hectorlugo;n3122305 dijo:
si ,,los espiritus buenos que fueron enviados a la tierra en cuerpos de piel blanca por haber peliadp valientemente en la guerra celestial ..
lo que pasa es que horisonte es de piel negra .. no cualifica paraser de los buenos preordenados jeje ..
yo soy mexclaoo jabao mitad negro mitad blanco .. cafe con leche ..
a mi me dejaran en el limbo ..
Amigo el gran problema tuyo no es la doctrina en si, sino la desinformación que tienes de los mormones, estas desinformado metiéndote en pagina anti mormonas o sea tu eres lo que llaman en mi pueblo un lleva y trae hablas porque ves a otro hablar, te aseguro que ni siquiera has leido la primera pagina del libro de mormón y hablas como que si dominaras el tema. ese es tu problema. Otro problema es lo que dices esta mal dicho y eres víctima de los que critican a los mormones, pero en fin allá tu.
Ejem.
si ,,los espiritus buenos que fueron enviados a la tierra en cuerpos de piel blanca por haber peliadp valientemente en la guerra celestial ..
lo que pasa es que horisonte es de piel negra .. no cualifica paraser de los buenos preordenados jeje ..
yo soy mexclaoo jabao mitad negro mitad blanco .. cafe con leche ..
a mi me dejaran en el limbo
Esto es falso de toda falsedad te explico
Esta es la DOCTRINA SUD. Lo que tu has dicho son inventos de los anti mormones para desprestigiar, antes de hablar de alguien o de algo educate primero de la fuente oficial y no de los malos. Como dijo Cristo de lo que sabemos hablamos, asi que sino sabes mejor calladito te ves mas bonito.
En la vida preterrenal, se nos impartieron lecciones que nos prepararon para ayudar al Padre Celestial a llevar a cabo la salvación de Sus hijos (véase
D. y C. 138:56). También teníamos la libertad de escoger seguir y obedecer a Dios. Algunos de los hijos del Padre sobresalieron por causa de su “fe excepcional y buenas obras” y se les preordenó, o se les dieron asignaciones, para que sirvieran de maneras específicas en la Tierra (
Alma 13:3). El más grande entre aquellos que siguieron al Padre Celestial en aquel entonces fue Su primer hijo nacido en el espíritu, Jesús el Cristo, o Jehová, como se lo conocía allí.
El profeta José Smith explicó que, mientras nos hallábamos en nuestro estado preterrenal, todos estuvimos presentes cuando Dios el Padre explicó Su plan para la salvación de Sus hijos. Aprendimos que haría falta un Salvador para vencer los problemas que acarrearían las condiciones de la vida mortal
Nuestro Padre Celestial preguntó: “¿A quién enviaré [para que sea el Salvador]?”. Jesucristo respondió: “Heme aquí; envíame” (
Abraham 3:27). Él fue el “Amado” y el “Escogido [del Padre] desde el principio” (
Moisés 4:2) y siempre estuvo destinado a desempeñar esa función. Pero Lucifer interrumpió y se ofreció en ese momento junto con una propuesta que hubiera destruido el albedrío del hombre y lo hubiese exaltado a él por encima del trono de Dios (véase
Moisés 4:1–4). Nuestro Padre Celestial contestó: “Enviaré al primero” (
Abraham 3:27). Lucifer se rebeló y se lo llegó a conocer como Satanás.
La división entre los espíritus causó una guerra en los cielos. La tercera parte de los hijos de Dios se apartó de Él y siguió a Satanás (véase
D. y C. 29:36–37). A aquellos espíritus rebeldes se les negó la posibilidad de recibir cuerpos físicos, se les arrojó a la Tierra y siguen haciendo la guerra a los santos de Dios (véase
D. y C. 76:25–29). El resto de los hijos de Dios se regocijó porque podría venir a la tierra y porque se escogió a Jesucristo para vencer el pecado y la muerte (véase
Job 38:7).
En la vida preterrenal obtuvimos conocimiento del Evangelio, un testimonio y fe en el Salvador y en Su expiación. Eso llegó a constituir una protección y una fortaleza importantes en la guerra de los cielos. Quienes siguieron a Dios vencieron a Satanás y a los ángeles de éste “por medio de la sangre del Cordero y de la palabra de su testimonio” (
Apocalipsis 12:11). Al aprender el Evangelio y obtener un testimonio aquí en la Tierra, en realidad volvemos a aprender lo que alguna vez supimos y sentimos en nuestra vida preterrenal.
El saber que todas las personas de la Tierra escogieron seguir al Salvador en la vida preterrenal nos cambia la vida porque nos ayuda conforme efectuamos la obra misional. Tal como el élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, ha dicho: “Cada hijo de Dios en la vida terrenal escogió el plan del Salvador. Confía en que, al tener la oportunidad, volverán a hacerlo”
Del mismo modo que no podemos recordar los primeros años de la vida terrenal, nuestros recuerdos de la vida preterrenal se han reprimido. Eso fue necesario para ayudarnos a andar por fe y prepararnos para llegar a ser semejantes a Él. No obstante, podemos tener la seguridad de que conocimos y amamos a nuestro Padre Celestial. El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) prometió que “nada nos sorprenderá más que, al pasar al otro lado del velo… darnos cuenta de lo bien que conocemos a nuestro Padre y lo familiar que nos es Su rostro”
El saber que nuestro Padre Celestial nos conocía y amaba nos cambia la vida y hace que nuestras oraciones sean más personales y profundas.
El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, ha enseñado: “No hay forma de que la vida tenga sentido si no existe el conocimiento de la doctrina de una vida preterrenal… Cuando llegamos a comprender la doctrina de la vida preterrenal, entonces las piezas encajan y tienen sentido”