Preteriosmo: una hierba jesuita

20 Diciembre 2008
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Vemos muchos preteristas en este foro, tratando de probar lo improbable.

No es de extrañar que esa visión surja de los laboratorios de la Gestapo del Vaticano: los jesuitas. Objetivo: desviar la atención de la identidad de la Gran Babilonia, la cual era señalada por los primeros protestantes como la iglesia católica. Con el preterismo la ICAR queda intacta e inocente de todas sus fechorías.

Wikipedia:

Proponents of Preterism sometimes argue that this position was the original eschatological understanding of the Early Christian church.[1][2], a claim contested by Historicists.[3] Other Preterists hold that the view was developed in the 16th century,[4] a view also held by many non-Preterists.[5][6][7]

There has historically been general agreement that the first systematic Preterist exposition of prophecy was written by the Jesuit Luis De Alcasar during the Counter Reformation.[8][9] Preterist Moses Stuart noted that Alcasar's Preterist interpretation was of considerable benefit to the Roman Catholic Church during its arguments with Protestants,[10] and Preterism has been described in modern eschatological commentary as a Catholic defense against the Protestant Historicist view which identified the Roman Catholic Church as a persecuting apostasy.[11]


B]Due to resistance by Protestant Historicists, the Preterist view was slow to gain acceptance outside the Roman Catholic Church.[12] Among Protestants it was first accepted by Hugo Grotius, [13][14] a Dutch Protestant eager to establish common ground between Protestants and the Roman Catholic Church.[15] His first attempt to do this was entitled ‘Commentary on Certain Texts Which Deal with Antichrist’ (1640), in which he attempted to argue that the texts relating to Antichrist had their fulfillment in the 1st century AD. This was not well received by Protestants,[16] but Grotius was undeterred and in his next work ‘Commentaries On The New Testament' (1641-1650), he expanded his Preterist views to include the Olivet prophecy and Revelation.
[/B]


Un verdadero protestante nunca aceptará el preterismo, a menos que sea un ecuménico a convenniencia,
 
Re: Preteriosmo: una hierba jesuita

La Interpretación Apocalíptica.

Dr. Alberto Treiyer
Teólogo

En los días de Jesús había mucha confusión con respecto al verdadero Mesías debido a las tantas teorías que el diablo había levantado sobre los pasajes bíblicos que lo anunciaban (Mat 16:13-17). Dos milenios más tarde, en las postrimerías del mundo, la confusión con respecto a la hora en que vivimos parece ser mayor debido a las tantas teorías que el diablo ha levantado con respecto a las profecías que predicen su venida. Siendo que tenemos el privilegio de vivir en una época científica en donde todos los datos necesarios se saben con respecto al origen de las diferentes ideas, convendrá repasar brevemente los principios de interpretación que se levantaron en determinados épocas de la historia cristiana. Lo haremos en forma cronológica para luego considerar el impacto que tienen hoy en el mundo.

Los problemas que encontramos en el Nuevo Testamento con respecto al verdadero Mesías o Cristo prometido, tuvieron que ver con la identificación del Mesías, no con el escepticismo moderno que niega que se haya tratado de profecías reales. Para cumplir con el mandato evangélico de predicar el mensaje a todo el mundo, los primeros cristianos recurrieron a las profecías de Daniel para probar la autenticidad de la Palabra de Dios. Con el propósito de debilitar su mensaje, Celso, Porfirio y otros sabios paganos declararon que las profecías de Daniel fueron escritas por otro autor que, en el S. II antes de Cristo, usó su nombre para hacer creer que sus visiones eran una profecía. Las visiones del presunto Daniel, por consiguiente, eran una "vaticinia post-eventum", es decir, una fábula escrita después que los hechos se dieron. Los así llamados "padres" del segundo y tercer siglos fueron llamados "apologistas", porque tuvieron que defender la fe cristiana de todos esos ataques paganos.


Tanto los judíos como los cristianos (los así llamados padres y doctores de la iglesia en los primeros siglos), entendieron que el cuarto imperio anunciado por Daniel era el de Roma. De manera que no solamente esperaban su derrumbe, sino también la venida del anticristo que sucedería a los césares o emperadores (la única excepción fue Agustín de Hipona, por creer que el milenio había comenzado con el triunfo del cristianismo sobre el paganismo).


Esto continuó así durante toda la Edad Media, pero en forma retrospectiva. En lugar de esperar el anticristo para el futuro, fueron identificando cada vez más al anticristo en el levantamiento del papado romano, hasta pasar a ser esa la interpretación dominante de todos los movimientos religiosos opuestos a Roma, ya desde mucho antes de la Reforma del S. XVI.
Para desviar el golpe, J. Henten primero en 1547, y luego el jesuita Luis de Alcázar en 1614, fundaron la interpretación preterista aduciendo que el anticristo fue Nerón que había sido prefigurado en la historia de Antíoco Epífanes (gobernador griego seléucida que profanó el atrio del templo de Jerusalén a mediados del S. II AC). Notemos que lo que estos autores hicieron fue, en realidad, retomar la crítica pagana contra los cristianos de los primeros siglos, para negar el cumplimiento de la profecía que se refería a sus días).

Dándose cuenta de que el preterismo jamás iba a poder explicar todo el cúmulo de profecías bíblicas, otro jesuita español, Francisco Rivera (1590) fundó el futurismo, que consiste en posponer toda profecía histórica hacia el futuro. En realidad, ya Tomás de Aquino, el forjador de la teología católica del segundo milenio, había sugerido que el anticristo vendría en el futuro, y reinaría por tres años y medio literales.

Con el racionalismo de los S. XIX y XX, y el escepticismo típico que se originó con la Revolución Francesa, comenzó a negarse la posibilidad de toda profecía bíblica y a adoptarse el preterismo también dentro del protestantismo y, en general, en toda la cristiandad.


