Jesús ha dicho que Él no ha venido para abrogar lo más mínimo de la ley, sino para cumplirla. Pues bien, en el A.T. estaba totalmente prohibido beber la sangre.
Por supuesto, la sangre física.
Entonces Jesús les había incitado a una acción que según la ley de Moisés tiene como castigo la muerte.
De hecho, a tal grado llegó Jesús a insistir sobre la realidad de este misterio, que muchos discípulos lo abandonaron.
Esto seria incomprensible si a los cristianos de entre los gentiles, como de entre los judíos, literalmente se les pidiese beber la sangre de Cristo.
No es incomprensible, si se les explica correctamente que Cristo es Dios, y por lo tanto, Su Cuerpo y Su Sangre son divinos.
Los judíos con facilidad han comprendido la intención de Jesús.
Los judíos no creen en ninguna doctrina cristiana.
1.- Sobre el Pan de vida, el mismo Jesús hace una aclaración de lo que Él quiere decir con eso. Al final de su discurso del capítulo 6 del Evangelio según Juan, dice: "El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida".
Esta aclaración la hizo para combatir la vulgar interpretación de cañibalismo que se le imputa ipso facto a su declaración, y refuerza el concepto católico de que la Sagrada Comunión no es alimento del cuerpo, sino del espíritu.
Jesús mismo, pues, dice que no debemos tomar sus palabras literalmente sino espiritual mente
No dice tal cosa, dice que hay que tomarlas espiritualmente, pero no descarta la interpretación literal. Nuevamente se confunde lo
espiritual, con lo
simbólico..
Sobre todo fundamenta esta interpretación de Su discurso con la observación de que el comer literalmente Su carne no aprovecha para nada.
Jesús habló de "la carne", y se refería al cuerpo físico, burdo, mencionando al espíritu como vida, pero esa afirmación de que "comer Su carne no aprovecha para nada", queda desmentida con:
"Jesús les dijo: "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida."
(Juan 6, 53-55)
¿Cómo po dría Él, unos días después, afirmar que debemos comer literalmente Su carne y beber Su sangre?
Pues lo hizo:
Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: "Tomad, comed, éste es mi cuerpo."
27 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: "Bebed de ella todos,
28 porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.
(Mateo 26, 26-27)
¿Cómo, pues, ahora de pronto puede exigir que tenemos que beber lite ralmente Su sangre?
Resulta que los argumentos en contra de la transustanciación son muy raros:
1.-Aluden a otras citas, por completo ajenas a la Eucaristía.
2.-Aluden citas en apariencia contradictorias, atacando después las citas de la Eucaristía.
Ambos tipos de argumentos son evasivos, porque no confrontan en sí las citas sobre la Eucaristía, sino otras que poco o nada tienen que ver.
Dice en el verso 54: "El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna". Pero en el verso 47 había dicho: "El que en Mí cree, tiene vida eterna". De ello se desprende que bajo el lenguaje figurativo de comer Su carne y beber Su sangre, Él nos quiere aclarar aún más lo que significa creer en Él.
La idea es interesante, pero el versículo 47 es una mención de la importancia de la Fe en Cristo, el versículo 54, en cambio, es una mención de la importancia de la Eucaristía. Cristo nunca relaciona ambos versículos, estos los relacionó el autor del artículo. Cristo nunca dijo que fuera lo mismo Creer en Él, y Comer Su Cuerpo y Beber Su Sangre, sobre todo si en la Última Cena, a pesar de que Sus discípulos ya creían en Él, les dio Pan y Vino diciendo "Tomad y Comed, este es mi Cuerpo", "Tomad y Bebed, esta es mi Sangre".
Y los judíos estaban acostumbrados a un lenguaje figurativo.
No demasiado. Las leyes de Moisés en Levítico, Números y Deuteronomio no son "lenguaje figurativo", sino lenguaje muy real y literal, y estos libros eran la base principal de las leyes y creencias judías.
Yo soy el Pan y el Vino para vuestras almas.
