Re: ¿Por qué la mayoria de cristianos guarda el Domingo y no el Sábado?¿es bíblico?
Estimado Ernesto Gil. Saludos cordiales.
Tú dices: Acaso tú crees que TODA la ley está vigente? No. Entonces tú eres un semiantinomianista.
Respondo: La Palabra de Dios dice que hay una ley eterna y que está vigente: “El hace memoria de su pacto perpetuamente, Y de la palabra que él mandó para mil generaciones” 1 Cr 16: 15;
“Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.” Salmos119:89; “Las obras de sus manos son verdad y juicio; Fieles son todos sus mandamientos.
Afirmados eternamente y para siempre, Hechos en verdad y en rectitud.” Salmos 111: 7,8
“Y los cielos declararán su justicia, Porque Dios es el juez. Selah.” Salmos 50: 6.
“Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.” Éxodo 31: 18.
El mismo Jesús los escribió en el monte Sinaí.
”Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos” “...la roca espiritual que los seguía... era Cristo” Nehemías 9:12-13; 1 Corintios 10:1-4.
Pero también hay otra, que fue abolida, leamos: “aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz”, y ésta es un yugo de esclavitud: “Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.”; “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” Gál 5: 3,1.
Ernesto Gil dice: Jeremías no dice "la ley ha de ser escrita en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios"; Dice que Dios escribirá Sus Leyes en nuestros corazones.
Respondo: Vaya, si no te consideras hijo de Dios, comprendo el por que tu tonta posición que se asemeja a la religión de Caín; ¿y te quieres apropiar de las promesas dadas por el Señor?
Sabes que si el Señor hubiera escrito su ley en tu corazón, entonces te deleitarás en Jehová (Ver Isaías 58: 14) Por tus participaciones, vemos que esto no es así.
Ernesto Gil dice: Si tú quieres creer que esas leyes son los 10 mandamientos, el diezmo, los animales impuros y una que otra ley del Antiguo Testamento pues dale... tienes todo el derecho de creerlo.
Respondo. “Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.” Apocalipsis 22:14
“Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal”; “Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto” Isaías 56: 2, 6.
Ernesto Gil dice: Yo creo que Dios nos dio leyes y las puso en nuestros corazones y muchas de ellas se asemejan a las leyes del A.T. así que no puedes decir que soy un antinomianista.
Respondo: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan”. Sant. 2:19.
Para los que no hay temor de Dios, ni freno:
“con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal”. Prov. 16:6. Pero no hay frenos para los que no temen la palabra de Dios.
“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. 2 Cor. 7:1, si no quieres completar la santidad no temes a Dios.
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”. Ecles. 12:13.
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres” 2 Cor. 5:10,11
Ernesto Gil dice: Cuáles son, según tú, los "estatutos" y "preceptos" de Dios?
Respondo: “por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos, y mis leyes.” Génesis 26:5.
Antes de escribir con su propio dedo en las tablas de piedra; Génesis 26, menciona el “precepto”; “mandamientos”, “estatutos y leyes” de Dios.
“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Gén.12: 2,3
“Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo”;
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” Gál.3: 16,29.
“Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Hebreos11:9,10
La simiente de Abraham son los que son fieles a Dios y estos solos cuenta Dios como Israel..
“No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.
Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.” Rom. 9: 6-8.
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” Gálatas 3: 29.
«Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros» (Deuteronomio 4.7–8).
En el Salmo 119. Aunque David no mencionó un pacto, ni los Diez Mandamientos, en este salmo, sí incluyó términos como «ley» (vers.o 1), «testimonios » (vers.o 2), «preceptos» (vers.o 4), «estatutos» (vers.o 5), «mandamientos» (vers.o 6), «juicios» (vers.o 7), y «decretos» (vers.o 16). (Hay variaciones de una traducción a otra.)
«Esta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel. Estos son los testimonios, los estatutos y los decretos que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto» (Deuteronomio 4: 44–45).
