Re: ¿Quien es YHWH según Edil?
Un abrazo mi estimado Salmo51...
Ya se donde vas,
abre un tema al respecto y lo debatimos,
porque no estoy de acuerdo.
Creo que el estuvo presente en la persona de Jesús,
completamente,
enteramente,
y lo que Jesús hacía y decía,
era YHWH quién lo hacía,
porque en el hombre Jesús, HABITABA, MORABA plenamente YHWH.
Cuando Jesús hablaba, los hacía Dios, por eso es Su Palabra en la tierra, pero NO YHWH EN PERSONA.
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Edil.
Hola,
Estoy de acuerdo con lo que dices referente a que Jesucristo tenía el permiso del Padre para hablar y actuar como si fuera el Padre mismo. A esto nosotros lo llamamos divina investidura de autoridad
Juan 14:9”Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?”.
Es por esta unidad de propósito que tienen el Padre y el Hijo por lo que podemos llamar a Cristo Dios nuestro y Señor nuestro. Nosotros creemos que el Padre es el único Dios verdadero porque es la fuente de divinidad y todos los que lleguen a ser uno con el Padre serán dioses, y formarán parte de la divinidad. Nosotros creemos en la divinidad como una perfecta unidad de amor, igual en mente y propósito, a la que somos llamados a formar parte todos los redimidos por la sangre de Jesús. Para ello debemos alcanzar la exaltación.Por eso el Padre dice fuera de mi no hay Dios, porque todos los hijos que lleguen a ser uno con El formarán una perfecta unidad con EL y serán dioses.
Sin embargo nosotros creemos que Jehová es Jesucristo y que habla muchas veces en las Escrituras como si fuera el mismo Padre, y no se sabe muchas veces cuando es el Hijo o cuando es el Padre el que habla por boca de Jehová. En algunos pasajes hablan el Hijo y el Padre como si fueran uno sólo. Por ejemplo, en este pasaje hablan los dos:
Zacarías 12:10 Y derramaré sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén espíritu de gracia y de oración; y me mirarán a mí, a quien traspasaron, y le llorarán a él como se llora por el hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
En el siguiente pasaje de Doctrina y Convenios están hablando el Padre y el Hijo. No hay previo aviso cuando cambian de uno a otro porque son UNO.
DyC 29:
1 Escuchad la voz de Jesucristo, vuestro Redentor, el Gran [SUP]a[/SUP]
YO SOY, cuyo brazo de [SUP]b[/SUP]
misericordia ha [SUP]c[/SUP]
expiado vuestros pecados; 2 quien [SUP]a[/SUP]
juntará a su pueblo como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, sí, a cuantos escuchen mi voz, se [SUP]b[/SUP]
humillen ante mí y me invoquen con poderosa oración.
3 He aquí, de cierto, de cierto os digo que en esta ocasión vuestros pecados os son [SUP]a[/SUP]
perdonados, por tanto, recibís estas cosas; mas acordaos de no pecar más, no sea que os sobrevengan peligros.
4 De cierto os digo, que sois escogidos de entre el mundo para declarar mi evangelio con el son de regocijo, como con [SUP]a[/SUP]
voz de trompeta.
5 Elevad vuestros corazones y alegraos, porque yo estoy en [SUP]a[/SUP]
medio de vosotros, y soy vuestro [SUP]b[/SUP]
intercesor ante el Padre; y es su buena voluntad daros el [SUP]c[/SUP]
reino.
6 Y como está escrito: Recibiréis cuanto [SUP]a[/SUP]
pidiereis con [SUP]b[/SUP]
fe, si estáis [SUP]c[/SUP]
unidos en oración de acuerdo con mi mandato.
7 Y sois llamados para efectuar el [SUP]a[/SUP]
recogimiento de mis [SUP]b[/SUP]
escogidos; porque éstos [SUP]c[/SUP]
escuchan mi voz y no endurecen su [SUP]d[/SUP]
corazón.
8 Por tanto, del Padre ha salido el decreto de que serán [SUP]a[/SUP]
recogidos en un solo lugar sobre la faz de esta tierra, a fin de [SUP]b[/SUP]
preparar su corazón, y que se preparen en todas las cosas para el día en que se derramen [SUP]c[/SUP]
tribulaciones y desolación sobre los malvados.
