El Padre nuestro enseña claramente que la voluntad de Dios "NO se hace en el cielo como en la tierra", y de ahí la oración.
Es decir, que en la tierra el ser humano tiene una "ventana de tiempo y espacio" para hacer su voluntad, con consecuencias o sin consecuencias, pero puede hacerla. Por ejemplo, el tipo del coche blanco de Norfolk ha decidido meter a su res en su pequeño utilitario y pasearse tan tranquilo con ella por la autopista. Como vemos, tendrá una consecuencia para él... pero el tipo ha hecho su santa voluntad.
Estoy de acuerdo, compañero.
Creo al igual que tú, que los seres humanos tenemos una "ventana de tiempo y espacio" en donde ejercemos nuestra libre elección.
Esa es una de las razones por las que no todos respondemos a la gracia de Dios al mismo tiempo, de la misma forma, ni evolucionamos espiritualmente de la misma manera.
Mi punto es que esa ventana es una pequeña ventana, no un campo abierto.
A mí me gusta imaginar nuestra libre elección como una burbuja dentro de un mar. El mar es la soberanía de Dios.
Que la gracia de Dios sea irresistible no quiere decir que nuestro libre albedrío se ejerza en el 0% de nuestra vida espiritual... como tampoco debemos imaginarla ejerciéndose en el 100%. Si se pudiera medir numéricamente, yo diría que la ejercemos en un 1%, pero es un 1% precioso.
Somos salvos por gracia para buenas obras.
Doctrina básica, señor Alissa.
Amor,
Ibero
Así es. Lo mencioné solo como ejemplo, IBERO, de una argumentación basada en llamados a la acción.
Así como los llamados a hacer buenas obras no deben interpretarse como una doctrina de salvación por obras, así también los llamados a hacer buenas elecciones no deben interpretarse como podemos ser buenos simplemente si decidimos serlo. Las buenas obras son frutos de la operación de la gracia de Dios en nosotros.