Re: ¿Por qué irse de la Iglesia Adventista?.RAZONES
Estimado Mayer. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo: Me alegra que tengas interés en este tema.
Es por eso que te escribo este otro punto de vista para que lo analices:
El domingo siempre fue el día escogido de los paganos para la adoración del dios del sol. Los romanos expresaban la veneración del dios del sol y del día domingo que era destinado especialmente a su veneración, acuñando los así llamados amuletos del sol. Estos tienen inscripciones mágicas cuadradas en cifras y todas en su adición total resultan en el número 666.
Es claro que el papado intentó cambiar los tiempos y la ley, los amantes de la Palabra de Dios, nos asombramos al constatar que todo esto estaba anunciado por las profecías bíblicas y que este poder implantaría algún día la marca de la bestia.
Las Sagradas Escrituras dicen: “Y el dragón le dio su poder, y su trono, y grande autoridad.” Apoc.13: 2.
Es un hecho que se puede comprobar bíblicamente e históricamente, como lo comprueban los siguientes relatos, que ni la asumida autoridad, ni la señal de autoridad (el domingo) es de origen divino, sino que es el dragón que la creó y le dio el impulso por medio del paganismo en general, el imperio pagano – romano y de las potencias tenebrosas. Finalmente le revistió de tanto poder que la sede papal llegó a dominar a todo el mundo.
“Más habiendo cesado la persecución y habiendo penetrado el cristianismo en las cortes y palacios, la iglesia dejó a un lado la humilde sencillez de Cristo y de sus apóstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes y gobernantes paganos, y substituyó las ordenanzas de Dios por las teorías y tradiciones de los hombres. La conversión nominal de Constantino a principios del siglo cuarto, causó gran regocijo; y el mundo disfrazado con capa de rectitud, se introdujo en la Iglesia. Desde entonces la obra de corrupción progresó rápidamente. El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y a la adoración de los que profesaban ser discípulos de Cristo.
Este convenio entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollo del “hombre de pecado” predicho en la profecía como oponiéndose a Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, - un monumento de sus esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la tierra según su voluntad.
A principios del siglo cuarto el Emperador Constantino expidió un decreto que hacía del domingo un día de fiesta pública en todo el imperio romano. El día del sol fue reverenciado por sus súbditos paganos y honrado por los cristianos; la política del emperador consistía en unir los intereses del paganismo y del cristianismo que se hallaban en conflicto. Los obispos de la iglesia inspirados por su ambición y su sed de dominio, le hicieron obrar así, pues comprendieron que si el mismo día era observado por cristianos y paganos, estos llegarían a aceptar nominalmente el cristianismo, redundando esto así en beneficio del poder y de la gloria de la iglesia.
Tan solo cuando Constantino (el emperador del poderío del dragón o sea la Roma pagana) ingresó a la iglesia, que en aquel tiempo ya había apostatado del cristianismo, e introducido a la iglesia el domingo, la señal autoritaria del paganismo, de la superstición y de la idolatría, instituyendo su observancia por ley, la iglesia romana pudo desarrollarse paulatinamente en una potencia mundial, cobijada bajo el poder misterioso de esta señal autoritaria pagana.
Cuando la iglesia puso también a un lado la última barrera (el sábado bíblico), que impedía el paganismo, instituyendo el domingo, la señal idólatra del dragón, entonces también desapareció de la iglesia apóstata el último rastro de autoridad divina. El camino de la iglesia ahora era ancho y los inconversos paganos entraban en grandes masas por las amplias puertas de la iglesia. El dragón había vencido y triunfado”
(Una catástrofe mundial y la nueva era gloriosa, págs302-308).
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
Estimado Mayer. Saludos cordiales.
Tú dices:
Hola amigos:
Es un tema muy interesante, y que pienso se deben tratar, claro, con mucho respeto, y sobre todo con bases bíblicas.
Hay un texto interesante que me gustaría compartir con ustedes, títulado: "¿Qué día debemos congregarnos? " el autor (serio) es un estudioso de doctrina bíblica, el link para consultar es: http://www.davidcox.com.mx/folletos/cox-sabado.htm
Dios les bendiga
Respondo: Me alegra que tengas interés en este tema.
Es por eso que te escribo este otro punto de vista para que lo analices:
El domingo siempre fue el día escogido de los paganos para la adoración del dios del sol. Los romanos expresaban la veneración del dios del sol y del día domingo que era destinado especialmente a su veneración, acuñando los así llamados amuletos del sol. Estos tienen inscripciones mágicas cuadradas en cifras y todas en su adición total resultan en el número 666.
Es claro que el papado intentó cambiar los tiempos y la ley, los amantes de la Palabra de Dios, nos asombramos al constatar que todo esto estaba anunciado por las profecías bíblicas y que este poder implantaría algún día la marca de la bestia.
Las Sagradas Escrituras dicen: “Y el dragón le dio su poder, y su trono, y grande autoridad.” Apoc.13: 2.
Es un hecho que se puede comprobar bíblicamente e históricamente, como lo comprueban los siguientes relatos, que ni la asumida autoridad, ni la señal de autoridad (el domingo) es de origen divino, sino que es el dragón que la creó y le dio el impulso por medio del paganismo en general, el imperio pagano – romano y de las potencias tenebrosas. Finalmente le revistió de tanto poder que la sede papal llegó a dominar a todo el mundo.
“Más habiendo cesado la persecución y habiendo penetrado el cristianismo en las cortes y palacios, la iglesia dejó a un lado la humilde sencillez de Cristo y de sus apóstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes y gobernantes paganos, y substituyó las ordenanzas de Dios por las teorías y tradiciones de los hombres. La conversión nominal de Constantino a principios del siglo cuarto, causó gran regocijo; y el mundo disfrazado con capa de rectitud, se introdujo en la Iglesia. Desde entonces la obra de corrupción progresó rápidamente. El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y a la adoración de los que profesaban ser discípulos de Cristo.
Este convenio entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollo del “hombre de pecado” predicho en la profecía como oponiéndose a Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, - un monumento de sus esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la tierra según su voluntad.
A principios del siglo cuarto el Emperador Constantino expidió un decreto que hacía del domingo un día de fiesta pública en todo el imperio romano. El día del sol fue reverenciado por sus súbditos paganos y honrado por los cristianos; la política del emperador consistía en unir los intereses del paganismo y del cristianismo que se hallaban en conflicto. Los obispos de la iglesia inspirados por su ambición y su sed de dominio, le hicieron obrar así, pues comprendieron que si el mismo día era observado por cristianos y paganos, estos llegarían a aceptar nominalmente el cristianismo, redundando esto así en beneficio del poder y de la gloria de la iglesia.
Tan solo cuando Constantino (el emperador del poderío del dragón o sea la Roma pagana) ingresó a la iglesia, que en aquel tiempo ya había apostatado del cristianismo, e introducido a la iglesia el domingo, la señal autoritaria del paganismo, de la superstición y de la idolatría, instituyendo su observancia por ley, la iglesia romana pudo desarrollarse paulatinamente en una potencia mundial, cobijada bajo el poder misterioso de esta señal autoritaria pagana.
Cuando la iglesia puso también a un lado la última barrera (el sábado bíblico), que impedía el paganismo, instituyendo el domingo, la señal idólatra del dragón, entonces también desapareció de la iglesia apóstata el último rastro de autoridad divina. El camino de la iglesia ahora era ancho y los inconversos paganos entraban en grandes masas por las amplias puertas de la iglesia. El dragón había vencido y triunfado”
(Una catástrofe mundial y la nueva era gloriosa, págs302-308).
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.