[h=2]Jehová, o sea, Jesucristo, es el Dios del Antiguo Testamento[/h]
Aunque para muchos parezca una paradoja, el Jehová del Antiguo Testamento no es nada menos que el Hijo de Dios, Jesucristo. El creó el mundo con la autoridad que le dio el Padre y bajo Su guía. Más adelante Jehová vino a la tierra como el Salvador y el Redentor del mundo. Esta doctrina es una de las menos comprendidas en la historia de la humanidad, a pesar de que en el Antiguo Testamento y en las otras Escrituras se encuentran muchas referencias que pueden comprobarla.
Antes de ir a las Escrituras, sería buena idea examinar los nombres y títulos que se aplican a Dios el Padre y a su Unigénito. Por lo general, dos palabras del idioma hebreo se usan para nombrar a Dios en todo el Antiguo Testamento. Estas son Elohím y Jehová. Puesto que el hebreo original escribía palabras sin vocales, los eruditos no se han puesto de acuerdo en cuanto a la pronunciación original del hombre que se escribe YHWH en hebreo.
Jehová era el nombre o el título que se le daba en la preexistencia al Primogénito de Dios. Ahora se le llama Jesucristo. El significado del nombre Jehová
Jehová es la forma castellanizada del vocablo hebreo Yahveh o Jahveh, que significa El que Existe por Sí mismoo El Eterno. El hebreo, Ehyeh, que significa Yo Soy, se relaciona por significado y derivación con el término Yahve o Jehová.
Para los judíos Jehová era un nombre inefable que no había de ser pronunciado; lo reemplazaron con otro nombre, el cual aunque sagrado no les era prohibido decir, a saber, Adonaí, que significa el Señor.
La palabra Elohím es la forma plural de la palabra Dios del idioma hebreo, pero a pesar de ello, los eruditos en la materia concuerdan que debe tomarse como un nombre en singular a pesar de que la terminación im indica el plural.
“Si leemos más adelante [en el texto hebreo], hallamos esto: ‘El principal de los Dioses dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen’. En una ocasión pregunté a un judío erudito: ‘Si el idioma hebreo nos obliga a dar interpretación plural a todas las palabras que terminan en heim, ¿por qué no interpretar el primer Eloheim en plural’? (Nota del traductor: Hay ciertas variaciones en la forma de escribir la palabra Elohím.) Me contestó: ‘Esa es la regla, salvo en contadas excepciones; pero en este caso echaría a perder la Biblia’. Admitió que yo tenía razón.
Desde su principio la Biblia muestra que hay una pluralidad de Dioses, y nadie tiene el poder para refutarlo. Es un tema importantísimo que estoy tratando. La palabra Eloheim debería entenderse en la acepción plural: Dioses…Los principales de los Dioses nos señalaron un Dios; y cuando uno considera el tema desde ese punto de vista, queda uno libre para percibir toda la belleza, santidad y perfección de los Dioses.
El nombre Elohím…es un término expresivo de exaltación y poder supremos o absolutos. Elohím, es la combinación de nombre y título que corresponde al Padre Eterno, cuyo Hijo Primogénito en el espíritu es Jehová, el Unigénito en la carne, Jesucristo.
Es importantísimo recordar el lugar que le corresponde a Dios, el Padre: El es el Padre de nuestro espíritu (véase Hebreos 12:9) y es nuestro Dios. El hecho de que existan otros Dioses no le resta importancia. El es el autor del plan de salvación. Es esencial que también recordemos que El administra los asuntos relacionados con esta tierra por medio de su Primogénito, o sea, Jehová del Antiguo Testamento. El delegó a Jesucristo la autoridad que necesitaba para organizar y gobernar la tierra, y, a través de la Expiación, Jesucristo llegó a ser el Padre de los hombres fieles. El Salvador, por lo tanto, llegó a ser también el mayor defensor del plan de su Padre.
Debido a que Jesucristo tiene los mismos propósitos que su Padre, y a que es también un Dios, los profetas del Antiguo Testamento a veces se referían a El con las palabras “Jehová Elohím” y que fueron traducidas al castellano como “Jehová Dios”. Esta frase en hebreo no se usa mucho a partir del capítulo tercero de Génesis; más adelante se encuentra la expresión “Adonai Jehová”, que está traducida como “Señor Jehová” (véase Génesis 15:2, 8; Deuteronomio 3:24).
Otro de sus títulos necesita ser explicado. La palabra Cristo viene del griego christos, que quiere decir “el ungido”. Los griegos usaron la palabra Christos para traducir del hebreo la palabra meshiach, que quiere decir lo mismo. La palabra hebrea ahora se ha castellanizado y se dice mesías. Por lo tanto, Jesucristo quiere decir “Jesús, el Mesías”.
