado por la lucha entre la civilización occidental y quienes están dispuestos a morir destruyéndola. Pero también dijimos entonces que si el comunismo se había hundido solo, no por el esfuerzo continuado de las democracias, y si áreas estratégicas decisivas de las sociedades modernas, como la educación y la comunicación, seguían en manos de los enemigos de la libertad, la guerra contra el terrorismo no sería fácil de ganar. Y no tanto por sus enemigos exteriores, sino por los de dentro, que son peores.

Si la guerra de Afganistán pareció alumbrar un comportamiento internacional distinto con respeto a los USA, la de Irak ha demostrado cómo los viejos y los nuevos enemigos de la libertad o, lo que es lo mismo, los que quieren disfrutar de las comodidades de Occidente pero también de las de sus enemigos y librarse de los peligros de ser norteamericano o judío, estaban dispuestos no sólo a no respaldar el esfuerzo norteamericano, sino a apuñalarlo por la espalda. Francia es el modelo.

Aznar hizo una apuesta arriesgada pero justa en los prolegómenos de la Guerra de Irak. La respuesta de la izquierda política y de la mayor parte del periodismo español fue tratar de echar del poder al PP a patadas con la excusa de la Guerra. En aquellas semanas de dramática soledad del presidente y de acoso desatado a la libertad de los españoles, Libertad Digital fue uno de los pocos medios de comunicación, con ABC y parte de la COPE, que respaldó la actuación del Gobierno. Seguimos haciéndolo ahora. Pero desde ese respaldo que no está sujeto a escrutinio, porque se basa en los principios, queremos pedir al Presidente que medite sobre sus justas palabras de indignación acerca de los terroristas bailando sobre los cadáveres de los españoles asesinados en Irak. Son las mismas imágenes que hemos visto de los súbditos de Arafat celebrando los atentados del 11-S o las masacres de judíos. Es cierto que el terrorismo es el mismo en todas partes. Es hora, pues, de dejar de subvencionarlo en la Autoridad Palestina, o en Libia, o en Siria. Hay que ser coherentes, como ha dicho Aznar, pero del todo. Hay que seguir en Bagdad, faltaría más, pero no hay que dar un euro más a Arafat. Es contra el terrorismo y es una guerra. Actuemos en consecuencia.

 
Un informe secreto del Pentágono revela los vínculos entre Sadam Husein y Ben Laden

<IMG SRC="http://www.libertaddigital.com/fotos/noticias/ibensadam031203.jpg" BORDER=0 ALIGN="RIGHT">Desde los años 90 y hasta la caída del régimen iraquí, Ben Laden y Sadam Husein mantuvieron una amplia relación que se habría extendido hasta ahora, en la posguerra iraquí. Pese a sus diferencias religiosas e ideológicas, Al-Qaeda y el régimen de Sadam se aliaron frente a su enemigo común: Estados Unidos.

Así lo revela un informe secreto enviado por el vicesecretario para la Política de Defensa, Douglas J. Feith, a los senadores Pat Roberts y Jay Rockefeller, presidente y vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado de EEUU.

El documento es la respuesta del Pentágono a un requerimiento del Comité de Inteligencia del Senado, que investiga la calidad de la información elaborada por los servicios secretos de EEUU antes de la guerra.

El memorando ha sido divulgado por la revista <A HREF="http://www.weeklystandard.com/Content/Public/Articles/000/000/003/378fmxyz.asp">The Weekly Standard</a>. No hay duda de su veracidad porque el Departamento de Defensa, nada más publicarse, ha iniciado una investigación para tratar de averiguar de dónde partió la filtración. El documento, de 16 páginas <A HREF="http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276208837.html">(resumen en español)</a>, cita decenas de informes de los servicios de inteligencia estadounidenses elaborados entre 1990 y 2003, la mayoría secretos nunca antes divulgados, y algunos muy recientes, como los que incluyen declaraciones de altos mandos del régimen de Sadam Husein apresados después de la guerra. En concreto, cita informes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), responsable del programa mundial de interceptación de las comunicaciones.

