Re: Porque tanta critica al adventismo y los TJ?
Descerebrado monigote: ¿Nos puedes explicar si los de la secta adventista padecéis de algún trastorno neuronal saltarín? Lo digo porque, según vuestras locas y antibíblicas naciones, las profecías se van corriendo de Oriente a Occidente de forma pasmosa. Según vuestra torpe ideología, las visiones de Daniel empiezan centrándose en Oriente, con Babilonia y los que llamáis "Medopersia", luego pasan a "Grecia", después salen pitando rumbo a Occidente, hasta llegar a "Roma". Después, por lo visto, se dan un garbeo por Lisboa (adiós, Inés de Ulloa, me apunto de soldão en la Revolução) para ir a parar luego a los bosques de Nueva Inglaterra y a las praderas de EE. UU. para que algunos colonos y cuatro amerindios vieran las Leónidas (descubrieron el Mediterráneo aquellos tarugos; aquí en España se llevan viendo cada año desde hace siglos). ¡Ah! Y no nos olvidemos de las "dos fases" de la bestia con cuernos de cordero (¿un bisonte?). Ya sabes, esa que, en una "primera fase", tenía cuernos blanditos (eso cuentan vuestras milongas) y emitía trinos como un jilguero juguetón, y que, en una "segunda fase", se le enronqueció la voz (no habéis aclarado qué les pasó a los cuernos). Indícanos, memo, si es previsible que tan portentoso "corrimiento profético" conseguirá circunvalar al globo. ¿No hay un lugar en ese sabrosón "panorama", aunque sea chiquitín, para las islas de los mares del sur, para Nueva Zelanda ni para Australia? ¿Qué tal para el archipiélago del Sol Naciente? Después de todo, ¿no habla el Apocalipsis de los reyes de Oriente? ¿Por quién os decantáis últimamente en la secta, gavialito? ¿Por Hiroito, o por Melchor, Gaspar y Baltasar?
El terremoto de Lisboa de 1775 d. C. fue una de esas señales.
Descerebrado monigote: ¿Nos puedes explicar si los de la secta adventista padecéis de algún trastorno neuronal saltarín? Lo digo porque, según vuestras locas y antibíblicas naciones, las profecías se van corriendo de Oriente a Occidente de forma pasmosa. Según vuestra torpe ideología, las visiones de Daniel empiezan centrándose en Oriente, con Babilonia y los que llamáis "Medopersia", luego pasan a "Grecia", después salen pitando rumbo a Occidente, hasta llegar a "Roma". Después, por lo visto, se dan un garbeo por Lisboa (adiós, Inés de Ulloa, me apunto de soldão en la Revolução) para ir a parar luego a los bosques de Nueva Inglaterra y a las praderas de EE. UU. para que algunos colonos y cuatro amerindios vieran las Leónidas (descubrieron el Mediterráneo aquellos tarugos; aquí en España se llevan viendo cada año desde hace siglos). ¡Ah! Y no nos olvidemos de las "dos fases" de la bestia con cuernos de cordero (¿un bisonte?). Ya sabes, esa que, en una "primera fase", tenía cuernos blanditos (eso cuentan vuestras milongas) y emitía trinos como un jilguero juguetón, y que, en una "segunda fase", se le enronqueció la voz (no habéis aclarado qué les pasó a los cuernos). Indícanos, memo, si es previsible que tan portentoso "corrimiento profético" conseguirá circunvalar al globo. ¿No hay un lugar en ese sabrosón "panorama", aunque sea chiquitín, para las islas de los mares del sur, para Nueva Zelanda ni para Australia? ¿Qué tal para el archipiélago del Sol Naciente? Después de todo, ¿no habla el Apocalipsis de los reyes de Oriente? ¿Por quién os decantáis últimamente en la secta, gavialito? ¿Por Hiroito, o por Melchor, Gaspar y Baltasar?