9 Porque la hora está cerca, y próximo está el día cuando la tierra estará madura; y todos los [SUP]a[/SUP]
soberbios y los que hacen maldad serán como [SUP]b[/SUP]
rastrojo, y yo los [SUP]c[/SUP]
abrasaré, dice el Señor de los Ejércitos, a fin de que no exista maldad en la tierra;
10 porque la hora está cerca, y lo que [SUP]a[/SUP]
hablaron mis apóstoles se ha de cumplir; porque acontecerá tal como dijeron;
11 porque con poder y gran gloria me revelaré desde los cielos, con todas sus [SUP]a[/SUP]
huestes, y moraré en [SUP]b[/SUP]
rectitud con los hombres sobre la tierra [SUP]c[/SUP]
mil años, y los malvados no permanecerán.
12 Y además, de cierto, de cierto os digo, y ha salido como un firme decreto por la voluntad del Padre, que mis [SUP]a[/SUP]
apóstoles, los Doce que estuvieron conmigo durante mi ministerio en Jerusalén, estarán a mi diestra, el día de mi venida en una columna de [SUP]b[/SUP]
fuego, ataviados con vestidos de rectitud, y con coronas sobre sus cabezas, en [SUP]c[/SUP]
gloria igual que yo, para [SUP]d[/SUP]
juzgar a toda la casa de Israel, sí, a cuantos me hayan amado y guardado mis mandamientos, y a ningún otro.
13 Porque sonará una [SUP]a[/SUP]
trompeta larga y fuertemente, así como en el monte de Sinaí, y toda la tierra temblará; y [SUP]b[/SUP]
saldrán, sí, [SUP]c[/SUP]
los que murieron en mí, para recibir una [SUP]d[/SUP]
corona de rectitud y ser revestidos [SUP]e[/SUP]
así como yo, para estar conmigo, a fin de que seamos uno.
14 Mas he aquí, os digo que antes que llegue este gran [SUP]a[/SUP]
día, el [SUP]b[/SUP]
sol se obscurecerá y la luna se tornará en sangre; las estrellas caerán del cielo y habrá [SUP]c[/SUP]
señales mayores arriba en el cielo y abajo en la tierra;
15 y habrá lloro y [SUP]a[/SUP]
lamentos entre las huestes de los hombres;
16 y se enviará una fuerte [SUP]a[/SUP]
tormenta de granizo para destruir las cosechas de la tierra.
17 Y acontecerá que a causa de la iniquidad del mundo, me [SUP]a[/SUP]
vengaré de los [SUP]b[/SUP]
malvados, por cuanto no se arrepienten; porque la copa de mi indignación está llena; pues he aquí, mi [SUP]c[/SUP]
sangre no los limpiará si no me escuchan.
18 Por lo tanto, yo, Dios el Señor, enviaré moscas sobre la faz de la tierra, las cuales se prenderán de sus habitantes, y comerán su carne y harán que se críen gusanos en ellos;
19 y serán atadas sus lenguas a fin de que no [SUP]a[/SUP]
hablen contra mí; y la carne se les caerá de los huesos, y los ojos de las cuencas;
20 y acontecerá que las [SUP]a[/SUP]
bestias del monte y las aves del aire los devorarán.
21 Y la grande y [SUP]a[/SUP]
abominable iglesia, que es la [SUP]b[/SUP]
ramera de toda la tierra, será derribada por [SUP]c[/SUP]
fuego devorador, de acuerdo con lo declarado por boca de Ezequiel el profeta, quien habló de estas cosas, las cuales no han acontecido, pero vivo yo, que ciertamente [SUP]d[/SUP]
acontecerán, porque no han de reinar las abominaciones.
22 Y además, de cierto, de cierto os digo, que cuando hayan terminado los [SUP]a[/SUP]
mil años y los hombres de nuevo empiecen a negar a su Dios, entonces perdonaré la tierra solamente por un [SUP]b[/SUP]
corto tiempo;
23 y vendrá el [SUP]a[/SUP]
fin, y el cielo y la tierra serán consumidos y [SUP]b[/SUP]
pasarán, y habrá un cielo nuevo y una [SUP]c[/SUP]
tierra nueva.
