Re: porqué se invalidó el sábado como día de descanso?
Estimado circonbrillante. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo: Como veremos, te faltan antecedentes y tu interpretación está equivocada, no existe contradicción.
Respondo: ¡Es falso lo que señalas de que Ellen White convenció a Guillermo Miller!
El chasco estaba profetizado, por consiguiente este movimiento tenía que pasar por esta amargura: "Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre." Apoc. 10:10.
Esto es lo que ocurrió: "Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos." Daniel 7:9,10.
El anciano de días es Dios, el Padre.
"Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo." Apoc. 11:19.
Esta proclamación de que el templo de Dios fue abierto en el cielo y fue vista el arca de su pacto, indica que el lugar santísimo sel santuario celestial fue abierto en 1844, cuando Cristo entró en él para consumar la obra final de la expiación.
Estos fieles siervos de Dios cumplieron así lo que señalaba la parábola de las 10 vírgenes: "Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!", pero los milleritas lo cumplieron a pesar de no entenderlo.
El juicio investigador es representado en una de las parábolas de Cristo: "Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.
Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció." Mateo 22:11,12.
Respondo: Nuevamente te equivocas. La ley es un espejo que te señala que eres pecador, es por eso que debes acudir a Cristo.
El capítulo 15 de Hechos refiere un problema circunstancial de la comunidad cristiana que vivía en Judea. Por lo que puede apreciarse, había algunos errores graves entre ellos, que los dirigentes se esmeraron en corregir. La carta que remiten a Judea aconseja: "Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien" (vers. 28, 29).
Pero esto no quiere decir que los cristianos no tuvieran otros deberes para con Dios y el prójimo. ¿O es eso lo único que un cristiano debe hacer? Al contrario, Santiago nos dice que tenemos otros deberes como cristianos: "La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo" (Sant. 1:27). Así que los cristianos deben practicar el amor al prójimo, aunque los apóstoles no hayan mencionado eso en el decreto de Judea.
Además del amor al prójimo, Santiago nos exhorta a guardarnos "sin mancha del mundo". ¿Qué significa eso? Él mismo nos lo dice: "que seáis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo" (Sant. 2:15). Así que "sin mancha del mundo" significa ser ajeno al pecado, o como lo traduce la Biblia en Lenguaje Sencillo, "que no pequen ni nadie pueda culparlos de nada. En este mundo lleno de gente malvada y pecadora, ustedes, como hijos de Dios, deben alejarse de la maldad y brillar por su buen comportamiento".
Pero la carta redactada por los apóstoles nada menciona sobre el espiritismo, ni sobre las borracheras, ni sobre las envidias, ni sobre las contiendas, ni sobre las mentiras, ni sobre las hechicerías, ni sobre otros pecados también reprobados por Dios. ¿Por qué no se hace mención de estas y otras responsabilidades igualmente trascendentales? ¿Acaso no son estos también asuntos importantísimos? (Rom. 13:13, 14; Gál. 5:19-21; Apoc. 21:8; 22:15).
La respuesta más obvia es que en ese momento específico estos problemas no representaban una amenaza para la comunidad cristiana de Judea, y la carta estaba referida sólo a aquellos puntos en que la congregación estaba fallando. Sin embargo, eso no significa que los cristianos de Judea no tuvieran que observar también otras disposiciones divinas. Del mismo modo, debe entenderse que el sábado no era ningún problema para ellos, o de lo contrario la indicación habría sido impartida.
En realidad, lo que hace Hechos 15 es demostrar que no todas las leyes del AT fueron abolidas, ya que se validan varias restricciones dietéticas dadas a Israel (Lev. 17:10-16), así como la prevención de la idolatría y la fornicación. Como puede verse, son las disposiciones rituales relacionadas con los sacrificios que prefiguraban a Cristo las que fueron abolidas."
El sellamiento en el creyente lo realiza el Espíritu Santo: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa" Efesios 1:13.
