Muchas son las personas que dicen, gritan, e intentan convencer, por todos los medios posibles que Jesucristo es la Verdad absoluta. Sin embargo, y aun estando, completamente, de acuerdo con esta Verdad; lo cierto es que muchas de esas personas que vociferan y gritan e intentan persuadir a incredulos, o practicantes de otras confesiones, niegan con sus hechos esta absoluta Verdad.
La Verdad absoluta no tiene, ni necesidad de ser demostrada, ni necesidad de ser defendida a grito pelado, o insultando y agraviando al que desconoce lo que es Verdad en mayusculas.
Nuestro, o al menos, mi Señor Jesucristo, nunca tuvo necesidad de alzar su Voz para convencer a nadie. Y mucho menos tuvo que pelear, o mandar que cayese fuego del cielo, para tener que convencer a nadie.
Jesucristo, Dios Eterno, convencio de la Verdad al mundo entero con, tan solo, sus hechos y su Palabra. Y las Sagradas Escrituras dan testimonio de ello. Que siendo Dios sobre todas las cosas se encarno en la Persona de Jesucristo. Que siendo el Amo del Universo se humillo tomando apariencia humana. Y que siendo el Eterno, Jehova de los Ejercitos, se entrego para morir por toda la humanidad; y una muerte tan injusta como cruel en grado sumo. Si, fue una muerte injusta para que todos los que hemos creido, y los que todavia creeran en su Sacrificio, seamos declarados justos por el Eterno Padre de las Luces.
Si, es cierto que muchos pueden decir que conocen donde esta la Verdad absoluta; mas, si no miramos, y nos exforzamos, por seguir y obedecer el Camino que nos marca esa absoluta Verdad, de nada nos servira decir, gritar, o intentar convencer, por todos los medios habidos y por haber, que conocemos, y tenemos, la Verdad absoluta en nuestra mente y en nuestro corazon.