¿Puede un cristiano participar de vida política?

Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?


A mí no me desilusionas.
Un verdadero cristiano tiene la obligación de oponerse al mal, donde sea que se favorezca. Si no lo entiendes, allá tú. Sigue rezando, que es lo cómodo, a ver si solucionas algo.

Pero no por medio de la política sino por medio de la Palabra de Dios.
Así que mucho errais.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Pero no por medio de la política sino por medio de la Palabra de Dios.
Así que mucho errais.

Ya. Cuando estén votando leyes injustas, ya me dirás tú de qué va a servir que tú estés rezado o hablado de Dios en tu comunidad, ¡de nada! La ley saldrá adelante. Pero si entre los votantes hubiese unos cuantos creyentes, no saldría.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?


Ya. Cuando estén votando leyes injustas, ya me dirás tú de qué va a servir que tú estés rezado o hablado de Dios en tu comunidad, ¡de nada! La ley saldrá adelante. Pero si entre los votantes hubiese unos cuantos creyentes, no saldría.

No abra la boca para expulsar vituperio a la causa de Cristo.
Ya se le explicó que su «cristo político» no tiene cabida en la Iglesia de Cristo.
Solicite audiencia con Bergoglio y pida indulgencias alegando su labor proselitista alrededor de su «cristo político», quizás califique para una futura canonización como la «madre de los desprotegidos».

Tienes que examinarse porque «su cristo político» es toda una farsa para engañar ingenuos.

No sigas más siendo instrumento del dios de este siglo.

Despierta!
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Una cosa no quita la otra muchachos y chicas.
Si el pueblo de Dios se humilla, desata las manos de Dios, pero la soberbia mantiene a Dios a distancia.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

No abra la boca para expulsar vituperio a la causa de Cristo.
Ya se le explicó que su «cristo político» no tiene cabida en la Iglesia de Cristo.
Solicite audiencia con Bergoglio y pida indulgencias alegando su labor proselitista alrededor de su «cristo político», quizás califique para una futura canonización como la «madre de los desprotegidos».

Tienes que examinarse porque «su cristo político» es toda una farsa para engañar ingenuos.

No sigas más siendo instrumento del dios de este siglo.

Despierta!

¿Por qué antes de escribir no te detienes a ver si has entendido lo que has leído?
Yo no tengo ningún Cristo ni político ni de ninguna otra clase. Así que mientes. Y Cristo no es una persona es un título.
Yo no tengo tratos, ni los quiero, con nadie del Vaticano.
Tampoco me interesa ser canonizada. Eso de hacer santos es cosa de la Iglesia, yo no creo que en el cielo, si es que existe, haya "santos" de los que hay en los altares.
Practica la lectura compresiva a a ver si así no escribes mentiras.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?


¿Por qué antes de escribir no te detienes a ver si has entendido lo que has leído?
Yo no tengo ningún Cristo ni político ni de ninguna otra clase. Así que mientes. Y Cristo no es una persona es un título.
Yo no tengo tratos, ni los quiero, con nadie del Vaticano.
Tampoco me interesa ser canonizada. Eso de hacer santos es cosa de la Iglesia, yo no creo que en el cielo, si es que existe, haya "santos" de los que hay en los altares.
Practica la lectura compresiva a a ver si así no escribes mentiras.

Todo pensamiento cuya base no sea la Biblia, es falso.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Ojalá la respuesta bíblica a esta pregunta sea de provecho para algunas mujeres que aquí en el foro se han dado a la sucia tarea de inventarse un "cristo político" y de este modo fraudulento esparcir este veneno por los pasillos del foro.

¿Tiene el cristiano parte en la política?


(Respuesta a la pregunta de un corresponsal)

C. H. Mackintosh


Respecto de su pregunta:

«¿Qué enseña la Palabra de Dios acerca de la posición de un cristiano cuando es convocado a votar por un miembro del parlamento?»

