Con todo respeto, mi opinión es la siguiente:
Aunque puedo estar equivocado, creo, primero que todo, que la música es una parte complementaria, pero importante en la vida de la iglesia. La música es uno de los grandes dones que Dios ha dado a la humanidad, aunque muchos lo han distorsionado. Los profetas siempre han visionado en el cielo un ambiente de alabanza. Es decir, la música está en el ambiente donde está la presencia de Dios.
El asunto, creo, no está en determinar qué instrumentos son aceptables y cuáles no para Dios, sino en analizar cada tema. Yo pretendo juzgar y jamás juzgaré la experiencia religiosa de mis hermanos cristianos de otras denominaciones, o bien, de mi misma denominación pero que tengan un sentir distinto del mío en cuanto a la música. Cada uno tiene su sensibilidad en este asunto. De hecho, conozco muchas personas que nunca se han interesado por la música, ni la de la iglesia ni la que no es de la iglesia.
Esta discusión queda reducida, entonces, a nosotros, quienes consideramos que la música forma parte importante de nuestras vidas, y que debiera servir para predicar el evangelio a todo el mundo.
Después de pensarlo detenidamente, me he dado cuenta de que hay dos tipos de música cristiana:
1) La música que es para Dios, que es conocida como la música de alabanza. Si la música es para adorar a Dios, creo que debemos figurarnos imaginariamente a Dios en primera fila al momento de cantar. EN LO PERSONAL, me cuesta imaginarme a Dios escuchando un rock pesado "cristiano" y disfrutándolo. Alguno me dirá: "la música es para Dios, no para tí, así que es El a quien debe gustarle". Pero yo sé que a El no le gusta esa música, porque en Salmos 146:1 dice: "suave y hermosa es la alabanza". La alabanza debe ser, entonces, SUAVE y HERMOSA.
Tal vez pueden usarse esos mismos instrumentos (batería, guitarra eléctrica, etc.), pero de la manera que Dios ordena y El los aceptará. No sé.
2) La música cristiana que es para los hombres. Esta música es la que va dirigida a nosotros, a hacernos meditar en el ministerio de Cristo por nosotros, a comprender su amor y sacrificio magno, a pensar, a meditar. A veces las letras son muy poéticas, a veces no son muy poéticas pero tienen un mensaje muy profundo. A veces la melodía no nos gusta pero lo que dice el tema es una gran verdad. Para mí esa música es igualmente válida.
El problema por el que atraviesa la música cristiana está en que muchos quieren alabar a Dios, pero no todos tienen el don. Se olvidan de una cosa: deben pedirlo a Dios. A veces decimos "el que hizo este tema tiene que haber estado inspirado" porque su melodía es hermosa y su letra muy linda. Lamentablemente esto no ocurre con tanta frecuencia. Muchos hermanos han "disfrazado" melodías y ritmos mundanos con letras cristianas y creo que esto no está correcto, por la sencilla razón de que esas melodías no fueron inspiradas por Dios. Cuando dejamos que Dios sea el autor de la alabanza, y no nosotros, el resultado es totalmente distinto.
Mi desafío es el siguiente: Si tú quieres componer para Cristo, arrodíllate y pídeselo a Dios. Dile: "Señor, si es tu voluntad dame una canción para adorarte y para expresar todo el gozo y el amor que siento por tí". De seguro El te responderá. Nacerán nuevas y hermosas melodías en tu corazón. Nada de cumbias, mariachis y rap "cristianos". Esa es la música creada originalmente por el mundo y para el mundo, y por eso al mundo le gusta. No son melodías nacidos en corazones santificados por un espíritu de adoración a Dios. Si así no fuera, ¿qué diferencia existiría entre la música del mundo y la cristiana? Ninguna, porque para qué estamos con cosas, la verdad es que está en la naturaleza humana eso del baile, al punto de que con una buena combinación de sonidos uno no atiende mucho la letra. Y eso es peligroso porque Satanás también es capaz de componer melodías bonitas, y bastante pegajosas. A veces la música no tiene que ser necesariamente alocada para ser calificada de "satánica". Ahí tenemos el ejémplo de la música de la Nueva Era, creada para momentos de relajación y yoga, o también las canciones de Roberto Carlos que fueron inspiradas por una conocida Médium de Brasil.
Entonces ¿cuál es la diferencia? La diferencia la hace Dios en tu corazón. Cada uno debe ser lo sifucientemente responsable y determinar si una música "cristiana" me gusta por su ritmo sin pensar en la letra, o si me gusta por su contenido y por el gozo de ser cristiano que ella produce en mí. Esto depende de la sensibilidad de cada cual. Ahí no me meto.
En todo caso esta es sólo mi opinión. Pueden no estar de acuerdo, y tener otro punto de vista totalmente válido. Por eso recalco que lo primordial está en mi relación con Dios y en mi sinceridad para aceptar las verdades bíblicas. La música es un complemento a mi vida espiritual, pero nunca debe ser lo único en lo cual basar mi experiencia cristiana.
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Danikaze