En el nuevo pacto Dios coloca su santa ley en el corazón del creyente:
"Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo" Hebreos 8:10.
La ley esta basada en el amor: "No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley." Rom. 13:8.
Refleja el carácter de Dios , y el amor es colocado en nuestro corazón por el Espíritu Santo.: "y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado." Rom. 5:5.
Tanto la ley de Dios como su santo sábado, fueron dados a toda la humanidad.
Dios bendijo el sábado al terminar la obra de creación, y no ha de creerse que la bendición del sábado estuvo en estado de latencia hasta que llegó el pacto sinaítico. La Biblia dice claramente: "El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación" (Gén. 2:2, 3, Dios Habla Hoy). Ahora bien, toda santificación es de efecto inmediato, pues aquello que Dios santifica no necesita esperar siglos para ser santo. Por consiguiente, la observancia del sábado atañó a los patriarcas, quienes vivieron después de que el sábado de Jehová fue santificado.
John Wesley, fundador de la Iglesia Metodista, explica que el cuarto mandamiento no fue introducido por primera vez en Sinaí: "Leemos que Dios bendijo y santificó el séptimo día desde el principio, Génesis 2:3, así que esta no fue la promulgación de una nueva ley, sino la reposición de una ley antigua". Partiendo de la información que aporta la Biblia, Wesley saca las siguientes conclusiones:
1. Que la observancia solemne de un día entre siete como día de reposo, y obra santa, es un deber indispensable para todos aquellos a quienes Dios ha revelado sus santos sábados. 2. Que los sábados son tan antiguos como el mundo . 3. Que el sábado del Señor es verdaderamente honorable, y no tenemos razón para deshonrarlo; honradlo en razón de su antigüedad, su gran autor, y la santificación del primer sábado por el mismo santo Dios, y en obediencia a él, por nuestra primera pareja en inocencia.
De modo que a Wesley no le cabía la menor duda de que Adán y Eva guardaron el sábado desde el principio.
Secundando a Wesley estará el comentarista protestante Robert Jamieson, quien declara que "la institución del Sábado es tan antigua como la creación".
Matthew Henry, otro reputado comentarista bíblico y pastor presbiteriano, declara al explicar Génesis 2:1-3: "No veo razón para dudar que el sábado, que fue instituido en la inocencia, fuera observado religiosamente por el pueblo de Dios durante la era patriarcal". Y tiene razón Matthew Henry en no dudar, porque la experiencia del maná demuestra que los israelitas ya sabían del sábado y habían dejado de observarlo durante su permanencia en Egipto, y es por eso que Jehová Dios los pone a prueba: "Mañana es sábado, el día de reposo consagrado a Jehová; lo que tengáis que cocer, cocedlo hoy, y lo que tengáis que cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobre, guardadlo para mañana…" (Éx. 16:23). Nótese que los israelitas no preguntaron de qué se trataba aquel mandamiento del sábado, si es que era algún nuevo antojo de Jehová Dios. Porque cuando se les dio el maná preguntaron: "«¿Qué es esto?», porque no sabían qué era" (vers. 15). Sin embargo, no preguntaron nada acerca del sábado. No preguntaron nada, porque no había nada que preguntar. Ellos sabían lo que era el sábado como mandamiento divino.
Jehová informa a Moisés: "Mira, yo haré llover sobre vosotros pan del cielo; el pueblo saldrá a recoger cada día la porción diaria; así le pondré a prueba para ver si anda o no según mi ley" (vers. 4, Biblia de Jerusalén). ¿Cuál ley? La misma que contiene el mandamiento del sábado, ya que la prueba fue precisamente el día de reposo, lo que demuestra que aquella ley que Israel violaba incluía la observancia del séptimo día.