Con el existencialismo del S. XX, y el sentimentalismo que se originó con el cansancio de los razonamientos intrincados de los eruditos escépticos, volvió a ponerse el énfasis en el futurismo. Todo lo sensacional, que apelase a los sentidos y extasiase la imaginación, comenzaría a tener lugar aún con respecto a las profecías. Siendo que el futuro no cumplido da más posibilidades para este campo de acción, se fue perdiendo interés en el cumplimiento histórico de las profecías bíblicas, para proyectarlas a un futuro mediato o inminente, según la imaginación del autor.
 
Re: Preteriosmo: una hierba jesuita

Hoy muchos autores combinan el preterismo con el futurismo, debido a que captan que ni el uno ni el otro pueden aprobar un examen serio de las profecías apocalípticas. Pero al quitar la espina dorsal que une los dos polos (el pasado y el futuro), revelan el mismo escepticismo de siempre. Al hombre moderno le cuesta encontrar un punto fijo por el cual decir: "Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros" (Luc 4:21).

Una nueva escuela de interpretación que deja de preocuparse por ubicar en el tiempo las profecías de la Biblia, se ha denominado como "idealista". Su único objetivo es tratar de extraer el mensaje que el apóstol trata de dar, sin importarle el contenido histórico futuro al que se dirije. Nos preguntamos si las palabras con las cuales Juan concluyó el Apocalipsis no se aplican indirectamente a ellos también, cuando dijo: "A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le advierto esto...: si alguno quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro" (Apoc 22:18-19).

Al comenzar el S. XXI, los adventistas son prácticamente los únicos que se atienen todavía al método historicista. No podemos negar que haya incursiones preteristas, futuristas e idealistas en nuestro medio, debido a que las semillas del escepticismo moderno de las que está impregnada la literatura religiosa fuera de nuestra iglesia, no dejan de ejercer su poder mágico en algunos de nuestros hermanos.
 
Método Historicista

Método Historicista

¿En qué consiste el método historicista?

En ver toda una secuencia profética, ininterrumpida, desde los días de los escritores bíblicos hasta el fin del mundo. En el caso del cristianismo, este principio consiste en creer realmente en las palabras que Jesús dejó al irse al cielo: "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat 28:20). Jesús no estuvo solamente con los discípulos en el primer siglo. No estará únicamente con sus discípulos en el fin del mundo, sino también en toda la etapa intermedia. Esto lo demostró especialmente en el Apocalipsis en el mensaje de las siete iglesias (número que indica algo completo y que, como en las siete fiestas de Israel que abarcaban el período completo del año litúrgico, comprenden en el caso del Apocalipsis un mensaje simbólico que abarca toda la dispensación cristiana).

Así como Jesús anunció para el futuro la "abominación asoladora" de la que había hablado el profeta Daniel (Dan 9:27; 11:31; 12:11; Mat 24;15: ubicado por los autores modernos en el pasado macabeo del S. II AC), también anunció los 1260 días-años para el futuro mediante Juan en el Apocalipsis (Dan 7:25; 12:7-9; Apoc 11:2-3; 12:6,14; 13:5: infructuosamente ligados para el pasado macabeo por los preteristas de hoy).
 
Pastor: Dr. Alberto Treiyer

Pastor: Dr. Alberto Treiyer

Conclusión.

Dios quiere que sepamos que Jesús es el mismo "ayer, hoy y por los siglos", y que estará con su pueblo hasta el fin. Quiere que confiemos en sus promesas, mostrándonos que así como cumplió las que tenían que ver con el pasado, cumplirá también las que faltan. En especial en la época final en la que vivimos, quiere que prediquemos convencidos y convertidos, el mensaje del pronto regreso el Señor. A un mundo que duda o divaga fantasiosamente con sueños irreales, quiere que le hagamos ver el gran plan de salvación, el propósito divino en la historia humana, y el desarrollo final del conflicto que terminará para siempre con este mundo de maldad.
 
Re: Preteriosmo: una hierba jesuita

La interpretación profética ha tenido varios métodos de interpretación a través de la historia. Sin embargo, son tres sistemas o escuelas los más importantes que han caracterizado la interpretación profética: preterista, futurista e historicista.
 
El método preterista.

El método preterista.

Este sistema estudia las profecías con referencia a eventos pasados. Sostiene que el libro de Daniel fue escrito en el tiempo de la opresión de Antíoco Epífanes (175-164 a.C). De acuerdo con estos intérpretes, el libro de Daniel es una obra escrita durante el período de los macabeos, para animar la resistencia contra la tiranía de Antíoco.
Esta posición es sostenida, mayormente, por comentaristas y críticos bíblicos liberales que "repudian" el milagro de la predicción, y prefieren el más razonable y elegante "Vaticinium ex-eventum" (profecía después de lo ocurrido). Por lo general, consideran que el libro de Daniel tiene sólo un valor histórico, mas no profético.
 
Metodo Futurista

Metodo Futurista

Este sistema es, prácticamente, lo inverso del anterior, y proyecta las profecías hacia el futuro; por lo tanto, más allá de nuestro control. Éste es el caso del dispensacionalismo (futurismo extremo), especialmente cuando trata con la profecía de las 70 semanas (Dan.9:24-27). En este , enseña que hay un paréntesis de 20 siglos entre la semana 69 y la semana 70, en el período del fin (eg. la Biblia anotada de Scoffield).
También puede ser el caso de algunos teólogos cristianos, que enfatizan el cumplimiento escatológico de la profecía, sin aceptar todo el sistema dispensacional (futurismo moderado); (eg. G. E. Ladd).
 
Método Historicista

Método Historicista

Este método estudia las profecías, relacionándolas con eventos históricos desde el tiempo que la profecía fue dada, hasta el fin del tiempo.
Éste es el sistema más antiguo de interpretación, tanto en la tradición judía como en la cristiana.
Los Adventistas del Séptimo Día creemos que éste es el método que mejor se adecua a los principios de interpretación de las Sagradas Escrituras. Es el único método que respeta la intuición histórica de los autores bíblicos como tales.
 
Comparación de los métodos.

Comparación de los métodos.