Expresada a modo de prólogo antes de dar la ley, la declaración de Moisés que se recoge en Deuteronomio 5.1b, 2, indicaba que los Diez Mandamientos podían considerarse «estatutos» y «decretos»: «Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb».
El pacto en sí consistía en mandamientos que tocaban las necesidades de la nación de Israel, para controlar sus actividades. Las características de la ley se indican en el segundo mandamiento, en el cual Dios promete «misericordia a millares, a los que [le] aman y guardan [sus] mandamientos» (Deuteronomio 5.10).
Los Diez Mandamientos comprendían el documento básico, con el cual Dios se sujetaba a
Israel. Ocho de los Diez Mandamientos estaban expresados en forma negativa, usando la palabra «No». Solamente el cuarto y el quinto eran oraciones afirmativas: «Guarda el día de reposo» y «Honra a tu padre y a tu madre». Todos los diez mandamientos fueron expresados de forma sucinta y sencilla, sin definir completamente sus alcances, ni elaborar sobre la forma como se habían de llevar a la práctica.
De modo que, con toda seguridad, habían de suscitarse preguntas para la puesta en práctica del pacto: «¿Qué se incluye en cada mandamiento?»; «¿Con qué acciones se violan los mandamientos?»; «¿Cómo hemos de determinar si se ha violado o no un mandamiento? »; «¿Cómo ha de ser castigada una persona que viole un mandamiento?».
Tales preguntas debían responderse. Los estatutos, mandamientos, preceptos, decretos, testimonios y juicios existían para este propósito. (Vea Deuteronomio 4.14.) Sin estos estatutos y juicios, el pacto no habría sido más que un débil conjunto de leyes, sin información suficiente sobre cómo hacerlas cumplir. La violación de alguna de las aseveraciones ampliadas equivaldría a la violación del pacto, pues estas instrucciones complementarias fueron dadas con el fin de ayudarle a Israel a conocer los alcances de los
Diez Mandamientos.
La violación de la mayoría de los mandamientos exigía la pena de muerte. Las excepciones eran el hurto, la mentira y la codicia.
Aun el hurto exigía la muerte si suponía el hurto (secuestro) de una persona (Éxodo 21.16; Deuteronomio 24.7). También la codicia podía exigirla, si ella llevaba.
Como a Ernesto Gil le pone furioso la cita de Salmos 119:97. “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.”
Se atreve a decir:
11El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos.
12"Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano." (Y voy a la Iglesia el sábado)
3Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, ten piedad de mí, pecador."
14Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.
Respondo: Todo Cristiano sabe que Salmos 40: 8 y 119: 97 se cumplen en Jesús, nuestro ejemplo, por lo tanto si Ernesto Gil, por inspiración del príncipe de las tinieblas trata de fariseo al Señor; los que seguimos los pasos del divino Maestro, no podemos esperar un trato diferente al que Él recibió; la Palabra de Dios dice: “Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Más todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.” S Juan 15: 20,21.
”Porque los que son de la carne, piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu... Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” Romanos 8:5-8.
Ernesto Gil dice: Alábate pollo que mañana te frien!!! El hecho que tú creas que el sábado está vigente no te hace guardador de la ley...
Respondo: Dios dijo a Israel que hiciera lo siguiente al entrar en la Tierra de Promisión:
Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová (Deuteronomio 12.11; vea también 26.2).
El pueblo había de comer el diezmo de su grano, y las primicias de sus rebaños, únicamente en este lugar, Jerusalén. Si vivían demasiado lejos para transportarlos hasta el lugar que Dios había escogido, entonces debían de convertirlos en dinero, comprar el equivalente, y comer esto en el lugar escogido por Dios (Deuteronomio 12.17–22,
26–28; 14.23–26).
La ciudad escogida de Dios era donde todos los sacrificios habían de hacerse (Deuteronomio 12.13– 14, 26). Las tres fiestas anuales (la Pascua, la fiesta de las Semanas y la fiesta de los Tabernáculos; Deuteronomio 16.2–15) habían de observarse allí. Todos los varones habían de hacerse presentes durante estas fiestas (Deuteronomio 16.16).
