Misa Antibiblica

Re: Misa Antibiblica

Catecismo 1367

“En este divino sacrificio que se realiza en la Misa, este mismo Cristo, que se ofreció a sí mismo una vez de manera cruenta ante el altar de la cruz, es contenido e inmolado de manera no cruenta”.



Catecismo 1364

“Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la pascua de Cristo y ésta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual: ‘Cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado, se realiza la obra de nuestra redención”.

Estimados.

1) La cruz no es un altar.

2) En esta nueva dispensación, no hay mas altar hecho por mano humana

Gracias.
 
Re: Misa Antibiblica

.....

Es curioso como sabiendo tanto, puedan entender tan poco.

Si seguid buscando, palabras que justifiquen tus creencias, estarias completamente en un error,

A traves del paso del tiempo las palabras cambian su forma de traducirse, de un idioma a otro cambia, y de cultura a cultura a cultura cambia, si no puedes entender eso , pues simplemente no lo entiendas, pero cierra los ojos y si en tu corazon hay algo qeu toca hierve y grita ¿por qeu no escucharlo?.

Como pedirle a un evangelico que acuda a una iglesia catolica, cuando en todo lo qeu supuestamente cree esta fuera de ella. Lo cruel en esta situacion es qeu ademas se ha creado una cultura, de que todo lo que esta en la iglesia evangelica, ademas de estar fuera de la iglesia catolica esta en contra de ella.

La transubstacion, substanacion...

Que fabuloso misterio, en un pedazo de pan, bendecido y consagrado a jesus, tener la fe suficiente de recibir en oracion al cuerpo del señor...

y ahi es donde se hace enfasis como la carne del señor se puede transformar en pan, probablemente de la msima forma en que Dios convirtio el agua en vino, orando y con mucha fe..

POr otro lado si ustedes fueran un poquito catolicos, se darian cuenta qeu solo aquel que se han absuelto sus pecados va en pos de la ostia consagrada, pues aquel que se encuentra en pecado no podra beber de su sangre ni su carne, o pan y vino, como le queiran llamar,

para terminar mi breve y fuera de lugar comentario. creo qeu la fe se reduce a un asunto de fe, mas no de libros, dejen que el espiritu santo en gracia plena se derrame sobre ustedes, abran sus mentes y consiencias apriori no a posteriori, para qeu la dicha y la felicidad entre en sus corazones, Existe mas de un mundo en este mundo y existe un solo dios.

No crear un dios para cada mundo, pues esto si seria idolatria, si no creer en un solo dios todo el mundo, y todos los mundos.

chris aponte.
 
Re: Misa Antibiblica

Pont-Max dijo:
Creo muy conveniente comenzar con la creencia católica en relación a la misa.

Catecismo 1367

“En este divino sacrificio que se realiza en la Misa, este mismo Cristo, que se ofreció a sí mismo una vez de manera cruenta ante el altar de la cruz, es contenido e inmolado de manera no cruenta”.
La enseñanza contenida en el texto del numeral 1367 del catecismo dice en su manera completa lo siguiente:

1367 El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio: “Es una e idéntica la víctima que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes, la que se ofreció así misma entonces sobre la cruz. Sólo difiere la manera de ofrecer”: “En este divino sacrificio que se realiza sobre el altar de la cruz, es contenido e inmolado de manera no cruenta.”

Lo cual, parafraseado, dice que el sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son un único sacrificio porque la víctima es una e idéntica. El sacrificio de Cristo fue cruento. En cambio, en el sacrificio de la Eucaristía está contenida la víctima inmolada, aunque no de manera cruenta.

Catecismo 1364

“Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la pascua de Cristo y ésta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual: ‘Cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado, se realiza la obra de nuestra redención”.

Así pues, dice el catecismo, parafraseado, que cada vez que se realiza la misa se perdonan los pecados, ya que es la repetición o “renovación” del sacrificio de Cristo en la cruz.
La enseñanza contenida en el texto del numeral 1364 del catecismo dice en su manera completa lo siguiente:

1364 El memorial recibe un sentido nuevo en el Nuevo Testamento. Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la Pascua de Cristo y ésta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una sola vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual: “Cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado, se realiza la obra de nuestra redención.”

Lo cual, parafraseado, dice que cuando se celebra la Eucaristía la Iglesia hace memoria de la Pascua de Cristo que se hace presente. Por medio de esa Eucaristía, el sacrificio que Cristo ofreció una sola vez en la cruz permanece actual.

Veamos qué dice la Biblia.

Hebreos 9:24, 25 y 26

Porque Cristo no entró en un lugar Santísimo hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios a nuestro favor. Tampoco entró para ofrecerse muchas veces a sí mismo, como entra cada año el sumo sacerdote en el lugar Santísimo con sangre ajena. De otra manera, le habría sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos, para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo.

Hebreos 10:8, 9, 10, 11 y 12

Habiendo dicho arriba: Sacrificios, ofrendas y holocaustos por el pecado no quisiste ni te agradaron (cosas que se ofrecen Según la ley), luego dijo: ¡Heme Aquí para hacer tu voluntad! El quita lo primero para establecer lo segundo. Es en esa voluntad que somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Todo sacerdote se ha presentado, día tras día, para servir en el culto y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados. Pero éste, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la diestra de Dios...

1 Pedro 3:18

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.

La Biblia afirma que Cristo se ofreció una vez para siempre por los pecados. Tan simple como eso. Y declara además que no tiene ninguna necesidad de repetir su sacrificio por nosotros:

Hebreos 7:27

El no tiene cada día la necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
Cada uno de esos textos bíblicos trata sobre el sacrificio cruento que el Señor ofreció una vez para siempre en la cruz. Ese sacrificio cruento no puede ser repetido por nadie. Sin embargo, esos mismos textos no hacen una sola referencia sobre las enseñanzas de Jesús sobre comer el pan y beber de la copa, su carne y su sangre, para tener vida eterna.

Pero el catecismo dice:

Catecismo 1405: “En efecto, cada vez que se realiza este misterio, ‘se realiza la obra de nuestra redención’...”

