Re: ¿Recibe Dios las oraciones y alabanzas dedicadas a cada Dios de otras religiones?
(1640.4) <SUP>146:2.15</SUP> 14. Jesús advirtió a sus seguidores que las oraciones no se volverían más eficaces mediante repeticiones elegantes, una fraseología elocuente, el ayuno, la penitencia o los sacrificios. Exhortó a sus creyentes a que emplearan la oración como medio para llegar a la verdadera adoración mediante la acción de gracias. Jesús lamentaba el hecho de que se encontrara tan poco del espíritu de gratitud en las oraciones y culto de sus seguidores. Citó en esta ocasión de las Escrituras, diciendo: «Bueno es dar gracias al Señor y cantar alabanzas al nombre del Altísimo, anunciar por la mañana su compasión amante y su fidelidad cada noche, porque Dios me ha dado la dicha con su obra. Daré pues gracias por todas las cosas según la voluntad de Dios».
(1640.5) <SUP>146:2.16</SUP> 15. Luego dijo Jesús: «No estés constantemente con ansiedad excesiva en cuanto a tus necesidades diarias. No os atribules por los problemas de tu existencia terrestre; en todas estas cosas, orando y suplicando con un espíritu sincero de gratitud, despliega tus necesidades ante los ojos de tu Padre que está en el cielo». Citó luego de las Escrituras: «Alabaré yo el nombre de Dios con cántico y lo engrandeceré en gratiutud. Y agradará al Señor más que sacrificio de buey o becerro con cuernos y pezuñas».
(1639.2) <SUP>146:2.7</SUP> 6. Cuando estés totalmente dedicado a hacer la voluntad del Padre en el cielo, recibirás respuesta a todas tus súplicas, porque orarás en total y pleno acuerdo con la voluntad del Padre, y la voluntad del Padre se manifiesta para siempre en todo su vasto universo. Lo que desea el hijo verdadero y lo que es voluntad del Padre infinito, SE HACE REALIDAD. Tal oración no puede permanecer sin respuesta, y no hay otro tipo de súplica que pueda ser contestado plenamente.
(1639.4) <SUP>146:2.9</SUP> 8. La oración no se puede emplear para evitar las postergaciones del tiempo ni para trascender los obstáculos del espacio. La oración no es una técnica para el engrandecimiento del yo ni para aprovecharse deslealmente de los semejantes. Un alma totalmente egoísta es incapaz de orar en el verdadero sentido de la palabra. Dijo Jesús: «Que tu supremo regocijo sea por el carácter de Dios, y él, con toda seguridad te otorgará los sinceros deseos de tu corazón». «Dedica tu camino al Señor; confía en él, y él actuará». «En efecto el Señor escucha el lamento de los menesterosos y contemplará la súplica de los desamparados».
(1639.5) <SUP>146:2.10</SUP> 9. «Yo he venido del Padre; si, por lo tanto, dudas sobre qué puedes pedirle al Padre, suplica en mi nombre y yo presentaré tu solicitud de acuerdo con tus necesidades y deseos reales y de acuerdo con la voluntad de mi Padre». Cuidate del grave peligro del tornarse egocéntrico en tus oraciones. Evita el mucho suplicar para ti mismo. Ora en cambio por el progreso espiritual de tus hermanos. Evita la oración materialista; ora en el espíritu y por la abundancia de los dones del espíritu.
(1639.6) <SUP>146:2.11</SUP> 10. Cuando oréis por los enfermos y los afligidos, no esperéis que vuestra súplica reemplace los cuidados amantes e inteligentes que estos seres afligidos necesitan. Orad por el bienestar de familiares, amigos y compañeros, pero especialmente orad por los que os maldicen, y haced súplicas amantes para los que os persiguen. «Pero no te diré cuándo debes orar. Sólo el espíritu que habita dentro de ti te puede instar a que pronuncies las súplicas que mejor expresen tu relación íntima con el Padre de los espíritus».
