No he participado de este tema pero el tema no dejaba de subir, por lo que vez tras vez me he metido a leer de que se trataba y me sorprendió que ya no se estuviera hablando de la doctrina en sí, sino que se había convertido en una guerra personal.
En realidad no quise meterme aunque sugerí humildemente una revisión de conductas.
Como nada cambió... Decidí hablar más fuerte.
Yo no juzgo a nadie y tampoco a Catara pero para que haya pelea se necesitan dos.
Sí alguien me agrade y yo lo ignoro, se queda sin combustible.
La autoridad no se impone sino que se reconoce.
Sí una mujer no reconoche la autoridad de su esposo, el esposo no la puede violentar.
Debe ganarla con el ejemplo. Ser cabeza es ser responsable, no mandar.
De todas maneras es mi opinión.
Quisiera que seamos todos más amables, buenos, misericordiosos...
Más rápidos para salvar que para condenar. Considerandonos a nosotros mismos.
Yo no pretendo ser más que nadie, pero somos hermanos y miembros los unos de los otros y somos poquitos.
Debemos cuidarnos y ayudarnos.