RETO a cualquier TRINITARIO

De la blasfemia de llamar padres de la iglesia a esos personajes que mencionas es todo filosofía platónica. Es como el amor platónico.
"Antes de San Jerónimo ya no hay nada," ¡No que no! Te estoy demostrando que lo de Juan 1:1 tal cual es anterior a san Jerónimo y de su Vulgata. Y Orígenes de Alejandría (184 - 253) es un ejemplo de ello.
 
"Antes de San Jerónimo ya no hay nada," ¡No que no! Te estoy demostrando que lo de Juan 1:1 tal cual es anterior a san Jerónimo y de su Vulgata. Y Orígenes de Alejandría (184 - 253) es un ejemplo de ello.
San Jerónimo recogió en la Vulgata la veintena de versículos que fueron modificados mucho antes, pero se pudo oponer ante ese atraco, no obstante, su comisión fue esa y la cumplió a rajatabla.
 
Entonces solamente te falta creer en Deuteronomio 6:4.

Mientes que quieras a Dios y si en verdad lo eres, hubiera recibido a su Hijo Jesucristo, como es de su misma sustancia, de su naturaleza divina, y te hubieras enterado de que Dios es Espíritu y que el Padre y el Hijo son Uno y siga en su camino al infierno, como buen ignorante, mentiroso e instrumento de Satanás que eres.​

 
Qué cuestiones Reina Valera tiene mucha gracia.

Cipriano de Valera incluyó los libros apócrifos (o deuterocanónicos) en su revisión de la Biblia del Cántaro, pero los ubicó al final del Antiguo Testamento para separarlos de los libros canónicos, explicando en el prólogo que no tenían la misma autoridad, una práctica común en las Biblias de la Reforma que los consideraban útiles pero no inspirados como los canónicos.

En la versión RV del siglo XIX ya no figuraba los libros deuterocanonicos y recordemos que en la Biblia Vulgata de Jerónimo los siete libros en discusión figuran con la palabra deuterocanonicos (no inspirados) la diferencia es que el mundo protestante nunca los acepto y si la Iglesia Católica Romana y lo dejo escrito luego que Lutero los agregó a su Biblia, pero haciendo el comentario de no aceptación y que luego Valera hace en su Biblia del Cántaro y que quedo reflejado en el anterior párrafo, que no tenían la autoridad que los otros 66 libros y como vimos se dejaron de imprimir más adelante.

 
San Jerónimo recogió en la Vulgata la veintena de versículos que fueron modificados mucho antes, pero se pudo oponer ante ese atraco, no obstante, su comisión fue esa y la cumplió a rajatabla.
O sea que aquello que dijiste de que "Antes de San Jerónimo ya no hay nada," te dio en la nariz. Simple y llano.