Re: "Nuevos cielos y nueva tierra"...¿Donde?
La paradoja es que mientras no se la observe la partícula se encuentra en un estado de superposición que le permite ir y no ir simultáneamente, a la vez, en dirección al mecanismo que activa el veneno (como la partícula del experimento de la pantalla que de hecho está en dos lugares a la vez atravesando los dos orificios antes de ser observada), es decir, la superposición no significa que todo el sistema del experimento esté "esperando" a ser observado para "decidir" qué camino seguir, sino que antes de ser observada la partícula es una mezcla inseparable de todos ellos (algo un tanto "fantasmal", muy antiintuitivo, lo sé). La observación rompe esa "mezcla" y hace real, concreto y definido uno solo de los caminos, sin observación la partícula explora los dos caminos simultaneamente y el mecanismo que activa el veneno se encuentra también en un estado de superposición activación/no activación , por lo tanto si el gato está completamente aislado (no observado), a primera vista "parece" que la mecánica cuántica implica que mientras no se observe el experimento el gato debería encontrarse en ese mismo estado de superposición cuántica, vivo y muerto a la vez, mientras la partícula está activando y no activando simultáneamente el mecanismo.
Pero (esta es la clave) eso solo ocurrirá siempre y cuando objetos grandes como el mecanismo del veneno y el propio gato puedan encontrarse en un estado de superposición, que es justo lo que este experimento mental pone a debate. La experiencia cotidiana nos dice que no (aunque, ojo, últimamente se han hecho experimentos que han conseguido colocar en estado de superposición - dos lugares a la vez - 3.600 átomos juntos) , la pregunta de fondo es por qué el mundo cuántico es tan diferente a nuestro mundo cotidiano, y dónde está la línea que los separa, teniendo en cuenta que en realidad estamos hablando de un solo mundo interconectado, sin líneas de separación. Porque todo el universo es de una pieza, y nuestro mundo cotidiano reposa, está basado, en el mundo cuántico.
A nivel cuántico es como si el concepto de existencia de objetos "reales", "concretos" y "separados" por el espacio y el tiempo aun no hubiera tomado forma, o perdieran gran parte de su sentido. La partícula que atraviesa dos orificios "está" en dos lugares a la vez porque el concepto de objeto concreto, individual, separado del resto, no tiene demasiado sentido, es todo mucho más interconectado y borroso, con múltiples caminos simultáneos abiertos (lo que los físicos llaman función de onda de la mecánica cuántica), en realidad imposible de captar todo esto por el sentido común de nuestra experiencia cotidiana. No es que dos partículas estén tan juntas espacialmente que no se pueda hablar de separación, no se trata de eso, pueden estar incluso en extremos opuestos del universo y sin embargo comportarse como si fueran una sola, como si en realidad no existiera esa separación entre ellas (eso que Einstein llamaba "acción fantasmal a distacia" y en el lenguaje de los físicos se conoce como "entrelazamiento cuántico" )
Uno de los mayores debates y misterios de la física es cómo ese mundo llega a concretarse en un mundo real "clásico" como el nuestro, de objetos individuales, bien definidos y separados en el espacio y en el tiempo. Es decir, por qué, por ejemplo, una partícula sí puede encontrarse en dos lugares o situaciones distintas a la vez, y un gato no. Hay dos interpretaciones mayoritarias (y desde cada una de ellas se ofrece una explicación para evitar la paradoja del gato), para algunos físicos el mundo cuántico "hace reales" todas sus posibilidades, los diferentes caminos que siguen las partículas en aparente estado de superposición en el fondo no están en superposición sino que son reales, y a cada instante por cada camino posible de cada partícula nuestro universo se desdobla en una infinidad de otros universos. Si eso fuera cierto, existiría una multitud casi infinita de universos y también de copias exactas de nosotros mismos (o de cualquier gato) en muchos de ellos, desdoblándose a cada instante en otras nuevas, una y otra vez, cada uno de nosotros siguiendo a partir de ahí vidas diferentes a lo largo del tiempo, unas muy parecidas, otras no tanto y algunas completamente diferentes. Según esta interpretación, el gato del experimento seguirá vivo en un universo y habrá muerto en otro. La partícula hace reales todas sus trayectorias potenciales, en un universo activa el veneno, en otro no. El gato no estará en un estado de superposición, en una mezcla de situaciones (vivo/muerto) a la vez, sino desdoblado en dos realidades, vivo en un universo, muerto en otro. Muchos físicos están convencidos de que la interpretación de los universos múltiples es la consecuencia lógica de la mecánica cuántica.
