Re: Puede la mujer ensenar en el culto publico a hombres?
Bueno días. Vengo a exponer el último de mis aportes en este epígrafe, hice un pequeño bosquejo y finalmente lo presento.
Antes de esto, como mujer valiente y con toda la humildad de mi corazón, ofresco disculpas y pido perdón a todos aquellos hombres a quienes con mis palabras ofendí o lastimé sus susceptibilidades. Sí, me ofusqué y perdí por un momento el control, perdón, lo siento mucho, no volverá a ocurrir. Podría citar los nombres, pero no lo haré porque podría faltar alguno, así que la disculpa va dirigida a todo aquél que se sintió dañado, lastimado o herido por mis comentarios.
Por otra parte, sigo defendiendo la postura de que la mujer tiene ministerio en la Iglesia de Cristo, como parte esencial de su cuerpo. Nuestro objetivo debe ser Cristocéntrico, y evitar el roce entre los miembros de la iglesia por conceptos que no son de primer plano, sino que son puntos de vista que se miran con diferente perspectiva, pero que no deben dañar la estructura principal de la Iglesia, el Amor y la fe en el Autor y Consumador de esta, Nuestro Señor Jesucristo.
Así mismo les envito a renovar cada día su mente, tal como lo enseña la Palabra de Dios y mantener fresca y nueva la Revelación de Nuestro Señor dada a su Iglesia.
He aquí mi bosquejo y mi agradecimeinto por soportar a esta mujer de temperamento fuerte, pero sensible. No, no odio a los hombres, para nada, tuve un padre excelente, tengo un esposo excelente, tengo un hijo excelente, hermanos excelentes y hermanos en Cristo excelentes.
Bendiciones para todos y que Dios guarde a cada uno de ustedes en su diestra de Poder. A Él toda la Gloria , la Honra y la Alabanza.
La mujer en silencio
1Ti 2:11-12 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12 No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio
Analicemos las frases que forman el versículo aplicando la Historia, la situación social, y principalmente el aspecto espiritual que envuelve este texto.
I.- La mujer aprenda en silencio:
En ninguna manera se está excluyendo a la mujer de la enseñanza, por el contrario, está invitada a que aprenda. Tal y cómo debe ser el comportamiento de los alumnos en los salones de clases, reservados, atentos, escuchando y anotando lo que el maestro va explicando, así como se sigue haciendo en cualquier escuela Bíblica, estamos en silencio, respetando a aquél maestro que nos enseña.
II.- Con toda sujeción:
Según el diccionario de la Real Academia Española la palabra sujeción indica:
1. f. Acción de sujetar.
2. f. Unión con que algo está sujeto de modo que no puede separarse, dividirse o inclinarse.
3. f. Ret. Figura que consiste en hacer el orador o el escritor preguntas a que él mismo responde.
4. f. Ret. Anticipación o prolepsis, especialmente cuando se hace en forma de pregunta y respuesta.
Además veamos que es prolepsis:
prolepsis.
(Del gr. πρόληψις).
1. f. Fil. En la doctrina de los epicúreos y los estoicos, conocimiento anticipado de algo.
2. f. Ret. Figura de dicción en que anticipa el autor la objeción que pudiera hacerse.
Esto es; Que la mujer que estaba siendo enseñada, tenía que estar en silencio, aprendiendo lo que el maestro enseñaba, sujetándose a lo que se le decía, y sin separar , dividir o transformar lo que se le estaba enseñando, y estar atenta de tal manera y sin intervenir, pues la enseñanza era como un monólogo, en el que el maestro al hablar ya anticipaba las preguntas que podrían surgir y las contestaba sin necesidad de que ellas preguntaran.
Esto indica que la enseñanza era tan profunda, que la única voz que se escuchaba era la del maestro. Por lo tanto ellas estaban siendo bien discipuladas y doctrinadas. Esto se puede traducir a que el Espíritu Santo dirigía tal enseñanza.
Esta sujeción no quiere decir que la mujer estaba sometida, rebajada, atada o puesta en menor posición, sino que la sujeción es a la doctrina, para que no la cambie, sino que la aprenda como es.
