Re: Por que creer en jesus?
Hola a todos. Primeramente decirles, para aquellos de ustedes que no lo sepan, y con el único objeto de evitar equívocos, que no soy cristiano, ni judío. Creo que existe algún Dios, pero estoy convenido de que ninguna religión, Texto Sagrado o Escritura Revelada son ciertos.
Obviamente resulta evidente que para creer en Jesús lo más importante es saber quién fue y qué es lo que en realidad predicó. Desde hace ya muchos años, en el momento en que se comenzó la investigación histórica de la figura de Jesús (con H. S. Reimarus en 1778 y su escrito “Sobre la finalidad de Jesús y la de sus discípulos”, obra en la que postuló la necesidad de separar la predicación de Jesús, netamente judía, de la teología de los Apóstoles, que reinterpretaba la vida de su maestro a la vista de su muerte y “resurrección”, y que por tanto divergía notablemente de lo que éste había predicado en vida), los exegetas e historiadores se dieron cuenta de que los Evangelios como fuente de información del Jesús histórico eran fiables sólo hasta cierto punto. Hubo que desarrollar una serie de “criterios” (orientaciones filológicas en realidad) a los que debe atenerse todo investigador y que le ayudan a construir una historia fidedigna (aunque ciertamente de mínimos).
Los principales de estos criterios son (aquí sigo para enumerarlos y explicarlos la “Guía para entender el Nuevo Testamento” de Antonio Piñero, a la que posiblemente citaré de forma textual en algún momento, aunque trataré de expresarlo con mis palabras en la medida de lo posible):
1.- Criterio de Semejanza o disimilitud: Se basa en la idea de que si algún dicho o hecho de Jesús no puede derivarse o resulta contrario a intereses del judaísmo antiguo o el cristianismo primitivo podrá considerarse que es auténtico.
Un ejemplo podría ser el versículo de Marcos 13:32, en el que se afirma que Jesús desconoce el día y la hora del fin del mundo. Se puede observar que este párrafo está en contradicción con la idea posterior de que Jesús es un ser divino que tiene conocimiento de todo y una sabiduría infinita.
“32 »Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” (Marcos 13:32)
2.- Criterio de la dificultad: Este criterio es una matización del anterior, consistente en afirmar que una tradición será histórica si causa muchos problemas a la Iglesia posterior. La idea proviene de que resulta ilógico que la Iglesia Primitiva inventase tradiciones que planteaban muchas dificultades para ser posteriormente explicadas.
Posiblemente uno de los ejemplos más claros es el bautismo de Jesús. La Iglesia de los siglos I y II encontró serias dificultades para explicar por qué Jesús, quien no tenía pecado (en definitiva era Dios según lo que ellos creían), tuvo que ser bautizado por Juan Bautista para la remisión de sus pecados.
En este caso también podemos ver un hecho muy curioso, que considero interesante reseñar (ya que nos deja clara la necesidad de ser cautos respecto a los datos incluidos en el Nuevo Testamento para reconstruir la vida de Jesús): en la tradición evangélica podemos constatar un intento consciente de limitar el impacto del Bautismo conforme avanza el tiempo. Contrástese para ello los diferentes relatos del mismo (los coloco en orden cronológico, del más antiguo al más moderno):
“9 Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.
10 Luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos y al Espíritu como paloma que descendía sobre él.” (Marcos 1:9-10)
“13 Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, donde estaba Juan, para ser bautizado por él.
14 Pero Juan se le oponía, diciendo:
--Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú acudes a mí?
15 Jesús le respondió:
--Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
Entonces se lo permitió.
16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió enseguida del agua, y en ese momento los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él.” (Mateo 3:13-16)
“21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado y, mientras oraba, el cielo se abrió
22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma;” (Lucas 3:21-22a)
“29 Al siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: «¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
30 Este es de quien yo dije: "Después de mí viene un hombre que es antes de mí, porque era primero que yo".
31 Y yo no lo conocía; pero por esto vine bautizando con agua: para que él fuera manifestado a Israel».”(Juan 1:29-30)
Puede notarse que el primer evangelista presenta el hecho sin más, tiene pocas dificultades para hacerlo. El que cronológicamente le sigue, Mateo, cae ya en la cuenta de que nos encontramos ante un problema teológico reseñable, y trata de solucionarlo incluyendo un diálogo que justifique ese bautismo por parte de Juan. La solución de Lucas, el tercero de los evangelistas va un poco más allá, al desligar ya completamente el bautismo de Juan Bautista (en los versículos inmediatamente anteriores se habla de encarcelamiento del mismo, lo que da la impresión al lector de que éste no pudo ser quien bautizó realmente a Jesús). Juan, el último de los evangelistas, soluciona el problema eliminando directamente el bautismo, y sustituyéndolo por un testimonio: Juan es quien da testimonio de Jesús, no quien lo bautiza.