Según otros físicos (interpretación de la Escuela de Copenhague, que probablemente sean mayoría), la incertidumbre y la superposición cuántica no es solo aparente sino real y sólo abandona esa superposición "optando" por seguir un único camino bien definido cuando se realiza una observación.
Por muy increíble que parezca hay muchos físicos (John Wheeler, por ejemplo) convencidos de que es la observación, la conciencia la que "rompe la función de onda" y hace real y concreto lo que solo era un universo en estado virtual. Para algunos físicos, como Roger Penrose o Danah Zohar, la conciencia, a su vez, no sería posible si el cerebro no estuviera basado de alguna forma en la realidad cuántica, que es un mundo mucho más "vivo", interconectado y holístico, mucho más cercano y familiar a lo que es la conciencia que el que presuponía la vieja imagen ya superada de la materia "muerta" . El que la conciencia haya podido surgir de la materia - mundo cuántico - ya no resulta tan extraño. Serían las dos caras de una misma moneda.
Según algunos partidarios de la Escuela de Copenhague para explicar la paradoja del gato hay que tener en cuenta que es un objeto grande, "macroscópico", y no puede estar realmente aislado por completo, en todo momento hay interacción (observación) con el mundo exterior (quien considere necesaria la intervención de la conciencia tiene que tener en cuenta que todos los objetos grandes están en contacto con algo que es observado por alguien consciente), y eso impide que el gato (o cualquier objeto grande) se encuentre en una superposición cuántica de "vida/muerte". Se produce una "decoherencia" entre el mundo de lo muy pequeño - cuántico- y los objetos grandes - clásicos - Es la postura que defiende este vídeo (que en realidad está optando por esta interpretación concreta, que no es la única):
Pero hay físicos que se oponen a esto... tal y como explica el físico Bruce Rosenblum ellos son "plenamente conscientes de la dificultad de aislar algo tan grande como un gato. Pero nos dirán que estos problemas prácticos son tangenciales. Puesto que la teoría cuántica no admite ninguna frontera entre lo pequeño y lo grande, al menos en principio cualquier objeto puede estar en un estado de superposición. (...)
Al final "Sea cual fuere el bando por el que uno tome partido, encontrará expertos que apoyen su opinión".
La paradoja del gato generó tal debate desde que se propuso por primera vez, que el físico que la ideó, Erwin Schrödinger, cuando insistían una y otra vez en preguntarle por este tema contestaba: "Cada vez que oigo hablar de ese gato, saco la pistola". Y el debate sigue.. más vivo que nunca.
Hoy en día hay debate no tanto sobre la validez de la mecánica cuántica sino sobre sus implicaciones o diferentes interpretaciones, como las que plantea la paradoja del gato, que en muchos casos siguen siendo un total enigma, lo que quedó claro a partir de la aparición de la física cuántica es que en el fondo la realidad es mucho más extraña y alejada de nuestro sentido común y de nuestros propios esquemas mentales de lo que podíamos haber imaginado.
Si te interesan estos temas un buen libro (entendible) es "El Enigma Cuántico", de los físicos Bruce Rosenblum y Fred Kuttner http://www.casadellibro.com/libro-e...-fisica-y-la-conciencia/9788483832448/1720130
En realidad no es un tema fácil (aunque sí apasionante ) Sigue habiendo mucho debate científico y hasta filosófico sobre el tema, con publicaciones de artículos científicos en revistas de física con diferentes interpretaciones de lo que realmente ocurre con el gato (que casi nadie duda realmente que estará vivo o muerto), pero sobre todo, por qué...