Los casos de tribunal habían de ser juzgados por los sacerdotes en esta ciudad (Deuteronomio 17.8–13). La ley había de ser leída cada siete años durante la fiesta de los Tabernáculos, en este lugar (Deuteronomio 31.10–11).
El lugar que Dios escogió para poner su nombre fue el santuario, lugar en que estaba la ley que contenía el sello es decir el 4º mandamiento. De manera que para recibir el sello en la frente tendríamos que observar el mismo mandamiento que contiene el sello; el mandamiento que nos manda guardar el santo sábado.
El sello en la frente es un símbolo de la obediencia a la ley de Dios.
Deuteronomio 12:11 Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová.
Éxodo 31:13 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de sábado; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.
Ezequiel 20:12 Y les di también mis sábados, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
Ezequiel 20:20 Y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.
El único mandamiento de la santa ley de Dios que da todos los datos que tiene que reunir un sello es el 4º mandamiento, ya que nos dice el nombre, su titulo y su jurisdicción; cabe destacar que no se puede hacer lo mismo con ninguno de los restantes 9 mandamientos y esta es la única porción de las escrituras que se puede decir que escrita por el mismo Dios. De manera que al igual que los reyes terrenales el Dios del cielo firmo su propio edicto o ley para que nunca pudiera ser alterada. Esto quiere decir que de eliminarse el 4º mandamiento como muchos sostienen la santa ley de Jehová se quedaría sin sello y por lo tanto quedaría sin valor.
Nombre: JEHOVA.
Titulo: DIOS CREADOR.
Jurisdicción: LOS CIELOS Y LA TIERRA.
El hecho de creer en que el sábado está vigente, en verdad no me hace guardador de la ley, por lo tanto estimo que debo cumplir con lo señalado en Isaías 58: 12-14. para obtener las bendiciones del Señor.
Continuará...
Estimado Ernesto Gil. Saludos cordiales.
Tú dices: Acaso tú crees que TODA la ley está vigente? No. Entonces tú eres un semiantinomianista.
Respondo: La Palabra de Dios dice que hay una ley eterna y que está vigente: “El hace memoria de su pacto perpetuamente, Y de la palabra que él mandó para mil generaciones” 1 Cr 16: 15;
“Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.” Salmos119:89; “Las obras de sus manos son verdad y juicio; Fieles son todos sus mandamientos.
Afirmados eternamente y para siempre, Hechos en verdad y en rectitud.” Salmos 111: 7,8
“Y los cielos declararán su justicia, Porque Dios es el juez. Selah.” Salmos 50: 6.
“Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.” Éxodo 31: 18.
El mismo Jesús los escribió en el monte Sinaí.
”Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos” “...la roca espiritual que los seguía... era Cristo” Nehemías 9:12-13; 1 Corintios 10:1-4.
Pero también hay otra, que fue abolida, leamos: “aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz”, y ésta es un yugo de esclavitud: “Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.”; “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” Gál 5: 3,1.
Ernesto Gil dice: Jeremías no dice "la ley ha de ser escrita en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios"; Dice que Dios escribirá Sus Leyes en nuestros corazones.
Respondo: Vaya, si no te consideras hijo de Dios, comprendo el por que tu tonta posición que se asemeja a la religión de Caín; ¿y te quieres apropiar de las promesas dadas por el Señor?
Sabes que si el Señor hubiera escrito su ley en tu corazón, entonces te deleitarás en Jehová (Ver Isaías 58: 14) Por tus participaciones, vemos que esto no es así.
Ernesto Gil dice: Si tú quieres creer que esas leyes son los 10 mandamientos, el diezmo, los animales impuros y una que otra ley del Antiguo Testamento pues dale... tienes todo el derecho de creerlo.