Tal vez se alarme cuando le digamos que su pregunta toca los mismos fundamentos del cristianismo. Le preguntamos, querido amigo, ¿a qué mundo pertenece el cristiano? ¿Pertenece a este mundo o al mundo de arriba? ¿Está su ciudadanía en la tierra o en el cielo? ¿Está él “muerto al mundo”, o está “vivo en él”? Si él fuese un ciudadano de este mundo; si su lugar, su porción y su hogar estuviesen aquí abajo, entonces, seguramente, nunca sería suficiente su comprometida actividad en los “asuntos de este mundo”. Si él fuese un ciudadano de este mundo, de hecho que debiera votar por concejales del municipio o por miembros del parlamento o por un presidente de la república; debe hacer todos los esfuerzos posibles para lograr poner al hombre correcto en el lugar adecuado, ya sea en el consejo municipal, en la cámara de los legisladores, o en el poder ejecutivo. Debe dedicar todos sus esfuerzos y medios a su alcance para mejorar y regular el mundo. Si, en una palabra, él fuese un ciudadano de este mundo, debiera, con lo mejor de sus capacidades, desempeñar las funciones pertenecientes a tal posición.

Pero, por otro lado, si fuere cierto que el cristiano está “muerto” con respecto a este mundo; si su “ciudadanía está en los cielos”, si su lugar, su porción y su hogar estuviesen en lo alto; si él sólo fuese un “extranjero y peregrino” aquí abajo, entonces se sigue que él no es llamado a comprometerse de ninguna manera con la política de este mundo, sino a seguir su camino peregrino, “sometiéndose pacientemente a toda institución humana por causa del Señor”, prestando obediencia a las “autoridades” establecidas por Dios y orando “por todos los que están en eminencia” a fin de ser guardados y estar bien en todas las cosas.

Pero Ud. pregunta puntualmente: ¿«qué enseña la Palabra de Dios» sobre este punto?, una pregunta sumamente importante. “Qué, pues, dice la Escritura”? (Romanos 4:3). Un pasaje, o dos, serán suficientes. Oigamos lo que dice el Señor cuando se dirige al Padre en referencia a “los suyos que estaban en el mundo” (Juan 13:1): “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:14-16). Oigamos también al inspirado apóstol sobre este mismo tema: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía (griego: politeuma) está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:17-20). Y de nuevo leemos también en la epístola a los Colosenses: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:1-4).

Hay quienes dicen, no obstante, que las Escrituras citadas ya no se aplican hoy; que “el mundo” de Juan 17, no es el mundo de nuestro presente siglo; que el de entonces era un mundo pagano, mientras que el de hoy día, es un mundo cristiano. A todos los que asumen esta posición, no tenemos nada que decirles. Si la enseñanza del Nuevo Testamento estuvo planeada sólo para una época pasada; si tan sólo es efectiva para las cosas que fueron, y no tiene aplicación para las cosas que son, entonces no podemos saber seguramente dónde estamos parados ni a qué lugar acudir para hallar una guía o autoridad. Pero, gracias a Dios, contamos con una guía divina y, por ende, plenamente suficiente para todas las épocas, para todos los tiempos y para todas las condiciones. Si, pues, hemos de ser guiados únicamente por la Escritura, ésta en ninguna parte nos autoriza a comprometernos en la política de este mundo. La cruz de Cristo ha roto el lazo que nos ligaba con este mundo. Estamos identificados con Él. Él es nuestro Modelo. Si Cristo estuviese aquí, hallaría su lugar fuera de los límites de este mundo. No veríamos a Cristo en la sesión del consejo municipal, en el tribunal, en la cámara legislativa o con la espada en su mano. Pronto, él empuñará el cetro, desenvainará la espada y tomará las riendas del gobierno en Sus manos (¡Quiera Dios que ese día llegue pronto!). Pero ahora Él es rechazado, y nosotros somos llamados a participar de Su rechazo. Como cristianos, nuestra senda en este mundo es la obediencia o el sufrimiento. Somos llamados a orar “por todos los que están en eminencia” (1.ª Timoteo 2:1-2), pero no a estar en el lugar de la autoridad nosotros mismos. No hay una sola línea de las Escrituras que me guíe para votar en las elecciones, o como miembro político o magistrado. Por esta razón, si yo actuase bajo estos caracteres, lo estaré haciendo sin una sola palabra de dirección de mi Señor; y peor aún, estaría actuando de una manera totalmente opuesta a Él, y en directa oposición al espíritu y a la enseñanza del Nuevo Testamento.

