Lo que tú pienses no es lo importante.
Seguramente estarás de acuerdo conmigo en eso.
-¡Al contrario! Lo que yo piense es lo importante, ya que se nos exhortó a estar bien seguros de ello (Romanos 14:5). Lo que haya pensado C.T. Russell y Rutherford fue cosa de ellos. Ahora piensan distinto.