Estimados amigos católicos, ¿hay alguna dificultad para entender esta enseñanza bíblica? Lean completos los capítulos de Hebreos 8, 9 y 10. Tan solo con esto podría estar contestada la cuestión del epígrafe.
Efectivamente, el numeral 1405 dice lo siguiente:

1405 De esta gran esperanza, la de los “cielos nuevos” y la “tierra nueva” en los que habitará la justicia (2 Pe 3, 13), no tenemos prenda más segura, signo más manifiesto que la Eucaristía. En efecto, cada vez que se celebra este misterio, “se realiza la obra de nuestra redención” y “partimos un mismo pan que es remedio de inmortalidad, antídoto para no morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre.”

Y para entender eso debes leer detenidamente las palabras de Jesús sobre el comer el pan y beber de la copa, su carne y su sangre, a la luz del Evangelio de Juan, aplicadas en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, y por el apóstol Pablo en 1 Corintios. Los textos a los que te refieres, Hebreos 8, 9, 10… no van, ya que no hacen una sola mención sobre el tema del pan y el vino, cuerpo y sangre de Cristo.

Pero, ¿cómo se origina esta creencia de la renovación del sacrificio en la misa? Sí, claro que lo sabemos, basada en las palabras de Jesús a los apóstoles:

Mateo 26:26-28 y Marcos 14:23,24

Mientras ellos comían, Jesús tomó pan y lo bendijo; lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: --Tomad; comed. Esto es mi cuerpo. Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio diciendo: --Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada para el perdón de pecados para muchos.

Un versículo después, en Mateo 26:29 y Marcos 14:25 dice:

Pero os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Claro que el Señor dijo que ÉL no beberá mas de ese fruto; sin embargo, no dijo que sus discípulos y demás miembros de la Iglesia no lo volverían beber. Pablo nos dice que CADA VEZ que lo hacemos estamos proclamando la muerte del Señor hasta que regrese.

Jesús dice también “hagan esto en memoria de mí”. La iglesia católica interpreta estos pasajes como indicación de repetir la cena, pero va más allá al sostener que cada vez que lo hace se renueva el sacrificio de Cristo “de manera no cruenta”, y que “se realiza la obra de nuestra redención.” Esto es completamente falso, como vimos en los versículos de Hebreos.
No es falso porque Cristo, cuando da a sus discípulos el pan y el vino, su carne y su sangre, dice claramente palabras similares a estas:

“Tomad y comed: esto es mi cuerpo que es entregado por vosotros” (no cruento)
“Bebed todos de ella: esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados.” (no cruento)

Lo cual es reiterado más adelante por el apóstol Pablo en 1 Corintios.

Hay todavía más. Una completa ignorancia de lo que son los géneros literarios, y las figuras simbólicas usadas en la Biblia. Si tuviéramos que creer lo que la iglesia dice, nosotros estaríamos comiendo literalmente a Cristo cada vez que participamos en la misa, pues según sus dogmas, en la eucaristía el pan (la hostia) y el vino se convierten mágicamente en la verdadera carne y sangre de Jesucristo. Esto es ridículo, y peor, sugerir que Cristo se convierte en una hostia cada vez que el sacerdote oficia la misa. Esto es blasfemia. Pero no nos desviemos del tema del epígrafe.
No sugerimos que Cristo se convierta en una hostia. Es al revés: sugerimos que la hostia se convierte en el cuerpo de Cristo. Sí, yo sé que es lenguaje duro y que nadie quiere escucharlo, y precisamente a causa de esta enseñanza fue que MUCHOS de los discípulos que seguían a Jesús y sus enseñanzas le dieron la espalda (Jn 6:59-66).

En otros pasajes bíblicos se dice que “quien no come la carne del Hijo del Hombre y no bebe su sangre no tiene vida eterna”. Los católicos creen literalmente que tienen que hacer esto para tener vida eterna, por mandamiento expreso del propio Jesús.

No es esto lo que significa. Jesús emplea lenguaje simbólico en sus enseñanzas, baste recordar las parábolas. Jesús en la última cena, estaba haciendo una representación simbólica de lo que pronto iba a hacer en la cruz del calvario:

Tomad; comed. Esto es mi cuerpo. Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio diciendo: --Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada para el perdón de pecados para muchos.

¡A eso se refería Nuestro Señor! No a tomar parte en un banquete canibalístico. Eso es absurdo. Jesús daba gracias a Dios siempre que comía, y en esa ocasión, estaba enseñando a los apóstoles a hacer lo mismo. Eso es exactamente lo que la palabra eucaristía significa: acción de gracias.
El asunto es que los judíos murmuraban entre sí, diciendo y pensando eso mismo que tú has expresado:

“¿Cómo puede éste darnos a comer carne?” (Jn 6:52)

Estos judíos entendieron correctamente el mensaje del Señor, pero se negaron a aceptarlo. El Señor no cambió ni corrigió su mensaje, sino insistió diciéndoles lo mismo:

“En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.” (Jn 6:53-54)

En numerosas partes de la Escritura leemos que somos salvos por creer en Jesucristo, no por comer algo, ni siquiera su cuerpo. Jesús dice que él es la puerta, la vid, la luz, la estrella resplandeciente de la mañana... ¿Es Jesús literalmente alguna de esas cosas? No. Es lenguaje literario usado en la Biblia.
Si decimos que somos salvos por creer en Jesucristo, debemos creer TODO lo que nos dice, incluyendo:

“En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.” (Jn 6:53-54)

Y cuando la Biblia dice “comer el libro”, como en Apocalipsis, o “comer la carne y beber la sangre de Cristo para vida eterna”, significa creer, aceptar.
¿En qué parte de la Biblia dice Cristo que comer su carne y beber su sangre significa sólo “creer y aceptar”?