¡Exacto!, los mismos no-católicos pueden llegar a esta conclusión, pero si Cristo dijo "Este ES mi cuerpo", y "Esta ES mi sangre", y si San Pablo insiste en que el Pan que partimos y la Copa que bendecimos, son comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, no cabe otra cosa que admitir la conversión del Pan y el Vino, en "Pan y Vino para nuestras almas", como afirma el ex-sacerdote católico autor del artículo.
Esta conversión implícita es precisamente la transustanciación.
Y ante una fe tan radical en Él la mayor parte de sus oyentes se fueron. "Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con Él". Eso se lee en el versículo 66, después de que Jesús en el verso 63 dejara claro que sus palabras debían de entenderse espiritualmente. Y todavía sigue siendo eso una gran contrariedad, también para muchos de sus discípulos, y también en nuestro tiempo
Leyendo el versículo 60, vemos que los discípulos consideraron Duro el lenguaje de Jesús, y lo que Jesús acababa de decir, en los versículos del 50 al 58, no se referían a una Fe radical, sino al concepto precisamente del Cuerpo y la Sangre de Cristo como verdaderos, necesarios y divinos.
Este concepto fue el que hizo que lo dejaran muchos de sus discípulos, y resulta que Cristo estaba allí para corregir la supuesta "malinterpretación", y sin embargo, no lo hizo. Cabe preguntarse, ¿Por qué?
Él quiso y quiere en estos signos acercarse lo más posible a nosotros, porque Él Mismo se entrega totalmente en ellos y se presenta a nosotros indulgente.
Aquí se nota la influencia católica de este ex-sacerdote. Precisamente sabemos que Cristo instituyó los sacramentos para acercarse lo más posible a nosotros.
Estoy convencido que Jesús entonces no dijo: "Disculpadme, pero Yo sólo quiero estar presente en pan y vino auténticos. Sé que no podéis pagarlo, pero Yo no acepto mostrarme a vosotros bajo estos signos que vosotros podéis pagar". Así no era Él; antes al contrario, Él fue conmovido por los desposeídos y tomó su defensa frente a los ricos (esos podían comprar auténtico pan y vino, todo lo que quisieran).
Aquí es posible que tenga razón, la Iglesia enseña como DE FE, que las especies sacramentales son el pan de trigo y el vino de uva, pero la doctrina se aplicó debido a la utilización deliberada de otros accidentes. Al no haber acción deliberada, sino acción por carecer realmente de dichas especies, tampoco pienso yo que haya problema, y conmigo coinciden varios católicos.
Si, como usted dice, el comer indignamente implica la misma condenación, ¿se da cuenta que a esta altura el infierno ya debe
La Iglesia no puede impedir a los fieles comulgar, aunque sí se les enseña que deben comulgar en estado de gracia, y que deben confesarse antes de comulgar.
1 – No hay necesidad alguna de explicar lo que usted exige, pues para los discípulos como protagonistas de la escena, y para nosotros como lectores del relato, era obvio que no había dos cuerpos de Cristo: uno, el que sostenía con sus manos el pan que bendecía; y otro, el mismo pan que sus manos partían.
Estimado Ricardo, yo sé que para ustedes "son obvias" muchas cosas, pero no me explican por qué no hay transustanciación, sólo me explican que sí hay presencia de Cristo y recordatorio de su Sacrificio en la Cruz. Todo eso ya lo sé, pero, ¿por qué no hay transustanciación? El hecho de que para usted y otros "sea obvio", para mí no es un argumento ni razón suficiente para aceptarlo.
Cristo estaba sentado entre ellos de cuerpo entero, y entero estaba el pan que toma de la mesa, da gracias, parte y distribuye entre ellos.
Diciendo: "Tomad y comed todos de él, porque este
ES MI CUERPO", que se entrega por vosotros".
Lo dicho por Jesús sobre ese pan que les ofrecía era todo un anuncio sobre lo que ocurriría con su cuerpo, así como al hacer lo mismo con la copa, en relación a su sangre.
Es un buen intento contra la transustanciación, pero resulta que Cristo no dijo que la Eucaristía fuera un anuncio, eso se entiende por la mención en Lucas de la nueva Alianza, sellada con el Sacrificio de Cristo, pero las palabras literales no sugieren "anunciación", sino verdadera existencia en el Pan y el Vino, del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Ahora no preguntaron nada sobre esto.