El método preterista hace mentir a la Biblia, al afirmar que no son profecías inspiradas y reveladas por Dios, y al negar la posibilidad de la predicción de eventos futuros.
El método futurista hace de la Biblia una ciencia ficción. Porque todos los eventos que están profetizados los proyecta hacia el futuro, muchas de las cosas no tienen valor ni significado para nosotros los cristianos, pues para ellos, todas las predicciones tienen que ver mayormente con el pueblo judío. Ninguno de los dos métodos anteriores toma en serio la información histórica dada en la Biblia.
El método historicista, por otro lado, quienes lo usan, tienen una tendencia peligrosa: el de unir o estudiar las profecías partiendo de la historia o buscando en la historia algunos aspectos que tienen que ver con las profecías, y forzar el texto bíblico para hacer de ese evento el cumplimento de la profecía bíblica. Para que este método pueda ser usado adecuadamente, se debe partir de un estudio cuidadoso del texto bíblico, y después estudiar la historia para ver si los eventos cuadran con la descripción profética.
¿Cómo surgieron estos métodos de interpretación profética? ¿Qué base usan para apoyar sus pretensiones?
 
SURGIMIENTO HISTÓRICO DE LA INTERPRETACIÓN PROFÉTICA.

SURGIMIENTO HISTÓRICO DE LA INTERPRETACIÓN PROFÉTICA.

A. Surgimiento de la contrarreforma católica.

El siglo XVI y XVII, trae consigo una oposición dual entre protestantes y católicos. El reavivamiento intelectual, aunado con la invención de la imprenta, trajo consigo la traducción de la Biblia en muchos idiomas, y la circulación de ésta en varias partes del mundo. Asimismo, el protestantismo reavivó la interpretación profética, y aparecieron en muchos lugares de Europa intérpretes de las profecías bíblicas.
El protestantismo hizo que el papado sufriera su mayor caída durante la reforma. Como un gigante, el catolicismo romano trataba, desesperadamente, de recuperar el prestigio y los territorios que había perdido. Para ello, era necesaria la ayuda de las órdenes monásticas, pero estaban tan decadentes que habían perdido el respeto de las personas. Los dominicos y franciscanos habían llegado a ser objeto de burla y ridículo. Fue en este punto que surge la contrarreforma.

B. Cinco aspectos decisivos de la contrarreforma. La contrarreforma católica hizo frente al protestantismo en cinco formas:

Dándole reconocimiento formal a la orden de los Jesuitas.
Por medio de las acciones y decretos del concilio de Trento.
Estableciendo sistemas de interpretación profética, contrarios a los de la reforma.
El establecimiento del índex de libros prohibidos.
El reavivamiento de la persecución contra los protestantes.
 
Re: Preteriosmo: una hierba jesuita

La Compañía de Jesús.

Ningún instrumento católico para contrarrestar la reforma fue más potente que los Jesuitas. Los que se enrolaron en este ejército, tenían que enaltecer los estatutos de la cruz, sostener las armas de Dios, servir al único Señor y al pontífice romano, su vicario en la tierra.
La Santa Milicia para la defensa de la fe. Don Ignacio o Íñigo López de Loyola (1491-1556), fundador de la sociedad de Jesús nació en España, 8 años después de Lutero y 18 años antes del nacimiento de Calvino. Descendía de una familia de caballeros y sirvió en la corte real de Fernando e Isabel. Era el tiempo de las compañías militares en Italia y París. Loyola, Faber, y Xavier, hacían planes para formar una "compañía de Jesús". Como su nombre indicaba, sería un ejército espiritual. Loyola, Faber y Xavier presentaron, en 1537, su proyecto al papa Pablo III; el objetivo era ganar para Dios todos los reinos de la tierra. Significaba que iban a traer a todos los reinos a la madre iglesia e iban a establecer la absoluta supremacía del papa sobre todas las potencias en la tierra. El papa Pablo III confirmó la orden en 1540 (Regimini Militantis Ecclesiae).
Ignacio de Loyola fue escogido por unanimidad como el primer general en 1541. La nueva orden intentaría preservar y diseminar la fe. Además de sus votos de pobreza y castidad, sus miembros eran obligados a prometer obediencia incondicional. Dondequiera se les pidiera actuar, tendrían que hacerlo sin objeción ni demora, tendrían que ir, sin cuestionar dondequiera se les mandara. Su principal objetivo era llegar a ser la universal y principal orden de la Iglesia Romana.
Se puede fechar la contrareforma a partir de 1540. En 50 años, los Jesuitas habían establecido misiones en Perú, África, las islas de las Indias Occidentales, Japón, China, y antes de mucho en los bosques de Canadá y las colonias de América. Sus miembros ocuparon importantes puestos en universidades, llegaron a ser consejeros y confesores de monarcas, y eran los más hábiles de todos los predicadores católicos. Junto con la reforma, llegó a ser el movimiento más memorable de la historia de los tiempos modernos.
Al pasar los años, crecieron más en poder y en conocimiento, teniendo entre ellos científicos, artistas, políticos, estableciendo misiones extranjeras, tratados e industrias. Comenzaron a predicar como los protestantes en las calles y mercados, llegando a ser de los más elocuentes de su época. Su doctrina estaba basada en el sistema de Tomás de Aquino, y llegaron a ser sus más celosos defensores, especialmente en los puntos que tenían que ver con la infalibilidad del papa, la universalidad episcopal del papa, y su supremacía absoluta sobre toda potencia terrenal. Llegaron a ser de los mejores maestros en la tierra y sostenían disputas públicas. Aun los protestantes comenzaron a enviar a sus niños a ellos, por el gran avance escolástico que habían logrado.
 
Dos sistemas irreconciliables chocan en Trento.

Dos sistemas irreconciliables chocan en Trento.

Los católicos romanos creían en la autoridad de la iglesia; los protestantes, en la de la Biblia. Los unos e confesaban con un sacerdote; los otros, sólo con Dios. Los católicos creían en el papa como el representante visible de Cristo en la tierra; los protestantes, en cambio, miraban al papa como el anticristo.
La profecía bíblica parecía favorecer a los protestantes, que usaban el método historicista, usado por los padres de la iglesia desde el principio de la era cristiana.
La reacción católica fue buscar un sistema diferente de interpretación profética, que les quitara la carga de la profecía.
 
