Siempre me he preguntado, como es que siendo tan claro el Evangelio de Cristo, los sacerdotes y católicos en general, después de leer la Palabra, no se dan cuenta del error en el que viven; hoy por fin lo he comprendido; varios ex-sacerdotes hacen la misma afirmación en el libro de ed. Portavoz “Lejos de Roma, cerca de Dios”: El católico no puede reconocer que la doctrina de la I C es errada, si lo hace, incurre en pecado mortal. Veamos el testimonio de Herman Hegger , pag. 159 del citado libro.
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Mi ascenso y mis dudas.
Después de siete años como sacerdote fui promovido a Profesor de Filosofía en el Seminario Católico Romano en Brasil. Sin embargo ya habían comenzado a asaltarme serias dudas.
¿Qué hice cuando surgieron esas dudas? Nunca las retuve voluntariamente. Me negaba a considerar la idea de que la doctrina de mi iglesia en realidad podía estar errada. Si por un momento hubiera aceptado la real posibilidad de error en la doctrina de mi iglesia, inmediatamente hubiera sido culpable de pecado mortal, según las enseñanzas de Roma.
Esta prohibición absoluta de la duda o el cuestionamiento de la doctrina de la iglesia de Roma es la fuente de su gran poder. Los protestantes preguntan cómo es posible que los eruditos estudien las Escrituras sin descubrir el Evangelio puro. La respuesta radica en el simple hecho que la mente del católico romano no es libre; está siempre bajo la amenaza del fuego inextinguible si se desvía de Roma. El instante mismo en que siquiera considera como genuina posibilidad la idea de que la visión reformada de la Biblia podría ser correcta, el abismo del rechazo se abre a sus pies. El católico romano está seguro de que Dios está para decir las palabras: "¡Apártate de mí, maldito!"
Más de una vez se nos decía que no debíamos tener temor cuando asaltaban esas dudas al alma. Con frecuencia las discutía con mi consejero espiritual, pero su resuelto consejo era invariablemente "tus dudas no son motivo para que abandones tu idea sacerdotal". Según la doctrina católica romana, cada vez que uno supera una duda, alcanza un estado más elevado en el cielo. Se nos aconsejaba hacer una corta oración en esos casos, y a tratar de pensar en otra cosa. Más tarde, si la duda persistía, se nos permitía hacer algún estudio sobre el asunto. Pero se nos enseñaba que la suposición de que el protestantismo pudiera tener razón sólo podía provenir del diablo.[/quote]
Amigo católico que lees este escrito, si temes caer en pecado mortal y dudas de la veracidad de las enseñanzas de tu iglesia; no lo dudes más, acude a Cristo, Él murió en la cruz para darte vida, y el poder de Su sangre es para siempre; lo que si es pecado es saber hacer lo bueno y no hacerlo (Santiago 4:16); no olvides lo que dijeron Pedro y los apostoles: es necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres(Hechos 5:29)
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?.(Palabras de Jesús en Mateo 16:25-26)
Con amor en Cristo, mi Señor y Salvador.
Maripaz
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Mi ascenso y mis dudas.
Después de siete años como sacerdote fui promovido a Profesor de Filosofía en el Seminario Católico Romano en Brasil. Sin embargo ya habían comenzado a asaltarme serias dudas.
¿Qué hice cuando surgieron esas dudas? Nunca las retuve voluntariamente. Me negaba a considerar la idea de que la doctrina de mi iglesia en realidad podía estar errada. Si por un momento hubiera aceptado la real posibilidad de error en la doctrina de mi iglesia, inmediatamente hubiera sido culpable de pecado mortal, según las enseñanzas de Roma.
Esta prohibición absoluta de la duda o el cuestionamiento de la doctrina de la iglesia de Roma es la fuente de su gran poder. Los protestantes preguntan cómo es posible que los eruditos estudien las Escrituras sin descubrir el Evangelio puro. La respuesta radica en el simple hecho que la mente del católico romano no es libre; está siempre bajo la amenaza del fuego inextinguible si se desvía de Roma. El instante mismo en que siquiera considera como genuina posibilidad la idea de que la visión reformada de la Biblia podría ser correcta, el abismo del rechazo se abre a sus pies. El católico romano está seguro de que Dios está para decir las palabras: "¡Apártate de mí, maldito!"
Más de una vez se nos decía que no debíamos tener temor cuando asaltaban esas dudas al alma. Con frecuencia las discutía con mi consejero espiritual, pero su resuelto consejo era invariablemente "tus dudas no son motivo para que abandones tu idea sacerdotal". Según la doctrina católica romana, cada vez que uno supera una duda, alcanza un estado más elevado en el cielo. Se nos aconsejaba hacer una corta oración en esos casos, y a tratar de pensar en otra cosa. Más tarde, si la duda persistía, se nos permitía hacer algún estudio sobre el asunto. Pero se nos enseñaba que la suposición de que el protestantismo pudiera tener razón sólo podía provenir del diablo.[/quote]
Amigo católico que lees este escrito, si temes caer en pecado mortal y dudas de la veracidad de las enseñanzas de tu iglesia; no lo dudes más, acude a Cristo, Él murió en la cruz para darte vida, y el poder de Su sangre es para siempre; lo que si es pecado es saber hacer lo bueno y no hacerlo (Santiago 4:16); no olvides lo que dijeron Pedro y los apostoles: es necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres(Hechos 5:29)
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?.(Palabras de Jesús en Mateo 16:25-26)
Con amor en Cristo, mi Señor y Salvador.
Maripaz