¡Quiera Dios hacernos más fieles a Cristo! ¡Que seamos librados más completamente, en corazón y espíritu, de este “presente mundo malo”, como así también capacitados para proseguir, con santa determinación, nuestra senda peregrina a lo largo de las arenas del desierto de este mundo! Sabemos perfectamente que lo que hemos escrito sobre este tema resultará desagradable e impopular, pero esto no nos habrá de impedir que hablemos la verdad, como tampoco nos impedirá que actuemos conforme a la verdad.

C. H. Mackintosh
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Ojalá la respuesta bíblica a esta pregunta sea de provecho para algunas mujeres que aquí en el foro se han dado a la sucia tarea de inventarse un "cristo político" y de este modo fraudulento esparcir este veneno por los pasillos del foro.

¿Tiene el cristiano parte en la política?


(Respuesta a la pregunta de un corresponsal)

C. H. Mackintosh


Respecto de su pregunta:

«¿Qué enseña la Palabra de Dios acerca de la posición de un cristiano cuando es convocado a votar por un miembro del parlamento?»

Tal vez se alarme cuando le digamos que su pregunta toca los mismos fundamentos del cristianismo. Le preguntamos, querido amigo, ¿a qué mundo pertenece el cristiano? ¿Pertenece a este mundo o al mundo de arriba? ¿Está su ciudadanía en la tierra o en el cielo? ¿Está él “muerto al mundo”, o está “vivo en él”? Si él fuese un ciudadano de este mundo; si su lugar, su porción y su hogar estuviesen aquí abajo, entonces, seguramente, nunca sería suficiente su comprometida actividad en los “asuntos de este mundo”. Si él fuese un ciudadano de este mundo, de hecho que debiera votar por concejales del municipio o por miembros del parlamento o por un presidente de la república; debe hacer todos los esfuerzos posibles para lograr poner al hombre correcto en el lugar adecuado, ya sea en el consejo municipal, en la cámara de los legisladores, o en el poder ejecutivo. Debe dedicar todos sus esfuerzos y medios a su alcance para mejorar y regular el mundo. Si, en una palabra, él fuese un ciudadano de este mundo, debiera, con lo mejor de sus capacidades, desempeñar las funciones pertenecientes a tal posición.

Pero, por otro lado, si fuere cierto que el cristiano está “muerto” con respecto a este mundo; si su “ciudadanía está en los cielos”, si su lugar, su porción y su hogar estuviesen en lo alto; si él sólo fuese un “extranjero y peregrino” aquí abajo, entonces se sigue que él no es llamado a comprometerse de ninguna manera con la política de este mundo, sino a seguir su camino peregrino, “sometiéndose pacientemente a toda institución humana por causa del Señor”, prestando obediencia a las “autoridades” establecidas por Dios y orando “por todos los que están en eminencia” a fin de ser guardados y estar bien en todas las cosas.

Pero Ud. pregunta puntualmente: ¿«qué enseña la Palabra de Dios» sobre este punto?, una pregunta sumamente importante. “Qué, pues, dice la Escritura”? (Romanos 4:3). Un pasaje, o dos, serán suficientes. Oigamos lo que dice el Señor cuando se dirige al Padre en referencia a “los suyos que estaban en el mundo” (Juan 13:1): “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:14-16). Oigamos también al inspirado apóstol sobre este mismo tema: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía (griego: politeuma) está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:17-20). Y de nuevo leemos también en la epístola a los Colosenses: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:1-4).