INTERPRETACIÓN FUTURISTA.

INTERPRETACIÓN FUTURISTA.

Por un tiempo, los líderes católicos evadieron cuidadosamente cualquier tipo de exposición concerniente a las profecías de Daniel y el Apocalipsis. No podían hacerle frente a las acusaciones de los protestantes tocante al anticristo; los doctores católicos, Prierias y Eck, declararon al dominio papal como la quinta monarquía de Daniel, o el reino de los santos, e identificaron la existente iglesia católica con la nueva Jerusalén. A pesar de esto, las profecías del anticristo estaban especificadas en las profecías. Los símbolos de Daniel, Pablo y Juan, fueron aplicados con tremendo efecto. Los católicos romanos se vieron en la necesidad de contrarrestar la identificación del anticristo con el papa o perder la batalla con los protestantes. El catolicismo debería tener predicadores que contrarrestaran la dinámica elocuencia de los reformadores. Los jesuitas fueron las personas indicadas para tan difícil tarea.
Tenían la responsabilidad de ubicar al anticristo en cualquier otro punto donde no se le aplicara a la iglesia romana. La mayoría de los protestantes estaban de acuerdo en aplicar las profecías del anticristo al papado, aunque algunos le aplicaban algunos símbolos al mahometismo. Esta unidad fue la que los llevó a protestar contra Roma. Las siete colinas de Roma, la ropa escarlata de los cardenales y los abusos del papado, hacían la aplicación fácil de Apocalipsis 17 a la iglesia católica. La iglesia católica atacó la posición profética en la que todos los protestantes estaban de acuerdo. La iglesia católica debía desviar la aplicación del anticristo al papado, siendo que no había manera de negar la existencia de tal profecía. Los símbolos deberían ser empujados fuera del período medieval y de la historia contemporánea.
 
La respuesta del catolicismo.

La respuesta del catolicismo.

La respuesta romana vino de dos maneras, realmente conflictivas y contradictorias entre sí. A través del jesuita Ribera de Salamanca, España, y de Belarmino, de Roma; el papado puso en acción la interpretación futurista.
A través de Alcázar, jesuita español de Sevilla, la iglesia avanzó casi simultáneamente con la interpretación preterista. Estas dos estaban designadas para hacerle frente a la interpretación historicista de los protestantes.
Estas dos posiciones, aunque contrarias, tenían el mismo objetivo: ubicar la profecía del anticristo en el pasado o bien en el futuro. El futurismo fue, quizás, el más aceptado de los dos.
 
Escuela futurista de Francisco Ribera (1537-1591).

Escuela futurista de Francisco Ribera (1537-1591).

Se educó en la universidad de Salamanca; más tarde se especializó en las Escrituras, así como en latín, griego y hebreo, en la que llegó a ser reconocido como un experto, recibiendo un doctorado en teología. En 1570, se unió a los jesuitas.
Cerca de 1590, Ribera publicó un comentario de 500 páginas sobre el Apocalipsis, negando la aplicación protestante del anticristo a la iglesia romana. Insistía en una interpretación literal del tiempo profético. Discutía que el anticristo era una persona, no un sistema o dinastía. Por lo tanto, la profecía tenía que ver con los primeros siglos a.C., y tres años y medio después, en algún tiempo en el futuro. Entre los dos hay un paréntesis en el cual las profecías no tienen todavía nada que hacer; obviamente, el anticristo todavía no viene, porque el tiempo del fin no ha llegado. Para ello, Ribera elaboró lo siguiente:
a. Asignó los primeros capítulos de Apocalipsis a la Roma antigua, en los tiempos del propio Juan. El resto del libro lo restringió a un reino de tres años y medio literales de un anticristo que, obviamente, se opondría y blasfemaría contra los santos justos, antes del segundo advenimiento.
b. Decía que el anticristo sería un individuo que reconstruiría el templo en Jerusalén, aboliría la religión cristiana, sería recibido por los judíos, pretendería ser Dios y conquistaría al mundo, todo en tres años y medio literales. Apocalipsis 12 se refiere a la huida de la iglesia en estos tres años y medio.
c. Puso los mil años como un período indefinido entre la cruz y la venida del anticristo, justamente antes del segundo advenimiento. Afirmaba que los santos reinarían con Jesús en el cielo esos mil años; contrario a lo que decía Agustín, que los santos reinarían con Cristo en la tierra por mil años.
d. Puso los primeros 5 sellos, cumpliéndose en la iglesia primitiva; y el sexto sello eran las señales de la segunda venida de Cristo y, en un breve período, al cierre del sexto sello, era la venida del anticristo.
e. Ponía las trompetas bajo el séptimo sello. La muerte de los testigos decía que es tiempo literal.
f. En Apocalipsis 12, el futurismo de Ribera se ve de una manera más aguda, describe la venida de los siete sellos, el reinado del anticristo, la persecución de esos tiempos, el juicio final y bendiciones de los santos. Ribera interpreta al dragón como Satanás y lo identifica con la cuarta bestia de Daniel siete.
g. Admite que en Apocalipsis 17, la mujer es la Roma Cristiana, que se ha desviado del papado.
h. Dice que en Apocalipsis 20, el tiempo abarca desde la muerte de Cristo hasta la venida del anticristo.
i. Sostiene que Babilonia es Roma en el pasado y en el futuro, pero no en el presente.
Ataque de Belarmino al principio de día por año.
Roberto Belarmino era un cardenal italiano, el más hábil y más conocido de los jesuitas (en asuntos de controversia).

• El método de Belarmino era astuto. Como católico, sostenía el canon de las Escrituras como dependientes de la tradición. Pero Lutero y otros reformadores, habían cuestionado antes la canonicidad de Apocalipsis. Así que ahora, Belarmino era defensor del Nuevo Testamento, en contra del líder de la reforma.