Aunque para muchos parezca una paradoja, el Jehová del Antiguo Testamento no es nada menos que el Hijo de Dios, Jesucristo. El creó el mundo con la autoridad que le dio el Padre y bajo Su guía. Más adelante Jehová vino a la tierra como el Salvador y el Redentor del mundo. Esta doctrina es una de las menos comprendidas en la historia de la humanidad, a pesar de que en el Antiguo Testamento y en las otras Escrituras se encuentran muchas referencias que pueden comprobarla.
Antes de ir a las Escrituras, sería buena idea examinar los nombres y títulos que se aplican a Dios el Padre y a su Unigénito. Por lo general, dos palabras del idioma hebreo se usan para nombrar a Dios en todo el Antiguo Testamento. Estas son Elohím y Jehová. Puesto que el hebreo original escribía palabras sin vocales, los eruditos no se han puesto de acuerdo en cuanto a la pronunciación original del hombre que se escribe YHWH en hebreo.
Jehová era el nombre o el título que se le daba en la preexistencia al Primogénito de Dios. Ahora se le llama Jesucristo. El significado del nombre Jehová
Jehová es la forma castellanizada del vocablo hebreo Yahveh o Jahveh, que significa El que Existe por Sí mismoo El Eterno. El hebreo, Ehyeh, que significa Yo Soy, se relaciona por significado y derivación con el término Yahve o Jehová.
Para los judíos Jehová era un nombre inefable que no había de ser pronunciado; lo reemplazaron con otro nombre, el cual aunque sagrado no les era prohibido decir, a saber, Adonaí, que significa el Señor.
La palabra Elohím es la forma plural de la palabra Dios del idioma hebreo, pero a pesar de ello, los eruditos en la materia concuerdan que debe tomarse como un nombre en singular a pesar de que la terminación im indica el plural.
“Si leemos más adelante [en el texto hebreo], hallamos esto: ‘El principal de los Dioses dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen’. En una ocasión pregunté a un judío erudito: ‘Si el idioma hebreo nos obliga a dar interpretación plural a todas las palabras que terminan en heim, ¿por qué no interpretar el primer Eloheim en plural’? (Nota del traductor: Hay ciertas variaciones en la forma de escribir la palabra Elohím.) Me contestó: ‘Esa es la regla, salvo en contadas excepciones; pero en este caso echaría a perder la Biblia’. Admitió que yo tenía razón.
Desde su principio la Biblia muestra que hay una pluralidad de Dioses, y nadie tiene el poder para refutarlo. Es un tema importantísimo que estoy tratando. La palabra Eloheim debería entenderse en la acepción plural: Dioses…Los principales de los Dioses nos señalaron un Dios; y cuando uno considera el tema desde ese punto de vista, queda uno libre para percibir toda la belleza, santidad y perfección de los Dioses.
El nombre Elohím…es un término expresivo de exaltación y poder supremos o absolutos. Elohím, es la combinación de nombre y título que corresponde al Padre Eterno, cuyo Hijo Primogénito en el espíritu es Jehová, el Unigénito en la carne, Jesucristo.
Es importantísimo recordar el lugar que le corresponde a Dios, el Padre: El es el Padre de nuestro espíritu (véase Hebreos 12:9) y es nuestro Dios. El hecho de que existan otros Dioses no le resta importancia. El es el autor del plan de salvación. Es esencial que también recordemos que El administra los asuntos relacionados con esta tierra por medio de su Primogénito, o sea, Jehová del Antiguo Testamento. El delegó a Jesucristo la autoridad que necesitaba para organizar y gobernar la tierra, y, a través de la Expiación, Jesucristo llegó a ser el Padre de los hombres fieles. El Salvador, por lo tanto, llegó a ser también el mayor defensor del plan de su Padre.
Debido a que Jesucristo tiene los mismos propósitos que su Padre, y a que es también un Dios, los profetas del Antiguo Testamento a veces se referían a El con las palabras “Jehová Elohím” y que fueron traducidas al castellano como “Jehová Dios”. Esta frase en hebreo no se usa mucho a partir del capítulo tercero de Génesis; más adelante se encuentra la expresión “Adonai Jehová”, que está traducida como “Señor Jehová” (véase Génesis 15:2, 8; Deuteronomio 3:24).
Otro de sus títulos necesita ser explicado. La palabra Cristo viene del griego christos, que quiere decir “el ungido”. Los griegos usaron la palabra Christos para traducir del hebreo la palabra meshiach, que quiere decir lo mismo. La palabra hebrea ahora se ha castellanizado y se dice mesías. Por lo tanto, Jesucristo quiere decir “Jesús, el Mesías”.