Hay quienes dicen, no obstante, que las Escrituras citadas ya no se aplican hoy; que “el mundo” de Juan 17, no es el mundo de nuestro presente siglo; que el de entonces era un mundo pagano, mientras que el de hoy día, es un mundo cristiano. A todos los que asumen esta posición, no tenemos nada que decirles. Si la enseñanza del Nuevo Testamento estuvo planeada sólo para una época pasada; si tan sólo es efectiva para las cosas que fueron, y no tiene aplicación para las cosas que son, entonces no podemos saber seguramente dónde estamos parados ni a qué lugar acudir para hallar una guía o autoridad. Pero, gracias a Dios, contamos con una guía divina y, por ende, plenamente suficiente para todas las épocas, para todos los tiempos y para todas las condiciones. Si, pues, hemos de ser guiados únicamente por la Escritura, ésta en ninguna parte nos autoriza a comprometernos en la política de este mundo. La cruz de Cristo ha roto el lazo que nos ligaba con este mundo. Estamos identificados con Él. Él es nuestro Modelo. Si Cristo estuviese aquí, hallaría su lugar fuera de los límites de este mundo. No veríamos a Cristo en la sesión del consejo municipal, en el tribunal, en la cámara legislativa o con la espada en su mano. Pronto, él empuñará el cetro, desenvainará la espada y tomará las riendas del gobierno en Sus manos (¡Quiera Dios que ese día llegue pronto!). Pero ahora Él es rechazado, y nosotros somos llamados a participar de Su rechazo. Como cristianos, nuestra senda en este mundo es la obediencia o el sufrimiento. Somos llamados a orar “por todos los que están en eminencia” (1.ª Timoteo 2:1-2), pero no a estar en el lugar de la autoridad nosotros mismos. No hay una sola línea de las Escrituras que me guíe para votar en las elecciones, o como miembro político o magistrado. Por esta razón, si yo actuase bajo estos caracteres, lo estaré haciendo sin una sola palabra de dirección de mi Señor; y peor aún, estaría actuando de una manera totalmente opuesta a Él, y en directa oposición al espíritu y a la enseñanza del Nuevo Testamento.

¡Quiera Dios hacernos más fieles a Cristo! ¡Que seamos librados más completamente, en corazón y espíritu, de este “presente mundo malo”, como así también capacitados para proseguir, con santa determinación, nuestra senda peregrina a lo largo de las arenas del desierto de este mundo! Sabemos perfectamente que lo que hemos escrito sobre este tema resultará desagradable e impopular, pero esto no nos habrá de impedir que hablemos la verdad, como tampoco nos impedirá que actuemos conforme a la verdad.

C. H. Mackintosh

Un verdadero cristiano, no solo puede, sino QUE DEBE participar activamente en la política de su país según sus conocimientos y posibilidades. Otra cosa es que no quiera porque le es más cómo rezar y esperar que Dios haga algo. Y mientras tanto, despotricar contra los corruptos y las leyes injustas.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Ojalá la respuesta bíblica a esta pregunta sea de provecho para algunas mujeres que aquí en el foro se han dado a la sucia tarea de inventarse un "cristo político" y de este modo fraudulento esparcir este veneno por los pasillos del foro.

¿Tiene el cristiano parte en la política?


(Respuesta a la pregunta de un corresponsal)

C. H. Mackintosh


Respecto de su pregunta:

«¿Qué enseña la Palabra de Dios acerca de la posición de un cristiano cuando es convocado a votar por un miembro del parlamento?»

Tal vez se alarme cuando le digamos que su pregunta toca los mismos fundamentos del cristianismo. Le preguntamos, querido amigo, ¿a qué mundo pertenece el cristiano? ¿Pertenece a este mundo o al mundo de arriba? ¿Está su ciudadanía en la tierra o en el cielo? ¿Está él “muerto al mundo”, o está “vivo en él”? Si él fuese un ciudadano de este mundo; si su lugar, su porción y su hogar estuviesen aquí abajo, entonces, seguramente, nunca sería suficiente su comprometida actividad en los “asuntos de este mundo”. Si él fuese un ciudadano de este mundo, de hecho que debiera votar por concejales del municipio o por miembros del parlamento o por un presidente de la república; debe hacer todos los esfuerzos posibles para lograr poner al hombre correcto en el lugar adecuado, ya sea en el consejo municipal, en la cámara de los legisladores, o en el poder ejecutivo. Debe dedicar todos sus esfuerzos y medios a su alcance para mejorar y regular el mundo. Si, en una palabra, él fuese un ciudadano de este mundo, debiera, con lo mejor de sus capacidades, desempeñar las funciones pertenecientes a tal posición.