No, Cristo no dijo eso sobre su carne y su sangre. Según la Biblia, cuando Cristo decía eso de comer su carne y beber su sangre, te daba dos cosas, un pedazo de pan y una copa de vino para que los consumieras, diciéndote: “Come, este es mi cuerpo… Bebe, esta es mi sangre.” Punto. Si de verdad le creías, se lo aceptabas. Si no le creías, le dabas la espalda y te largabas.

Juan 6:31 - 35

Nuestros padres comieron el Maná en el desierto, como Está escrito: Pan del cielo les dio a comer.

Por tanto Jesús les dijo: --De cierto, de cierto os digo que no os ha dado Moisés el pan del cielo, sino mi Padre os da el verdadero pan del cielo.

Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo.

Le dijeron: --Señor, danos siempre este pan.

Jesús les dijo: --Yo soy el pan de vida. El que a Mí viene nunca Tendrá hambre, y el que en Mí cree no Tendrá sed Jamás.



Juan 6:40 – 63 CRUCIAL para comprender

40 Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el Día final.

41 Entonces los Judíos murmuraban de él porque Había dicho: "Yo soy el pan que Descendió del cielo."

42 Y Decían: --¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: "He descendido del cielo"?

43 Jesús Respondió y les dijo: --No murmuréis Más entre vosotros.

44 Nadie puede venir a Mí, a menos que el Padre que me Envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el Día final.

45 Está escrito en los Profetas: Y Serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oye y aprende del Padre viene a Mí.

46 No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que proviene de Dios, éste ha visto al Padre.

47 De cierto, de cierto os digo: El que cree tiene vida eterna.

48 Yo soy el pan de vida.

49 Vuestros padres comieron el Maná en el desierto y murieron.

50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él no muera.

51 Yo soy el pan vivo que Descendió del cielo; si alguno come de este pan, Vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne.

52 Entonces los Judíos Contendían entre Sí, diciendo: --¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

53 Y Jesús les dijo: --De cierto, de cierto os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.

54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el Día final.

55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en Mí, y yo en él.

57 Así como me Envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, de la misma manera el que me come también Vivirá por Mí.

58 Este es el pan que Descendió del cielo. No como los padres que comieron y murieron, el que come de este pan Vivirá para siempre.

59 Estas cosas dijo en la sinagoga, cuando enseñaba en Capernaúm.

60 Entonces, al Oírlo, muchos de sus Discípulos dijeron: --Dura es esta palabra; ¿quién la puede Oír?

61 Sabiendo Jesús en Sí mismo que sus Discípulos murmuraban de esto, les dijo: --¿Esto os escandaliza?

62 ¿Y si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero?

63 El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida.


¿Han leído todo completo? ¿Pueden ver claramente el lenguaje simbólico que Jesús está usando? Él es el pan de vida, todo el que lo come tiene vida eterna. Piensen por un momento esto, si Jesús hablaba literalmente, entonces significa que debemos comerlo a él, y con eso, no tendremos hambre ni sed realmente jamás. Y si hemos comido la hostia muchas veces, la cual es su supuesta carne y sangre reales, ¿cómo es que aún hemos sentido sed y hambre? ¿y cómo es que aún morimos?
No murmures. Si el Señor no hablaba literalmente, ¿porque MUCHOS de sus propios discípulos entendieron perfectamente eso de comer su carne y beber su sangre, y aún así decidieron darle la espalda por considerar ese lenguaje duro de escuchar?

Si el Señor no hablaba literalmente, ¿porqué no recapacitó y lo explicó de otra manera para que MUCHOS no se ofendieran por lo que decía sobre comer su carne y beber su sangre? ¿Porqué no les explicó que sólo significaba “creer y aceptar”?

Más aún: No dice que tenemos que comerlo muchas veces, aunque eso quieran hacernos creer por el pasaje de la última cena, y sin embargo, la iglesia enseña que debemos ir a “comulgar con Cristo” en la misa cada vez que se pueda.
Pero en tu caso, no lo comerías ni una sola vez con fe verdadera porque no crees en semejante cosa, ¿verdad?

Así que qué importa si otros lo comen muchas veces. ¿Porqué? Porque “creemos y aceptamos” que cada vez que lo hacemos, estamos proclamando la muerte del Señor hasta que regrese.

“Fíjense bien: CADA VEZ que comen este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que venga.” (1 Cor 11:26)

Además, si la iglesia toma LITERALMENTE esta enseñanza:

“Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.” (Jn 6:55)

Entonces pregunto, ¿por qué en las misas no se da el vino a los comulgantes? Entonces, no lo están haciendo tal y como Cristo lo ordenó...

¿Es que Cristo, una vez que lo comemos, nos abandona y debemos ir a comerlo nuevamente?
Lo comemos nuevamente no porque Cristo nos abandone, sino porque somos nosotros quienes lo abandonamos.

Mucho menos en la Biblia se dice que esa eucaristía debe realizarla alguna persona en especial, como “manos consagradas”. Cualquiera puede dar gracias a Dios, y siempre recordar lo que Cristo ha hecho por nosotros.
Cualquiera puede dar gracias a Dios y recordar lo que Cristo ha hecho por nosotros. Sin embargo, eso no tiene nada que ver con la transformación del pan y vino en cuerpo y sangre del Señor ya que no cualquiera se puede “consagrar” a sí mismo.

Así termino mi comentario:

“Con una actitud de amor debemos decir que esta afirmación es totalmente sacrílega. Sugerir que el sacerdote que realiza un ritual religioso es parte de la tormentosa muerte que padeció Jesús, sólo puede calificarse de blasfemia.”
No, no es parte de la tormentosa muerte que padeció el Señor. Ya vimos en el numeral 1367 del catecismo, que en el sacrificio de la Eucaristía está contenida la víctima inmolada, aunque no de manera cruenta (tormentosa).

¿En quién confiaremos: En la Palabra de Dios... o en las tradiciones y enseñanzas de la iglesia católica?
Sólo hay dos maneras de entender y confiar en la Palabra de Dios: una correcta y otra incorrecta.
La Iglesia nos da la correcta. Nuestros criterios personales nos da la incorrecta.
 
