Siento que el Señor ha puesto en mi corazón el compartir mi testimonio con ustedes en algunos de los epígrafes del foro, por esta razón les ruego su disculpa si se encuentran con él en más de un epígrafe.
Hace muchos años estuve en un movimiento llamado: Movimiento Gnóstico Cristiano Universal” cuyo fundador era uno que se decía Maestro Samael Aum Weor (creo que es así que se escribe). En los 10 años que transité por ese camino creía en cosas como la reencarnación, el karma, elementales (eran como especie de espíritus de plantas, animales o minerales); dioses que regían ciudades, planetas, etc; creía en viajes astrales(el alma saliendo a voluntad fuera del cuerpo), en viajes en ginas (el cuerpo viajando en otra dimensión), hacía rituales para bloquear cualquier mala influencia que intentará hacerme daño, y así muchas creencias esotéricas.
En una oportunidad me topé con una enciclopedia de religiones y estuve leyendo bastante en ella, se decía que habían muchas religiones, más de 3.000, en ese momento entró una duda en mi: “¿Será que yo soy tan afortunado, que habiendo más de 3.000 religiones, estoy en la verdadera?”, esa pregunta comenzó a retumbarme por dentro. Yo quería ser sincero en mi búsqueda espiritual, pero esa duda no me dejaba.
En otra oportunidad vi una película sobre Nostra Damus (tampoco recuerdo si es así que se escribe), es una película que habla de supuestas profecías que se habían cumplido, y de otras que estaban por cumplirse, especialmente aquellas que hablaban del fin del mundo. No lo puedo negar, al salir del cine estaba más confundido y ahora asustado por lo que pensaba en ese momento podía ser el inminente fin del mundo. Esa duda se me hacía más grande, y aunque en la Gnosis se nos enseñaba sobre muchos dioses, yo comencé a decirme “aunque hay muchos dioses, debe haber uno que está por sobre todos esos dioses, uno que es superior a todos”, y empecé a pedirle a ese Dios que estaba sobre todos los dioses, que me mostrara la religión verdadera, porque quizás yo estaba equivocado de religión, le pedía que si esa era la verdadera me lo mostrara también y calmara mis dudas.
Poco después me regalaron una Biblia, muy viejita, de la versión Reina Valera 1.909. Como yo siempre había sentido un profundo respeto hacia la Biblia, me alegré mucho, y para esos días me tocó viajar a Curazao para ayudar a un hermano a hacer un galpón para una panadería de un señor que era adventista, en los ratos libres aprovechaba para leer la Biblia y pedirle a Dios me mostrara la religión verdadera, mientras más avanzaba en la lectura de la Biblia iban cayendo enseñanzas que durante tanto tiempo había estado aprendiendo, iba entendiendo que me habían estado engañando por mucho tiempo.
Les citaré algunos ejemplos, en la Gnosis se nos enseñaba sobre la reeecarnación, y leyendo me encontré con este pasaje:
Hebreos 9:27. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.
Y comprendí que no hay reencarnación, que sólo hay una vida, que sólo hay una oportunidad.
Me decían también, que la “muerte” es un ángel enviado por Dios que cumple con ese cometido, pero leyendo la Biblia me encontré con:
Apocalipsis 20:14. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Esto me hacía pensar: “¿Si la muerte es un ángel enviado por Dios, por qué razón es lanzada al lago de fuego?”
En la Gnosis se suele citar la Biblia, pero sólo eso, citarla, no se lee en su contexto. Avanzando en mi lectura, comprendí que yo estaba apartado de la gloria de Dios porque yo era un pecador, comprendí realmente por qué Jesús había venido al mundo, anteriormente creía que Cristo había sido un buen hombre, que había traído un mensaje de amor, pero sólo eso, nunca había entendido el sacrificio expiatorio del Señor, nunca había comprendido que había muerto para pagar mi pecado.
Cuando me encontré con Juan 14:6 y vi que decía: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”, pude entender que mi oración a Dios estaba un poco equivocada, no era que existía una religión verdadera, comprendí que lo que existía era UN CAMINO, y que ese CAMINO era CRISTO EL SEÑOR (y gloria a Dios por eso), entendí que Dios estaba respondiendo mi oración. Comencé a orar y pedirle a Dios perdón por mis pecados (que eran muchos) y le pedía a Jesús que me salvara a mi también, le decía que yo creía que el había muerto por mi. Mi alegría era indescriptible, no me cabía adentro, me sentía feliz como nunca antes, le hablé a mi hermano, quien también era gnóstico, y él también creyó. Poco días después llegó un misionero, no sé si era adventista o evangélico, y habló con nosotros, le contamos lo que nos había pasado y él nos invitó a hacer una oración, donde nos arrepentíamos y aceptábamos a Jesucristo como Salvador.
