Como el forista Marcelino utiliza el cinismo en este tema y teniendo en mi corazón que es un pecado encontré este artículo
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Los cristianos manifiestan el cinismo como una colección de actitudes y expectativas negativas. Esas actitudes pueden estar dirigidas hacia nosotros mismos o hacia los demás, la iglesia, las conversiones, el progreso del evangelio, el crecimiento en santificación y aun hacia Dios mismo. Malaquías nos da un ejemplo bíblico claro: «En vano es servir a Dios. ¿Qué provecho hay en que guardemos Sus ordenanzas y en que andemos de duelo delante del Señor de los ejércitos?» (
Mal 3:14). Pero el cinismo puede ser una actitud profunda del corazón o la mente, aun si no se expresa en voz alta.
La búsqueda de significado en un universo sin sentido fracasará con toda seguridad
El cinismo hoy (como en cualquier otro momento) contradice los tres signos vitales del cristianismo según Pablo: fe en Jesucristo, amor por todos los santos y esperanza mientras esperamos el regreso de Cristo (1 Co 13:13; 1 Ts 1:2-3; Col 1:3-6). El remedio general para el cinismo es cultivar y aumentar nuestra fe en Cristo, nuestro amor por el pueblo de Dios y nuestra firme esperanza en el regreso de Cristo. Sin embargo, junto con ese remedio general, Dios nos ha dado muchos remedios específicos.
Causas y remedios
Hay muchas causas para el cinismo cristiano contemporáneo: es un síntoma común de muchas enfermedades. Necesitamos encontrar la causa particular del cinismo de alguien antes de poder tratar la enfermedad subyacente. Debemos identificar y tratar la causa, no solo el síntoma.
Entonces, ¿cuáles son algunas de las causas comunes del cinismo y cuáles son sus remedios?
Visiones del mundo sin esperanza
El cinismo puede ser causado al adoptar visiones contemporáneas del mundo que carecen de esperanza. Aquellos que rechazan a Dios porque no les gusta su autoridad, creen que la fe contradice la ciencia o quieren ser libres para hacer lo que quieran, no solo rechazan a Dios, sino también la esperanza que solo Él puede dar. La búsqueda de significado en un universo sin sentido fracasará con toda seguridad. La búsqueda de esperanza en un universo sin esperanza fracasará con toda seguridad. La tarea es más grande que nosotros. El cinismo puede ser una forma de vida heredada de otros. ¿El remedio?
«Ustedes saben que… fueron redimidos de su vana manera de vivir heredada de sus padres… con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha: la sangre de Cristo» (
1 Pedro 1:18-19).
Con cada causa de cinismo, aplicamos el remedio a través de una meditación continua y enfocada en pasajes particulares de las Escrituras, palabras para nosotros de Dios mismo: léelas en voz alta; escríbelas; recuerdalas; habla de ellas; conviértelas en oraciones de arrepentimiento, confianza, acción de gracias y alabanza.
Enseñanza desequilibrada
La iglesia también produce su propio cinismo. Un ejemplo es cuando enfatizamos los buenos propósitos de Dios e ignoramos la enseñanza de la Biblia sobre el pecado, el juicio y la ira de Dios. Hojeamos la Biblia en busca de palabras de ánimo y encontramos las grandes promesas de la provisión de perdón y nueva vida en su Hijo, la salvación de su pueblo, su obra de gracia en ellos por su Espíritu y la transformación de todas las cosas. Necesitamos la revelación bíblica complementaria de la constancia, ubicuidad y sutileza del pecado, de los juicios presentes y futuros de Dios y de su ira. De lo contrario, nuestro optimismo no bíblico resultará en cinismo.
El cinismo es contagioso. Un cínico puede influir en otros con mucha facilidad
De manera similar, si hojeamos la Biblia para leer sobre los éxitos y el progreso del evangelio y no leemos sobre el pecado, el fracaso, el sufrimiento, la persecución y la herejía que son característicos de los últimos días, y de la necesidad de perseverar con paciencia, es muy posible que nos convirtamos en cínicos.
¿Cuál es el remedio para estas cosas? Lee toda la Biblia, no solo las partes que te gustan. Medita en las palabras, obras y amor de Dios.
«Bienaventurado es el hombre… que en la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche» (
Salmos 1:1-2).
«En todas Tus obras medito» (
Salmos 143:5).
«Hemos meditado en Tu misericordia» (
Salmos 48:9).
Percepciones no realistas de nosotros mismos
Somos vulnerables al cinismo cuando sobrestimamos nuestros dones, cuando pretendemos ser celebridades, cuando subestimamos la oración paciente, el esfuerzo y el sufrimiento que se requieren para el crecimiento del evangelio, y cuando carecemos de la capacidad de saber qué pasos tomar para hacer crecer una gran iglesia o ministerio. Una estimación poco realista de nosotros mismos puede causar cinismo. ¿El remedio?
«Digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno» (
Romanos 12:3).
Pecado sin confesar
Somos propensos al cinismo si tenemos pecados secretos no confesados en nuestra vida, si hemos dejado de dar muerte al pecado por el poder de la muerte de Jesús y de vivir una nueva vida por el poder de su resurrección y su Espíritu. El cinismo es el resultado de un pecado no confesado a largo plazo. ¿El remedio?
«Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad» (
1 Juan 1:9).
Liderazgo cargado
Es probable que nos volvamos cínicos si somos responsables de un ministerio cristiano y, por ende, tenemos que lidiar con las debilidades, el olvido y los fracasos de quienes sirven en el ministerio. Estos desalientos engendran cinismo. ¿El remedio? Confía en Cristo y perdona a los demás.
«Cristo amó a la iglesia y se dio Él mismo por ella… a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria» (
Efesios 5:25-27).
«Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo» (
Efesios 4:32).
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