Por ello es necesario tener siempre presentes las palabras de G. Bornkamm que escribió en su obra “Jesús de Nazaret”:
No poseemos ni una sola <<sentencia>> ni un solo relato de Jesús – aunque sean indiscutiblemente auténticos -, que no contenga al mismo tiempo la confesión de fe de la comunidad creyente, o que el menos no la implique. Esto hace difícil o incluso lleva al fracaso la búsqueda de los hechos brutos de la historia (p. 15)
3.- Criterio de atestiguación múltiple: Es posible considerar auténticos los dichos o hechos de Jesús que están testimoniados en diversos estratos de la tradición, como pueden ser la fuete Q, Marcos, los materiales propios de Mateo y Lucas, las tradiciones especiales recogidas por Juan, u otras fuentes exteriores al Nuevo Testamento, siempre que sean fiables y muestren una información independiente.
Los ejemplos más característico de esta atestiguación múltiple de este criterio son la predicación del reino de Dios y su inminente llegada (aparecen atestiguados en todas las fuentes y con gran diversidad de estilos y géneros literarios)
4.- Criterio de la Coherencia o consistencia: Consiste en considerar como auténtico todo lo que es coherente o consecuente con lo establecido por los anteriores criterios.
Por ejemplo, del uso de abbá por parte de Jesús y las numerosas menciones a sus ratos de oración se puede deducir que predicaba la cercanía de Dios al ser humano.
5.- Criterio de la plausibilidad histórica: Podemos considerar histórico todo aquello que, encajando con los cuatro criterios anteriores, contribuya a situar plausiblemente a Jesús en su contexto y coordenadas judíos. También será histórico lo que en este contexto y en la figura global de Jesús obtenida con anterioridad contribuya a explicar situaciones peculiares del cristianismo primitivo que pueden aclararse por la influencia de Jesús en sus seguidores. Una forma clara de expresar este criterio sería: es histórico en nuestras fuentes “lo que cabe entender como influjo de Jesús en sus seguidores y al mismo tiempo sólo puede haber surgido en un contexto judío.”
Me despido por ahora, espero que no les haya resultado muy pesado de leer. Mis disculpas si alguien considera que este aporte está fuera de tema (personalmente encuentro que es apropiado incluirlo, aunque otros pueden ser de otra opinión)
Un cordial saludo.
Atentamente, Cthulhu.
Hola a todos. Primeramente decirles, para aquellos de ustedes que no lo sepan, y con el único objeto de evitar equívocos, que no soy cristiano, ni judío. Creo que existe algún Dios, pero estoy convenido de que ninguna religión, Texto Sagrado o Escritura Revelada son ciertos.
Obviamente resulta evidente que para creer en Jesús lo más importante es saber quién fue y qué es lo que en realidad predicó. Desde hace ya muchos años, en el momento en que se comenzó la investigación histórica de la figura de Jesús (con H. S. Reimarus en 1778 y su escrito “Sobre la finalidad de Jesús y la de sus discípulos”, obra en la que postuló la necesidad de separar la predicación de Jesús, netamente judía, de la teología de los Apóstoles, que reinterpretaba la vida de su maestro a la vista de su muerte y “resurrección”, y que por tanto divergía notablemente de lo que éste había predicado en vida), los exegetas e historiadores se dieron cuenta de que los Evangelios como fuente de información del Jesús histórico eran fiables sólo hasta cierto punto. Hubo que desarrollar una serie de “criterios” (orientaciones filológicas en realidad) a los que debe atenerse todo investigador y que le ayudan a construir una historia fidedigna (aunque ciertamente de mínimos).
Los principales de estos criterios son (aquí sigo para enumerarlos y explicarlos la “Guía para entender el Nuevo Testamento” de Antonio Piñero, a la que posiblemente citaré de forma textual en algún momento, aunque trataré de expresarlo con mis palabras en la medida de lo posible):
1.- Criterio de Semejanza o disimilitud: Se basa en la idea de que si algún dicho o hecho de Jesús no puede derivarse o resulta contrario a intereses del judaísmo antiguo o el cristianismo primitivo podrá considerarse que es auténtico.
Un ejemplo podría ser el versículo de Marcos 13:32, en el que se afirma que Jesús desconoce el día y la hora del fin del mundo. Se puede observar que este párrafo está en contradicción con la idea posterior de que Jesús es un ser divino que tiene conocimiento de todo y una sabiduría infinita.
“32 »Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” (Marcos 13:32)
2.- Criterio de la dificultad: Este criterio es una matización del anterior, consistente en afirmar que una tradición será histórica si causa muchos problemas a la Iglesia posterior. La idea proviene de que resulta ilógico que la Iglesia Primitiva inventase tradiciones que planteaban muchas dificultades para ser posteriormente explicadas.