Vamos que la cosa no es así.
El gato no está muerto y vivo a la vez.
El gato tiene un 50% de probabilidades de estar muerto o vivo. Su estado es incierto mientras no hay un observador. Pero cuando sea observado por alguien ese principio de incertidumbre se resuelve y el gato o está vivo o está muerto.
Una partícula disparada delante de una pantalla con dos orificios, pasa por los dos a la vez, pero si se la observa, pasa solo por uno.
La paradoja es que mientras no se la observe la partícula se encuentra en un estado de superposición que le permite ir y no ir simultáneamente, a la vez, en dirección al mecanismo que activa el veneno (como la partícula del experimento de la pantalla que de hecho está en dos lugares a la vez atravesando los dos orificios antes de ser observada), es decir, la superposición no significa que todo el sistema del experimento esté "esperando" a ser observado para "decidir" qué camino seguir, sino que antes de ser observada la partícula es una mezcla inseparable de todos ellos (algo un tanto "fantasmal", muy antiintuitivo, lo sé). La observación rompe esa "mezcla" y hace real, concreto y definido uno solo de los caminos, sin observación la partícula explora los dos caminos simultaneamente y el mecanismo que activa el veneno se encuentra también en un estado de superposición activación/no activación , por lo tanto si el gato está completamente aislado (no observado), a primera vista "parece" que la mecánica cuántica implica que mientras no se observe el experimento el gato debería encontrarse en ese mismo estado de superposición cuántica, vivo y muerto a la vez, mientras la partícula está activando y no activando simultáneamente el mecanismo.
Pero (esta es la clave) eso solo ocurrirá siempre y cuando objetos grandes como el mecanismo del veneno y el propio gato puedan encontrarse en un estado de superposición, que es justo lo que este experimento mental pone a debate. La experiencia cotidiana nos dice que no (aunque, ojo, últimamente se han hecho experimentos que han conseguido colocar en estado de superposición - dos lugares a la vez - 3.600 átomos juntos) , la pregunta de fondo es por qué el mundo cuántico es tan diferente a nuestro mundo cotidiano, y dónde está la línea que los separa, teniendo en cuenta que en realidad estamos hablando de un solo mundo interconectado, sin líneas de separación. Porque todo el universo es de una pieza, y nuestro mundo cotidiano reposa, está basado, en el mundo cuántico.
A nivel cuántico es como si el concepto de existencia de objetos "reales", "concretos" y "separados" por el espacio y el tiempo aun no hubiera tomado forma, o perdieran gran parte de su sentido. La partícula que atraviesa dos orificios "está" en dos lugares a la vez porque el concepto de objeto concreto, individual, separado del resto, no tiene demasiado sentido, es todo mucho más interconectado y borroso, con múltiples caminos simultáneos abiertos (lo que los físicos llaman función de onda de la mecánica cuántica), en realidad imposible de captar todo esto por el sentido común de nuestra experiencia cotidiana. No es que dos partículas estén tan juntas espacialmente que no se pueda hablar de separación, no se trata de eso, pueden estar incluso en extremos opuestos del universo y sin embargo comportarse como si fueran una sola, como si en realidad no existiera esa separación entre ellas (eso que Einstein llamaba "acción fantasmal a distacia" y en el lenguaje de los físicos se conoce como "entrelazamiento cuántico" )
Uno de los mayores debates y misterios de la física es cómo ese mundo llega a concretarse en un mundo real "clásico" como el nuestro, de objetos individuales, bien definidos y separados en el espacio y en el tiempo. Es decir, por qué, por ejemplo, una partícula sí puede encontrarse en dos lugares o situaciones distintas a la vez, y un gato no. Hay dos interpretaciones mayoritarias (y desde cada una de ellas se ofrece una explicación para evitar la paradoja del gato), para algunos físicos el mundo cuántico "hace reales" todas sus posibilidades, los diferentes caminos que siguen las partículas en aparente estado de superposición en el fondo no están en superposición sino que son reales, y a cada instante por cada camino posible de cada partícula nuestro universo se desdobla en una infinidad de otros universos. Si eso fuera cierto, existiría una multitud casi infinita de universos y también de copias exactas de nosotros mismos (o de cualquier gato) en muchos de ellos, desdoblándose a cada instante en otras nuevas, una y otra vez, cada uno de nosotros siguiendo a partir de ahí vidas diferentes a lo largo del tiempo, unas muy parecidas, otras no tanto y algunas completamente diferentes. Según esta interpretación, el gato del experimento seguirá vivo en un universo y habrá muerto en otro. La partícula hace reales todas sus trayectorias potenciales, en un universo activa el veneno, en otro no. El gato no estará en un estado de superposición, en una mezcla de situaciones (vivo/muerto) a la vez, sino desdoblado en dos realidades, vivo en un universo, muerto en otro. Muchos físicos están convencidos de que la interpretación de los universos múltiples es la consecuencia lógica de la mecánica cuántica.
