Solo Escritura;n3152891 dijo:El medio que Dios usó para inspirar “toda Escritura” fue su espíritu santo.
Ese espíritu santo movió o guió a ciertos hombres a poner por escrito el mensaje de Dios.
Por consiguiente, el apóstol Pedro dice de la profecía bíblica: “Porque ustedes saben esto primero, que ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo”. (2Pe 1:20, 21.)
Hay testimonio fehaciente de que el espíritu de Dios actuó en la mente y el corazón de los escritores para conducirlos a la meta que Dios se había propuesto.
El rey David dijo: “El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí, y su palabra estuvo sobre mi lengua”. (2Sa 23:2.)
Cuando Jesús citó el Salmo 110, dijo que David lo escribió “por inspiración (literalmente, en espíritu)]” (Mt 22:43);
El relato paralelo que se halla en Marcos 12:36 dice: “Por el espíritu santo”.
Tal como el espíritu de Jehová impulsó a ciertos hombres y los capacitó para desempeñar otras asignaciones divinas —la confección de vestiduras sacerdotales y equipo para el tabernáculo (Éx 28:3; 35:30-35), llevar la carga de la administración (Dt 34:9) y capitanear fuerzas militares (Jue 3:9, 10; 6:33, 34)—, también capacitó a algunos hombres para registrar las Escrituras.
Por medio de ese espíritu, pudieron recibir sabiduría, entendimiento, conocimiento, consejo y poder más allá de lo normal y de acuerdo con sus necesidades particulares. (Isa 11:2; Miq 3:8; 1Co 12:7, 8.)
Se dice que David recibió los planos del templo “por inspiración (literalmente, por el espíritu)”. (1Cr 28:12.)
Jesús aseguró a sus apóstoles que el espíritu de Dios los ayudaría, enseñándolos, guiándolos y ayudándolos a recordar las cosas que le habían oído a él, y además les revelaría cosas futuras. (Jn 14:26;16:13.)
Esto hizo que sus relatos evangélicos fuesen veraces y exactos, incluyendo las muchas citas largas de los discursos de Jesús, aunque por ejemplo, el relato del evangelio de Juan se escribió varias décadas después de la muerte de Jesús.
El Espíritu inspiró, no dictó.
Saludos