Re: Misa Antibiblica

Apreciable Eddy González:<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>

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Te agradezco que hayas leído mi escrito, y te hayas tomado tiempo para comentarlo. Ahora comentaré pues, tus propios escritos.<o:p></o:p>

Lo cual, parafraseado, dice que el sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son un único sacrificio porque la víctima es una e idéntica. El sacrificio de Cristo fue cruento. En cambio, en el sacrificio de la Eucaristía está contenida la víctima inmolada, aunque no de manera cruenta.


Hebreos 9:26<o:p></o:p>

Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos, para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo.<o:p></o:p>

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Hebreos 10:10<o:p></o:p>

Es en esa voluntad que somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.<o:p></o:p>

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Hebreos 7:27<o:p></o:p>

...porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.<o:p></o:p>

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Repito parte de los primeros versos que cité: Jesucristo fue sacrificado una sola vez para siempre. No dice nunca en ninguna parte que ese sacrificio tenga que ser “renovado” ni repetido de “manera no cruenta”, absolutamente.<o:p></o:p>

No es falso porque Cristo, cuando da a sus discípulos el pan y el vino, su carne y su sangre, dice claramente palabras similares a estas:

“Tomad y comed: esto es mi cuerpo que es entregado por vosotros” (no cruento)
“Bebed todos de ella: esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados.” (no cruento)

Lo cual es reiterado más adelante por el apóstol Pablo en 1 Corintios.


<o:p></o:p>
No específicas qué versículos, pero debes referirte a 1 Corintios 11:23, 24 y 25 seguramente. Si no, házmelo saber. Mas quiero recomendarte una cosa, que leas completo todo el capítulo 8, 10 y 11 de 1 de Corintios para comprender de qué está hablando Pablo. Pero de todos modos voy a copiar algunos versículos aquí mismo.<o:p></o:p>

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1 Corintios 8<o:p></o:p>

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4 Por eso, acerca de la comida de los sacrificios a los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo y que no hay sino un solo Dios.<o:p></o:p>
8 Pero no es la comida lo que nos recomienda a Dios; pues ni somos menos si no comemos, ni somos más si comemos.<o:p></o:p>
10 Porque si alguien te ve a ti que tienes conocimiento, sentado a la mesa en el lugar de los ídolos, ¿no es cierto que la conciencia del que es débil será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos?<o:p></o:p>
13 Por lo cual, si la comida es para mi hermano ocasión de caer, yo jamás comeré carne, para no poner tropiezo a mi hermano.<o:p></o:p>

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Está hablando literalmente de comida. Comida sacrificada a ídolos.<o:p></o:p>

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1 Corintios 10<o:p></o:p>

3 Todos comieron la misma comida espiritual. <o:p></o:p>
4 Todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo.<o:p></o:p>
7 No seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó para divertirse.<o:p></o:p>
16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la Comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la Comunión del cuerpo de Cristo? <o:p></o:p>
17 Puesto que el pan es uno solo, nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo; pues todos participamos de un solo pan.<o:p></o:p>

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El sentido figurado o espiritual de estos versículos es claro, excepto el verso 7.<o:p></o:p>

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27 Si Algún no creyente os invita, y queréis ir, comed de todo lo que se os ponga delante, sin preguntar nada por motivo de conciencia. <o:p></o:p>
28 Pero si alguien os dice: "Esto ha sido sacrificado en un templo", no lo Comáis, por causa de aquel que lo Declaró y por motivo de conciencia.<o:p></o:p>
29 Pero no me refiero a la conciencia tuya, sino a la del otro. Pues, ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia de otro? <o:p></o:p>
30 Si yo participo con Acción de gracias, ¿por qué he de ser calumniado por causa de aquello por lo cual doy gracias? <o:p></o:p>
31 Por tanto, ya sea que Comáis o Bebáis, o que Hagáis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.<o:p></o:p>

<o:p></o:p>
Coman o beban, háganlo todo para la gloria de Dios, con acción de gracias. Eso es lo que significa la palabra griega Eucaristía. Y es lo que siempre hacía Jesús cuando comía:<o:p></o:p>

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Mateo 15:36<o:p></o:p>

Tomó los siete panes y los pescaditos, y habiendo dado gracias los partió e iba dando a los discípulos, y los discípulos a las multitudes.<o:p></o:p>

Mateo 26:27<o:p></o:p>

Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio diciendo: --Bebed de ella todos...<o:p></o:p>

Y nada de esto tiene que ver absolutamente nada con el hecho de repetirse el sacrificio de alguna manera. Menos que la comida y bebida se conviertan en la sangre y carne literales de Jesús.<o:p></o:p>

Sigamos ahora con 1 Corintios capítulo 11: (Mucho mejor si lo leemos todo completo)<o:p></o:p>

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20 Porque cuando os Reunís en uno, eso no es para comer la cena del Señor, <o:p></o:p>
21 pues cada cual se adelanta a comer su propia cena; y mientras uno tiene hambre, otro se halla embriagado. <o:p></o:p>
22 ¿Acaso no tenéis casas en donde comer y beber? ¿O Menospreciáis la iglesia de Dios y Avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? ¡En esto no os alabo! <o:p></o:p>
23 Porque yo Recibí del Señor la enseñanza que también os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, Tomó pan; <o:p></o:p>
24 y habiendo dado gracias, lo Partió y dijo: "Tomad, comed. Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido. Haced esto en memoria de Mí." <o:p></o:p>
25 Asimismo, Tomó también la copa después de haber cenado, y dijo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Haced esto todas las veces que la bebáis en memoria de Mí." <o:p></o:p>
26 Todas las veces que Comáis este pan y Bebáis esta copa, Anunciáis la muerte del Señor, hasta que él venga.<o:p></o:p>
29 Porque el que come y bebe, no discerniendo el cuerpo, juicio come y bebe para sí. <o:p></o:p>

30 Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y debilitados, y muchos duermen.<o:p></o:p>

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33 Así que, hermanos Míos, cuando os Reunáis para comer, esperaos unos a otros. <o:p></o:p>
34 Si alguien tiene hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando llegue.<o:p></o:p>