• El ataque de Belarmino a la interpretación de las profecías se centraba en el principio de día por año. Citando Ezequiel 4, Belarmino decía que no se podía aplicar, porque Ezequiel no se acostó de un lado por 390 años. Determinado a anular el principio de día por año, usado por los protestantes como el período de 1260 años de la tiranía del anticristo, él quería privar este símbolo de su respaldo bíblico, haciendo a la Escritura dependiente de la tradición.

• Belarmino asignaba los símbolos apocalípticos a un pasado y a un futuro distantes, de esta manera eliminando la aplicación al período papal de la Edad Media. El anticristo no había venido, porque tenía que abolir el sacrificio diario de las masas; de acuerdo con Daniel 12:11, decía que las 70 semanas eran semanas de años, pero un "tiempo profético", decía que simplemente denotaba una unidad como un día, un año o un milenio.

• Si el anticristo había estado reinando en la iglesia por siglos, debería haber un tiempo exacto para reconocer su comienzo, pero Belarmino señalaba que los protestantes diferían grandemente en esto. Algunos lo fechaban en el 666 ó 1260 años, desde el comienzo de la caída de Roma cerca del 400 a.C., otros desde Gregorio, cerca del 600; otros, desde Focas, el 606. Las fechas variaban desde el 200 al 773, 1,000 y aun el 1200 d.C. Así que, él se burlaba de ellos por estar dormidos en vez de estar alertas, y ponerse de acuerdo en el tiempo definido del anticristo. Decía, también, que el papado había preservado a Roma, y el anticristo lo debía de destruir; admitió que Roma significaba Babilonia, pero sólo en su imperio pagano y, posiblemente, otra vez en el futuro.

• Contendía por un anticristo individual, no un sistema; un individuo que estaría en poder de Satanás, así como el poder de Dios estaba en Cristo. Decía que el pequeño cuerno de Daniel 7:11,12 era Antíoco, que quitaría a tres reyes y subyugaría a otros 7, y éste sería un símbolo del anticristo. Excluía 2 Tesalonicenses 2 de la aplicación del anticristo.

• Argumentaba que Apocalipsis 13 y 17 menciona a diez reyes que estarían gobernando en la tierra cuando el anticristo viniera, y que dan a entender un reinado literal de 3 1/2 años, y que ese individuo aún no había llegado (anticristo). Afirmaba que el imperio romano no estaba dividido,¿ de acuerdo a las profecías, y hasta que esto pasara, el anticristo no podía venir.

• El papa no es el anticristo por la duración del período. Un hombre no puede durar 1260 años. También ridiculizaba los significados del número 666, que daban los protestantes.

• Afirmaba que el trono del papa estaba en Roma, y el trono del anticristo no es Roma sino Jerusalén, "donde el Señor fue crucificado" (Apoc. 11 :8).
 
IV. LA ESCUELA PRETERISTA DE LUIS DE ALCÁZAR (1554-1613).

IV. LA ESCUELA PRETERISTA DE LUIS DE ALCÁZAR (1554-1613).

• Jesuita español, se dedicó a traer a la prominencia el método de interpretación preterista, que buscaba mostrar que las profecías del anticristo se cumplieron antes que los papas gobernaran en Roma y, por lo tanto, no se aplicaban al papado. La escuela preterista fundada por el jesuita Luis de Alcázar en 1614, explica el Apocalipsis desde la caída de Jerusalén (70 d.C.), o por la caída de la Roma pagana en el 410 d.C. Este sistema no fue bien aceptado en su tiempo, sino con el surgimiento del racionalismo y la alta crítica de la Biblia.

• Alcázar inició sus trabajos en 1569, primero estudiando filosofía, luego las Escrituras. Después de 40 años de estudio, su trabajo fue publicado en 1614, después de su muerte, con el título: "Investigación de los Juicios Escondidos del Apocalipsis”. En esta obra trató de interpretar el Apocalipsis con el método preterista; su tesis era que las profecías fueron cumplidas en el pasado, antes que el papado existiera.

Aplicando la nueva Jerusalén a la iglesia católica, Alcázar sostenía que el Apocalipsis describía una doble guerra de la iglesia, una con la sinagoga judía y la otra con el paganismo, saliendo victoriosa en las dos controversias.
Aplicaba Apocalipsis 1-11 al rechazo de los judíos y a la desolación de Jerusalén por los romanos. Apocalipsis 12-19 describía la caída del paganismo romano, la conversión del imperio a la iglesia cristiana, el juicio de la gran ramera se efectúa con la caída del paganismo. Apocalipsis 20 lo aplica a la persecución final por el anticristo y al día del juicio; Apocalipsis 21 y 22 se refieren a la triunfante situación de la iglesia Romana.
Decía que los sellos eran la temprana expansión de la cristiandad apostólica, sus vicisitudes, pobreza y persecución; después la gran paciencia divina, advertencias y castigos a los judíos. Las trompetas, simbolizan el juicio al judaísmo caído; los testigos, la doctrina y la vida santa de los cristianos; y después de la persecución, los cristianos se levantaban en gloria y convierten a muchos judíos.
Apocalipsis 12, era la iglesia apostólica, llegando a ser la iglesia romana; la primera bestia de Apocalipsis 13 fue la persecución arrogante de la Roma pagana y la segunda bestia, su sabiduría carnal. Apocalipsis 17, el significado místico de la idolatría de la Roma antigua; Apocalipsis 18, su conversión a la fe católica. Apocalipsis 20, presenta la era del pacífico ejercicio de la religión católica, con los mil años como un número místico, hasta el cumplimiento del anticristo y Apocalipsis 21, la iglesia romana o nueva Jerusalén.
 
Re: Preteriosmo: una hierba jesuita

V. EFECTO DE LOS MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN CATÓLICOS.

• Las diferencias de los protestantes con los católicos sobre las profecías tuvieron algunas ventajas, forzó un estudio intensificado de las profecías por los reformadores para defender su posición. Fortaleció la posición verdadera sobre la profecía, revelando ciertas inconsistencias y corrigiendo algunos errores. Sin embargo, sus efectos negativos a largo plazo fueron desastrosos para el protestantismo.