<b>Una profunda relación entre Ben Laden y Sadam</b>

Según recoge el documento, los contactos entre Irak y Al-Qaeda se iniciaron los primeros años 90, al concluir la primera Guerra del Golfo, y continuaron hasta mediados de marzo de 2003, pocos días antes de la segunda intervención aliada en Irak. El interés por forjar aquella alianza era mutuo, aunque el acercamiento llevó su tiempo y en él participaron múltiples intermediarios, quizá por la desconfianza que se tenían Ben Laden y Sadam. Pero, ¿en qué tipo de intercambios se basaba el pacto? Lo explica un antiguo miembro de Al-Qaeda en una confesión reciente: "Irak buscó la influencia de Al-Qaeda a través de sus conexiones en Afganistán, para que facilitara el transporte a Irak de armamento y equipamiento prohibido. A cambio, Irak proveería a Al-Qaeda con entrenamiento e instructores".

El memorando recoge una confirmación muy reciente, cuya fuente es un hombre de confianza de Sadam Husein interrogado tras la guerra. Según su declaración, que data de mayo de 2003, "el servicio secreto estableció una elevada y oculta relación con la Yihad Islámica egipcia, y posteriormente con Al-Qaeda. El primer encuentro se celebró en 1992 (…). El antiguo director del Servicio Iraquí de Inteligencia (IIS) y el líder de Al-Qaeda, Ayman al Zawahiri (mano derecha de Ben Laden y líder de la Yihad Islámica egipcia) estaban en la reunión, la primera de una serie que se celebraron entre 1992 y 1995 en Sudán. Otros encuentros (…) se celebraron en Pakistán. (…) Sadam insistió en mantener en secreto la relación con Al-Qaeda. Tras el 11-S, la fuente afirma que Sadam hizo cambios de personal en el IIS en previsión de que aquella relación saliera a la luz", dice el informe.

La introducción del memorando, que resume su contenido, es elocuente. Su autor explica que "los informes de inteligencia no son pruebas ante un tribunal. No requieren de la evidencia jurídica para apoyarse, ni han de cumplir los estándares legales que se exigen a los cuerpos policiales". Tales informes sólo "examinan tendencias, patrones, capacidades e intenciones". Así pues, los documentos citados en este memorando se limitan a "reflejar un patrón de la ayuda iraquí a las actividades de Al-Qaeda", porque "la precaución operativa de Al-Qaeda y la necesidad de Irak de disimular sus actividades –dice– han imposibilitado apreciar completamente esta relación. No obstante –continúa–, los informes indican claramente que, a pesar de sus diferencias ideológicas y religiosas, Ben Laden cooperó con el régimen iraquí con el fin de avanzar en los objetivos de Al-Qaeda y derrotar al enemigo común: los Estados Unidos", concluye.

<b>Silencio mediático y, sobre todo, silencio administrativo</b>

Curiosamente, y pese a que el reportaje elaborado por Stephen F. Hayes aporta datos muy relevantes para demostrar los vínculos entre la red de Osama Ben Laden y el régimen de Sadam Husein, los medios estadounidenses y europeos –que se opusieron casi unánimemente a la guerra de Irak– no se han hecho eco del mismo, quizá porque vendría a echar por tierra sus propias tesis. Los que lo han hecho, como la revista <A HREF="http://www.msnbc.com/news/995706.asp?0cv=KB10">Newsweek</a>, han tratado de minusvalorar sus importantes hallazgos, lo que ha causado un gran malestar a los editores del semanario, que consideran que el documento divulgado en sus páginas es una prueba clave para confirmar los lazos entre Al-Qaeda e Irak, uno de los motivos fundamentales para lanzar la segunda Guerra del Golfo.