Pablo está reprendiendo a unos creyentes porque cuando se reúnen para comer lo hacen desordenadamente, no dando gracias a Dios (la eucaristía), ni haciéndolo en memoria de Cristo, como el mismo Cristo lo había enseñado. Nada de que sea la repetición del sacrificio de Cristo pero de una manera incruenta. Nada de que la comida se convierta realmente en la carne y sangre de Jesucristo. Como podemos ver, no hay absolutamente nada de eso aquí.<o:p></o:p>

Estos judíos entendieron correctamente el mensaje del Señor, pero se negaron a aceptarlo. El Señor no cambió ni corrigió su mensaje, sino insistió diciéndoles lo mismo:

“En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.” (Jn 6:53-54)


Muy al contrario. Esos judíos no entendieron lo que Jesús les decía.<o:p></o:p>

No, Cristo no dijo eso sobre su carne y su sangre. Según la Biblia, cuando Cristo decía eso de comer su carne y beber su sangre, te daba dos cosas, un pedazo de pan y una copa de vino para que los consumieras, diciéndote: “Come, este es mi cuerpo… Bebe, esta es mi sangre.” Punto. Si de verdad le creías, se lo aceptabas. Si no le creías, le dabas la espalda y te largabas.


Quizá no entiendo bien esto. Parece que dices que Cristo ofrecía una copa y un pedazo de pan y decía esa frase, y que quien no lo quería se largaba. ¿Puedes citarme un versículo de la Biblia que diga tal cosa? Porque en el texto de Juan 6 que cité cuando Jesús les habla a los judíos, no les ofrece ninguna copa ni pan literales para que comieran.<o:p></o:p>

Juan 6:35<o:p></o:p>

Jesús les dijo: --Yo soy el pan de vida. El que a Mí viene nunca tendrá hambre, y el que en Mí cree no tendrá sed jamás.<o:p></o:p>

Juan 6:63<o:p></o:p>

El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida.<o:p></o:p>

En la última cena, Jesús y los apóstoles beben vino y comen pan, previa acción de gracias de parte de Jesús. Eso les enseña, y les dice que cada vez que coman y beban lo hagan en memoria de él. No era el vino de la copa ni el pan la sangre y carne reales de Jesús.<o:p></o:p>

“Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada para el perdón de pecados para muchos.”<o:p></o:p>

¿Era ese vino su sangre real? NO, ni el pan ni el vino lo eran. Esto es un simbolismo de lo que Jesús iba a hacer en la cruz. Entregar su cuerpo y derramar su sangre. Tampoco nada hay que diga que después ese pan y vino se convertirá o se “transubstanciará” en carne y sangre reales.<o:p></o:p>

Si el Señor no hablaba literalmente, ¿porqué no recapacitó y lo explicó de otra manera para que MUCHOS no se ofendieran por lo que decía sobre comer su carne y beber su sangre? ¿Porqué no les explicó que sólo significaba “creer y aceptar”?


Mateo 15<o:p></o:p>

12 Entonces se acercaron los Discípulos y le dijeron: --¿Sabes que los fariseos se ofendieron al Oír esas palabras? <o:p></o:p>
13 Pero él Respondió y dijo: --Toda planta que no Plantó mi Padre celestial Será desarraigada. <o:p></o:p>
14 Dejadlos. Son ciegos Guías de ciegos. Pero si el ciego Guía al ciego, ambos Caerán en el hoyo.<o:p></o:p>

Pues no me preguntes a mi, pregúntaselo a él mismo.<o:p></o:p>

Cualquiera puede dar gracias a Dios y recordar lo que Cristo ha hecho por nosotros. Sin embargo, eso no tiene nada que ver con la transformación del pan y vino en cuerpo y sangre del Señor ya que no cualquiera se puede “consagrar” a sí mismo.


Completamente de acuerdo, nada tiene que ver. Mas no comprendí lo que quieres decir con consagrarse a sí mismo.<o:p></o:p>

Nuevamente hago la pregunta, esperando respuesta bíblica:<o:p></o:p>

<o:p></o:p>
¿Por qué no se da el vino a los comulgantes en la misa? Entonces no lo están haciendo, según su interpretación literal, tal y como Jesús lo estableció.<o:p></o:p>

<o:p></o:p>
Hay que leer los textos completos, y no simplemente tomar unos pocos versos porque podemos caer en un gran error.<o:p></o:p>

Espero que esto pueda ayudar a comprender mejor...<o:p></o:p>

<o:p></o:p>
Mateo 16: 7, 8, 9, 10, 11 y 12<o:p></o:p>

<o:p></o:p>
Ellos discutían entre sí, diciendo: --Es porque no trajimos pan. <o:p></o:p>
Pero como Jesús lo entendió, les dijo: --¿Por qué discutís entre vosotros que no tenéis pan, hombres de poca fe? <o:p></o:p>
¿Todavía no entendéis, ni os acordáis de los cinco panes para los cinco mil hombres, y cuántas canastas recogisteis? <o:p></o:p>
¿Ni tampoco de los siete panes para los cuatro mil y cuántas cestas recogisteis?<o:p></o:p>
¿Cómo es que no entendéis que no os hablé del pan? ¡Pero guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos! <o:p></o:p>
Entonces entendieron que no les habló de guardarse de la levadura del pan, sino más bien de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.
 
Re: Misa Antibiblica

Pont-Max dijo:
Hebreos 9:26

Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos, para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo.

Hebreos 10:10

Es en esa voluntad que somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

Hebreos 7:27

...porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

Repito parte de los primeros versos que cité: Jesucristo fue sacrificado una sola vez para siempre. No dice nunca en ninguna parte que ese sacrificio tenga que ser “renovado” ni repetido de “manera no cruenta”, absolutamente.
Si estás hablando del sacrificio cruento de Jesucristo en la cruz, tienes razón, esos versos lo verifican. Su cruento sacrificio en la cruz es único en la historia de la humanidad y no puede ser repetido.