• Efectos del preterismo.

• El primero en aceptar la posición preterista fue Hugo Grocio (1583-1645), de la Universidad de Leyden, en los Países Bajos. De tendencias liberales y muy abierto de mente, trató de restablecer un puente entre los protestantes y católicos, aceptó la interpretación preterista de Alcázar. Esto le acarreó el descrédito entre los protestantes, sin embargo, otros siguieron en su senda.

• En 1791, J.G. Eichhorn, en Alemania, también aceptó esta interpretación y pronto se le unieron varios eruditos racionalistas de Alemania como F. Delitzsch (1813-1890), Juluis Wellhausen (1844-1918).

• De Inglaterra, Samuel Lee de Cambridge, Moses Stuart (1780-1852) de Andover, todos ellos aceptaban la posición preterista de Alcázar.

• En la actualidad, el preterismo está vivo entre los teólogos liberales.

C. Efectos del futurismo.

El futurismo por algunos siglos estuvo confinado a los católicos, y era refutado por algunos protestantes; pero al principio del siglo XIX, se adoptó este método y tuvo más arraigo entre los protestantes fundamentalistas.
La adopción del futurismo por el protestantismo se inició en 1826 con Samuel L. Maitland , William Burgh y J. H. Todd.
El futurismo tuvo auge después del fracaso de Guillermo Millar; y todos aquellos que siguiendo el método historicista, llegaron a la conclusión de que la segunda venida de Cristo sería en 1844.
En la actualidad, el futurismo se encuentra arraigado entre los protestantes fundamentalistas. La iglesia católica no usa más este método de interpretación.
Joseph Tanner dice: "Es motivo de gran pena que aquellos que sostienen y abogan por el sistema futurista en la actualidad, protestantes en su mayoría, en realidad están jugando con Roma, y ayudando a cubrir al papado de ser detectado como el anticristo. Se ha dicho muy bien que 'el futurismo tiende a obliterar la marca puesta por el Espíritu Santo sobre el papado'. Mas, particularmente, es deplorable que esto sea en un tiempo cuando el anticristo papal parece estar haciendo un esfuerzo mortal para reconquistar su poder antiguo sobre las mentes de los hombres".
Daniel and Revelation: The Chart of Prophecy and Our place in It. A Study of The Historicist and Futurist Interpretation. Hodder and Stoughton, 1898, p.487,511.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA PARA ESTUDIO ADICIONAL

Comentario bíblico adventista del séptimo día. Tomo 4. Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 1985, pp. 41-82.

Froom, Roy E. The prophetic faith of our fathers, vol II, Washington, DC: Review and Herald Publ. Assn., 1948, pp. 464-532.

Price, George McCready. The greatest of the prophets. A new commentary on the book of Daniel. Mountain View, CA: Pacific Press Publishing Association, 1955, pp.27-38.
 
