Re: ¿PORQUE MUCHOS ESTAN ABANDONANDO EL ADVENTISMO DEL 7MO. DIA?
Hola un saludo, os envío un nuevo aporte del libro 1844 hecho simple de Goldstein:
Daniel 7, entonces, señala un período de tiempo del cuerno pequeño equivalente a tres años y medio o 1260 días. Durante muchos años, los adventistas y otros han aplicado el principio de día por año a esta profecía. Yo no quiero entrar en la discusión del principio de día por año ahora. En la segunda parte de este libro mostraré no solo la validez del principio de día por año, sino cómo este principio debe aplicarse a las profecías de Daniel 7, 8 y 9 para que tengan sentido.
De todas formas, si aplicamos el principio de día por año a los 1260 días, tendremos 1260 años. ¿Se ajusta esto a un período de tiempo para el papado?
En 1698, Drue Cressner, un estudioso británico de la Biblia que estudiaba las profecías de Daniel 7 y Apocalipsis, llegó a las siguientes conclusiones: el cuerno pequeño de Daniel se refería al papado; el principio de día por año debe ser aplicado a estas profecías; y algo de naturaleza drástica sucedería al papado alrededor del año 1800. En sus propias palabras: “El tiempo de la bestia termina alrededor del año 1800” (citado por LeRoy Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers, t. 2, p. 595).
Sabemos que en el 538 d. C. El último poder arriano (uno de los tres cuernos derribados) fue expulsado de Roma, dándosele al papado la autoridad total sobre la ciudad. Exactamente 1260 años después, en 1798, el general Berthier tomó preso al papa. Usted puede leer acerca de este evento en publicaciones católicas que describen el cautiverio del papa, quien murió en el exilio en manos de los franceses. (Sabemos que aunque el papado recibió una herida mortal, más tarde revivió. Daniel 7, que cubre miles de años en unos pocos versículos, no tiene espacio para dar detalles. Más adelante, en el Apocalipsis, especialmente el capitulo 13, se nos brinda un enfoque más detallado de lo que sucedió al final del período de 1260 años y la recuperación del papado).
Drue Cressner, al aplicar las profecías al papado, predijo que algo sucedería “cerca del año 1800”. ¡Su predicción sería como si alguien en 1888 hubiera predicho quién sería el presidente de los Estados Unidos en 1988!
La razón por la que él pudo ser tan exacto, es que el papado cumple esta profecía perfectamente. Por siglos, los protestantes unánimemente aplicaron esta profecía al papado. Lutero, Zwinglio, Calvino, Melanchton, todos los reformadores durante los siguientes tres siglos entendieron que el cuerno pequeño de Daniel 7 se refería al papado. (Para un estudio limitado de por qué pocos protestantes aplican esta profecía al papado actualmente, vea mi librito Manossobre el abismo, Pacific Press, 1988). Aun antes de la reforma, un erudito judío llamado
Isaac Abravanel, después de estudiar Daniel 7, escribió: “He llegado a la conclusión privada de que el cuerno pequeño se refiere al dominio del papado” (citado por LeRoy Froom, The Prophetic Faith of Fathers, t. 2, p. 228).
En la culminación del debate acerca del santuario, el principio de día por año fue atacado. Algunos dijeron que no era válido, o que al menos no era “explícito”. Otros desafiaron nuestra explicación del principio día por año en Daniel 7, 8 y 9.
Este asunto es crucial. Si el principio no es válido, o al menos no debe aplicarse en Daniel 7, 8 y 9, nuestro mensaje se derrumba.
¿Es el principio de día por año legítimo, y si es así, por qué debemos aplicarlo a esos tres capítulos de Daniel?
En primer lugar, el principio de día por año no fue originado por los milleritas ni por los adventistas del séptimo día.
Los judíos y los cristianos lo han estado aplicando durante siglos, a menudo a los mismos textos a los que los adventistas lo aplican hoy. Clemente de Alejandría (siglos II y III d. C.), un padre de la iglesia, aplicó el principio de día por año a las 70 semanas de Daniel 9, tal como lo han hecho la mayoría de los eruditos durante las edades, judíos y gentiles. Uno de los más grandes estudiosos hebreos, Rashi (1040-1105 d. C.), tradujo Daniel 8:14 como: “Y él me dijo, hasta dos mil y trescientos años”. Este principio ha sido reconocido y aceptado en todo el mundo durante siglos. No es una innovación adventista.
¿Pero cuál es la evidencia bíblica? Todos estamos familiarizados con números 14:34: “conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día”. Ezequiel 4:4-6 dice: “El número de los días que duermas sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos. Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días,... día por año, día por año te lo he dado”. Aunque estos versículos sugieren el principio de día por año, ¿qué otra evidencia existe?