Nótese también cómo cuando Israel falla en esta prueba Dios exclama: "¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis leyes?" (Éx. 16:28). Esto demuestra que los israelitas ya venían desobedeciendo la ley de Dios de manera continua y por largo tiempo, pues de lo contrario esta queja de Dios no tendría sentido. Luego, los Diez Mandamientos que Dios dio en Sinaí no fueron nuevos conceptos para los israelitas, sino un pacto de obediencia a aquella ley de la que ellos se sabían transgresores.
El autor bautista A. W. Pink (1886-1952), expone:
En algunos lugares "la Ley de Dios" puede referirse a toda la voluntad de Dios revelada, pero en la mayoría de los casos se refiere a los Diez Mandamientos; y es en este sentido estricto que usamos el término. Esta Ley fue impresa en la naturaleza moral del hombre desde el principio, y aunque ahora ha caído, todavía muestra la obra de ella escrita en el corazón. Esta ley nunca ha sido revocada, y en la verdadera naturaleza de las cosas, no puede serlo.
Esto mismo es lo que enseña la doctrina adventista, lo mismo que nos enseña la palabra de Dios.
Respondo: A los filipenses el Señor les les indica: "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no solamente cuando estoy presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:12, 13). Y a Tito le resume en qué consiste el evangelio: "Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie" (Tito 2:14, 15).
Juan también enseña que "todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Juan 3:7-10). Sí, el evangelio permitió sacar a los hombres de la desobediencia, habiendo hecho Dios provisión para rescatar al hombre perdido. Que alguien diga que el evangelio no implica la obediencia a la ley de Dios no es extraño, si se toma en cuenta que la Biblia profetizó que tal clase de cristianos existirían en los últimos tiempos:
También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella. A esos, evítalos (2 Tim. 3:1-5).
De manera que el argumento de que la obediencia es un tema secundario, luce como una nueva treta para disminuir la necesidad de observar la ley de Dios. Pero se engañan ellos, y engañan a los que enseñan, al pensar que podrán entrar en el reino de Dios con sólo llamar a Cristo su "Salvador", omitiendo la responsabilidad que él les pone como hombres redimidos. En realidad, pretender que el cristiano está libre de pecar porque Cristo lo perdonó es blasfemia, y es tomar la sangre de Cristo por inmunda.
Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la Ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado y ofenda al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: "Mía es la venganza, yo daré el pago" –dice el Señor–. Y otra vez: "El Señor juzgará a su pueblo". ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! (Heb. 10:26-31).
Como se ve, el tema de la obediencia es de trascendental importancia para el cristiano, a pesar de que los enemigos de la ley de Dios intenten disminuirlo.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
Estimado circonbrillante. Saludos cordiales.
Tú dices:
Salud Gabriel47, cordial saludo tambien:
La primera corrección que tengo que hacerte es que no soy yo el que dice, yo solo contrasté las afirmaciones del adventismo contra lo que Dios afirma por escrito, luego si tienes algún problema con eso, pelea con Dios, no conmigo.
Respondo: Como veremos, te faltan antecedentes y tu interpretación está equivocada, no existe contradicción.
Segundo, y para no copiarte todo, no quiero que me respondas con la misma basura que refuto, por ejemplo:
MENTIRA 1 - EL FALSO ADVENIMIENTO EN 1844 Y EL SANTUARIO CELESTIAL
¿Cómo se puede comprobar esto? ¿Dogma de fe adventista?
Precisamente esta afirmación es la que declaramos falsa. SIGUE SIENDO MENTIRA PORQUE NO HAS PROBADO NADA. Aparte de eso, y sí, aunque Miller era bautista, fue Elena de White quien lo convenció para no reconocer su error, y la mentira radica en eso, en no querer reconocer la equivocación de hace siglo y medio fundamentados en otra mentira. QUE HORROR.
Además mira lo que el mismo Jesucristo nos advierte:"Velad, pues, porque NO SABÉIS EL DÍA NI LA HORA en que el Hijo del Hombre ha de venir"
Y tu dices que Miller se equivocó de evento pero no de fecha, vaya desfachatez la de ustedes.