Respondo. “Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.” Apocalipsis 22:14
“Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal”; “Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto” Isaías 56: 2, 6.
Ernesto Gil dice: Yo creo que Dios nos dio leyes y las puso en nuestros corazones y muchas de ellas se asemejan a las leyes del A.T. así que no puedes decir que soy un antinomianista.
Respondo: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan”. Sant. 2:19.
Para los que no hay temor de Dios, ni freno:
“con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal”. Prov. 16:6. Pero no hay frenos para los que no temen la palabra de Dios.
“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. 2 Cor. 7:1, si no quieres completar la santidad no temes a Dios.
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”. Ecles. 12:13.
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres” 2 Cor. 5:10,11
Ernesto Gil dice: Cuáles son, según tú, los "estatutos" y "preceptos" de Dios?
Respondo: “por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos, y mis leyes.” Génesis 26:5.
Antes de escribir con su propio dedo en las tablas de piedra; Génesis 26, menciona el “precepto”; “mandamientos”, “estatutos y leyes” de Dios.
“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Gén.12: 2,3
“Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo”;
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” Gál.3: 16,29.
“Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Hebreos11:9,10
La simiente de Abraham son los que son fieles a Dios y estos solos cuenta Dios como Israel..
“No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.
Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.” Rom. 9: 6-8.
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” Gálatas 3: 29.
«Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros» (Deuteronomio 4.7–8).
En el Salmo 119. Aunque David no mencionó un pacto, ni los Diez Mandamientos, en este salmo, sí incluyó términos como «ley» (vers.o 1), «testimonios » (vers.o 2), «preceptos» (vers.o 4), «estatutos» (vers.o 5), «mandamientos» (vers.o 6), «juicios» (vers.o 7), y «decretos» (vers.o 16). (Hay variaciones de una traducción a otra.)
«Esta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel. Estos son los testimonios, los estatutos y los decretos que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto» (Deuteronomio 4: 44–45).
Expresada a modo de prólogo antes de dar la ley, la declaración de Moisés que se recoge en Deuteronomio 5.1b, 2, indicaba que los Diez Mandamientos podían considerarse «estatutos» y «decretos»: «Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb».
El pacto en sí consistía en mandamientos que tocaban las necesidades de la nación de Israel, para controlar sus actividades. Las características de la ley se indican en el segundo mandamiento, en el cual Dios promete «misericordia a millares, a los que [le] aman y guardan [sus] mandamientos» (Deuteronomio 5.10).
Los Diez Mandamientos comprendían el documento básico, con el cual Dios se sujetaba a
Israel. Ocho de los Diez Mandamientos estaban expresados en forma negativa, usando la palabra «No». Solamente el cuarto y el quinto eran oraciones afirmativas: «Guarda el día de reposo» y «Honra a tu padre y a tu madre». Todos los diez mandamientos fueron expresados de forma sucinta y sencilla, sin definir completamente sus alcances, ni elaborar sobre la forma como se habían de llevar a la práctica.
De modo que, con toda seguridad, habían de suscitarse preguntas para la puesta en práctica del pacto: «¿Qué se incluye en cada mandamiento?»; «¿Con qué acciones se violan los mandamientos?»; «¿Cómo hemos de determinar si se ha violado o no un mandamiento? »; «¿Cómo ha de ser castigada una persona que viole un mandamiento?».
Tales preguntas debían responderse. Los estatutos, mandamientos, preceptos, decretos, testimonios y juicios existían para este propósito. (Vea Deuteronomio 4.14.) Sin estos estatutos y juicios, el pacto no habría sido más que un débil conjunto de leyes, sin información suficiente sobre cómo hacerlas cumplir. La violación de alguna de las aseveraciones ampliadas equivaldría a la violación del pacto, pues estas instrucciones complementarias fueron dadas con el fin de ayudarle a Israel a conocer los alcances de los
Diez Mandamientos.
La violación de la mayoría de los mandamientos exigía la pena de muerte. Las excepciones eran el hurto, la mentira y la codicia.