El Antiguo Testamento ha reconocido a menudo una relación entre días y años, y en algunos casos, aunque la palabra año es la que el texto requiere, la palabra hebrea literal ha sido días. La fiesta de la pascua, por ejemplo, se celebraba una vez al año. Ver Éxodo 13:10. El texto se traduce: “Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo de año en año”. Sin embargo, en el hebreo dice literalmente “de días a días”, aunque significaba de año a año.
En 1 Samuel 20:6 se lee: “Si tu padre hiciere mención de mí, dirás: Me rogó mucho que lo dejase ir corriendo a Belén su ciudad, porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio anual”. La frase “sacrificio anual” se traduce de palabras que literalmente significan “sacrificio de los días”. Tal como en Éxodo, se utilizaba la palabra días aunque se refería a un año o evento anual.
En 1 Samuel 27:7 se lee: “Fue el número de los días que David habitó en la tierra de los filisteos, un año y cuatro meses”. En el hebreo original dice “días y cuatro meses” en vez de “año y cuatro meses”.
Hay una palabra común hebrea para año, shanah, pero en estos versículos se utiliza la palabra que significa “días”, mostrando así una conexión entre año y día en la Biblia.
Se pueden encontrar otros ejemplos de este tipo. Vea 1 Samuel 2:19; 1 Reyes 1.1. Sin embargo, incluso si éstos y otros versículos ayudan a comprobar el concepto del día-año, podemos estar seguros de que debe aplicarse a las profecías de tiempo de Daniel 7, 8 y 9?
Daniel 9 declaró que “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías” habría 69 semanas. Incluso si alguien argumentara a favor de una fecha con una diferencia de 50 años en relación con el 457 a. C. para el mandato de reconstruir a Jerusalén, todavía quedan 400 años entre esa fecha y la venida de Jesús, “el Mesías Príncipe”. Si las 69 semanas son literales, entonces desde la orden para restaurar y reconstruir a Jerusalén (siglo V a. C.) hasta el Mesías (siglo I d. C.) habrían sido 69 semanas, o sea, un año, cuatro meses y una semana. ¡Esto es ridículo! El principio de día por año debe aplicarse aquí; si no se hace, la profecía no tiene sentido.
Quizá la mayor prueba de la validez del principio de día por año y de su aplicación en Daniel 9 es que funciona. ¿Será una coincidencia el que si se aplica el principio a las 69 semanas, se obtiene un período de tiempo que se ajusta a los dos eventos mencionado en el versículo? Si usted no usa el principio, la profecía no tiene sentido; si usted sí lo usa, la profecía funciona perfectamente. Ese punto por sí solo irrefutablemente comprueba la validez del principio de día por año.
Obviamente, el principio de día por año se aplica a la profecía de las 70 semanas, la que fue “cortada” de la profecía de los 2300 días. Así que ambas son parte de la misma profecía. Si el principio de día por año funciona para una parte de la profecía total, ¿entonces no sería lógico que funcionara en la otra parte también? No solo es lógico, sino absolutamente necesario. Aplicar el principio de día por año a las 70 semanas nos da 490 años, ó 176.400 días.
¿Cómo podría usted cortar 176.400 días de 2300? Usted no puede. La única forma en que podrían ser cortados es si aplicara el principio de día por año a los 2300 días también. De otra manera, sería como tratar de substraer dos kilómetros de un metro. Por lo tanto, el principio de día por año debe funcionar en los 2300 días.
Existe más evidencia a favor del principio de día por año en los 2300 días. La pregunta que produjo la respuesta acerca de los 2300 días está en Daniel 8:13, y dice literalmente, “¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?” Deben notarse algunos puntos de importancia: Se utilizan las palabras “hasta cuando”. El énfasis se coloca en el momento final.
¿”Hasta cuándo” sucederán estos eventos? Note la palabra que se traduce visión: hazon, la cual vimos que trata de la visión total, el cordero, el macho cabrío, etc.
¿Qué significa todo esto? La pregunta concierne al momento final (“hasta cuando”) de todo lo mencionado: el hazon o visión (que incluye al cordero y al macho cabrío), el continuo y la transgresión desoladora, todo está incluido. No se inquiere sólo acerca de la visión concerniente al “continuo” y la actividad del cuerno pequeño, sino acerca de todo lo que está en la visión, incluyendo la parte de la visión sobre el cordero y el macho cabrío. ¿”Hasta cuándo” sucederán todas estas cosas simbolizadas por el cordero, el macho cabrío y el cuerno pequeño? La respuesta es literalmente: “Hasta 2300 tardes y mañanas”.
Por lo tanto, los 2300 días cubren todos los eventos mencionados en la pregunta: el cordero, el macho cabrío y el cuerno pequeño. El período de tiempo incluye los reinos de Medo-Persia, Grecia, lo mismo que a la Roma pagana y papal. Todos estos detalles entran dentro del período de tiempo al que se refiere la pregunta “Hasta cuándo”, y deben cumplirse dentro del período de los 2300 días.