Según el <A HREF="http://www.weeklystandard.com/Content/Public/Articles/000/000/003/428gpkbi.asp">editorial</a> de <i>The Weekly Standard</i> en su edición de esta semana, ni siquiera la Administración Bush ha aprovechado la divulgación de este reportaje para rechazar las acusaciones de los que argumentan que Bush mintió sobre los lazos terroristas de Sadam Husein antes de iniciar la guerra. Hasta el momento, el único que ha dicho algo sobre el tema es Scott McClellan, portavoz de la Casa Blanca, quien afirmó recientemente que "las relaciones entre el régimen de Sadam Husein y Al-Qaeda estaban bien documentadas. Fueron expuestas en febrero por el Secretario Powell ante las Naciones Unidas, y previamente también hablamos de esos lazos aquí y allá". Ante esta evidente laxitud de la Administración Bush, los editores de <i>The Weekly Standard</i> afirman que ahora sí se puede afirmar con certeza que los vínculos entre Irak y Al-Qaeda existieron, por lo que se limitan a preguntar: ¿Está o no de acuerdo la Administración Bush?

Autor: Nacho García Mostazo
Fuente: <A HREF="http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276208839.html">Libertad Digital</A>.
 
Desorientados

Desorientados están los comentaristas con los últimos atentados llevados a cabo por los islamistas. Lo de las Torres Gemelas lo comprendían, era una represalia de los oprimidos contra el Imperio. Que en tierra de Islam hagan atentados en los que mueren tanto occidentales como musulmanes, también lo explican con la misma argumentación, a lo que se añade la presencia de tropas USA y occidentales en Irak. Al mismo tiempo, nos explican que los islamistas son unos musulmanes heterodoxos, que se desvían de la verdadera fe islámica al punto de convertirse en terroristas que matan sin ton ni son.

Esta interpretación, a primera vista, aclara lo que sucede, pero tiene una serie de puntos débiles, debido a lo que los comentaristas olvidan. Resulta que en Argelia los islamistas lograron una fuerte mayoría en las últimas elecciones, que fueron anuladas por el ejército, y que desde entonces viven en rebelión y rara es la semana que no ejecutan a una docena de argelinos, musulmanes, pero de fe tibia. Las víctimas, más de noventa mil, eran ciudadanos o campesinos, mujeres y niños, que no daban la impresión de ser aliados de los USA. En Indonesia, los islamistas han “liquidado” en los últimos años, según noticias de prensa, más de cien mil no musulmanes: cristianos, budistas, animistas. Otro punto que no tienen en consideración es que la expansión musulmana, entre los siglos VII y XI, se efectuó mediante las armas, por conquista militar, método que siempre implica matanzas y exterminios, lo que parece que nunca entró en contradicción con los fundamentos de la fe musulmana.

El esquema justificativo de la mayoría de los comentaristas no permite explicar, ni comprender, los cientos de miles de víctimas de los islamistas, ni de la mayoría de los atentados llevados a cabo por estos activistas religiosos. El fundamento técnico del esquema aceptado reside en la existencia del grupo de Ben Laden, cuyas acciones cubren el planeta, con lo que resulta que tiene que ser una organización gigantesca, muy superior a la de un estado moderno. Para paliar esta “anomalía”, se habla de la “resistencia” a los invasores en Irak. Esta ampliación del esquema tiende a justificar que lo que sucede en Irak no tiene nada que ver con lo que sucede en Argelia, ni en Indonesia. Curiosamente, lo de las Torres Gemelas, según esta teoría, no fue más que una reacción “adelantada” a la ocupación occidental de Irak. Es interesante indicar que en todos los puntos donde actúan los islamistas siempre dicen luchar por la pureza del Islam. Su lucha, proclaman, está dirigida contra los enemigos, interno o externos, de su fe religiosa. Para los islamistas, su guerra es de religión, de su cultura contra las otras culturas, de su religión contra las otras religiones.

Lo que tiene desorientados a los comentaristas, y a los políticos, es el carácter profundamente religioso de esta guerra. No basta con calificar a los islamistas por el método empleado, el terrorismo, para borrar el fundamento religioso de la lucha de esos musulmanes que se declaran ortodoxos. No valorar el peso social de la religión en esta lucha es muy probable que sea un error grave. Y los errores se pagan siempre.

Autor: Antonio López Campillo
Fuente: Libertad Digital.