Re: Porque mienten los católicos?
La escotosis es el oscurecimiento de la razon que produce el endurecimineto del corazon.
Es un miedo a cuestionarse el comportamiento por el simple hecho de que exista la posibilidad de que este equivocado y pueda cambiar de forma de pensar y actuar opinion.
Tomado de:
http://www.mvc-ecuador.org/index.php?option=com_content&task=view&id=143&Itemid=36
III. LUCES PARA LA VIDA CRISTIANA
Fruto del pecado es la escotosis. ¿Qué quiere decir esta extraña palabra? Este término procede del griego skotos, que se traduce como oscuridad, tinieblas. Por escotosis entendemos la oscuridad en la que se ve sumergida la razón humana como consecuencia del pecado. Es por tanto una ceguera mental y espiritual que nos impide ver la realidad con objetividad, tal y como es verdaderamente, tal y como Dios la ve.
Por la escotosis poseemos una visión equivocada y distorsionada de nuestra propia identidad, perdemos de vista el "quien soy yo", dejamos de reconocernos y de reconocer a los demás como criaturas de Dios. Asimismo perdemos de vista quién es Dios y dejamos de glorificarlo como es debido (ver Rom 1,21-22).
Quien es presa de esta ceguera crea su propio mundo a base de fantasías e ilusiones, vive en el autoengaño y el subjetivismo. La escotosis nos impide también ver con claridad hacia dónde nos orientan los profundos anhelos que anidan en nuestro corazón, y cuál es el modo correcto de responder a ellos. En medio de esta ceguera, seducidos por las ilusiones, cedemos a una lectura equivocada de esos anhelos que podemos llamar también dinamismos fundamentales. Esta errada lectura o decodificación nos lleva a creer que podemos saciar nuestra sed de Infinito y nuestra nostalgia de Dios con el placer (como la samaritana: Jn 4,18), del tener (como el joven rico: Mc 10,17-22) o del poder (como Santiago y Juan: Mc 10, 35-45).
¡Cuántas veces obramos movidos o seducidos por los ídolos del poseer-placer, del tener y del poder! Entonces somos como ciegos sentados al borde del Camino de la Vida verdadera, que preferimos tristemente vivir de limosnas, de migajas que nunca nos saciarán, dejando que las "voces" del mundo callen el clamor del corazón en vez de "gritar más fuerte" para pedirle al Señor que nos cure de nuestra "ceguera", que nos dé su luz y su misma mirada, para poder VER todas las cosas como Él las ve!
Esta ceguera fruto del pecado sólo podemos curarla acudiendo al Señor, quien ha dicho de sí: "Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8,12). Sólo acogiendo al Señor y la luz que Él derrama en nuestras mentes podemos ver con claridad, sin engañarnos a nosotros mismos auto convenciéndonos de que "está bien" algo que no lo está, sin andar "pensando" y actuando bajo el imperio de las pasiones.
El Señor Jesús es "la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Jn 1,9), luz que te ilumina a ti y a mí. Si quieres "ver", si quieres comprender realmente el misterio que eres tú mismo, tú misma, así como el sentido hermosísimo de tu existencia, si quieres responder a las ansias profundas de Infinito que experimentas palpitar en tu corazón, si quieres responder a tu hambre y nostalgia de Dios, pídele como Bartimeo con fe: «Maestro, ¡que vea!» (Mc 10,51). Así, renovando día a día esta humilde súplica, haciendo que ese grito sea más fuerte que las "voces" de la ilusión, de la mentira y del engaño que buscan seducirte, procura nutrirte de las enseñanzas del Señor Jesús, asimilando y haciendo propios los "criterios evangélicos" para iluminar así todos los pasos, las opciones y decisiones de tu vida cotidiana.
También como Bartimeo, una vez curado de tu ceguera por la luz del Señor que inunda tu mente y corazón, no tardes en seguir al Señor por el camino que conduce a la Vida plena y eterna.
Mas informacion tambien en:
http://www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/logos/anteriores/n17/17apaoli.html
Saludos