III.- No permito a la mujer enseñar:
Esto amplía lo que se ha dicho. La mujer mientras recibía la enseñanza, no podía hablar para enseñar, ni hacer objeciones, preguntas o suposiciones, evitando de este modo cualquier tipo de polémica con respecto a la doctrina que se enseñaba pues no estaba para enseñar, sino para aprender. Ella iba conociendo las doctrinas y estaba siendo ministrada. Pablo está hablando todavía sobre el momento de la enseñanza, pues es ilógico y hasta podría caer en lo absurdo, que la mujer aprendiera con tal profundidad espiritual y fuera preparada por sus maestros de tal forma, para después guardarse calladamente todo. Eso sería actuar en contra del crecimiento espiritual y evitar dar paso a los frutos espirituales.
La expresión “no permito a la mujer enseñar” no es igual a lo que se pretender decir ahora “la mujer no puede enseñar”. Pues hay gran diferencia entre permitir y no poder. Si se sigue con la temática de los versos y el apóstol está estableciendo la forma en la que la mujer debe aprender la doctrina, no hay motivo para desvirtuar el concepto sacándolo del momento de la enseñanza para decir como norma que la mujer no puede enseñar nunca.
IV.- Ni ejercer dominio sobre el hombre.- El apóstol sigue hablando del comportamiento de la mujer durante la enseñanza, porque cuando estamos dando indicaciones específicas sobre algo, no podemos brincarnos de una cosa a otra, sino que pasamos a otro punto, hasta terminar las especificaciones y aclaraciones del que se está tratando.
No podemos asegurar que el apóstol está hablando del matrimonio, pues cuando habla específicamente del comportamiento del hombre y la mujer en el matrimonio, hace énfasis en llamar a la pareja conyugal con los nombres que le conocemos, marido y mujer. En esta ocasión el se dirige a el hombre, porque obviamente era el maestro, hombre que daba las enseñanzas a las mujeres. Este hombre que enseñaba, era la cobertura espiritual, y toda mujer y todo hombre que aprende, tiene como cobertura a su maestro
V.- Sino estar en silencio.- El apóstol finaliza los puntos, las normas o el reglamento del estudio de la Palabra reiterando la buena conducta y orden que deben prevalecer durante este importante tiempo. . Yo respeto profundamente a mis maestros y siempre se nos ha indicado que durante la enseñanza no se debe hacer polémica, objeciones o interrupciones, sino que al final de la clase, se acerque uno al maestro y le haga las preguntas correspondientes para aclarar cualquier situación. Aunque no estuviera la mujer con el mismo pensar que el hombre que le enseñaba, debía esperar y no levantar su voz durante la enseñanza.
No habría congruencia en el apóstol Pablo, si dijera que la mujer no puede enseñar, siendo que él mismo tenía una colaboradora, quién orientaba y corregía aún a hombres que conocían muy bien las Escrituras.
Hechos 18:24 Por aquel entonces llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de la ciudad de Alejandría.s Era muy elocuente y conocía muy bien las Escrituras.
Este hombre conocía muy bien las Escrituras.
Hechos 18:26 Apolos se puso a hablar abiertamente en la sinagoga, y Priscila y Áquila, que le oyeron, le llevaron aparte y le explicaron con más exactitud el camino de Dios.
Ella no solamente le enseñó sino que corrigió la doctrina de Apolos, entonces, estaban verdaderamente preparadas para enseñar a otro hombre, pero notemos que lo sacaron de allí y de forma apartada le enseñaron.
Por lo tanto, debemos ubicarnos en el contexto de acontecimiento y siempre entender qué es lo que se está diciendo y por qué.
Cada palabra tiene su razón de ser y todo armoniza. No podemos mezclar situaciones, ni aplicar situaciones a otros asuntos porque entonces viene el error de comprensión.
Es todo, me despido haciendo paz con ustedes, espero acepten mis diculpas.
Gracias a todos por todo, porque de aquí también aprendí muchas , pero muchas cosas.
Bendiciones.