Siguiendo en mi lectura, entendí que Dios quiere que nos reunamos con otros que profesaran la misma fe (no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Hebreos 10:25), y cuando llegué de regreso a Venezuela, empecé a visitar iglesias, una de las primeras fue una adventista, leía también esa literatura que reparten los “Testigos de J.”, igualmente escuchaba una radio cristiana (Radio Trasmundial), después de mucho investigar decidí quedarme con una iglesia evangélica, ya que veía que coincidía más con lo que yo leía en la Biblia.
Mientras estaba en mi búsqueda por una iglesia para congregarme, yo continuaba haciendo varios de los rituales que había aprendido en la Gnosis, pero me sentía un poco mal por eso, y decidí decirle al Señor que no los iba a realizar más, que si los encontraba en la Biblia, que si leía que alguno de los personajes de la Biblia lo hacía, yo lo haría también, cuando terminé de leer la Biblia, comprendí que había tenido muchos errores doctrinales (con esto no quiero decir que yo no pueda estar equivocado en algo) y he aprendido que las doctrinas que debo seguir deben encontrarse en la Biblia, si nadie las practicó en la Biblia (muy especialmente en el Nuevo Testamento), yo tampoco tengo por qué practicarlas.
Hoy sé que no hay religión verdadera, sino que hay UN CAMINO, y ese Camino es Jesucristo.
Como pueden ver llegué al conocimiento de Cristo, porque así Él lo permitió, como dice en 2 Timoteo 2:25,26. que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
Él me concedió el que me arrepintiera y me concedió poder conocer la verdad. Y gracias le doy a Dios quien me guió al arrepentimiento a través de la lectura de su palabra. No fue Lutero, ni ningún otro hombre quién me enseñó el Camino, fue el Señor en su infinita misericordia quien me lo mostró. Si han habido o hay hombres que profesan la fe en Cristo y cometen errores, eso no empaña ni empañará lo que dice la Biblia, la Palabra de Dios se basta por si sola, ningún hombre podrá destruir su enseñanza ya que como dice Hebreos 4:12. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”, y esta palabra fue la que utilizó el Señor para mi arrepentimiento y conversión.
Dios los bendiga a todos y les conceda el poder arrepentirse y creer en Jesús.
Hace muchos años estuve en un movimiento llamado: Movimiento Gnóstico Cristiano Universal” cuyo fundador era uno que se decía Maestro Samael Aum Weor (creo que es así que se escribe). En los 10 años que transité por ese camino creía en cosas como la reencarnación, el karma, elementales (eran como especie de espíritus de plantas, animales o minerales); dioses que regían ciudades, planetas, etc; creía en viajes astrales(el alma saliendo a voluntad fuera del cuerpo), en viajes en ginas (el cuerpo viajando en otra dimensión), hacía rituales para bloquear cualquier mala influencia que intentará hacerme daño, y así muchas creencias esotéricas.
En una oportunidad me topé con una enciclopedia de religiones y estuve leyendo bastante en ella, se decía que habían muchas religiones, más de 3.000, en ese momento entró una duda en mi: “¿Será que yo soy tan afortunado, que habiendo más de 3.000 religiones, estoy en la verdadera?”, esa pregunta comenzó a retumbarme por dentro. Yo quería ser sincero en mi búsqueda espiritual, pero esa duda no me dejaba.
En otra oportunidad vi una película sobre Nostra Damus (tampoco recuerdo si es así que se escribe), es una película que habla de supuestas profecías que se habían cumplido, y de otras que estaban por cumplirse, especialmente aquellas que hablaban del fin del mundo. No lo puedo negar, al salir del cine estaba más confundido y ahora asustado por lo que pensaba en ese momento podía ser el inminente fin del mundo. Esa duda se me hacía más grande, y aunque en la Gnosis se nos enseñaba sobre muchos dioses, yo comencé a decirme “aunque hay muchos dioses, debe haber uno que está por sobre todos esos dioses, uno que es superior a todos”, y empecé a pedirle a ese Dios que estaba sobre todos los dioses, que me mostrara la religión verdadera, porque quizás yo estaba equivocado de religión, le pedía que si esa era la verdadera me lo mostrara también y calmara mis dudas.
