Hola Edil,
Un hijo presupone padre y madre, y evidentemente no hay multiplicidad en DIOS, ES ÚNICO Y SIMPAR. Por lo que todos, incluido Jesús, somos emanaciones de su ser. Eso determina, salvando las distancias, que Jesús y los hombres somos su creación y, por tanto, en lógica, más cercanos entre nosotros que todos ante DIOS.
Hijo de DIOS, Mensajero, Padre, interlocutor, siervo,… para nosotros, son calificativos que deben ser entendidos como títulos de representatividad en orden de importancia a la intensidad y amplitud de su revelación por el devenir histórico progresivo. Es siempre el Espíritu De DIOS, el mismo en todos ellos, el que les dota de su majestad, poder celestial y soberanía. DIOS, esa esencia incognoscible que transciende la creación entera y cualquier atributo humano, esta velada al entendimiento de sus criaturas, es inaccesible e insondable. Por tanto, no tiene sentido que tenga un hijo en términos de parentesco directo o carnal, sino como posición o autoridad espiritual de aquel que habla en su nombre y cuya presencia gloriosa nos muestra la meta última del hombre perfecto. De alguna manera todos somos hijos de DIOS ya que procedemos de la misma fuente. Pero no sabemos que Dios tenga una diosa con la concebir sus hijos. En ese caso, prescindiendo del sentido carnal o de parentesco y atendiendo al simbolismo, hemos presuponer que la etiqueta del hijo, Jesús, sea en calidad de un ser cercano y de la plena confianza del padre, ¡qué mejor que la imagen de un hijo excelso para transmitir la idea de autoridad, ascendente y pertenencia celestial para enviar un mensaje!
Además, si damos tanta importancia a ser hijo de DIOS, en la Biblia hay otros muchos:
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos De Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:12-13)
Porque este Melchîsedec…...Sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Hebreos 7
Para que me entiendas te expongo un paralelismo con la Bendita Belleza, Bahá’u’lláh:
Si Jesús es la encarnación del hijo, Bahá’u’lláh, para nosotros, es la encarnación del Padre. Bahá’u’lláh es un titulo que significa Gloria De DIOS en persa.
Los cristianos están seguros de ver a Jesús como el hijo pero seguro que se escandalizarían si aseverase que el retorno del hijo es en el Padre. De seguro, también para los Bahais, es una autentica blasfemia aberrante que la esencia incomprensible e inalcanzable de DIOS, pueda, desde las alturas insoldables de beatitud y santidad, materializarse en ser humano. Pero, de cualquier manera, siendo estrictos, es exactamente como anuncian los escritos, que vendrá DIOS mismo; unas cuantas:
"He aquí que vendrá el Señor Dios con brazo fuerte... El apacentará como pastor su rebaño; reunirá los corderos por la fuerza de su brazo"(Is 40,10-11).
”He aquí, el día de Jehová viene,… y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los Santos…Jehová Será rey sobre toda la tierra.En aquel día Jehová Será uno, y uno su nombre”(Zacarías 14:1,5,9).
“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la Gloria Del Padre” (Mat 16:27).
"Nos ha nacido un niño... que se llamará... Dios fuerte, Padre sempiterno" (Is 9,6).
“Dios mismo vendrá, y os salvará” (Is 35:4)
Entonces, o ambos son correctos literalmente: aceptas la presencia literal del hijo, aceptas la presencia literal del Padre; o en ambos casos, es una alusión figurada con sentido oculto.
Fíjate en la parábola de la viña:
Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de éstos del fruto de la viña. Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado.
Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros. Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra. Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña. ¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros. (Marcos 12:1-9)
“la parábola de la viña representa las enseñanzas divinas y la religión, que siempre ha sido una. Los labradores son la humanidad, la cual se beneficia de la palabra divina: el fruto es el desarrollo espiritual del hombre, consecuencia de las enseñanzas dadas por DIOS, el hijo, por supuesto, es Jesús a quien mataron los labradores. Por último la parábola señala La Venida Del Señor De La Viña y su venganza sobre los labrados malvados…”
Como puedes observar hay una distinción entre el Señor de la viña y su Hijo, que obedece y es enviado al mundo de los hombres. Por último es el Señor de la viña el que hace acto de presencia y hace justicia por siempre (es otro tema pero brevemente, la presencia y aviso de Bahá’u’lláh ninguneado supuso el derrocamiento de los reyes y dinastía tradicionales tal y como Él anuncio, y el ocaso definitivo del sultanado y califato, además de la carta al Papa anunciándole tribulaciones y vejaciones como así ocurrió) Ambos vendrán, y el Padre; o sea, la segunda venida con la misión de un Padre no quiere decir que la realidad incomprensible e inaccesible de DIOS descenderá, sino que se refiere a una Manifestación Divina que por la grandeza de su misión tomará el nombre de padre eterno. El último tiene la acepción del padre por ser misión la más importante, el que reúne la dispersa familia humana bajo el estandarte de DIOS único a través causa espiritual común, una Fe común. ("La tierra es un solo país, y la humanidad sus ciudadanos - Baha’u’llah"), la que cierra el ciclo con el cual la humanidad alcanza la madurez y da comienzo a una era magnifica y maravillosa de paz, hermandad y conocimiento de DIOS. Ese padre metafórico es el padre de reconciliación colectiva, del amor universal y de la paz perdurable; el arquitecto del Reino De DIOS en la tierra.
"Nos ha nacido un niño... que se llamará... Dios fuerte, Padre sempiterno" (Is 9,6)
Un saludo