JESÚS LLORA ANTE LA MUERTE DE LÁZARO
Hay por lo menos, tres ocasiones, en las cuales podemos observar a nuestro Bendito Señor y Salvador llorando:
1. S. Lucas 19:41 - Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,
2. En el Huerto de Getsemaní
3. Y al acompañar a María a la tumba de Lázaro (Jn.11:35).
Que Jesús lloró en el Huerto de Getsemaní, se infiere de la comparación de los relatos de la escena en Getsemaní, con el registro detallado de sus sufrimientos que leemos en Hebreos capítulo 5. Leemos:
Hebreos 5:7 - Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
Hebreos 5:8 - Y aunque era Hijo, por lo que padeció, aprendió la obediencia;
S. Marcos 14:32 - Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.
S. Marcos 14:36 - Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
Una mente espiritual, discierne que las circunstancias que provocaron las lágrimas del Señor como se dan arriba, y en el orden allí presentado, están sorprendentemente conectados con tres elementos de Su carácter proféticamente establecidos en Isaías 53:3, leemos:
Isa 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Mat 23:37 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
Mar 14:34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.
Mar 14:35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora.
Jua 11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
Jua 11:34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
Jua 11:35 Jesús lloró.
El racionalismo, al que nos tiene acostumbrados foristas de la talla de Marcelino, Ari Hashomer, Alissa, y demás participantes alineados, según su mente y no según Cristo, los cuales, al no conocer la gracia de nuestro Señor Jesucristo, pueden fingir indignación ante la idea de que la Divinidad se rebaje a tal nivel, de ponerse a llorar como un simple mortal, tal como lo hizo Jerusalén en los días en los cuales no conoció el valor inmenso de su visitación.
Rechazado por todos Jesús salió
Llevando su cruz;
Y a la cumbre del Gólgota El subió
Llevando su cruz;
Cual oveja delante del trasquilador,
En silencio estuvo por mí el Señor,
Llevando su cruz.
Jesús lloró sobre la ciudad que lo despreció, el apóstol Pablo señala el contraste en el corazón de Dios y la cruel indiferencia de la respuesta de su pueblo, leemos:
Romanos 10:20 - E Isaías dice resueltamente:
Fui hallado de los que no me buscaban;
Me manifesté a los que no preguntaban por mí.
Romanos 10:21 - Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.
El Señor no solo se unió al quebranto de los familiares y amigos de Lázaro:
Jua 11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
Jua 11:34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
Jua 11:35 Jesús lloró.
Sino que también, expresiones de este nivel:
Jua 11:37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?
Un nivel que posee una carga de señalamiento, de culpabilidad, de acusación, donde en última instancia, el culpable de la muerte es Jesús, no solo por no haber llegado a tiempo, sino porque estando el presente, Lázaro no hubiera muerto.
Israel despreció su derecho al Trono de David, porque lo que sus líderes veían era un humilde ciudadano, ocupado en las labores de carpintería, formando parte de una familia pobre, que trabajaban la madera para conseguir el sustento.
Su venida como el humilde nazareno no suministró nada de la pompa que el corazón carnal de Israel, buscaba en alguien que pretendía ser reconocido como su Mesías.
Así es el racionalismo que contamina la mente de estos pobres foristas, que evalúan a Jesús, y lo someten a su propia interpretación en aspectos tan solemnes, como es el Castigo Eterno.
La pregunta de Juan 11:37 provocó que el Señor llorara nuevamente, pero esta vez dentro de sí mismo, leemos:
Jua 11:38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro
Es casi innecesario señalar cuán débilmente el corazón humano puede entrar en los dolores del Señor en aquellas escenas donde se expresaron de manera tan conmovedora.
Solo el Padre, para quien el Hijo es el objeto de su amor, de su complacencia, podía estimar, cada palabra, cada obra, que el mismo enviaba a su Hijo para que entendieran a Jesús como el Siervo escogido y anunciado desde tiempos antiguos, de esta manera:
JESÚS COMO EL SIERVO ESCOGIDO
Isa 43:10 Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí.
Isa 43:11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. (Hch.4:12).
El racionalismo judío rechaza esta interpretación Espiritual, y enseña que aquí no se refiere a una persona sino a la nación Israel.
El racionalismo gentil, rechaza toda enseñanza de Cristo, en este tema, sobre la veracidad del Castigo Eterno, sobre la autenticidad de la inmortalidad del alma, sea del justo en los cielos con Cristo, sea del impío, en los infiernos, o en el Lago que arde con fuego y azufre, ¿Y por qué lo hacen?
PORQUE NO AMAN AL SEÑOR
¡Cuántos hay en la cristiandad profesante, dando crédito a todo este racionalismo profano, que todavía son totalmente ajenos a las bendiciones adquiridas a costa de todas las humillaciones y sufrimientos del Señor!
Pasan entre sus semejantes como personas cristianas respetables, pero nunca han oído la voz de Dios en lo más recóndito de sus almas, revelándoles la necesidad absoluta de su Fidelidad a Cristo, a sus enseñanzas:
LA SINCERA FIDELIDAD A CRISTO
2Co 11:2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.
2Co 11:3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
2Co 11:4 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis;
Si el Señor enseña, hablando del infierno:
Mar 9:44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Si el Señor enseña, hablando del lago que arde con fuego y azufre:
Apo 14:11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
Si el Señor enseña, hablando del destino final del impío y del justificado:
Mat 25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
¡Qué bien cuando Su voz es así escuchada, y uno es llevado a través de la comprensión Espiritual de nuestra necesidad al conocimiento de Él como Salvador y Dios!!
Déjate de cortinas de humo y céntrate al tema del epígrafe.
Dinos cuándo y dónde Jesús dijo que vivirán eternamente el diablo y demás impios.
Dinos cuándo y dónde Jesús dijo que vivirán eternamente el diablo y demás impios.