Re: Porque la Ley de Cristo es mejor que el Decalogo?
Pero si el Espíritu Santo a través de Pablo nos dice que nadie debe juzgar a otro por causa del día de reposo, y si los hijos de Dios tenemos libertad de guardarlo en sábado, domingo, lunes, o cualquier otro día de la semana, o de no guardarlo; entonces, ¿quién eres tú para que alterques con el Espíritu Santo?
Gracia y paz.
Si la Ley de Dios hubiese sido clavada en la cruz, entonces no solamente el mandamiento del sábado quedaría anulado, sino también los otros nueve. Es evidente que eso no ha sucedido, porque en todas las iglesias cristianas todavía se enseña que hay que respetar esa ley. Al no guardar el sábado, se explica que el día de reposo se cambió al domingo, con lo que se admite que el mandamiento del reposo semanal permanece.
Por otro lado, el mismo apóstol hace referencia a la Ley de Dios en todas sus epístolas, lo cual refuta la idea de que para él estuviera abolida.
Nótese que en esta misma epístola a los colosenses señala como pecados que hay que abandonar a la fornicación, a la idolatría, a la blasfemia y la mentira; pecados señalados por la ley de Dios (cap. 3: 5-9). Además, conviene recordar que los Diez : Mandamientos están citados, directa o indirectamente, en todo el Nuevo Testamento, lo cual señala la permanencia de la Ley de Dios.
El principal propósito del apóstol Pablo al escribir el capítulo dos era refutar enseñanzas fundadas en "filosofías y huecas sutilezas, según tra¬dición de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo", con "cul¬to a los ángeles" y fruto de una "mente carnal" (cap. 2: 8, 18). O sea, había un aparente esfuerzo de algunos en conciliar las enseñanzas apostó¬licas con doctrinas judaicas, helenistas y paganas, pero que no eran "según Cristo",
sino "en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres" (cap. 2: 8, 22).
El día de reposo HECHO, santificado y bendecido en la creación, no es un mandamiento de hombre.
1) Los Diez Mandamientos no son decretos “contra nosotros”, sino que son preceptos de una ley santa justa y buena (Rom. 7: 12), cuya obediencia significa bienestar y felici¬dad, por lo que ningún mandamiento está "contra nosotros".
Dias de reposo en que no se debe juzgar al creyente.
La Pascua era un día de descanso celebrado con comidas y bebidas en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto. Desde que Cristo nos liberó de la esclavitud del pecado (Rom. 6: 17, 18), se constituyó en nuestra pascua "sacrificada por nosotros" (1 Cor. 5: 7) " Así, el apóstol" '. reconoce en la Pascua una sombra de Cristo. La gran fiesta de la Purificación del Santuario celebrada cada año el 10 del mes séptimo, otro día de descanso o sábado, también era una "sombra" de Cristo cumplida con su único sacrificio (Heb. 9: 23-26). Y lo mismo podría decirse de otras fiestas o días de reposo como los panes ázimos, el pentecostés, las cabañas, etc. De esta manera, contrariamente a lo que enseñarían esas "filosofías y sutilezas huecas" contra las que Pablo precavía a los colosenses,
los cristianos no necesitaban tomar en cuenta para su salvación ese ceremonial simbólico,
pues las “sombras" dejaban su lugar a la realidad: Cristo.
Concluimos diciendo que las fiestas señaladas en el versículo 16, eran referencia directa a las fiestas simbólicas o "sombras" de Cristo del ritual del templo y del sacerdocio levítico, que ya no tenían objeto. Por lo tanto si alguno no quería celebrarlas no cometía falta y por ese motivo no debía juzgárselo como transgresor.