Re: Preteriosmo: una hierba jesuita

A los sectarios del adventismo no les disgusta en absoluto citar a autores protestantes como el ya nombrado Frederic W. Farrar cuando creen que ello redunda en su agenda malvada. Así, por ejemplo, el libro adventista Questions on Doctrine, recientemente reeditado por la Andrews University Press, cita a Farrar como “testigo” evangélico favorable a las “verdades” adventistas del sábado y de la inmortalidad “condicional”. Pero ahora resulta que, según embusteros patológicos como el tal “Marlon” de este foro, el pobrecito de Farrar, que tan buenos servicios prestó sin querer a la causa de la “verdad presente” (léase “el persistente error adventista”), no era evangélico porque era preterista. ¡Qué cínicos llegan a ser estos farsantes del adventismo! Repasemos la evaluación que hizo Farrar en 1882, centrada en el libro de Apocalipsis, en cuanto a la interpretación preterista y las demás:
“Ha habido tres grandes escuelas de interpretación apocalíptica: 1. Los preteristas, que consideran que el libro se ha cumplido en gran medida. 2. Los futuristas, que lo asignan a acontecimientos que son aún enteramente futuros. 3. Los intérpretes históricos continuos, que ven en él un esbozo de la historia cristiana desde los días de San Juan hasta el fin de todas las cosas. La segunda de estas escuelas –los fururistas– siempre ha sido pequeña, y en la actualidad se puede decir que es inexistente.
“La escuela de intérpretes históricos fue fundada por el abad Joaquín a comienzos del siglo XIII, y floreció en especial en los primeros cincuenta años del siglo actual. [Hay dos escuelas de intérpretes que convierten al Apocalipsis en una profecía de toda la historia cristiana. La escuela de Bengel, Vitringa, Elliott, etc., lo convierten principalmente en una historia de la Iglesia. Otra escuela lo considera de forma más general, y menos específica, como un esbozo de épocas de la Historia del mundo y de las grandes fuerzas que lo moldean en un Reino de Dios. A esta última escuela pertenecen Hengstenberg, Ebrard, Auberlen, etc.].
“Los puntos de vista de los preteristas han sido adoptados, con diversos matices de modificación, por Grocio, Hammond, Leclerc, Bousset, Eichorn, Hug, Wetstein, Ewald, Herder, Zullig, Bleek, DeWette, Lucke, Moses Stuart, Davidson, Volkmar, Krenkel, Dusterdieck, Renan, y casi le escuela en bloque de críticos e intérpretes alemanes. Suele decirse que el jesuita español Alcázar, en su Vestigatio arcani sensus in Apocalpysi (1614), fue el fundador de la Escuela Preterista, y, desde luego, parece que a él debe asignarse el crédito de haber sido el primero en enunciar con claridad el punto de vista natural de que el Apocalipsis, como todos los demás apocalipsis conocidos de la época, describe acontecimientos casi contemporáneos, y está concebido para presagiar el triunfo de la Iglesia en la lucha primero con el judaísmo y luego con el paganismo. Pero a mí me parece que el fundador de la Escuela Preterista no es otro que el propio San Juan. Porque él consigna que Cristo le dijo, cuando estuvo en el Espíritu, ‘Escribe las cosas que ves, y LAS COSAS QUE SON, y las cosas que están a punto de ocurrir después de estas cosas’. Sin duda, ninguna fraseología podría definir con más claridad el contenido del Apocalipsis. Está concebido para describir el estado contemporáneo de las cosas en la Iglesia y en el mundo, y los acontecimientos que habían de seguir en secuencia inmediata. Si la Escuela Histórica puede torcer las últimas palabras para convertirlas en una indicación de que (en contra de toda analogía) hemos de adoptar un esquema simbólico e ininteligible de muchos siglos, la Escuela Preterista puede en todo caso aplicar esta palabras: ‘LAS COSAS QUE SON’, para vindicar la aplicación de una gran parte del Apocalipsis a acontecimientos casi contemporáneos, a la vez que dan también el significado natural a la siguiente oración, al entenderla referida a acontecimientos que estaban entonces en el horizonte. El Vidente dice enfáticamente que los acontecimientos futuros que tiene que presagiar ocurrirán con prontitud [Compárse Tachu (Apoc. 22.5, 16; iii.11; xi.14; xxii.20). Es curioso ver con qué extraordinaria facilidad los comentaristas explicas la expresión perfectamente simple y nada ambigua ‘rápido’ para que signifique cualquier lapso temporal que ellos puedan elegir. La palabra ‘inmediatamente’ en Mat xxiv.29 ha sido sometida a un manoseo similar, en lo que abunda verdaderamente toda la eisegesis de la Escritura. El no ver que la caída de Jerusalén y el fin de la Dispensación Mosaica fue un ‘Segundo Advenimiento’ –y EL Segundo Advenimiento contemplado en muchas de las profecías del Nuevo Testamento– ha llevado a multitud de errores] y el punto focal recurrente de todo su libro es la cercanía del Advenimiento. El lenguaje sencillamente carece de significado si ha de ser manipulado por cada comentarista sucesivo de forma que “prontamente” y “cerca” denoten siglos de demora. […]
“Pero, aparte de las palabras del mismísimo San Juan, no puede concederse que la concepción central de la exégesis preterista sea una mera novedad del siglo XVII. Al contrario, podemos remontar a los primeros tiempos la aplicación de diversas visiones a los primeros emperadores de la Roma pagana. Así, Justino Mártir creía que el anticristo sería una persona que estaba a punto de aparecer, que reinaría tres años y medio. [Dial. c. Tryph. p. 250] Ireneo también pensaba que el anticristo, presagiado por la bestia salvaje, sería un hombre; y que ‘el número de la bestia’ representaba Lateinos, ‘un latino’ [Iren. Haer. v. 25] Más adelante, aportará evidencia abundante de una tradición de la antigua Iglesia que identificaba a Nerón con el anticristo, y que esperaba su regreso literal, igual que los judíos aguardaban el regreso literal del profeta Elías. San Victorino (hacia 303 d.C.) cuenta los cinco emperadores muertos desde Galba, y supone que, después de Nerva, la Bestia (que él identifica con Nerón) volverá a la vida. ["Bestia de septem est quoniam ante ipsos reges Nero regnavit."] San Agustín menciona una opinión similar. [De Civ. Dei, xx.19] El pseudo Prócoro, escribiendo sobre Apoc. xvii. 10, dice que el ‘que es’ se refiere a Domiciano. El obispo Andreas, en el siglo V, aplica Apoc. vi.12 al asedio a Jerusalén, y considera que el Anticristo será ‘como un rey de los romanos’. El obispo Aretas, sobre Apoc. vii., da a entender que el Apocalipsis se escribió antes de la Guerra Judía. No puede decirse que los fragmentos de comentarios antiguos que poseemos tengan mucho valor intrínseco, pero bastan para demostrar que la tendencia de la exégesis moderna se acerca tanto a las tradiciones más antiguas como la de la Escuela Histórica. Es un hecho especialmente importante que San Agustín, igual que muchos otros, reconociera el carácter parcial de retrogresión e iteración de las visiones posteriores, y, con ello, autorizó uno de los principios más importantes de la interpretación moderna. [Id. ib. 17.]
