Originalmente enviado por Gabriel47
Respondo: El ex-sacerdote jesuita Alberto Rivera, manifestó que la Iglesia Adventísta había sido infiltrada por los jesuitas, de igual modo como otras denominaciones protestantes
El mismo menciona que sirvió a estos oscuros planes cuando era miembro de dicho cuerpo eclesíastico, leamos una parte de su testimonio:
"La parte más interesante era cómo destruir a una Iglesia Protestante Cristiana, destruir un pastor que decía que la institución Católica Romana no era una Iglesia Cristiana y que los Católicos no eran salvos. En España solamente, yo ayudé a destruir 19 Iglesias. Yo permití que me arrestaran en una de las redadas para que mi nombre apareciera en los periódicos como un hereje. También el pastor de esa iglesia me dio una carta personal, recomendándome como un fiel y confiable Cristiano. El no sabía que yo era responsable por esa redada y por él estar en prisión. Yo tenía 17 años en esa época. Con la carta de ese pastor yo fui aceptado en la Iglesia Bautista de Venezuela y después fui transferido a un seminario Inter-denominacional en Costa Rica. Mi misión era destruir al pastor, la iglesia y el seminario. Tenía que tomar tantos nombres como fuera posible y mandarlos a Roma.
Si tú mismo escribistes:"y fui Ordenado por La Iglesia Católica como Hermano Misionero Franciscano de Los Santos Ángeles Custodios.", para nadie es desconocido que te movías en esferas importantes de tu iglesia.
Si eres catalogado como ¡Infiltrado!, no es signo de odio, el mismo judas fue identificado por nuestro Señor como traidor, y Él no sentía odio por Iscariote.
"Y dijo uno de sus discípulos, judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar" Juan 12: 4
Leamos lo que señala Mateo 26: "...El que mete la mano conmigo en el plato, ese me va a entregar.
24 A la verdad el Hijo del hombre va, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
25 Entonces, respondiendo Judas, el que lo iba a entregar, dijo:
--¿Soy yo, Maestro?
Le dijo:
--Tú lo has dicho."
Y en Marcos 14, dice: "43 Aún estaba él hablando cuando vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.
44 El que lo entregaba les había dado señal, diciendo: «Al que yo bese, ese es. Prendedlo y llevadlo con seguridad».
45 Cuando vino, se acercó luego a él y le dijo:
--¡Maestro! ¡Maestro!
Y lo besó.[a]
46 Entonces ellos le echaron mano y lo prendieron."
La Orden de los Jesuitas fué fundada por Ignacio de Loyola el 27 de septiembre de 1540 en Roma, y desde el principio la Orden cobró forma de una Milicia puesta al servicio del Pontificado.
San Ignacio de Loyola nació en 1491 en el Castillo de Loyola, en Azpeitia, Guipúzcoa.
A lo largo de la Historia de la Iglesia Católica Los Jesuitas siempre han estado involucrados en los episodios más extraños, controvertidos y violentos, en las labores de espionaje vaticano y en la creación de grupos asesinos jesuitas como el "Círculo Octogunus". La "Orden Negra" de los jesuitas del Vaticano, gobernados por su Superior General, el Papa Negro, se ha ocupado siempre de defender los intereses del Vaticano desde las alcantarillas de la sociedad mundial.
"Pasados los primeros triunfos de la Reforma, Roma reunió nuevas fuerzas con la esperanza de acabar con ella. Entonces fue cuando nació la orden de los jesuítas, que iba a ser el más cruel, el menos escrupuloso y el más formidable de todos los campeones del papado. Libres de todo lazo terrenal y de todo interés humano, insensibles a la voz del afecto natural, sordos a los argumentos de la razón y a la voz de la conciencia, no reconocían los miembros más ley, ni más sujeción que las de su orden, y no tenían más preocupación que la de extender su poderío. El Evangelio de Cristo había capacitado a sus adherentes para arrostrar los peligros y soportar los padecimientos, sin desmayar por el frío, el hambre, el trabajo o la miseria, y para sostener con denuedo el estandarte de la verdad frente al potro, al calabozo y a la hoguera. Para combatir contra estas fuerzas, el jesuitismo inspiraba a sus adeptos un fanatismo tal, que los habilitaba para soportar peligros similares y oponer al poder de la verdad todas las armas del engaño. Para ellos ningún crimen era demasiado grande, ninguna mentira demasiado vil, ningún disfraz demasiado difícil de llevar. Ligados por votos de pobreza y de humildad perpetuas, estudiaban el arte de adueñarse de la riqueza y del poder para consagrarlos a la destrucción del protestantismo y al restablecimiento de la supremacía papal. Al darse a conocer como miembros de la orden, se presentaban con cierto aire de santidad, visitando las cárceles, atendiendo a los enfermos y a los pobres, haciendo profesión de haber renunciado al mundo, y llevando el sagrado nombre de Jesús, de Aquel que anduvo haciendo bienes. Pero bajo esta fingida mansedumbre, ocultaban a menudo propósitos criminales y mortíferos.