Pero, por otro lado, si fuere cierto que el cristiano está “muerto” con respecto a este mundo; si su “ciudadanía está en los cielos”, si su lugar, su porción y su hogar estuviesen en lo alto; si él sólo fuese un “extranjero y peregrino” aquí abajo, entonces se sigue que él no es llamado a comprometerse de ninguna manera con la política de este mundo, sino a seguir su camino peregrino, “sometiéndose pacientemente a toda institución humana por causa del Señor”, prestando obediencia a las “autoridades” establecidas por Dios y orando “por todos los que están en eminencia” a fin de ser guardados y estar bien en todas las cosas.

Pero Ud. pregunta puntualmente: ¿«qué enseña la Palabra de Dios» sobre este punto?, una pregunta sumamente importante. “Qué, pues, dice la Escritura”? (Romanos 4:3). Un pasaje, o dos, serán suficientes. Oigamos lo que dice el Señor cuando se dirige al Padre en referencia a “los suyos que estaban en el mundo” (Juan 13:1): “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:14-16). Oigamos también al inspirado apóstol sobre este mismo tema: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía (griego: politeuma) está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:17-20). Y de nuevo leemos también en la epístola a los Colosenses: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:1-4).

Hay quienes dicen, no obstante, que las Escrituras citadas ya no se aplican hoy; que “el mundo” de Juan 17, no es el mundo de nuestro presente siglo; que el de entonces era un mundo pagano, mientras que el de hoy día, es un mundo cristiano. A todos los que asumen esta posición, no tenemos nada que decirles. Si la enseñanza del Nuevo Testamento estuvo planeada sólo para una época pasada; si tan sólo es efectiva para las cosas que fueron, y no tiene aplicación para las cosas que son, entonces no podemos saber seguramente dónde estamos parados ni a qué lugar acudir para hallar una guía o autoridad. Pero, gracias a Dios, contamos con una guía divina y, por ende, plenamente suficiente para todas las épocas, para todos los tiempos y para todas las condiciones. Si, pues, hemos de ser guiados únicamente por la Escritura, ésta en ninguna parte nos autoriza a comprometernos en la política de este mundo. La cruz de Cristo ha roto el lazo que nos ligaba con este mundo. Estamos identificados con Él. Él es nuestro Modelo. Si Cristo estuviese aquí, hallaría su lugar fuera de los límites de este mundo. No veríamos a Cristo en la sesión del consejo municipal, en el tribunal, en la cámara legislativa o con la espada en su mano. Pronto, él empuñará el cetro, desenvainará la espada y tomará las riendas del gobierno en Sus manos (¡Quiera Dios que ese día llegue pronto!). Pero ahora Él es rechazado, y nosotros somos llamados a participar de Su rechazo. Como cristianos, nuestra senda en este mundo es la obediencia o el sufrimiento. Somos llamados a orar “por todos los que están en eminencia” (1.ª Timoteo 2:1-2), pero no a estar en el lugar de la autoridad nosotros mismos. No hay una sola línea de las Escrituras que me guíe para votar en las elecciones, o como miembro político o magistrado. Por esta razón, si yo actuase bajo estos caracteres, lo estaré haciendo sin una sola palabra de dirección de mi Señor; y peor aún, estaría actuando de una manera totalmente opuesta a Él, y en directa oposición al espíritu y a la enseñanza del Nuevo Testamento.

