Ok, comprendo lo que significa la desaparición total.
Okey.
Después continúas diciendo que la muerte es el resultado del pecado original y un juicio divino.
Claro. Adán y Eva no murieron al comer del árbol. Porque no era el árbol lo que los mataría sino la desobediencia y Dios.
Es como que vos le digas a tu hijo que si no se saca una buena nota en el examen ese fin de semana no va a salir.
Ahora bien... Si se saca una mala nota no aparece una fuerza mágica que no le permite salir de su casa.
En realidad no pasa nada.
Luego sos vos, cuando te enterás, el que le da la orden de que no salga.
Vos hiciste la ley y pusiste el castigo. El viola la ley y vos como juez le decís que no va a poder salir y vos como policía te aseguras que lo cumpla físicamente.
Adán y Eva no solo no murieron sino que podían seguir viviendo para siempre comiendo del árbol de la vida.
Es entonces que Dios ejerce su juicio sobre ellos echándoles del huerto y no dejándoles comer vida.
Entiendo por pecado original la desobediencia de Adán y Eva.
El pecado original es el pecado de origen por el cual toda la descendencia de Adán y Eva es constituida pecadora y muere irremisiblemente.
Si el pecado fue cometido por Adán y Eva, qué ocurre con la muerte de las demás especies y seres vivientes, ¿también es a causa de este pecado cometido por ellos?
Toda la creación fue maldita por este pecado.
Pero aparte el juicio de Dios era en base a su conocimiento adelantado.
Él había visto que de toda la descendencia de Adán ni siquiera uno saldría bueno.
Supo desde siempre por su inefable poder que este deterioro haría completamente inservible al hombre y hay dos son situaciones que se escriben para testimonio nuestro.
Una está en Génesis 6
5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
El otro es la conversación que Dios lleva adelante con Abraham ante la destrucción de Sodoma y Gomorra.
En el relato bíblico de Génesis 18:16-33, Dios revela a Abraham su intención de destruir esas ciudades debido a maldad. Preocupado por la posibilidad de que haya personas justas en esas ciudades, Abraham intercede ante Dios, iniciando una conversación en la que busca evitar la destrucción si se encuentran justos entre los habitantes.
Abraham comienza preguntando si Dios perdonaría la ciudad si se hallaran cincuenta justos en ella. Dios responde afirmativamente, asegurando que no destruiría la ciudad por consideración a esos cincuenta justos. Abraham, mostrando humildad y persistencia, continúa reduciendo el número en sus peticiones: cuarenta y cinco, cuarenta, treinta, veinte y, finalmente, diez. En cada caso, Dios accede a no destruir la ciudad si se encuentra el número de justos mencionado.
Este diálogo destaca la posición de Dios y su especial consideración de no hacer algo si hubiera aunque sea uno que lo justificara.
Nota: Fijate que por la maldad de los hombres Dios decide raer de la tierra a toda criatura que tuviera vida sobre ella.