Hay muchos pretextos, excusas y mentirijillas dichas acerca de no congregarse en una reunión de culto.
Pero también hay razones válidas de quienes no van a su iglesia local, relacionadas con infortunios de origen humano.
Queda abierto el debate. Todos están invitados.
Hay muchísimos que siempre se reúnen por costumbre durante toda sus vidas, pero no pasan de ahí. Se observan algunos cambios en sus conductas personales e individuales, pero como comunidad (Cuerpo de Cristo), que debe integrase como los miembros de un mismo organismo viviente, NADA.
Los que venden la gracia de Dios copiaron del judaísmo y del paganismo la tendencia ritualista, sagradas formas externas que solo sirven de muletillas psicologicas a los que compran de ese aceite para sus lámparas. Excúsenme esta forma de decirlo, pero me indigna ver que ahora es más importante para muchos líderes el dinero que se recauda de la feligresía, que la vida abundante y digna a que todo creyente tiene derecho, lo que se conseguirá solo cuando los cristianos serios y responsables no participen en pecados ajenos, sosteniendo con sus aportes a este mercantilismo religioso, y por el contrario, tomen en serio lo siguiente, lo cual es la razón principal de la congregación, aparte de orar y adorar y escudriñar las Escrituras:
"para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. (1-Co.12. 25-27)
"para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor." (Ef.4. 14-16)