En otro intento más por demonizar a los testigos de Jehová,
algunos difunden la disparatada acusación
de que una entidad legal de los Testigos, la Watchtower,
invierte en armamento o incluso que comercia con armamento.
Para ello se basan en que el nombre de la Watchtower apareció hace unos años
como copropietaria de una pequeña empresa llamada REGI US,
la cual está probando prototipos de motores diésel con el ejército de EE.UU.
Si usted siente rivalidad o aversión por los testigos de Jehová
y desea tener algún argumento que utilizar en su contra, no siga leyendo;
pero si lo que busca es saber cuál es la verdad,
independientemente de lo que piense acerca de esta religión, le invitamos a continuar con la lectura.
Muchos de los que repiten esta acusación son miembros de otras religiones;
sin embargo, sus religiones hacen negocios abiertamente e invierten en acciones de empresas.
Por ejemplo, la Iglesia Anglicana, tiene inversiones inmobiliarias multimillonarias.
Por tanto, no parece probable (o al menos coherente) que estas personas estén criticando
a los testigos de Jehová por el simple hecho de supuestamente invertir en negocios.
Para empezar la historia desde el principio, nos remontamos a agosto de 1983,
fecha en que el inventor canadiense James McCann, quien era testigo de Jehová,
patentó un motor rotatorio diésel sin pistones.
Un programador llamado Dale Bradley Robinson, también testigo de Jehová,
le ayudó a diseñar el perfil de una de las partes del motor (más adelante en este artículo hay una entrevista con Robinson). McCann llama a su motor “
Rand Cam” y registra la empresa
Rand Cam Engine con la esperanza de llegar a comercializar algún día su invento, que intuía que podía ser revolucionario. McCann decidió que cuando su empresa tuviese valor comercial, donaría el 50% de su valor a la obra mundial de los testigos de Jehová, a través de la
Watch Tower. Este tipo de donativos es una práctica normal en Estados Unidos y en otros países, que además supone ciertas exenciones fiscales al donante.
Al ser preguntados al respecto en 2003, los representantes de la
Watchtower afirmaron que
ni siquiera tenían constancia de la existencia de la empresa
Rand Cam Engine
hasta que empezaron a recibir consultas,
y que no tenían ninguna participación en dicha empresa ni en ninguna de sus filiales.
Explicaron que dos testigos de Jehová habían hecho un acuerdo privado,
del cual la
Watchtower no tenía siquiera conocimiento, con la intención de enviar parte de las ganancias
de la operación a la sociedad
Watch Tower
como donación para la obra mundial, pero
que finalmente transfirieron los derechos de propiedad
y fabricación del motor a una sociedad de cartera ajena a ellos la cual,
en la información que publicó, introdujo por equivocación a la sociedad Watchtower como accionista.
Los representantes de la Watchtower afirmaron que dicho error
ya había sido corregido y que, además,
la Watchtower no había llegado a recibir ninguna contribución resultante
del acuerdo privado que habían hecho los dos testigos de Jehová.