Respondo: ¡Es falso lo que señalas de que Ellen White convenció a Guillermo Miller!
El chasco estaba profetizado, por consiguiente este movimiento tenía que pasar por esta amargura: "Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre." Apoc. 10:10.
Esto es lo que ocurrió: "Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos." Daniel 7:9,10.
El anciano de días es Dios, el Padre.
"Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo." Apoc. 11:19.
Esta proclamación de que el templo de Dios fue abierto en el cielo y fue vista el arca de su pacto, indica que el lugar santísimo sel santuario celestial fue abierto en 1844, cuando Cristo entró en él para consumar la obra final de la expiación.
Estos fieles siervos de Dios cumplieron así lo que señalaba la parábola de las 10 vírgenes: "Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!", pero los milleritas lo cumplieron a pesar de no entenderlo.
El juicio investigador es representado en una de las parábolas de Cristo: "Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.
Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció." Mateo 22:11,12.
MENTIRA 2 - EL SELLO DEL CRISTIANO
Originalmente enviado por Gabriel47
Quien sella es el Espíritu Santo, paro la Biblia señala al día de reposo "el sábado" como el sello del Dios vivo:
"Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico." Ezequiel 20:12.
Una cosa es un sello y otra muy distinta una señal. El mandamiento de guardar el día de reposo (muy diferente a "sábado") fue dado específicamente a los israelitas, pero no al resto del mundo. Debieras leer unos cuantos mensajes atrás, donde muestro que para los primeros cristianos gentiles, y luego para los cristianos judíos, guardar el sábado no era tan importante, y tan no lo es, que ni siquiera quedó consignado en el concilio de Jerusalén.
Y si no era tan importante para ellos, entonces ¿Como pudo convertirse en un sello tan poderoso que no solo es un distintivo sino que tambíen condena, quitándole valor a la sangre derramada por Cristo en la cuz? Confundes las Escrituras para engañar a la gente que no tiene fundamento, El Señor te reprenda por hacerlo, arrepiéntete y ya no lo hagas más.
Respondo: Nuevamente te equivocas. La ley es un espejo que te señala que eres pecador, es por eso que debes acudir a Cristo.
El capítulo 15 de Hechos refiere un problema circunstancial de la comunidad cristiana que vivía en Judea. Por lo que puede apreciarse, había algunos errores graves entre ellos, que los dirigentes se esmeraron en corregir. La carta que remiten a Judea aconseja: "Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien" (vers. 28, 29).
Pero esto no quiere decir que los cristianos no tuvieran otros deberes para con Dios y el prójimo. ¿O es eso lo único que un cristiano debe hacer? Al contrario, Santiago nos dice que tenemos otros deberes como cristianos: "La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo" (Sant. 1:27). Así que los cristianos deben practicar el amor al prójimo, aunque los apóstoles no hayan mencionado eso en el decreto de Judea.
Además del amor al prójimo, Santiago nos exhorta a guardarnos "sin mancha del mundo". ¿Qué significa eso? Él mismo nos lo dice: "que seáis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo" (Sant. 2:15). Así que "sin mancha del mundo" significa ser ajeno al pecado, o como lo traduce la Biblia en Lenguaje Sencillo, "que no pequen ni nadie pueda culparlos de nada. En este mundo lleno de gente malvada y pecadora, ustedes, como hijos de Dios, deben alejarse de la maldad y brillar por su buen comportamiento".
Pero la carta redactada por los apóstoles nada menciona sobre el espiritismo, ni sobre las borracheras, ni sobre las envidias, ni sobre las contiendas, ni sobre las mentiras, ni sobre las hechicerías, ni sobre otros pecados también reprobados por Dios. ¿Por qué no se hace mención de estas y otras responsabilidades igualmente trascendentales? ¿Acaso no son estos también asuntos importantísimos? (Rom. 13:13, 14; Gál. 5:19-21; Apoc. 21:8; 22:15).