Posiblemente uno de los ejemplos más claros es el bautismo de Jesús. La Iglesia de los siglos I y II encontró serias dificultades para explicar por qué Jesús, quien no tenía pecado (en definitiva era Dios según lo que ellos creían), tuvo que ser bautizado por Juan Bautista para la remisión de sus pecados.
En este caso también podemos ver un hecho muy curioso, que considero interesante reseñar (ya que nos deja clara la necesidad de ser cautos respecto a los datos incluidos en el Nuevo Testamento para reconstruir la vida de Jesús): en la tradición evangélica podemos constatar un intento consciente de limitar el impacto del Bautismo conforme avanza el tiempo. Contrástese para ello los diferentes relatos del mismo (los coloco en orden cronológico, del más antiguo al más moderno):
“9 Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.
10 Luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos y al Espíritu como paloma que descendía sobre él.” (Marcos 1:9-10)
“13 Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, donde estaba Juan, para ser bautizado por él.
14 Pero Juan se le oponía, diciendo:
--Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú acudes a mí?
15 Jesús le respondió:
--Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
Entonces se lo permitió.
16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió enseguida del agua, y en ese momento los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él.” (Mateo 3:13-16)
“21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado y, mientras oraba, el cielo se abrió
22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma;” (Lucas 3:21-22a)
“29 Al siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: «¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
30 Este es de quien yo dije: "Después de mí viene un hombre que es antes de mí, porque era primero que yo".
31 Y yo no lo conocía; pero por esto vine bautizando con agua: para que él fuera manifestado a Israel».”(Juan 1:29-30)
Puede notarse que el primer evangelista presenta el hecho sin más, tiene pocas dificultades para hacerlo. El que cronológicamente le sigue, Mateo, cae ya en la cuenta de que nos encontramos ante un problema teológico reseñable, y trata de solucionarlo incluyendo un diálogo que justifique ese bautismo por parte de Juan. La solución de Lucas, el tercero de los evangelistas va un poco más allá, al desligar ya completamente el bautismo de Juan Bautista (en los versículos inmediatamente anteriores se habla de encarcelamiento del mismo, lo que da la impresión al lector de que éste no pudo ser quien bautizó realmente a Jesús). Juan, el último de los evangelistas, soluciona el problema eliminando directamente el bautismo, y sustituyéndolo por un testimonio: Juan es quien da testimonio de Jesús, no quien lo bautiza.
Por ello es necesario tener siempre presentes las palabras de G. Bornkamm que escribió en su obra “Jesús de Nazaret”:
No poseemos ni una sola <<sentencia>> ni un solo relato de Jesús – aunque sean indiscutiblemente auténticos -, que no contenga al mismo tiempo la confesión de fe de la comunidad creyente, o que el menos no la implique. Esto hace difícil o incluso lleva al fracaso la búsqueda de los hechos brutos de la historia (p. 15)
3.- Criterio de atestiguación múltiple: Es posible considerar auténticos los dichos o hechos de Jesús que están testimoniados en diversos estratos de la tradición, como pueden ser la fuete Q, Marcos, los materiales propios de Mateo y Lucas, las tradiciones especiales recogidas por Juan, u otras fuentes exteriores al Nuevo Testamento, siempre que sean fiables y muestren una información independiente.
Los ejemplos más característico de esta atestiguación múltiple de este criterio son la predicación del reino de Dios y su inminente llegada (aparecen atestiguados en todas las fuentes y con gran diversidad de estilos y géneros literarios)
4.- Criterio de la Coherencia o consistencia: Consiste en considerar como auténtico todo lo que es coherente o consecuente con lo establecido por los anteriores criterios.
Por ejemplo, del uso de abbá por parte de Jesús y las numerosas menciones a sus ratos de oración se puede deducir que predicaba la cercanía de Dios al ser humano.
5.- Criterio de la plausibilidad histórica: Podemos considerar histórico todo aquello que, encajando con los cuatro criterios anteriores, contribuya a situar plausiblemente a Jesús en su contexto y coordenadas judíos. También será histórico lo que en este contexto y en la figura global de Jesús obtenida con anterioridad contribuya a explicar situaciones peculiares del cristianismo primitivo que pueden aclararse por la influencia de Jesús en sus seguidores. Una forma clara de expresar este criterio sería: es histórico en nuestras fuentes “lo que cabe entender como influjo de Jesús en sus seguidores y al mismo tiempo sólo puede haber surgido en un contexto judío.”
Me despido por ahora, espero que no les haya resultado muy pesado de leer. Mis disculpas si alguien considera que este aporte está fuera de tema (personalmente encuentro que es apropiado incluirlo, aunque otros pueden ser de otra opinión)
Un cordial saludo.
Atentamente, Cthulhu.