Ya Jesús había explicado la Eucaristía, y ampliamente, en Juan 6, y la consecuencia de la insistencia de Jesús en Comer Su Carne y Beber Su Sangre, fue que muchos lo abandonaran.
Por más que relacionaran las especies con el Señor, ni remotamente hubiese pasado por su imaginación que estaban ahora comiendo de su carne y bebiendo de su sangre.
Demuéstremelo, porque yo puedo demostrarle lo contrario, dentro de la enseñanza de los Apóstoles, San Pablo dice:
"La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?" (1Corintios 10, 16)
"Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor." (1Corintios 11, 27)
2 – Ya fue dicho que Jesús no dijo escuetamente: "Este es mi cuerpo" "Esta es mi Sangre" sino con el complemento que sigue.
El complemento hace alusión a la Nueva Alianza, y esto nos da suficiente motivo para pensar que la Eucaristía es, al mismo tiempo que comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo (1Corintios 10, 16), es recordatorio de la Nueva Alianza.
Que los católicos romanos se sientan obligados a aceptar cuanto sus conciencias rechazan, es su problema.
Resulta que las conciencias de los católicos no rechazan la doctrina de la Transustanciación, por lo mismo de que le creemos a Cristo cuando dijo que el Pan y el Vino SON Su Cuerpo y Su Sangre.
De todos modos, si hacemos la encuesta entre los mejor instruidos, verá usted que una cosa es que sepan todo muy bien en cuanto a la transubstanciación y otra que la crean.
Bueno, haga la prueba, resulta muy fácil cantar victoria antes de tiempo, suponiendo que quienes conocen bien la transustanciación, "no la creen".
En cuanto a lo de la substancia metafisica, ¿no se da cuenta que esto niega la tgransubstanciación? Sin la transformación de la materia pan en el cuerpo real y no metafísico de Cristo no ha lugar.
De ningún modo, porque la transustanciación significa el paso de una sustancia a otra, y la sustancia puede ser física o metafísica, y en el caso de la Eucaristía, es metafísica.
¿Acaso no es real lo metafísico? ¿Acaso no es real lo espiritual?
Cuando Cristo celebró la pascua y la correspondiente pronunciación sobre el pan y el vino no dijó: "esto será", sino "esto és" y si se transformó los apóstoles comieron y bebieron carne y sangre humanas.
Esto sucedería si Cristo fuera sólo hombre, pero Cristo es el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin, el Dios Eterno y Omnipotente, y por lo tanto, aún siendo hombre, tenía naturaleza como Dios, porque siendo hombre, no dejó de ser Dios.
Una cosa más. Usted, Sr, Golan constantemente pide bases blíbicas sobre tal o cual cosa. Bien, deme las bases bíblicas de la transformación "metafísica". Donde estén en el Nuevo Testamento
No es necesario dar las citas exactas. Pero Cristo dijo: "Este es mi Cuerpo", "Esta es mi Sangre", "La carne no aprovecha para nada, las palabras son espíritu y son vida", "Es necesario que los cielos lo retengan..."
De esto podemos deducir que el alimento que nos da Cristo no puede ser físico, porque la carne no aprovecha para nada, por lo tanto, el alimento es espiritual, la verdadera comida y verdadera bebida son espirituales. Si a esto le añadimos que el cielo lo retendrá como hombre hasta que vuelva como lo vieron marcharse los discípulos, de esto se deduce que Su Cuerpo y Su Sangre humanas están en el cielo, y no pueden estar en la tierra, por lo tanto, si el alimento es espiritual, y si su cuerpo físico está en la tierra, no cabe más que decir que la sustancia en la Eucaristía NO puede ser física.
La palabra "Metafísica" se aplica no a la naturaleza del Cuerpo y la Sangre de Cristo, sino a las características de la sustancia misma, ya que es invisible e imperceptible para los hombres, alimento espiritual, como ya coincidieron algunos evangélicos, y como creemos los católicos.
Ahora bien, siendo que la sustancia no es física, es de naturaleza espiritual, pero de propiedades metafísicas, por eso se le llama presencia metafísica de la sustancia.
Saludos!!!!!!!!