Sin embargo, estamos hablando del sacrificio no cruento de la Eucaristía, y para este tema esos versos no son adecuados. Los versos más adecuados para hablar sobre el tema de la Eucaristía vendrían siendo Juan 6:48-69, Mateo 26:17-29, Marcos 14:22-25, Lucas 22:14-20, 1 Corintios 11:23-34.
Pont-Max dijo:
No específicas qué versículos, pero debes referirte a 1 Corintios 11:23, 24 y 25 seguramente. Si no, házmelo saber. Mas quiero recomendarte una cosa, que leas completo todo el capítulo 8, 10 y 11 de 1 de Corintios para comprender de qué está hablando Pablo. Pero de todos modos voy a copiar algunos versículos aquí mismo.
En 1 Corintios 8, Pablo no habla del cuerpo y sangre de Cristo;
En 1 Corintio 10, Pablo dice que en tiempos de Moisés el pueblo comía de un alimento espiritual y bebía de una bebida espiritual. Esa bebida espiritual brotaba de una roca espiritual, y esa roca era Cristo (3-4). Luego, Pablo nos dice que la copa de bendición que bendecimos y el pan que partimos es señal inequívoca de nuestra comunión con la sangre y con el cuerpo de Cristo (16-17). De una manera paulatina, Pablo nos va introduciendo al tema central del cuerpo y la sangre de Cristo que culmina en 1 Corintios 11:23-30.

Pont-Max dijo:
Mateo 15:36

Tomó los siete panes y los pescaditos, y habiendo dado gracias los partió e iba dando a los discípulos, y los discípulos a las multitudes.

Verso que no tiene conexión directa con el tema que tenemos. Sin embargo, la multiplicación de los siete panes y los pescaditos es un milagro más que el Señor realizó.

Mateo 26:27

Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio diciendo: --Bebed de ella todos...

Y nada de esto tiene que ver absolutamente nada con el hecho de repetirse el sacrificio de alguna manera. Menos que la comida y bebida se conviertan en la sangre y carne literales de Jesús.
¿Dijiste “absolutamente nada”? Fíjate como el elemento del sacrificio está presente cuando se bebe de ese vino:
“Beban todos de ella: esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de los pecados.” (Mt 26:27-28)
¿Acaso no dice el Señor que beban su sangre derramada en el preciso instante en que presenta la copa? El derramamiento de la sangre del Señor es su sacrificio.

Pont-Max dijo:
Sigamos ahora con 1 Corintios capítulo 11: (Mucho mejor si lo leemos todo completo)

20 Porque cuando os Reunís en uno, eso no es para comer la cena del Señor,
21 pues cada cual se adelanta a comer su propia cena; y mientras uno tiene hambre, otro se halla embriagado.
22 ¿Acaso no tenéis casas en donde comer y beber? ¿O Menospreciáis la iglesia de Dios y Avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? ¡En esto no os alabo!
23 Porque yo Recibí del Señor la enseñanza que también os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, Tomó pan;
24 y habiendo dado gracias, lo Partió y dijo: "Tomad, comed. Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido. Haced esto en memoria de Mí."
(Verso 24) Veo que no das importancia a las palabras “…comed. Esto es mi cuerpo” cuando da el pan para ser comido. La secuencia de gestos usada por el Señor es repetida por Pablo: tomó pan, dio gracias, lo partió y lo dio con el conocimiento de que se trata del cuerpo del Señor. “Haced esto en memoria mía” nos garantiza la repetición del acto hasta que el Señor regrese.

Pont-Max dijo:
25 Asimismo, Tomó también la copa después de haber cenado, y dijo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Haced esto todas las veces que la bebáis en memoria de Mí."
26 Todas las veces que Comáis este pan y Bebáis esta copa, Anunciáis la muerte del Señor, hasta que él venga.
29 Porque el que come y bebe, no discerniendo el cuerpo, juicio come y bebe para sí.

30 Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y debilitados, y muchos duermen.


33 Así que, hermanos Míos, cuando os Reunáis para comer, esperaos unos a otros.
34 Si alguien tiene hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio.
Las demás cosas las pondré en orden cuando llegue.

Pablo está reprendiendo a unos creyentes porque cuando se reúnen para comer lo hacen desordenadamente, no dando gracias a Dios (la eucaristía), ni haciéndolo en memoria de Cristo, como el mismo Cristo lo había enseñado. Nada de que sea la repetición del sacrificio de Cristo pero de una manera incruenta.
El sacrificio cruento de Cristo no puede repetirse, eso ya quedó claro.

Sin embargo, la repetición del acto llamado Eucaristía está garantizado en las palabras “Haced esto en memoría mía” y esa repetición incluye: tomar el pan (y la copa), dar gracias, partir, y dar para que sean consumidos con el discernimiento de que se trata del cuerpo y la sangre de Cristo, proclamando así su muerte hasta que regrese.

Pont-Max dijo:
Nada de que la comida se convierta realmente en la carne y sangre de Jesucristo. Como podemos ver, no hay absolutamente nada de eso aquí.
¿Dijiste “nada”?

(Verso 24) dice refiriéndose al pan: “Comed… esto es mi cuerpo.”

(Verso 27) dice: “…el que come el pan o bebe la copa del Señor indignamente peca contra el cuerpo y la sangre del Señor.”

(Verso 29) dice: “El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo.”
Pont-Max dijo:
Muy al contrario. Esos judíos no entendieron lo que Jesús les decía.
Sí le entendieron, pero no se lo aceptaron. Veamos.

Los judíos murmuraban incrédulamente entre sí:

“¿Cómo puede éste darnos a comer carne?” (Jn 6:52)
Con esto vemos que ellos entendían que el Señor les hablaba literalmente de carne. El Señor no cambió su mensaje para aclararles que solamente les hablaba de “creer y aceptar.”

Otra murmuración de incredulidad:

“¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?” (Jn 6:60)
Nuevamente vemos que el Señor ante esa señal de incredulidad no cambió su mensaje para aclararles que les estaba hablando solamente de “creer y aceptar.”