¡Quiera Dios hacernos más fieles a Cristo! ¡Que seamos librados más completamente, en corazón y espíritu, de este “presente mundo malo”, como así también capacitados para proseguir, con santa determinación, nuestra senda peregrina a lo largo de las arenas del desierto de este mundo! Sabemos perfectamente que lo que hemos escrito sobre este tema resultará desagradable e impopular, pero esto no nos habrá de impedir que hablemos la verdad, como tampoco nos impedirá que actuemos conforme a la verdad.

C. H. Mackintosh

Cristo es un título, no es una persona. La persona es Jesús de Nazaret, al que han convertido en Cristo teológico.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?


Cristo es un título, no es una persona. La persona es Jesús de Nazaret, al que han convertido en Cristo teológico.

Lo que hablas nada tiene que ver con la amistad con el mundo...

Pensar que el Señor vin hacer remiendos en las condiciones sociales de un mundo perdido...es un error craso.

El vino a establecer el Reino de Dios sobre la tierra, y esto ocurrirá en el Milenio.

Mientras tanto Israel está judicialmente enceguecida hasta que contemplen al que traspasaron viniendo en las nubes del cielo.

Nosotros, su Iglesia, no somos sus súbditos...formamos parte de El en la figura de la Novia que espera al que será su Esposo en las bodas del Cordero en el cielo.

Somos parte de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

El dijo claramente:

Jua_17:14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Jua_17:16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Los que se interesan por la política de este mundo sencillamente no pertenecen a Jesús de Nazaret...ellos son del mundo y están muy amañados aquí buscando sus propios intereses a expensas del testimonio de Cristo.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Lo que hablas nada tiene que ver con la amistad con el mundo...

Pensar que el Señor vin hacer remiendos en las condiciones sociales de un mundo perdido...es un error craso.

El vino a establecer el Reino de Dios sobre la tierra, y esto ocurrirá en el Milenio.

Mientras tanto Israel está judicialmente enceguecida hasta que contemplen al que traspasaron viniendo en las nubes del cielo.

Nosotros, su Iglesia, no somos sus súbditos...formamos parte de El en la figura de la Novia que espera al que será su Esposo en las bodas del Cordero en el cielo.

Somos parte de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

El dijo claramente:

Jua_17:14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Jua_17:16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Los que se interesan por la política de este mundo sencillamente no pertenecen a Jesús de Nazaret...ellos son del mundo y están muy amañados aquí buscando sus propios intereses a expensas del testimonio de Cristo.

Los que se interesan por la política de este mundo son personas que quiere que el mundo sea más justo.
Los que se limitan a rezar y a esperar que venga Dios y lo arregle, son personas que se escudan "en que no son de este mundo" para no hacer nada, y encima se atreven a despotricar de lo mal que está el mundo.
No son de este mundo, pero bien que se aprovechan de los adelantos de este mundo...
O sea, para lo que les viene bien cuentan con el mundo, pero cuando hay que trabajar para que sea un lugar mejor para para todos, entonces, vale con rezar. ¡Qué cara más dura!
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Martamaria, el trabajo de nosotros es espiritual.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Martamaria, el trabajo de nosotros es espiritual.

Si uno de nosotros hace el bien al prójimo, el único que debe enterarse es el Señor porque en su nombre se hace el bien para su honra y gloria.
No andamos contraviniendo sus claros mandatos acerca del mundo y las cosas que están en el mundo.
Nuestra obra es silenciosa.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Martamaria, el trabajo de nosotros es espiritual.

Ya, pero no estamos en el cielo, estamos en el mundo y lo espiritual no arregla las injusticias del mundo que padecen muchos que viven en este mundo y por eso tenemos el deber de remediarlas en lo posible, ¡pero allí donde se producen y se pueden arreglar! Que es donde se promulgan las leyes injustas. ¿Acaso crees que rezando se impide que salga adelante la ley del aborto? Se impide con manifestaciones en contra y votando en contra.
Pero si no lo queréis entender, al menos no os quejéis de que haya una ley que favorece el aborto.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?