24 Porque todas las cosas viejas [SUP]a[/SUP]
pasarán, y todo será hecho nuevo, el cielo y la tierra, y toda la plenitud de ellos, tanto hombres como bestias, las aves del aire, y los peces del mar;
25 y ni un [SUP]a[/SUP]
cabello ni una mota se perderán, porque es la obra de mis manos.
26 Mas he aquí, de cierto os digo que antes que pase la tierra, [SUP]a[/SUP]
Miguel, mi [SUP]b[/SUP]
arcángel, tocará su [SUP]c[/SUP]
trompeta, y entonces todos los muertos [SUP]d[/SUP]
despertarán, porque se abrirán sus sepulcros y [SUP]e[/SUP]
saldrán, sí, todos;
27 y serán reunidos los [SUP]a[/SUP]
justos a mi [SUP]b[/SUP]
derecha para vida eterna; y a los malvados, a mi izquierda, me avergonzaré reconocerlos ante mi Padre.
28 Por tanto, les diré: [SUP]a[/SUP]
Apartaos de mí, malditos, al [SUP]b[/SUP]
fuego eterno, preparado para el [SUP]c[/SUP]
diablo y sus ángeles.
29 Y ahora bien, he aquí, os digo que en ningún tiempo he declarado por mi propia boca que han de volver, pues no pueden venir a [SUP]a[/SUP]
donde yo estoy, porque no tienen poder.
30 Mas recordad que no todos mis juicios son dados a los hombres; y tal como las palabras han salido de mi boca, así se cumplirán, para que lo [SUP]a[/SUP]
primero sea postrero, y lo postrero sea primero en todas las cosas que he creado por la palabra de mi poder, que es el poder de mi Espíritu.
31 Porque por el poder de mi Espíritu las he [SUP]a[/SUP]
creado; sí, todas las cosas, tanto [SUP]b[/SUP]
espirituales como temporales:
32 primero [SUP]a[/SUP]
espirituales, en seguida temporales, que es el principio de mi obra; y además, primero temporales y en seguida espirituales, que es el fin de mi obra,
33 hablándoos para que entendáis con naturalidad; mas para mí no tienen [SUP]a[/SUP]
fin mis obras, ni principio; pero os es dado para que comprendáis, porque me lo habéis preguntado y estáis de acuerdo.
34 Por tanto, de cierto os digo que para mí todas las cosas son espirituales; y en ninguna ocasión os he dado una ley que fuese temporal, ni a ningún hombre, ni a los hijos de los hombres, ni a Adán, vuestro padre, a quien yo creé.
35 He aquí, yo le concedí que fuese su propio [SUP]a[/SUP]
agente; y le di mandamientos; pero ningún mandamiento temporal le di, porque mis [SUP]b[/SUP]
mandamientos son espirituales; no son naturales ni temporales, ni tampoco son carnales ni sensuales.
36 Y aconteció que Adán, habiendo sido tentado por el diablo, pues, he aquí, [SUP]a[/SUP]
éste existió antes que Adán, porque se [SUP]b[/SUP]
rebeló contra mí
(aquí es el Padre quien habla), diciendo: Dame tu [SUP]c[/SUP]
honra, la cual es mi [SUP]d[/SUP]
poder; y también alejó de mí a la [SUP]e[/SUP]
tercera parte de las [SUP]f[/SUP]
huestes del cielo, a causa de su [SUP]g[/SUP]
albedrío;
37 y fueron arrojados abajo, y así llegaron a ser el [SUP]a[/SUP]
diablo y sus [SUP]b[/SUP]
ángeles;
38 y he aquí, hay un lugar preparado para ellos desde el principio, el cual es el [SUP]a[/SUP]
infierno.
39 Y es menester que el diablo [SUP]a[/SUP]
tiente a los hijos de los hombres, de otra manera éstos no podrían ser sus propios agentes; porque si nunca tuviesen lo [SUP]b[/SUP]
amargo, no podrían conocer lo dulce.
40 Aconteció, pues, que el diablo tentó a Adán, y éste comió del [SUP]a[/SUP]
fruto prohibido y transgredió el mandamiento, por lo que vino a quedar [SUP]b[/SUP]
sujeto a la voluntad del diablo, por haber cedido a la tentación.
