Continuación...
El Cristo cósmico (sic) (p. 486-87)
Toda la estructura de la herejía colosense es condenada por Pablo como una creencia artificiosa e inconsistente: "metiéndose en lo que no ha visto" (Colosenses 2.18). Un sistema en el que las potestades planetarias desempeñan un papel tan prominente debe necesariamente entronizar al "destino" en lugar de a Dios. Esto conducía (probablemente) que Cristo había renunciado a sucesivas porciones de autoridad en favor de las potestades planetarias a medida que pasaba a través de sus esferas en su camino hacia la tierra, y si (como parece haber enseñado la herejía colosense) fueron estas potestades quienes le hicieron sufrir en la cruz, esto sería considerado como una prueba decisiva de la superioridad de ésta sobre él.
La respuesta de Pablo a esta "tradición humana" (Colosenses 2.8) es poner por encima la tradición Cristo (tradición y enseñanza que él encarna). Cristo es "la imagen de Dios" quien contiene la plenitud de la esencia divina, en la que los espíritus elementales no tienen participación en absoluto.
Lejos de que los ángeles desempeñen papel alguno en la creación, Cristo es aquel mediante quien todas las cosas fueron creadas, incluyendo los principados y potestades que desempeñan un papel tan importante en la herejía Colosense. Cuando ellos (principados y potestades) se arrojaron sobre él en la cruz con intención hostil, él no sólo rechazó su ataque sino que transformó la cruz en el carro triunfal delante del cual los condujo como sus enemigos derrotados.
En su respuesta a la herejía Colosense, Pablo desarrolla la doctrina del Cristo cósmico más completamente que en otras epístolas. Aparecen esbozos de ella en otras epístolas: 1 Cor 8.6; 1 Cor. 1:24; 1 Cor. 2.6-10; Rom. 8.19-22. (Esto, se puede añadir, es una indicación adicional de que Colosenses es posterior a estas dos epístolas).
Pues ya vemos que el autor defiende la idea del Cristo Celestial (cósmico) como respuesta a la herejía Colosense. No sólo eso (como describe el autor), sino que le conduce a incluir a Cristo en la Shema.
1Co 8:6 Nosotros empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en él: y un Señor Jesucristo , por el cual son todas las cosas, y nosotros por él.
Con esto doy fin a la opinión de este autor. De alguna forma responde a la pregunta de por qué Pablo incluye a Cristo en la Shema. Es desde luego una opinión de un especialista y posiblemente a tener en cuenta.