Era un principio fundamental de la orden, que el fin justifica los medios. Según dicho principio, la mentira, el robo, el perjurio y el asesinato, no sólo eran perdonables, sino dignos de ser recomendados. siempre que vieran los intereses de la iglesia.
Con muy diversos disfraces se introducían los jesuítas en los puestos del estado, elevándose hasta la categoría de consejeros de los reyes, y dirigiendo la política de las naciones. Se hacían criados para convertirse en espías de sus señores. Establecían colegios para los hijos de príncipes y nobles, y escuelas para los del pueblo; y los hijos de padres protestantes eran inducidos a observar los ritos romanistas. Toda la pompa exterior desplegada en el culto de la iglesia de Roma se aplicaba a confundir la mente y ofuscar y embaucar la imaginación, para que los hijos traicionaran aquella libertad por la cual sus padres habían trabajado y derramado su sangre. Los jesuítas se esparcieron rápidamente por toda Europa y doquiera iban lograban reavivar el papismo.
Para otorgarles más poder, se expidió una bula que restablecía la Inquisición.
No obstante el odio general que inspiraba, aun en los países católicos, el terrible tribunal fue restablecido por los gobernantes obedientes al papa; y muchas atrocidades demasiado terribles para cometerse a la luz del día, volvieron a perpetrarse en los secretos y obscuros calabozos. En muchos países, miles y miles de representantes de la flor y nata de la nación, de los más puros y nobles, de los más inteligentes y cultos, de los pastores más piadosos y abnegados, de los ciudadanos más patriotas e industriosos, de los más brillantes literatos, de los artistas de más talento y de los artesanos más expertos, fueron asesinados o se vieron obligados a huir a otras tierras.
Estos eran los medios de que se valía Roma para apagar la luz de la Reforma, para privar de la Biblia a los hombres, y restaurar la ignorancia y la superstición de la Edad Media. Empero, debido a la bendición de Dios y al esfuerzo de aquellos nobles hombres que él había suscitado para suceder a Lutero, el protestantismo no fue vencido. Esto no se debió al favor ni a las armas de los príncipes"
El Conflcito de Los Siglos. Capitulo "LA REFORMA EN FRANCIA" últimos parrafos.
Las formas más importantes para destruir a un pastor son:
1) Desacreditarlo,
2) Aislarlo, o
3) Muerte por varios medios.
1) Destruir su reputación mintiendo acerca de él torciendo algo que él dijo, haciéndolo lucir como el enemigo de su país. Meterlo en problemas con los oficiales. Tenderle una trampa con una mujer, ella sería plantada como su secretaria para tener una aventura amorosa con él. Una vez llamamos a un pastor tarde en la noche. En el camino pusimos una mujer en dificultades, él paró a ayudar. Ella gritó ¡violación!, y su compañero estaba allí tomando fotos para destruir al pastor. Las agencias del gobierno lo investigan porque le ponemos una trampa de cualquier cosa, desde evasión de impuestos, expendedor de drogas y cuando él prueba su inocencia ya es muy tarde, la prensa ya lo hizo lucir culpable. Estas son sólo unas pocas cosas que le podemos hacer para hacerlo lucir un mentiroso, inmoral y ladrón.
2) Una campaña de chismes y cartas para decir que él es muy 'controversial.' Que es un alborotador. Aquellos que se oponen a él lo llaman enemigo causando división, diciendo que él está en contra de la unión. Que él no está mostrando el amor de Dios [sic] porque tienen sus propias doctrinas y creencias extrañas. El se queda sólo sin pasado ni amigos. Una nueva mentira es difundida que él ha tenido un ataque de nervios, así que todo lo que él dice es muy poco de fiar. Asilamiento es usado para forzarlos fuera del ministerio.
3) Cuando él cree que tiene un llamado de Dios [sic] y no se transa bajo la presión de los otros pastores, amigos y familia, entonces cosas muy extrañas comienzan a suceder. El es atropellado por un carro, va a hospital y alguna enfermera le quita el oxígeno o le cambia los medicamentos. Puede morir envenenado, o ser inducido a tomar drogas que cambien su estado mental y es puesto en una institución para enfermos mentales, o puede tener una riña con un desconocido quien lo apuñalea en la oscuridad, o se le puede poner un contrato para asesinarlo con una bala, o la copa envenenada. Como pueden ver la iglesia Católica Romana está en guerra.
El primer grupo donde él se infiltró fue los Adventistas del Séptimo Día y los Hombres de Negocio Del Evangelio Completo. Después fueron los Bautistas, Metodistas, Presbiterianos, etc. Todos fueron infiltrados, hasta los Testigos de Jehová y los Mormones. El próximo paso fue infiltrar todos los seminarios, Universidades y Colegios. Los Jesuitas dirigen a la Acción Juvenil Católica, la Legión de María y los Caballeros de Colón."
¡Nó a los infiltrados!
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.