"Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca;
La obra de cada uno será manifestada: porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba.
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
Si la obra de alguno fuere quemada, será perdida: él empero será salvo, mas así como por fuego" (1 Corintios 3:12-15)
Es increíble como a algunos les agrada enredarse. Y más increíble como algunos creyentes le dan una incorrecta interpretación a pasajes tan simples.
1 Corintios 3:15… simplemente enseña qué pasa cuando edificamos con distintos tipos de materiales. Cuál es el resultado, por ejemplo de edificar con plata, oro, piedras preciosas, y cuál es, el edificar con madera, heno, hojarascas….
El fuego representa las pruebas para el creyente. Es decir cuando caminamos en el evangelio, el resultado de la solidez o permanencia de nuestra edificación cristiana; depende de con qué tipo de materiales hemos edificado. El oro, la plata, las piedras preciosas, representan los mejores materiales; materiales de gran valor y de firmeza; materiales que no se corrompen ni se queman con la facilidad con que se corrompen o queman la madera, el heno y las hojas. El oro, es purificado aún más con el fuego, y lo más que puede producir es derretirse, pero conserva el valor, igualmente la plata.
Construir con oro, plata o piedras preciosas requiere un mayor sacrificio, pues estos materiales se encuentran escondidos en la naturaleza; para extraer oro, plata o piedras preciosas de la tierra, es necesario trabajar, hacer un gran esfuerzo y sacrificio, cavar, profundizar;… y estos materiales no se encuentran en abundancia, por lo tanto, existen mineros, que para vivir bien, deben vivir trabajando.
En el creyente, el esfuerzo, el trabajo (para extraer estos materiales), representan la consagración de cada uno; especialmente la oración, el ayuno, el servicio en la obra de Dios, la lectura y la práctica de la palabra de Dios, etc. Un cristiano que así, con sacrificio de su propia vida, consagrándose, construye su vida espiritual, está edificando con oro, plata, piedras preciosas, y cuando llegue la prueba (porque toda edificación debe ser probada), esa edificación permanecerá con todo su valor, aun cuando afecte en alguna manera a quien sufre la prueba (fuego) “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa” (vers.14)
El que edifica con madera, heno, hojarascas, es aquel creyente despreocupado de su edificación espiritual; perezoso, cómodo; que no tiene intención de sacrificarse, de esforzarse, sino que espera que otros lo hagan por él. Es perezoso y negligente para orar; apenas un par de minutos al día, cuando tiene algún tiempo, se ocupa poco de la lectura de la Palabra de Dios, no ayuna, no se consagra, ni tiene compromiso alguno con la obra de Dios. Ese creyente, cuando viene la prueba (fuego), perderá absolutamente todo.
Construir con madera, heno, hojarasca, es fácil, son materiales que están a ras de tierra y no exigen mayor esfuerzo ni sacrificio; se encuentran en todo lugar; pero a diferencia de los materiales preciosos, como el oro, la plata, las piedras preciosas; estos son prácticamente consumidos rápidamente por el fuego, son de fácil combustión, y luego, no queda nada, a excepción de cenizas, todo perdido, absolutamente todo.
Sin embargo, aún cuando las pruebas pueden dejar en el suelo y con pérdida total de su vida espiritual al que edifica con estos materiales; su salvación no experimentará daño alguno: “Si la obra de alguno fuere quemada, será perdida: él empero será salvo, mas así como por fuego”. Este versículo, parafraseado, dice lo siguiente: “Si alguno pierde toda su edificación espiritual, aun cuando haya sido probado por fuego; será salvo”…
Aún cuando un creyente, después de un tiempo, cuando ya es necesario probar como está edificando, y después de la prueba, tiene pérdida; siempre, tendrá la oportunidad de edificar de nuevo, pero ahora, ya ganada la experiencia, edificar con materiales preciosos.
Eso del “fuego salvador”, o “salvado por fuego”, no existe, es un engaño del enemigo, o lo muy menos, es una mala interpretación de la Palabra de Dios. No existe el purgatorio; ningún lugar en donde alguien, “sea salvador por el fuego”.