Según otros físicos (interpretación de la Escuela de Copenhague, que probablemente sean mayoría), la incertidumbre y la superposición cuántica no es solo aparente sino real y sólo abandona esa superposición "optando" por seguir un único camino bien definido cuando se realiza una observación.
Por muy increíble que parezca hay muchos físicos (John Wheeler, por ejemplo) convencidos de que es la observación, la conciencia la que "rompe la función de onda" y hace real y concreto lo que solo era un universo en estado virtual. Para algunos físicos, como Roger Penrose o Danah Zohar, la conciencia, a su vez, no sería posible si el cerebro no estuviera basado de alguna forma en la realidad cuántica, que es un mundo mucho más "vivo", interconectado y holístico, mucho más cercano y familiar a lo que es la conciencia que el que presuponía la vieja imagen ya superada de la materia "muerta" . El que la conciencia haya podido surgir de la materia - mundo cuántico - ya no resulta tan extraño. Serían las dos caras de una misma moneda.
Según algunos partidarios de la Escuela de Copenhague para explicar la paradoja del gato hay que tener en cuenta que es un objeto grande, "macroscópico", y no puede estar realmente aislado por completo, en todo momento hay interacción (observación) con el mundo exterior (quien considere necesaria la intervención de la conciencia tiene que tener en cuenta que todos los objetos grandes están en contacto con algo que es observado por alguien consciente), y eso impide que el gato (o cualquier objeto grande) se encuentre en una superposición cuántica de "vida/muerte". Se produce una "decoherencia" entre el mundo de lo muy pequeño - cuántico- y los objetos grandes - clásicos - Es la postura que defiende este vídeo (que en realidad está optando por esta interpretación concreta, que no es la única):
Pero hay físicos que se oponen a esto... tal y como explica el físico Bruce Rosenblum ellos son "plenamente conscientes de la dificultad de aislar algo tan grande como un gato. Pero nos dirán que estos problemas prácticos son tangenciales. Puesto que la teoría cuántica no admite ninguna frontera entre lo pequeño y lo grande, al menos en principio cualquier objeto puede estar en un estado de superposición. (...)
Al final "Sea cual fuere el bando por el que uno tome partido, encontrará expertos que apoyen su opinión".
La paradoja del gato generó tal debate desde que se propuso por primera vez, que el físico que la ideó, Erwin Schrödinger, cuando insistían una y otra vez en preguntarle por este tema contestaba: "Cada vez que oigo hablar de ese gato, saco la pistola". Y el debate sigue.. más vivo que nunca.
Hoy en día hay debate no tanto sobre la validez de la mecánica cuántica sino sobre sus implicaciones o diferentes interpretaciones, como las que plantea la paradoja del gato, que en muchos casos siguen siendo un total enigma, lo que quedó claro a partir de la aparición de la física cuántica es que en el fondo la realidad es mucho más extraña y alejada de nuestro sentido común y de nuestros propios esquemas mentales de lo que podíamos haber imaginado.
Si te interesan estos temas un buen libro (entendible) es "El Enigma Cuántico", de los físicos Bruce Rosenblum y Fred Kuttner http://www.casadellibro.com/libro-e...-fisica-y-la-conciencia/9788483832448/1720130