La respuesta más obvia es que en ese momento específico estos problemas no representaban una amenaza para la comunidad cristiana de Judea, y la carta estaba referida sólo a aquellos puntos en que la congregación estaba fallando. Sin embargo, eso no significa que los cristianos de Judea no tuvieran que observar también otras disposiciones divinas. Del mismo modo, debe entenderse que el sábado no era ningún problema para ellos, o de lo contrario la indicación habría sido impartida.
En realidad, lo que hace Hechos 15 es demostrar que no todas las leyes del AT fueron abolidas, ya que se validan varias restricciones dietéticas dadas a Israel (Lev. 17:10-16), así como la prevención de la idolatría y la fornicación. Como puede verse, son las disposiciones rituales relacionadas con los sacrificios que prefiguraban a Cristo las que fueron abolidas."
El sellamiento en el creyente lo realiza el Espíritu Santo: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa" Efesios 1:13.
En el nuevo pacto Dios coloca su santa ley en el corazón del creyente:
"Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo" Hebreos 8:10.
La ley esta basada en el amor: "No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley." Rom. 13:8.
Refleja el carácter de Dios , y el amor es colocado en nuestro corazón por el Espíritu Santo.: "y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado." Rom. 5:5.
Tanto la ley de Dios como su santo sábado, fueron dados a toda la humanidad.
Dios bendijo el sábado al terminar la obra de creación, y no ha de creerse que la bendición del sábado estuvo en estado de latencia hasta que llegó el pacto sinaítico. La Biblia dice claramente: "El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación" (Gén. 2:2, 3, Dios Habla Hoy). Ahora bien, toda santificación es de efecto inmediato, pues aquello que Dios santifica no necesita esperar siglos para ser santo. Por consiguiente, la observancia del sábado atañó a los patriarcas, quienes vivieron después de que el sábado de Jehová fue santificado.
John Wesley, fundador de la Iglesia Metodista, explica que el cuarto mandamiento no fue introducido por primera vez en Sinaí: "Leemos que Dios bendijo y santificó el séptimo día desde el principio, Génesis 2:3, así que esta no fue la promulgación de una nueva ley, sino la reposición de una ley antigua". Partiendo de la información que aporta la Biblia, Wesley saca las siguientes conclusiones:
1. Que la observancia solemne de un día entre siete como día de reposo, y obra santa, es un deber indispensable para todos aquellos a quienes Dios ha revelado sus santos sábados. 2. Que los sábados son tan antiguos como el mundo . 3. Que el sábado del Señor es verdaderamente honorable, y no tenemos razón para deshonrarlo; honradlo en razón de su antigüedad, su gran autor, y la santificación del primer sábado por el mismo santo Dios, y en obediencia a él, por nuestra primera pareja en inocencia.
De modo que a Wesley no le cabía la menor duda de que Adán y Eva guardaron el sábado desde el principio.
Secundando a Wesley estará el comentarista protestante Robert Jamieson, quien declara que "la institución del Sábado es tan antigua como la creación".
Matthew Henry, otro reputado comentarista bíblico y pastor presbiteriano, declara al explicar Génesis 2:1-3: "No veo razón para dudar que el sábado, que fue instituido en la inocencia, fuera observado religiosamente por el pueblo de Dios durante la era patriarcal". Y tiene razón Matthew Henry en no dudar, porque la experiencia del maná demuestra que los israelitas ya sabían del sábado y habían dejado de observarlo durante su permanencia en Egipto, y es por eso que Jehová Dios los pone a prueba: "Mañana es sábado, el día de reposo consagrado a Jehová; lo que tengáis que cocer, cocedlo hoy, y lo que tengáis que cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobre, guardadlo para mañana…" (Éx. 16:23). Nótese que los israelitas no preguntaron de qué se trataba aquel mandamiento del sábado, si es que era algún nuevo antojo de Jehová Dios. Porque cuando se les dio el maná preguntaron: "«¿Qué es esto?», porque no sabían qué era" (vers. 15). Sin embargo, no preguntaron nada acerca del sábado. No preguntaron nada, porque no había nada que preguntar. Ellos sabían lo que era el sábado como mandamiento divino.