41 Por tanto, yo, Dios el Señor, hice que fuese [SUP]a[/SUP]
echado del Jardín de [SUP]b[/SUP]
Edén, de mi presencia, a causa de su transgresión, y en esto murió [SUP]c[/SUP]
espiritualmente, que es la primera muerte, la misma que es la última [SUP]d[/SUP]
muerte, que es espiritual, y la cual se pronunciará sobre los inicuos cuando yo diga: Apartaos, [SUP]e[/SUP]
malditos.
42 Mas he aquí, os digo que yo, Dios el Señor, les concedí, a Adán y a su posteridad, que no [SUP]a[/SUP]
muriesen, en cuanto a la muerte temporal, hasta que yo, Dios el Señor, enviara [SUP]b[/SUP]
ángeles para declararles el [SUP]c[/SUP]
arrepentimiento y la [SUP]d[/SUP]
redención mediante la fe en el nombre de mi Hijo [SUP]e[/SUP]
Unigénito.
(aquí vemos claramente que es el Padre el que habla)
43 Y así, yo, Dios el Señor, le señalé al hombre los días de su [SUP]a[/SUP]
probación, para que por su muerte natural [SUP]b[/SUP]
resucitara en [SUP]c[/SUP]
inmortalidad a la [SUP]d[/SUP]
vida eterna, sí, aun cuantos creyeren;
44 y los que no creyeren, a [SUP]a[/SUP]
condenación eterna; porque no pueden ser redimidos de su caída espiritual, debido a que no se arrepienten;
45 pues aman las tinieblas más bien que la luz, y sus [SUP]a[/SUP]
hechos son malos, y reciben su [SUP]b[/SUP]
salario de aquel a quien quieren obedecer.
46 Pero he aquí, os digo que los [SUP]a[/SUP]
niños pequeños son [SUP]b[/SUP]
redimidos desde la fundación del mundo, mediante mi Unigénito
(aquí habla el Padre);
47 por tanto, no pueden pecar, porque no le es dado poder a Satanás para [SUP]a[/SUP]
tentar a los niños pequeños, sino hasta cuando empiezan a ser [SUP]b[/SUP]
responsables ante mí;
48 porque a ellos les es dado conforme a mi voluntad, según me plazca, a fin de que se requieran grandes cosas de las manos de sus [SUP]a[/SUP]
padres.
49 Y además os digo, ¿a quién de los que tienen conocimiento no le he mandado yo que se arrepienta?
50 Y en cuanto al que no tiene [SUP]a[/SUP]
entendimiento, queda en mí hacer de acuerdo con lo que está escrito. Y ahora no os declaro más en esta ocasión. Amén.
Nosotros creemos que Jesucriso es el Padre Eterno en tres sentidos:
1) Es el creador de todas las cosas , y por lo tanto se menciona en muchos pasajes como " . . . el verdadero Padre Eterno del cielo y de la tierra" (véase Eter 4:7; Alma 11:38, 39; Mosíah 15:4; 16:15).
Eter 4:7 Y el día en que ejerzan la fe en mí, dice el Señor, así como lo hizo el hermano de Jared, para que se santifiquen en mí, entonces les manifestaré las cosas que vio el hermano de Jared, aun hasta desplegar ante ellos todas mis revelaciones, dice Jesucristo, el Hijo de Dios, el Padre de los cielos y de la tierra, y de todas las cosas que en ellos hay.
2) Es el Padre de todos los que aceptan su sacrificio expiatorio y hacen convenio con El de obedecer su evangelio sempiterno.
Mosias 5:7-8. “Ahora pues, a causa del convenio que habéis hecho, seréis llamados progenie de Cristo, hijos e hijas de él, porque he aquí, hoy él os ha engendrado espiritualmente; pues decís que vuestros corazones han cambiado por medio de la fe en su nombre; por tanto, habéis nacido de él y habéis llegado a ser sus hijos y sus hijas. 8 Y bajo este título sois librados, y no hay otro título por medio del cual podáis ser librados. No hay otro nombre dado por el cual venga la salvación; por tanto, quisiera que tomaseis sobre vosotros el nombre de Cristo, todos vosotros que habéis hecho convenio con Dios de ser obedientes hasta el fin de vuestras vidas.”
3) es el Padre por "divina investidura de autoridad". El Padre le dio autoridad para que hablara y actuara en su nombre. Cualquier cosa que haga o diga Cristo es como si la dijera o hiciera el Padre. Juan 14:9”Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?”
Un saludo.