Pues qué quieres te diga, recibir yo no sé si recibe alguna...Yo me creía eso de que todo lo que pidáis en mi nombre os lo concederá, y durante años le pedí fe y de momento no me la ha concedido. Le pedí por la salud de mí marido y tampoco me la concedió. No le volví a pedir nada. Así es que mi experiencia es que no escucha las paticiones, al menos no todas.
Martamaría
(1640.4) <SUP>146:2.15</SUP> 14. Jesús advirtió a sus seguidores que las oraciones no se volverían más eficaces mediante repeticiones elegantes, una fraseología elocuente, el ayuno, la penitencia o los sacrificios. Exhortó a sus creyentes a que emplearan la oración como medio para llegar a la verdadera adoración mediante la acción de gracias. Jesús lamentaba el hecho de que se encontrara tan poco del espíritu de gratitud en las oraciones y culto de sus seguidores. Citó en esta ocasión de las Escrituras, diciendo: «Bueno es dar gracias al Señor y cantar alabanzas al nombre del Altísimo, anunciar por la mañana su compasión amante y su fidelidad cada noche, porque Dios me ha dado la dicha con su obra. Daré pues gracias por todas las cosas según la voluntad de Dios».
(1640.5) <SUP>146:2.16</SUP> 15. Luego dijo Jesús: «No estés constantemente con ansiedad excesiva en cuanto a tus necesidades diarias. No os atribules por los problemas de tu existencia terrestre; en todas estas cosas, orando y suplicando con un espíritu sincero de gratitud, despliega tus necesidades ante los ojos de tu Padre que está en el cielo». Citó luego de las Escrituras: «Alabaré yo el nombre de Dios con cántico y lo engrandeceré en gratiutud. Y agradará al Señor más que sacrificio de buey o becerro con cuernos y pezuñas».
(1639.2) <SUP>146:2.7</SUP> 6. Cuando estés totalmente dedicado a hacer la voluntad del Padre en el cielo, recibirás respuesta a todas tus súplicas, porque orarás en total y pleno acuerdo con la voluntad del Padre, y la voluntad del Padre se manifiesta para siempre en todo su vasto universo. Lo que desea el hijo verdadero y lo que es voluntad del Padre infinito, SE HACE REALIDAD. Tal oración no puede permanecer sin respuesta, y no hay otro tipo de súplica que pueda ser contestado plenamente.
(1639.4) <SUP>146:2.9</SUP> 8. La oración no se puede emplear para evitar las postergaciones del tiempo ni para trascender los obstáculos del espacio. La oración no es una técnica para el engrandecimiento del yo ni para aprovecharse deslealmente de los semejantes. Un alma totalmente egoísta es incapaz de orar en el verdadero sentido de la palabra. Dijo Jesús: «Que tu supremo regocijo sea por el carácter de Dios, y él, con toda seguridad te otorgará los sinceros deseos de tu corazón». «Dedica tu camino al Señor; confía en él, y él actuará». «En efecto el Señor escucha el lamento de los menesterosos y contemplará la súplica de los desamparados».
(1639.5) <SUP>146:2.10</SUP> 9. «Yo he venido del Padre; si, por lo tanto, dudas sobre qué puedes pedirle al Padre, suplica en mi nombre y yo presentaré tu solicitud de acuerdo con tus necesidades y deseos reales y de acuerdo con la voluntad de mi Padre». Cuidate del grave peligro del tornarse egocéntrico en tus oraciones. Evita el mucho suplicar para ti mismo. Ora en cambio por el progreso espiritual de tus hermanos. Evita la oración materialista; ora en el espíritu y por la abundancia de los dones del espíritu.
(1639.6) <SUP>146:2.11</SUP> 10. Cuando oréis por los enfermos y los afligidos, no esperéis que vuestra súplica reemplace los cuidados amantes e inteligentes que estos seres afligidos necesitan. Orad por el bienestar de familiares, amigos y compañeros, pero especialmente orad por los que os maldicen, y haced súplicas amantes para los que os persiguen. «Pero no te diré cuándo debes orar. Sólo el espíritu que habita dentro de ti te puede instar a que pronuncies las súplicas que mejor expresen tu relación íntima con el Padre de los espíritus».