Dios le Bendiga!
Traigo este asunto que por años ha sido de polémica entre los teólogos.
Realmente habrá aparecido Samuel o era un demonio que se le aparecio a Saúl?
Espero su opinion y le estaré dando la conclusión la cual he llegado! <IMG SRC="saltorosa.gif" border="0">
No se trata de Samuel. Todo lo relacionado con la visita de Saúl a la pitonisa fue un error, y todos sabemos quién es el que dirige a los hombres por el camino del error.
Algunos piensan que Dios realmente envío al profeta Samuel con un mensaje de reprensión para el extraviado rey. Pero esto no pudo ser así pues Dios había prohibido a los israelitas esta clase de prácticas.
“No sea hallado en ti (...) quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. (...) Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.” (Deu 8:10-14)
Estos no son los medios que utiliza Dios para transmitir sus mensajes. Si Dios hubiera querido informar al rey de su inminente derrota y muerte, hubiera utilizado a otro profeta, uno vivo, como lo hace en innumerables ocasiones a través de la historia de Israel.
Por tanto se entiende que el que habló con Saúl no fue Samuel, ni ningún otro enviado de Dios. Debió tratarse de un demonio que completando los engañosos y malévolos planes de su jefe, se hizo pasar por Samuel. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (2Cor 11:14)
La Biblia nos enseña el desprecio que Dios tiene a las prácticas espiritístas. Estas son una manera en la que el Diablo trata de enredar a las personas y conducirlas a la perdición. No puede venir un mensaje de Dios a través de una pitonisa porque; qué comunión tienen las tinieblas con la luz? (2Cor 6:14)
“Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.” (Isa 8:19,20)