“La evidencia interna de que el libro se escribió antes de la Caída de Jerusalén ha satisfecho no solo a muchos comentaristas cristianos, que han sido estigmatizados envidiosamente de ‘racionalistas’, sino incluso a autores como Wetstein, Lucke, Neander, Stier, Auberlen, Ewald, Bleek, Gebhardt, Immer, Davidson, Dusterdieck, Moses Stuart, F.D. Maurice, el autor de ‘The Parousia’, el deán Plumptree, a los autores de la Protestanten-Bibel y montones más no menos dignos del respeto de todos los cristianos.
“No obstante, si el lector aún considera con prejuicio y sospecha a la única escuela de exégesis apocalíptica que une los sufragios de los más doctos comentaristas en Alemania, Francia e Inglaterra, no sé adónde habrá de acudir. La razón por la que la fecha temprana y la explicación casi contemporánea del libro gana día a día nuevos partidarios entre pensadores sin prejuicios de cada Iglesia y escuela, es en parte porque descansa en una base tan simple y segura y en parte porque ninguna otra puede competir con ella. Verdaderamente, es el único sistema que está edificado sobre las afirmaciones e indicaciones llanas y repetidas del propio Vidente, y los acontecimientos correspondientes están tan de acuerdo con los símbolos como para dar por seguro que este sistema de interpretación es el único que puede sobrevivir. Puede que basten algunas muestras para demostrar cuán completamente están en las nubes los demás sistemas.
“Supongamos que el estudiante ha averiguado que en viii.13 la auténtica lectura es ‘una sola águila’, no ángel; sin embargo, ya sea águila o ángel, quiere saber qué significa el símbolo. Se vuelve a los comentaristas, y descubre que se explica que es el Espíritu Santo (Victorino); o el papa Gregorio Magno (Elliott); o el propio San Juan (DeLyra); o San Pablo (Zeger); o el mismísimo Cristo (Wordsworth). Los preteristas en general lo interpretan sencillamente como un águila, el símbolo bíblico de una carnicería –estando sugerido el símbolo no por el parecido de la palabra ‘¡ay!’ (‘ouai’) con los chillidos del águila, sino por el uso del mismo símbolo para el mismo propósito por nuestro Señor en su discurso sobre las cosas que habían de venir. [Mat. xxiv.28.]
“¡Pero esto no es nada! El estudiante quiere averiguar qué se denota con la estrella que cae del cielo en ix.1. La Escuela histórica le dejaré escoger entre un espíritu maligno (Alford); un hereje cristiano (Wordsworth); el emperador Valente (DeLyra); Mahoma (Elliott); y, entre otros, ¡Napoleón (Hengstenberg)!
“La confusión se profundiza según vamos avanzando. Las langostas son “los herejes” (Beda); o los godos (Vitringa); o los vándalos (Aureolo); o los sarracenos (Mede); o las órdenes mendicantes (Brightman); o los jesuitas (Scherzer); o los protestantes (Belarmino).
“Reina la misma diversidad inacabable y sin norte en todas las obras de los intérpretes históricos; ninguno de ellos parece satisfacer a nadie salvo a sí mismo. La elaborada interpretación antipapal de Elliott –de la cual (para mostrar que disto de moverme por prejuicios) puedo mencionar que hice un estudio minucioso y un resumen completo cuando contaba diecisiete años– hay que consignarla al olvido. El señor Faber admite que no hay el menor acuerdo en cuanto a las primeras cuatro trompetas entre los autores de su escuela, y dice con razón que ‘una circunstancia tan curiosa bien puede catalogarse de oprobio para la interpretación apocalíptica, y puede naturalmente llevarnos a sospechar que la auténtica clave a la aplicación diferenciada de las primeras cuatro trompetas no se ha encontrado aún’.
“Y no es que a esa escuela le vaya mejor cuando llegamos a los siete truenos. Son siete oráculos desconocidos (Mede); o acontecimientos (Ebrard); o las siete cruzadas (Vitringa); o los siete reinos protestantes (Dunbar); o la bula papal contra Lutero (Elliott).
“Las dos alas de la gran águila de xii.14 son los dos Testamentos (Wordsworth); o las divisiones oriental y occidental del imperio (Mede, Auberlen); o el emperador Teodosio (Elliott).
“El número de la Bestia –que en la actualidad se entiende que, con certeza, designa a Nerón– se ha hecho que sirva para Genserico, Benedicto, Trajano, Pablo V, Calvino, Lutero, Mahoma, Naopoleón, por no mencionar muchas otras interpretaciones que nadie ha aceptado jamás, salvo sus autores. [La mayoría de las conjeturas menos serias apuntan a Roma, al Imperio romano o al emperador romano].
“Es innecesario presentar más ejemplos. Podrían multiplicarse casi indefinidamente, pero su multiplicidad no es tan decisiva para la futilidad de los principios por los que se seleccionan como la diversidad de los resultados, que es más amplia que los polos que los separan. ¿Qué podemos decir de métodos que nos dejan escoger entre la aplicabilidad de un símbolo al Espíritu Santo o al papa Gregorio o a los dos Testamentos o al emperador Teodosio? En cambio, cualquiera que acepte el sistema preterista encuentra un amplio y creciente consenso entre los investigadores competentes de todas las naciones, y puede ver una explicación del libro que es simple, natural y noble, una explicación que sigue de cerca sus propias indicaciones y que está en armonía con lo que se encuentra en todo el Nuevo Testamento. Ve que los acontecimientos, principalmente contemporáneos, proporcionan una interpretación clara en sus contornos, aunque necesariamente incierta en detalles menores.
“Quien adopte el punto de vista de los espiritualizadotes, puede a su albedrío hacer que los símbolos signifiquen cualquier cosa en general y nada en particular.
“Si está en la Escuela Histórica debe de dejar que las corrientes de Gieseler o Gibbon lo arrastre aquí o allí al arbitrio del comentarista particular en quien de momento confíe.
“Pero si sigue la directriz de una exégesis más razonable, puede avanzar con paso seguro en una senda que se hace más nítida con cada nuevo descubrimiento” (The Early Days of Christianity, tomo 2, cap. 2).
No parece que el bueno de Farrar estuviese al tanto de los disparates interpretativos del adventismo (de las herejías propugnadas por White, Smith, Andrews y compañía). De haberlo estado, seguro que no habría sido tan ácido con Elliot, Alford o Hengstenberg. Quizá ahora los adventistas puedan comprender un poco mejor por qué el historicismo se defuncionó el 22 de octubre de 1844. La basura acaba yendo al basurero.
 
Re: Preteriosmo: una hierba jesuita

Un verdadero protestante nunca aceptará el preterismo, a menos que sea un ecuménico a convenniencia,

Un adventista como tú no está en condiciones de enseñarnos a los protestantes qué es un protestante y qué no lo es. Para tu información, Juan Calvino, que dio inicio a una de las ramas más extendidas del protestantismo, nunca fue historicista, cosa que sí fue Lutero. Afortunadamente, ya no quedan iglesias protestantes historicistas. Esa basura está restringida a muy pocas sectas, de las cuales la tuya es la más "destacada". Enhorabuena. Echa una ojeada a los comentarios bíblicos protestantes publicados en los últimos veinte años. No encontrarás ni uno que sea historicista (el adventista no es protestante, así que no cuenta). Dudo que encuentres alguno que sea futurista. Son todos preteristas. Como debe ser. La verdad acaba abriéndose paso, por mucho que le pese a Lutero. Es algo que los luteranos pueden superar sin dificultades. Pero, ¿qué le pasa a tu "pluma inspirada" si un adventista se percata de la verdad del preterismo? ¡Adios pluma plagiadora!