Poco después me regalaron una Biblia, muy viejita, de la versión Reina Valera 1.909. Como yo siempre había sentido un profundo respeto hacia la Biblia, me alegré mucho, y para esos días me tocó viajar a Curazao para ayudar a un hermano a hacer un galpón para una panadería de un señor que era adventista, en los ratos libres aprovechaba para leer la Biblia y pedirle a Dios me mostrara la religión verdadera, mientras más avanzaba en la lectura de la Biblia iban cayendo enseñanzas que durante tanto tiempo había estado aprendiendo, iba entendiendo que me habían estado engañando por mucho tiempo.
Les citaré algunos ejemplos, en la Gnosis se nos enseñaba sobre la reeecarnación, y leyendo me encontré con este pasaje:
Hebreos 9:27. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.
Y comprendí que no hay reencarnación, que sólo hay una vida, que sólo hay una oportunidad.
Me decían también, que la “muerte” es un ángel enviado por Dios que cumple con ese cometido, pero leyendo la Biblia me encontré con:
Apocalipsis 20:14. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Esto me hacía pensar: “¿Si la muerte es un ángel enviado por Dios, por qué razón es lanzada al lago de fuego?”
En la Gnosis se suele citar la Biblia, pero sólo eso, citarla, no se lee en su contexto. Avanzando en mi lectura, comprendí que yo estaba apartado de la gloria de Dios porque yo era un pecador, comprendí realmente por qué Jesús había venido al mundo, anteriormente creía que Cristo había sido un buen hombre, que había traído un mensaje de amor, pero sólo eso, nunca había entendido el sacrificio expiatorio del Señor, nunca había comprendido que había muerto para pagar mi pecado.
Cuando me encontré con Juan 14:6 y vi que decía: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”, pude entender que mi oración a Dios estaba un poco equivocada, no era que existía una religión verdadera, comprendí que lo que existía era UN CAMINO, y que ese CAMINO era CRISTO EL SEÑOR (y gloria a Dios por eso), entendí que Dios estaba respondiendo mi oración. Comencé a orar y pedirle a Dios perdón por mis pecados (que eran muchos) y le pedía a Jesús que me salvara a mi también, le decía que yo creía que el había muerto por mi. Mi alegría era indescriptible, no me cabía adentro, me sentía feliz como nunca antes, le hablé a mi hermano, quien también era gnóstico, y él también creyó. Poco días después llegó un misionero, no sé si era adventista o evangélico, y habló con nosotros, le contamos lo que nos había pasado y él nos invitó a hacer una oración, donde nos arrepentíamos y aceptábamos a Jesucristo como Salvador.
Siguiendo en mi lectura, entendí que Dios quiere que nos reunamos con otros que profesaran la misma fe (no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Hebreos 10:25), y cuando llegué de regreso a Venezuela, empecé a visitar iglesias, una de las primeras fue una adventista, leía también esa literatura que reparten los “Testigos de J.”, igualmente escuchaba una radio cristiana (Radio Trasmundial), después de mucho investigar decidí quedarme con una iglesia evangélica, ya que veía que coincidía más con lo que yo leía en la Biblia.
Mientras estaba en mi búsqueda por una iglesia para congregarme, yo continuaba haciendo varios de los rituales que había aprendido en la Gnosis, pero me sentía un poco mal por eso, y decidí decirle al Señor que no los iba a realizar más, que si los encontraba en la Biblia, que si leía que alguno de los personajes de la Biblia lo hacía, yo lo haría también, cuando terminé de leer la Biblia, comprendí que había tenido muchos errores doctrinales (con esto no quiero decir que yo no pueda estar equivocado en algo) y he aprendido que las doctrinas que debo seguir deben encontrarse en la Biblia, si nadie las practicó en la Biblia (muy especialmente en el Nuevo Testamento), yo tampoco tengo por qué practicarlas.
Hoy sé que no hay religión verdadera, sino que hay UN CAMINO, y ese Camino es Jesucristo.
Como pueden ver llegué al conocimiento de Cristo, porque así Él lo permitió, como dice en 2 Timoteo 2:25,26. que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
Él me concedió el que me arrepintiera y me concedió poder conocer la verdad. Y gracias le doy a Dios quien me guió al arrepentimiento a través de la lectura de su palabra. No fue Lutero, ni ningún otro hombre quién me enseñó el Camino, fue el Señor en su infinita misericordia quien me lo mostró. Si han habido o hay hombres que profesan la fe en Cristo y cometen errores, eso no empaña ni empañará lo que dice la Biblia, la Palabra de Dios se basta por si sola, ningún hombre podrá destruir su enseñanza ya que como dice Hebreos 4:12. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”, y esta palabra fue la que utilizó el Señor para mi arrepentimiento y conversión.
Dios los bendiga a todos y les conceda el poder arrepentirse y creer en Jesús.