Tomados literalmente, 2300 días son seis años, tres meses y veinte días. ¿Cómo es que esta profecía podía ser literal y cubrir todos estos eventos? No podía. Medo-Persia por sí sola duró desde el 539 al 331 a. C. esa nación, como también Grecia y Roma, cubre mucho tiempo para encajar dentro de sólo poco más de seis años. Por lo tanto, se debe estar utilizando el principio de día por año, que incluye más de dos milenios, lo suficiente para incluir todos los eventos. Sin el principio de día por año, la profecía no tiene sentido.
Además, aunque la profecía comienza con naciones que existieron hace miles de años, a Daniel se le dijo que la visión era para el “tiempo del fin”. Obviamente, cualquier período de tiempo mencionado debía cubrir mucho más que seis años para traer la profecía, desde miles de años en el pasado, hasta el “tiempo del fin”. Sin el principio de día por año, la profecía no podría extenderse tanto. Aquí también, el principio de día por año resuelve el problema.
En Daniel 7 se menciona este terrible cuerno pequeño. En un grado mucho mayor, se dan más detalles acerca del cuerno que acerca de todas las otras bestias, las que incluían los poderosos Imperios Babilónico, Medopersa, Griego y Romano: naciones que duraron cientos de años cada una, sin embargo, el énfasis está sobre el pequeño cuerno, que es tan terrible que Dios mismo ha de ponerle fin por medio del juicio. ¿Cómo es posible que este cuerno pequeño, peor que cualquiera de las otras bestias que durarían cientos y cientos de años, vaya a durar solamente tres años y medio? Tres años y medio literales no concuerdan con la magnitud de los grandes eventos descritos en la porciones previas de la profecía.
Además, vimos que la cuarta bestia era la Roma pagana, la que dejó de existir hace más de 1500 años. El próximo poder, el cuerno pequeño, tenía que extenderse hasta el tiempo del fin, cuando el juicio ocurra y Dios establezca su reino. Es obvio que tres años y medio no se extienden desde los días finales de la Roma pagana hasta llegar al tiempo del fin. De esta forma. El tiempo literal no concuerda con los eventos que se describen en la profecía, aunque, nuevamente, el principio de día por año resuelve el problema.
Note también, las palabras exactas para la profecía de tiempo de Daniel 7:25. “Hasta tiempo, y tiempos y medio tiempo”. Qué forma extraña de decir tres años y medio. Es como si alguien me preguntara mi edad y yo dijera que tengo “veinte años, dos años, y diez años”. Quizá yo querría decir otra cosa.
De hecho, Daniel 4:25 dice que Nabucodonosor estaría enfermo, viviendo como un animal, hasta que “siete tiempos pasaran” sobre él. ¿Por qué no dijo hasta que “un tiempo, y tiempos, y tiempos, y un tiempo, y la mitad de un tiempo y la mitad de un tiempo? El principio de día por año no puede aplicarse en este versículo, de otra manera el rey tendría que tener casi cuatro mil años de edad. Obviamente, Daniel se refería aun tiempo literal en cuanto a la extensión de la enfermedad del rey, por lo que probablemente dio un número normal.
Quizá Daniel utilizó la frase: “Hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”, en el capítulo 7, porque no se refería a tres años y medio literales. Se trataba de tiempo profético. En Daniel 7 tenemos símbolos a lo largo de todo el capítulo: un león, un oso, un leopardo con alas, cuernos que hablan: todos simbolizando cosas diferentes. ¿Acaso no es lógico que la secuencia de tiempo dada en esa profecía también fuera simbólica de algo más, especialmente cuando se da en una manera tan extraña? Desde luego.
Incluso con los 2300 días, se encuentran los mismos detalles. Daniel 8 también es una visión con imágenes simbólicas. No se trata de una profecía acerca de animales, como tampoco lo era Daniel 7. Es totalmente profética. ¿No habría de esperarse también que una secuencia temporal en esos capítulos también fuese simbólica, en vez de literal?
Además, “tarde y mañana” no es la forma común de describir días. Las palabras típicas para días en la Biblia son yamin (en plural) y yom, las que ocurren más de mil veces en la Biblia. ¿No sería más sencillo haber dicho: “Hasta seis años, tres meses, y veinte días; entonces el santuario será purificado”, en vez de 2300 días? Daniel 8:14 no exhibe una forma típica de referirse al tiempo. En 2 Samuel 5:5, por ejemplo, se dice que el rey “reinó sobre Judá siete años y seis meses”, no 2700 días.
Incluso las 70 semanas de Daniel no son una forma común de expresar el tiempo. ¿Por qué no fueron dadas como un año y cuatro meses y medio?
La razón de todo esto podría ser sencillamente que el Señor no se refería a tiempo literal, y utilizó estos números y unidades “simbólicos” para mostrarle al lector que se trataba de tiempo profético, y no de tiempo literal.
Es claro que existe mucha evidencia a favor del principio de día por año en Daniel 7, 8, y 9. Sin la aplicación de este principio estos capítulos no tienen sentido.
que Dios nos bendiga y nos ilumine