Finalmente, muchos se marchan a causa de esa enseñanza.

“A partir de entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y dejaron de seguirle.” (Jn 6:66)
Una vez más el Señor no intentó detenerlos cambiando su mensaje para aclararles que les estaba hablando solamente de “creer y aceptar.” Incluso, muy desafiante le preguntó a los Doce si ellos también querían marcharse con aquellos.

Pont-Max dijo:
Quizá no entiendo bien esto. Parece que dices que Cristo ofrecía una copa y un pedazo de pan y decía esa frase, y que quien no lo quería se largaba. ¿Puedes citarme un versículo de la Biblia que diga tal cosa? Porque en el texto de Juan 6 que cité cuando Jesús les habla a los judíos, no les ofrece ninguna copa ni pan literales para que comieran.
Lo que quise decir es que, a partir de la Última Cena en adelante, cuando Jesús decía: “Comed, esto es mi cuerpo… Bebed, esto es mi sangre” él daba un pedazo de pan y una copa de vino para ser consumidos.

En el texto de Juan 6 que citaste, ciertamente no les ofrece ninguna copa ni pan literales, pero de manera paulatina e inequívoca les ofrece su carne y su sangre como alimentos verdaderos para tener vida eterna, y aún así se marcharon ofendidos por esa enseñanza.

Pont-Max dijo:
Juan 6:63

El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida.
Fíjate que no dice: “MI CARNE no aprovecha para nada.” Ya sabemos que no está hablando de su carne porque anteriormente ya nos había dicho de manera inequívoca:

“El que come MI CARNE y bebe MI SANGRE vive de vida eterna…” (Jn 6:54)

“MI CARNE es verdadera comida y MI SANGRE es verdadera bebida.” (Jn 6:55)
Aunque sus palabras son Espíritu y vida, MUCHOS de sus discípulos no le creyeron que SU CARNE era verdadera comida y al comerla vivirían de vida eterna, y por no creer eso se marcharon.

Pont-Max dijo:
En la última cena, Jesús y los apóstoles beben vino y comen pan, previa acción de gracias de parte de Jesús. Eso les enseña, y les dice que cada vez que coman y beban lo hagan en memoria de él. No era el vino de la copa ni el pan la sangre y carne reales de Jesús.

“Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada para el perdón de pecados para muchos.”

¿Era ese vino su sangre real? NO, ni el pan ni el vino lo eran. Esto es un simbolismo de lo que Jesús iba a hacer en la cruz. Entregar su cuerpo y derramar su sangre. Tampoco nada hay que diga que después ese pan y vino se convertirá o se “transubstanciará” en carne y sangre reales.
En los Evangelios, Jesús nunca dijo que eso fuera un simbolismo. Lo mismo Pablo, tampoco explicó en su 1 Corintios 11 que se tratara de tan sólo un simbolismo. Ambos tuvieron sobradas oportunidades para explicar ese supuesto simbolismo, especialmente cuando muchos dudaban de sus enseñanzas y se marcharon. Jesús habló a sus discípulos de comer su carne, y muchos se marcharon por eso, y más adelante lo reiteró de manera inequívoca cuando presentó el pan diciendo: “Comed… Esto es mi cuerpo”
Pont-Max dijo:
Mateo 15

12 Entonces se acercaron los Discípulos y le dijeron: --¿Sabes que los fariseos se ofendieron al Oír esas palabras?
13 Pero él Respondió y dijo: --Toda planta que no Plantó mi Padre celestial Será desarraigada.
14 Dejadlos. Son ciegos Guías de ciegos. Pero si el ciego Guía al ciego, ambos Caerán en el hoyo.

Pues no me preguntes a mi, pregúntaselo a él mismo.
Por supuesto. El Señor nunca cambió un ápice de su enseñanza. Aquellos que “creyeron y aceptaron” su enseñanza de comer su carne y beber su sangre tal como él la presentó, permanecieron. Aquellos que no “creyeron y aceptaron” se marcharon.
Pont-Max dijo:
Nuevamente hago la pregunta, esperando respuesta bíblica:

¿Por qué no se da el vino a los comulgantes en la misa? Entonces no lo están haciendo, según su interpretación literal, tal y como Jesús lo estableció.
¿Cómo que no? Como comulgante yo recibo tanto el pan como el vino consagrados, cuerpo y sangre del Señor, invariablemente.

Pont-Max dijo:
Hay que leer los textos completos, y no simplemente tomar unos pocos versos porque podemos caer en un gran error.

Espero que esto pueda ayudar a comprender mejor...

Mateo 16: 7, 8, 9, 10, 11 y 12

Ellos discutían entre sí, diciendo: --Es porque no trajimos pan.
Pero como Jesús lo entendió, les dijo: --¿Por qué discutís entre vosotros que no tenéis pan, hombres de poca fe?
¿Todavía no entendéis, ni os acordáis de los cinco panes para los cinco mil hombres, y cuántas canastas recogisteis?
¿Ni tampoco de los siete panes para los cuatro mil y cuántas cestas recogisteis?
¿Cómo es que no entendéis que no os hablé del pan? ¡Pero guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos!
Entonces entendieron que no les habló de guardarse de la levadura del pan, sino más bien de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.
El hecho de que leas los textos completos no te garantiza que tendrás la interpretación correcta, especialmente cuando usas tus criterios personales. Históricamente, así es como surgieron grupos con creencias heréticas. En situaciones en las que, por ejemplo, yo digo individualmente que “sí” y tú dices individualmente que “no” y no hay manera de ponernos de acuerdo, es cuando necesitamos de una autoridad que nos garantice la interpretación correcta. Desde tiempos apostólicos, la autoridad de la Iglesia siempre nos ha dado la garantía de una interpretación correcta.
 
Re: Misa Antibiblica

Elessar dijo:
¿Sabes lo que significa transubstanciación?

¿Que, que, significa?
¿Por que no nos lo cuentas? Pero con una condición. Despues del cup&paste le añades el cut&paste-lito de sus orígenes.
¡¡¡Lo que vamos a disfrutar!!!
 
