Re: ¿ Por que algunas cristianas no se tapan la cabeza para orar ?
LA PRIMACÍA, LA CABEZA CUBIERTA Y EL CABELLO LARGO
La cabeza cubierta
A partir del tema de la primacía —que acabamos de considerar—, el apóstol, por el Espíritu, desarrolla el tema del cubrimiento de la cabeza. Cubrirse o no la cabeza es un medio a través del cual se pone de manifiesto nuestra sujeción al orden de Dios. Entre los muchos desórdenes que había en Corinto, parece haber habido desorden en relación con este asunto, y por eso el apóstol aplicó un ministerio correctivo. Él dice que cuando una mujer profetiza (habla por Dios de ese modo) u ora (habla a Dios), debe estar cubierta; pero cuando el hombre ora o profetiza, debe estar descubierto (1.ª Corintios 11). Hacer lo contrario es desobedecer y faltar en el reconocimiento de la primacía.
El hombre, entonces, no es la única criatura terrestre que habla por Dios o que se allega a Él; la mujer también puede hacerlo. Sin embargo, es importante observar que hay una sola cabeza visible en la tierra, no dos. Esa cabeza es el hombre. Para manifestar que reconoce el orden establecido por Dios en la creación, la mujer cubre su propia cabeza física, declarando así que ella no ocupa una posición de autoridad, que no es la cabeza, sino que más bien reconoce al hombre como la única cabeza (o autoridad) visible sobre la creación terrena. La mujer, al acercarse a Dios en oración y cubrir su propia cabeza, reconoce el orden divino de la creación, donde otro —el hombre— ha sido puesto sobre ella. ¿Desea ella hablarle a Él? Entonces debe reconocer primero el lugar que Dios le ha dado. ¿Desea ella hablar por Él (desde luego que no de forma audible en la asamblea, a la luz de 1.ª Corintios 14:34)? Entonces deberá hacerlo en actitud de obediencia y sujeción.
Merece notarse que la cubierta para la cabeza de la mujer no es su cabello, el cual forma parte de su cabeza. Si la cubierta requerida por la Palabra de Dios fuese su cabello, entonces la expresión "toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta" tendría que significar que la mujer oraba o profetizaba sin cabello. Habría tenido que estar calva o rapada. Además, si tal fuese el significado, los hombres, a los efectos de satisfacer los requerimientos de orar con la cabeza descubierta, tendrían que tener sus cabezas peladas o rasuradas. Es claro, pues, que la cubierta requerida sobre la cabeza de la mujer no puede ser simplemente su cabello, sino más bien una cubierta adicional a éste. La mujer usa esta cubierta como símbolo de sujeción en las circunstancias señaladas.
En 1.ª Corintios 11 se hace mención de una mujer rasurada o rapada. ¿Qué se quiere decir cuando se afirma que una mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta es lo mismo que una mujer rasurada o rapada? Considérese el interesante comentario sobre este tema que citamos a continuación:
«Creo que hay un significado amplio y peculiar en la ordenanza atinente al cubrimiento de las mujeres en la iglesia (1.ª Corintios 11:5-6). Dicha ordenanza debe tomarse —con sólo una primera lectura— como significando aquella sujeción que la mujer debe al hombre, el cual es su cabeza, o la sujeción que la iglesia debe al Señor. Potestad o cubierta sobre la cabeza era la señal de dicha sujeción y, por ende, lo que convenía a las mujeres en la congregación.
