Eze_18:23 ¿Quiero Yo la muerte del impío? dice Adonai YHVH. ¿No vivirá, si se aparta de sus caminos?
Este versículo es poderoso, León-El. Francamente no lo recordaba. Gracias por traerlo a la mesa.
Y es que con todo el foco en la gracia que tienen algunos de nuestros compañeros, pasan por alto que
la gracia, en su mínima expresión, no es otra cosa que misericordia, y aceptar la gracia, en su mínima expresión, no es otra cosa que arrepentimiento .
Dios tiene misericordia cuando, pudiendo hacer caer todo el peso de la Ley sobre nosotros, no lo hace.
Nosotros nos arrepentimos cuando reconocemos nuestra flaqueza, y entonces buscamos, así sea a tientas, el bien.
El proceso de un arrepentimiento sincero implica reconocer nuestra impotencia, nuestro fracaso (es decir,
nuestra imposibilidad de autojustificarnos) , y reconocer también que existe algo mejor, algo contrario al mal que nos lastima, y buscar así sea a tientas ese bien que anhelamos (es decir,
la existencia de un "Bien" que nos atrae y en el que confiamos).
Así pues, la misericordia y el arrepentimiento son los pilares en los que descansa la doctrina de la salvación por la gracia.
Los conceptos "misericordia" y "arrepentimiento" están presentes a lo largo de toda la Biblia, y
preceden la teología más elaborada de salvación por gracia que aparece con Pablo. Estos conceptos también están en muchas religiones y entre las personas sin religión.
Pablo estaba "obsesionado" con la salvación por la gracia por un buen motivo. Él era el apóstol de los gentiles, y su pasión era convertirlos sin tener que exigirles que guardaban la Ley, por lo que combatía a los judaizantes que se regodeaban en su observancia de la Ley como forma de justificarse y considerarse superiores.
Eso era Pablo. Pero otros apóstoles no estaban tan "obsesionados" en elaborar todo un andamiaje de conceptos y léxico alrededor de la gracia.
El foco de Santiago era otro.
"Muéstrame tus obras, y te diré quién eres"