Ya, pero no estamos en el cielo, estamos en el mundo y lo espiritual no arregla las injusticias del mundo que padecen muchos que viven en este mundo y por eso tenemos el deber de remediarlas en lo posible, ¡pero allí donde se producen y se pueden arreglar! Que es donde se promulgan las leyes injustas. ¿Acaso crees que rezando se impide que salga adelante la ley del aborto? Se impide con manifestaciones en contra y votando en contra.
Pero si no lo queréis entender, al menos no os quejéis de que haya una ley que favorece el aborto.

1Jn 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

Se nota que le agrada estar bajo la potestad de este ser siniestro...bajo su mundo.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

1Jn 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

Se nota que le agrada estar bajo la potestad de este ser siniestro...bajo su mundo.

No has entendido nada y encima te permites insultarme.
Yo no estoy bajo a potestad de quien no existe. Tú en cambio estás en manos de la egoísta comodidad. Tú estás bien, entretenido con tus rezos, lo que padezcan los demás a los demás te trae sin cuidado.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?


No has entendido nada y encima te permites insultarme.
Yo no estoy bajo a potestad de quien no existe. Tú en cambio estás en manos de la egoísta comodidad. Tú estás bien, entretenido con tus rezos, lo que padezcan los demás a los demás te trae sin cuidado.

Martamaria:

El diablo se glorifica cuando sus hijos niegan su existencia, mintiendo.

Es padre de mentira y es considerado el Dios de este siglo.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - 2 Corintios 4
3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto;
4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - Juan 8
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.

Es hora que despiertes.

Estas en grave peligro de sufrimiento ETERNO.

No podemos rechazar las verdades reveladas por Jesús de Nazaret y al mismo tiempo mentir diciendo que creemos en él. Es una conducta hipócrita punible.

Aún tienes oportunidad de arrepentimiento.
 
Última edición:
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Martamaria:

El diablo se glorifica cuando sus hijos niegan su existencia, mintiendo.

Es padre de mentira y es considerado el Dios de este siglo.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - 2 Corintios 4
3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto;
4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - Juan 8
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.

Es hora que despiertes.

Estas en grave peligro de sufrimiento ETERNO.

No podemos rechazar las verdades reveladas por Jesús de Nazaret y al mismo tiempo mentir diciendo que creemos en él. Es una conducta hipócrita punible.

Aún tienes oportunidad de arrepentimiento.

El diablo es un invento teológico.
Pero aunque existiera, sería un ente no carnal y por lo tanto no podría tener hijos.
Deja de meter miedo con el diablo.
Cuando perdí la fe desperté.
Ahora busco la verdad y la verdad no está en los escritos religiosos ni en las visione celestiales.
La única verdad de Jesús de Nazaret, es el amor. Lo demás son añadidos teológicos y no los voy a incluir en mi vida.

 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?


El diablo es un invento teológico.
Pero aunque existiera, sería un ente no carnal y por lo tanto no podría tener hijos.
Deja de meter miedo con el diablo.
Cuando perdí la fe desperté.
Ahora busco la verdad y la verdad no está en los escritos religiosos ni en las visione celestiales.
La única verdad de Jesús de Nazaret, es el amor. Lo demás son añadidos teológicos y no los voy a incluir en mi vida.

Tit_1:15 Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.

La mente y la conciencia corrompida rechaza la Palabra de Dios...de nada vale vestir su lenguaje de un falso "amor" pues Dios conoce lo que hay en aquellas criaturas que rechazan su Palabra bendita.
 
Re: ¿Puede un cristiano participar de vida política?

Tit_1:15 Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.

La mente y la conciencia corrompida rechaza la Palabra de Dios...de nada vale vestir su lenguaje de un falso "amor" pues Dios conoce lo que hay en aquellas criaturas que rechazan su Palabra bendita.
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Pues menos mal que Dios conoce los corazones, porque si por vosotros fuera, a todos menos a los de vuestro grupo los mandaríais al infierno.
Los fanatismos sí que corrompen las mentes. [/COLOR]