Jehová informa a Moisés: "Mira, yo haré llover sobre vosotros pan del cielo; el pueblo saldrá a recoger cada día la porción diaria; así le pondré a prueba para ver si anda o no según mi ley" (vers. 4, Biblia de Jerusalén). ¿Cuál ley? La misma que contiene el mandamiento del sábado, ya que la prueba fue precisamente el día de reposo, lo que demuestra que aquella ley que Israel violaba incluía la observancia del séptimo día.
Nótese también cómo cuando Israel falla en esta prueba Dios exclama: "¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis leyes?" (Éx. 16:28). Esto demuestra que los israelitas ya venían desobedeciendo la ley de Dios de manera continua y por largo tiempo, pues de lo contrario esta queja de Dios no tendría sentido. Luego, los Diez Mandamientos que Dios dio en Sinaí no fueron nuevos conceptos para los israelitas, sino un pacto de obediencia a aquella ley de la que ellos se sabían transgresores.
El autor bautista A. W. Pink (1886-1952), expone:
En algunos lugares "la Ley de Dios" puede referirse a toda la voluntad de Dios revelada, pero en la mayoría de los casos se refiere a los Diez Mandamientos; y es en este sentido estricto que usamos el término. Esta Ley fue impresa en la naturaleza moral del hombre desde el principio, y aunque ahora ha caído, todavía muestra la obra de ella escrita en el corazón. Esta ley nunca ha sido revocada, y en la verdadera naturaleza de las cosas, no puede serlo.
Esto mismo es lo que enseña la doctrina adventista, lo mismo que nos enseña la palabra de Dios.
MENTIRAS 3 y 4 - ES IMPERATIVO GUARDAR EL SABADO TANTO COMO LA LEY
Originalmente enviado por Gabriel47
Jesús nos dice: "Si Me Amais Guarda Mis Mandamientos" Juan 14:15
Si me ibas a convencer citándome versículos, primero aprende a entenderlos, porque los mandamientos que nos dejó Jesucristo son estos:
El primero es: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
Como no fuiste capaz de responder absolutamente nada de lo que debías responder, quiero que me respondas algo muy interesante:
¿Al verdadero cristiano se le reconoce por guardar el sábado?
Gracia y paz.
Respondo: A los filipenses el Señor les les indica: "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no solamente cuando estoy presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:12, 13). Y a Tito le resume en qué consiste el evangelio: "Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie" (Tito 2:14, 15).
Juan también enseña que "todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Juan 3:7-10). Sí, el evangelio permitió sacar a los hombres de la desobediencia, habiendo hecho Dios provisión para rescatar al hombre perdido. Que alguien diga que el evangelio no implica la obediencia a la ley de Dios no es extraño, si se toma en cuenta que la Biblia profetizó que tal clase de cristianos existirían en los últimos tiempos:
También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella. A esos, evítalos (2 Tim. 3:1-5).
De manera que el argumento de que la obediencia es un tema secundario, luce como una nueva treta para disminuir la necesidad de observar la ley de Dios. Pero se engañan ellos, y engañan a los que enseñan, al pensar que podrán entrar en el reino de Dios con sólo llamar a Cristo su "Salvador", omitiendo la responsabilidad que él les pone como hombres redimidos. En realidad, pretender que el cristiano está libre de pecar porque Cristo lo perdonó es blasfemia, y es tomar la sangre de Cristo por inmunda.
Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la Ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado y ofenda al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: "Mía es la venganza, yo daré el pago" –dice el Señor–. Y otra vez: "El Señor juzgará a su pueblo". ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! (Heb. 10:26-31).
Como se ve, el tema de la obediencia es de trascendental importancia para el cristiano, a pesar de que los enemigos de la ley de Dios intenten disminuirlo.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.