Pero eso no lo es todo; pues el apóstol agrega que: "si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello"; y dice que estar descubierta era "lo mismo que si se hubiese rapado"; y el hecho de estar rasurada o rapada hubiera sido una vergüenza para ella. Pero ¿cuál era la vergüenza cuya expresión consistía en la cabeza rasurada o rapada de la mujer? Esto debe determinarse, creo, acudiendo a la ley. Bajo la ley hallamos dos ocasiones en que la mujer estuvo rasurada o rapada: En primer lugar, cuando la mujer estaba bajo la sospecha de su marido (Números 5:18); y, en segundo lugar, cuando era extranjera y, habiendo sido tomada cautiva por un judío durante la guerra, podía llorar a su padre y a su madre por un mes antes de consumar su unión con su captor (Deuteronomio 21:10-13). El vergonzoso estado de la mujer expresaba así que ella no gozaba ni de la entera confianza ni del pleno regocijo de su marido. Ahora bien, la mujer no debe aparecer con tales marcas sobre sí. La iglesia no debe ser vista como si estuviera bajo sospecha de Cristo, ni tampoco sentirse como una cautiva afligida; ello sería su vergüenza. La cubierta sobre la cabeza, en cambio, muestra que la iglesia no se halla en ninguna de estas condiciones, sino que, por el contrario, es feliz al gozar de la confianza del Señor; y así debería ser. Vemos, pues, que la mujer cubierta en la asamblea manifiesta las dos cosas que conciernen a la iglesia: Primero, su sujeción al Señor; y segundo, su posición bajo Su plena protección, confiada en Él y consolada por Él. La iglesia reconoce el señorío de Cristo, pero, además, goza de su abrigadora presencia —la que aparta el sentimiento de cautividad—, por lo que la cabeza rapada o descubierta sería una negación de ambas cosas, una deshonra para el hombre y una vergüenza para la mujer, y daría un falso testimonio, por consecuencia, a los ángeles, quienes están aprendiendo estos profundos misterios de Cristo por medio de la iglesia (Efesios 3:10; 1.ª Corintios 11:10). Cristo fue visto de los ángeles primero (1.ª Timoteo 3:16). Ellos observaron y siguieron toda su marcha desde el pesebre hasta la resurrección; y ahora aprenden de la iglesia, observan sus caminos, y, si la mujer apareciera descubierta o rapada, los ángeles serían enseñados de manera incorrecta[3].»
Dios es tanto Creador como Salvador, y el orden de cosas establecido sobre la tierra por Dios como Creador no es abrogado por aquello que Él ha traído a la existencia como Salvador. El ministerio correctivo del apóstol, dado en 1.ª Corintios 11, previene contra cualquier abuso de Gálatas 3:28, versículo que algunos querrían utilizar con el objeto de enseñar que, como todos son uno en Cristo, las relaciones terrenales quedan anuladas. Supóngase erróneamente por un momento que era propio que una hermana orara o profetizara en la Asamblea. 1.ª Corintios 11 nos muestra que ella debe tener puesta una cubierta sobre la cabeza (en señal de autoridad). Esto prueba que las relaciones terrenales no han sido abrogadas, lo que también demuestra que tal modo de interpretar Gálatas 3:28 es falso; y peor que falso, pues va en contra de la expresa declaración de 1.ª Corintios 14:34 con porfía. Si alguno cree que es profeta (esto es, uno que expresa el pensamiento de Dios de ese modo) o espiritual (esto es, uno que discierne el pensamiento de Dios) reconozca que lo que Pablo escribió en 1.ª Corintios 14:34 y en 1.ª Corintios 11 ¡son mandamientos del Señor (1.ª Corintios 14:37)!
Autoridad sobre su cabeza
"Por lo cual la mujer debe tener [señal de][4] autoridad sobre su cabeza..." (1.ª Corintios 11:10). La razón por la que ella debe tener señal de autoridad sobre la cabeza es porque "tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón" (v. 9). Esto significa que la mujer está bajo la autoridad del varón (cf. v. 3). La mujer no puede tomar algo inmaterial como es la "autoridad" y ponerlo sobre su cabeza, por lo que debe ponerse algo sobre la cabeza de tal modo que se entienda que represente la autoridad del varón. Ponerse una cubierta mientras ora o profetiza es un acto mediante el cual ella reconoce que está bajo autoridad. La cubierta —como alguien bien lo ha dicho— «es una señal o símbolo de la autoridad bajo la cual está». Ella estará, pues, bajo una cubierta reconociendo con ello que está bajo autoridad.
Por causa de los ángeles
"Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles" (1.ª Corintios 11:10). ¿Por qué la señal de autoridad puesta sobre la cabeza es por causa de los ángeles?
"Pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres" (1.ª Corintios 4:9).
"Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto" (Salmo 103:20).
"¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?" (Hebreos 1:14).
"Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales" (Efesios 3:10).
Ellos también rodean a los redimidos en los cielos (Apocalipsis 5:11). Los ángeles, quienes prestan oído a la voz de su Palabra, contemplan y aprenden acerca del orden de Dios en medio de Su pueblo. Ellos (los que no cayeron ni pecaron juntamente con Satanás) son principados y potestades; criaturas que están bajo autoridad, y tienen rangos que los distinguen entre sí. Entre los redimidos de Dios, los lugares asignados al hombre y a la mujer deben asumirse muy especialmente. Necesitamos recordar la infatigable e inquisitiva mirada de los ángeles al contemplar a los seguidores del Perfecto, del Obediente.
http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/R.A.H/mujer.htm
Reconsideren hermanitas, no quisiera que por causa de varones permisivos tropiecen en esto que es tan importante y que es mandamiento del Señor.