Re: ¿Que Perdio el Hombre, en el Edén, Cuando Pecó?
Y es que en esto yo encuentro el "por qué" de muchas actitudes que toma el ser humano.
veía el otro día en una calcomanía pegada en el vidrio de un coche que decía: “Busco amor, me conformo con sexo”. Esta es una frase tan real: “Busco amor, pero me conformo con....”, y aquí deberíamos poner cada uno, aquello con lo que nos estamos conformando, buscando el amor de nuestro Dios.
Podemos aún cambiar de “adicciones”, no estamos diciendo que todos padecemos de las mismas adicciones. Podemos dejar de ser adictos a esto, pero lo somos de aquello otro. Dejamos de ser adictos a las drogas, pero nos convertimos en adictos a otras drogas (hasta de las drogas religiosas), que son socialmente más aceptables y menos “dañinas” (según nosotros). Ahí nadie te dice nada, recibes mejor calificación de los demás.
Un adicto al tabaco o al alcohol, recibe mejor calificación que un cocainómano o que un marigüano. Un adicto al refresco o a la comida chatarra, también es más aceptado que un adicto a la pornografía. Lo mismo sucede con un adicto a la religiosidad, es bien visto por los demás.
Pero nadie está libre de adicciones, hasta que recibimos el amor incondicional de Dios en nuestra vida. Porque eso es lo que hemos estado buscando todo el tiempo, y nos ha llevado a buscar ese amor en las cosas creadas.
El amor incondicional de Dios es la única respuesta a todos nuestros anhelos.
Ese amor que buscamos en la gente y en las cosas y en los vicios, sólo puede ser satisfecho en el amor de Dios. Pero lo triste es que, diciendo creer en ese amor, lo cierto es que no hemos terminado por creer en él, y seguimos siendo adictos a la religiosidad.
¿Cómo manejo mi estado de separación de Dios? ¿Como manejo al hecho de que sigo caminando separado de él?, el hecho de que sigo haciendo cosas que no son agradables? Y estamos hablando de creyentes ¿Cómo lo manejamos? Como hemos dicho, siento vergüenza, como la sintió Adán y Eva, así que voy a actuar también delante de Dios, creyendo que le engaño, y me escondo de él. Voy a vivir mi vida frente a Dios avergonzado, escondido. Todos lo hemos hecho, y lo hacemos de diferentes maneras.
Esto es tremendo, porque el diablo utiliza este estado espiritual de quienes se sienten avergonzados, para manipularlos y someterlos a una de sus armas favoritas (y letales): ”la religiosidad.”
lo trágico es ver como muchos creyentes se han metido en un sistema religioso tan tremendo, que los mantiene ahí, en un letargo espiritual demoníaco. Pero que no permite que les resplandezca la luz del evangelio de Cristo (2 Co. 4:4).
Y aquí vamos a ver también dos actitudes que tomamos los creyentes ante esta situación. Miremos a Adán, ¿Cómo es que Adán maneja su sentimiento de vergüenza cuando Dios aparece? ¿Se acuerdan de lo que hizo?... Dios aparece y le pregunta: “¿Qué haz hecho Adán?”; y Adán le dice: ”¿Quién., yo.....? ¡Yo no he hecho nada..., fue ella Señor, la mujer que tú me diste...ella fue la culpable!” Por una parte Adán culpa a Dios, y por otra, a Eva.
Adán esta manejando su sentimiento de vergüenza cara a cara ante Dios, y quiere engañarle, en lugar de permitir ser confrontado y arrepentirse. Y esto es muy importante, porque muchos seguimos haciendo lo mismo, las cosas no han cambiado tras las generaciones y generaciones que han pasado, seguimos haciéndolo al “estilo Adán”.
La manera que Adán utilizó fue la de desasociarse de su vergüenza: ”Yo,...yo no tengo ninguna vergüenza”, entonces culpa a otro. Adán toma su vergüenza y la arroja sobre su esposa. Esta es una forma que muchos usamos para manejar nuestra vergüenza.
Este es un estilo: el “estilo Adán”, pero ahora fijémonos en el “estilo Eva”, notemos como lo maneja ella. Pareciera que es una forma totalmente diferente. Adán la culpa, y ella... ¡ella acepta la culpa que Adán le había arrojado, sin chistar!
Esto ha sido así siempre. Habemos quienes lo hacemos al “estilo Adán”, y hay quienes lo hacemos al “estilo Eva.” Y no hablamos de varón y hembra. Hay hombres que lo hacen estilo Eva, y mujeres que lo hacen al estilo Adán. Ella está aceptando la culpa. El dijo: “¡ella es culpable!”, y ella dijo: “Bueno....si, si. Está bien, fui yo, con tal y que me des tu aprobación.” (aunque también, por su parte ella culpó a la serpiente)
Pero.....¿Por qué lo hizo? Porque ella no ha recuperado su identidad, la sigue buscando en la voz de la criatura. Ella es lo que Adán quiere que sea. Y Adán quiere ser lo que quiere ser, y que ella sea lo que él quiere que sea.
