UN POCO DE DOCTRINA APOSTÓLICA
A ver si entiendo la Doctrina de la Salvación.
1. Justificación por medio de la Fe
¿Por la fe en quién?
¿Qué dice este pasaje?
2Co 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él.
"Ah, entonces soy justificado, no por pertenecer a ningún sistema religioso, sino por la Fe en Cristo.
- Pero ahí dice que "lo hizo pecado" por nosotros... ¿Qué significa tal cosa?
Permitamos que sea la Escritura que responda:
Isa 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Ahora, entiendo, los pecados de todos nosotros fueron puestos sobre el santo cuerpo de Jesús, sobre el altar de la Cruz, donde fue sacrificado como el Cordero de Dios.
2. Justificados por Gracia
¿Cómo así que justificados por gracia?
Dejemos que la Escritura nos enseñe nuevamente, leemos:
2Ti 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo
y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
2Ti 1:10 Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
Ahora entiendo, sin fe, es imposible agradar a Dios, y es la fe, como don de Dios, la que me justifica cuando miró el altar de la Cruz y considero a UNO, que canceló mi deuda con Dios, quién pagó la sentencia que mis pecados merecían y pudo decir "Consumado es".
MI DEUDA HA SIDO CANCELADA
Rom_4:16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia,
CONCLUSIÓN
Somos justificados por la Fe, por medio de la gracia, —esto es, por la muerte de Cristo en su aplicación a nosotros, porque tal es el significado de la figura sacrificial de la que la palabra «sangre» es la expresión en el Nuevo Testamento. La gracia es el principio por el que Dios justifica al pecador; la fe es el principio por el que se recibe el beneficio; y la muerte de Cristo es la única base sobre la que todo esto es posible: somos «justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús».
pero ese primer minuto donde nos encontramos con el evangelio y escuchamos sobre esa ofrenda por nosotros y creemos , no basta para ser salvos, olvidense de esa mentira del diablo,
O sea que la "salvación" no es gratuita.
y esa chispa que comenzo con las primeras palabras del evangelio de Dios ese primer minuto esa fe aumenta aumenta y aumenta y sigue, y esa fe llega a ser tan grande y poderosa que podemos decir que le conocemos en intimidad, que tenemos una amistad estrecha con Dios y alcanzamos sabiduria
Esto es crecimiento cristiano, nada tiene que ver con la salvación por gracia.
aqui no es repetir una oracion y listo para el cielo ...
En esto estoy de acuerdo, porque es el método de llenar iglesias para explotarles los bolsillos, tal práctica es condenada por la Escritura (1Pe_5:2) y caracteriza a los mercaderes de la fe (2Pe_2:3).
Porque creer de todo corazón no es persuasión humana.
En lo que no estoy de acuerdo es en esto:
Entiendan la salvacion no es instantanea hay que alcanzarla y si Dios quiere y tiene misericordia de ti te guiara en cada paso del proceso para que llegues a la meta gloriosa del Supremo llamamiento... y aunque creas que la tienes en un descuido puedes llegar a ser eliminado... nosotros no somos mejores que los profetas que fueron antes que nosotros...
El ladrón en la Cruz, fue salvo instantáneamente solamente por Fe en Aquel que podía acordarse de él cuando viniese en su Reino. No tuvo que esforzarse en nada, no tuvo que ponerse las botas, ni siquiera tuvo que bautizarse.
Y tampoco tuvo que esperar el regreso del Señor, oigamos la voz de nuestro Redentor:
Luc_23:43 Entonces Jesús le dijo:
De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Entonces veamos, con la ayuda del Señor, por qué no hay mérito humano que valga para ser salvos.
LA GRACIA ES SOBERANA Y ES LIBRE
En 2 Timoteo 1:9, remarqué en rojo la expresión:
"y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos"
Y los que están así justificados "por gracia", no pueden pretender este beneficio ni sobre una base de mérito ni de promesa.
Porque si pudiéramos ganarnos un derecho a ello, no habría necesidad de redención; y si Dios se hubiese comprometido a Sí mismo por un pacto a concederla, no habría lugar para la gracia.
La gracia es soberana, pero es libre.
Debemos considerar, antes de establecer nuestros propios pensamientos sobre la salvación, como un proceso, lo que enseña la Escritura sobre la naturaleza caída de la descendencia de Adán.
Esto nos evitará pontificar sobre una teología basada en el esfuerzo humano y no en la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.
No se trata de mis propios sentimientos y experiencia en la vida de fe, se trata de Cristo, él y solo él, es el fundamento de mi salvación.
Las siguientes escrituras: Génesis 6:5; Salmo 14:2-3; Isaías 1:5-6; 40:6; Jeremías 17:9; Juan 3:6; Romanos 3:9-19; Efesios 2:12, etcétera y etcétera, mencionadas, bastan para probar que la naturaleza humana está totalmente perdida, alejada de Dios, sin fuerza, que el hombre es culpable, malo e inclinado de continuo al mal.
La Gracia de Dios no consiste en reformar una cosa arruinada, sino en crear algo enteramente nuevo. Y esto es precisamente lo que sucede con la vieja naturaleza del hombre. Dios no se propone mejorarla. La finalidad del Evangelio no es la de mejorar al hombre, como si le pusieran un remiendo en su vestido viejo y gastado, sino de proveerle de uno enteramente nuevo.
El Espíritu Santo no trabaja con la vieja naturaleza, es decir, el viejo hombre o la vieja mujer.
Efe_1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él,
fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Efe_4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios,
con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
La salvación no es un proceso regenerativo, donde para ser sellados se requiere un tiempo, cuando el árbol comience a dar frutos propios de la conversión.
La vieja naturaleza no nos fue quitada, Cristo la sepultó con su muerte para que andemos en vida nueva, agradando al Señor en todo, leemos:
Rom_6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
El problema es que ese cadáver putrefacto, está en nosotros, y la concupiscencia le suministra oxígeno, lo revive, cuando nos descuidamos en nuestra comunión con Cristo, dando luz al pecado, de ahí la advertencia apostólica:
1Pe_2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos,
que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
Rom_7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
1Jn_1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Vemos el fin de todo lo que pertenece a la vieja naturaleza en la cruz de Cristo: “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:24)
La salvación es instantánea, desde el momento en que creímos, pero el camino hacia la madurez se toma su tiempo.
El ruego del apóstol lo angustiaba:
Gál_4:19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto,
hasta que Cristo sea formado en vosotros,
Esta es la misión de la doctrina apostólica puesta en práctica en cada uno de nosotros, para que cuando Él regrese, no tengamos que alejarnos avergonzados (1Jn_2:28).
1Jn_3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste,
seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Dios no espera nada de la carne, sino que la considera muerta, y nosotros debemos hacer lo mismo.
El creyente maduro, cuando la concupiscencia lo mueve a cometer algo que desagrada a Cristo, tiene la poderosa convicción que, para ejecutar tal cosa, está muerto.
Ya no vive el viejo, hombre, ahora vive Cristo en nosotros.
Esperamos que este mensaje sea de alguna ayuda, y así podamos glorificar a Aquel que nos tomó por soldados, y evitar caer en la categoría de aquel hombre que subió al templo a orar:
Luc_18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias, porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;