JULIO: mis aportes en distintos tópicos suelen ser bastante extensos.
Creo que contigo he sido breve. Muchos foristas no están de acuerdo
con las cosas que digo; pero no se quejan de no entenderme. Dado que
hay tanta similitud con los disparates que le he leído y escuchado al
personaje de Miami, temí que pese a tu desvinculación con él retuvieras
los errores que le caracterizan. Una táctica que usó para impresionar y
captar a otros cristianos, fue precisamente la de sorprenderlos negando
cosas que nadie jamás hubiera imaginado. Pero su encantadora forma de decirlo, cautivó a unos cuantos. Así que resumo las preguntas:
1 - ¿Tal idea es particularmente tuya o la escuchaste o leíste de otros?
2 - ¿Podrías sugerirnos una forma convincente del texto de Juan19?
3 - ¿Tu problema está en que lo dice Juan y no Pablo?
4 - ¿Te ayudaría que transcribiera el texto en 28 versiones castellanas y
otros idiomas que tú elijas?
Esta mañana, antes de salir para el colegio mi niña de 11 años (Isabel) le conté la opinión del hijo de Luis de 5 años: -¡Es obvio! - respondió.
Si quieres podemos consultar a Elisa que tiene niños de toda edad.
Julio, no es que no quiera explicar el texto, pues éste se explica por sí
mismo. Si me invitas a que dé una conferencia demostrando que 2 + 2 = 4, quedaré mudo pues no hallaré las palabras e ideas apropiadas. Si
tú sí ves alguna dificultad real en el texto, que nosotros no advertimos,
pues entonces díla y veremos en que podamos ayudar.
Tampoco es que intencionalmente cambie mi actitud, pasando del texto
a tu persona. Pero si el texto no ofrece problema alguno, ¿no es natural que enfrente a la persona que lo usa para negarlo?
Nosotros no te queremos mal sino bien. Si de veras no te quisiéramos ni siquiera te responderíamos. Nuestro amor debe mostrarse diciéndote
cuán equivocado estás, y no disimulándolo. Si consintiéramos con tus
errores, dejándolos pasar o festejándolos, te haríamos mal al privarte
de la corrección que va en tu propio beneficio. No es mi intención
menospreciar a los respetables miembros de tu iglesia, pero tal como se ven las cosas, no creo que exista uno solo que esté capacitado para
corregirte, y de estarlo, a que se atreva a hacerlo, y de atreverse, a que
tú toleres tal situación. No existe tragedia mayor para un pastor que la
de auto condenarse a esa soledad de su infalible opinión. ¡Y todavía se
atreven a criticar al Papa que tiene confesor, guía espiritual y muchos
inteligentes y capacitados consejeros!
Quiero que Dios me de la gracia de mantenerme tan humilde como para
que acepte la corrección de un niño o de una persona analfabeta, pero
tan amante de la verdad de su Palabra que no ceda ni por un milímetro
al erudito de mayor prestigio que la interprete a su capricho.
Si en algo te puedo servir lo haré con gusto, o escríbime a mi dirección:
[email protected]
Que el Señor te favorezca con su mayor gracia.
Ricardo.