Aun el hurto exigía la muerte si suponía el hurto (secuestro) de una persona (Éxodo 21.16; Deuteronomio 24.7). También la codicia podía exigirla, si ella llevaba.
Como a Ernesto Gil le pone furioso la cita de Salmos 119:97. “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.”
Se atreve a decir:
11El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos.
12"Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano." (Y voy a la Iglesia el sábado)
3Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, ten piedad de mí, pecador."
14Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.
Respondo: Todo Cristiano sabe que Salmos 40: 8 y 119: 97 se cumplen en Jesús, nuestro ejemplo, por lo tanto si Ernesto Gil, por inspiración del príncipe de las tinieblas trata de fariseo al Señor; los que seguimos los pasos del divino Maestro, no podemos esperar un trato diferente al que Él recibió; la Palabra de Dios dice: “Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Más todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.” S Juan 15: 20,21.
”Porque los que son de la carne, piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu... Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” Romanos 8:5-8.
Ernesto Gil dice: Alábate pollo que mañana te frien!!! El hecho que tú creas que el sábado está vigente no te hace guardador de la ley...
Respondo: Dios dijo a Israel que hiciera lo siguiente al entrar en la Tierra de Promisión:
Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová (Deuteronomio 12.11; vea también 26.2).
El pueblo había de comer el diezmo de su grano, y las primicias de sus rebaños, únicamente en este lugar, Jerusalén. Si vivían demasiado lejos para transportarlos hasta el lugar que Dios había escogido, entonces debían de convertirlos en dinero, comprar el equivalente, y comer esto en el lugar escogido por Dios (Deuteronomio 12.17–22,
26–28; 14.23–26).
La ciudad escogida de Dios era donde todos los sacrificios habían de hacerse (Deuteronomio 12.13– 14, 26). Las tres fiestas anuales (la Pascua, la fiesta de las Semanas y la fiesta de los Tabernáculos; Deuteronomio 16.2–15) habían de observarse allí. Todos los varones habían de hacerse presentes durante estas fiestas (Deuteronomio 16.16).
Los casos de tribunal habían de ser juzgados por los sacerdotes en esta ciudad (Deuteronomio 17.8–13). La ley había de ser leída cada siete años durante la fiesta de los Tabernáculos, en este lugar (Deuteronomio 31.10–11).
El lugar que Dios escogió para poner su nombre fue el santuario, lugar en que estaba la ley que contenía el sello es decir el 4º mandamiento. De manera que para recibir el sello en la frente tendríamos que observar el mismo mandamiento que contiene el sello; el mandamiento que nos manda guardar el santo sábado.
El sello en la frente es un símbolo de la obediencia a la ley de Dios.
Deuteronomio 12:11 Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová.
Éxodo 31:13 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de sábado; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.
Ezequiel 20:12 Y les di también mis sábados, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
Ezequiel 20:20 Y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.
El único mandamiento de la santa ley de Dios que da todos los datos que tiene que reunir un sello es el 4º mandamiento, ya que nos dice el nombre, su titulo y su jurisdicción; cabe destacar que no se puede hacer lo mismo con ninguno de los restantes 9 mandamientos y esta es la única porción de las escrituras que se puede decir que escrita por el mismo Dios. De manera que al igual que los reyes terrenales el Dios del cielo firmo su propio edicto o ley para que nunca pudiera ser alterada. Esto quiere decir que de eliminarse el 4º mandamiento como muchos sostienen la santa ley de Jehová se quedaría sin sello y por lo tanto quedaría sin valor.
Nombre: JEHOVA.
Titulo: DIOS CREADOR.
Jurisdicción: LOS CIELOS Y LA TIERRA.
El hecho de creer en que el sábado está vigente, en verdad no me hace guardador de la ley, por lo tanto estimo que debo cumplir con lo señalado en Isaías 58: 12-14. para obtener las bendiciones del Señor.
Continuará...