Re: Misa Antibiblica

¿Siempre respondes a preguntas con otras preguntas?
 
Re: Misa Antibiblica

Alo, nuevamente.
Les copio y pego parte de un post original de Jetonius, en el cual habla del tema en cuestión.
Considero que es excelente, basado en la Escritura. Si alguien quiere refutarlo usando argumentos bíblicos claros, y no meras opiniones, que lo haga.

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Juan 6: 28-65

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Si bien la interpretación romanista de <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:smarttags" /><st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName> se basa en gran medida en Juan 6, en su contexto este pasaje no está directamente relacionado con ella. De hecho, es notable que el Evangelio de Juan sea el único que omite las palabras de institución de <st1:personName ProductID="la Eucaristía. Juan" w:st="on">la Eucaristía.
Juan</st1:personName> 6: 28-29 Entonces le dijeron [los judíos]: --¿Qué haremos para realizar las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: --Esta es la obra de Dios: que Creáis en aquel que él ha enviado.

<o:p></o:p>


* Aquí Jesús afirma claramente que Dios no está exigiendo obras como condición para recibir la salvación, excepto la “obra” de creer en Jesucristo, quien fue enviado por el Padre. Esta fe lleva a la salvación y a la vida eterna.

<o:p></o:p>


30-31 Entonces le dijeron: --¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces? Nuestros padres comieron [efagon] el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer [faguein].

<o:p></o:p>


* Para poder creer, los judíos exigían un signo o milagro; como, por ejemplo, el milagro del maná que sus ancestros habían recibido en el desierto. Este fue su primer error. Nótese cuidadosamente que fueron los interlocutores de Jesús quienes trajeron al debate el tema del alimento milagroso. La respuesta de Jesús debe interpretarse a la luz de este desafío.

<o:p></o:p>


32-33 Por tanto Jesús les dijo: --De cierto, de cierto os digo que no os ha dado Moisés el pan del cielo, sino mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo.

<o:p></o:p>


.* “Por tanto” indica la reacción de Jesús ante la exigencia de sus oyentes. Ahora el Señor emplea las propias palabras de ellos para enseñarles con autoridad. Comienza afirmando que el descenso del maná no fue obra de Moisés sino de Dios mismo y acto seguido establece que el verdadero pan que desciende del cielo no es el maná, sino una Persona enviada por el Padre para que el mundo pudiese tener vida a través de ella. El maná que sostuvo al pueblo peregrino y hambriento de Israel y permitió su supervivencia física no fue sino una sombra o tipo del verdadero alimento celestial, es decir Cristo, por medio de quien tenemos vida eterna.

<o:p></o:p>


34-36 Le dijeron: --Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: --Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed Jamás. Pero os he dicho que me habéis visto, y no creéis.
.
* A pesar de la declaración de Jesús, sus oyentes continúan pensando acerca de comestibles, como una especie de “supermaná.” Por tanto, ahora el Señor se torna más explícito: los judíos no han de esperar simplemente un mejor maná, sino la definitiva salvación de Dios, la cual no se encuentra sino en Cristo. No se trata, como enseña la doctrina de la transubstanciación, que el pan se convierta en Cristo, sino de que El es como un pan que da vida eterna. La única forma de comer este pan es creer en Jesús, quien por disposición del Padre es Señor y Salvador. Jesús es capaz de llevar a la vida eterna a todo el que cree.

<o:p></o:p>


37-40 Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene, jamás lo echaré fuera. Porque yo he descendido del cielo, no para hacer la voluntad mía, sino la voluntad del que me envió. Y ésta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el día final. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final.
.
* Quien descendió del cielo no es otro que Jesús, y por tanto Él es la comida y la bebida de la salvación. Pero como ocurre a menudo en los Evangelios, y particularmente en este de Juan, aquellos que hablan con Jesús no entienden lo que les está diciendo.

<o:p></o:p>


41- 42 Entonces los Judíos murmuraban de él porque Había dicho: "Yo soy el pan que descendió del cielo." Y Decían: --¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: "He descendido del cielo"?

<o:p></o:p>


* La segunda cosa que los interlocutores de Jesús cuestionan es el origen celestial del Señor. Ellos objetan que lo conocen a él y su familia. Jesús parecía ser uno más de ellos.¿Cómo podrían creer que este hombre había sido enviado directamente por Dios?

43-47 Jesús respondió y les dijo: --No murmuréis más entre vosotros. Nadie puede venir a Mí, a menos que el Padre que me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final. Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oye y aprende del Padre viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que proviene de Dios, éste ha visto al Padre. De cierto, de cierto os digo: El que cree tiene vida eterna.

<o:p></o:p>


*Aquí Jesús reafirma su autoridad en términos inequívocos. Solamente por medio de El pueden sus oyentes tener vida eterna. El Señor fundamenta su enseñanza con una cita bíblica (ver Isaías 54: 1-3). A continuación, Jesús retoma y elabora lo que les había dicho antes.
Como se ha argumentado que Jesús hablaba de comerlo literalmente (en <st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName>) sobre la base de que Juan empleó el verbo trögö en lugar del verbo más común esthiö o éfagon , he indicado entre corchetes el verbo empleado en cada referencia a “comer”. El primer verbo (esthion) aparece ocho veces en este pasaje, y el segundo (trögö) cuatro veces. Las cuatro veces que aparece trögö figura con la misma construcción, “ho trögös”, o “el que comiere”. Pero asimismo en cuatro ocasiones (versículos 50, 51 y 53 [dos veces] ) , esthion/éfagon se refiere a comer “la carne del Hijo del hombre.” En consecuencia, ya que ambas expresiones se emplean obviamente como sinónimos, no puede construirse un argumento sobre el empleo de “trögö.”

<o:p></o:p>


48-51 Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron [efagon] el Maná en el desierto y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma [fagëi] de él no muera.Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come [fagëi] de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne.

* La comparación es directa. Aquellos que, guiados por Moisés, comieron el maná del cielo, de todos modos murieron. En cambio, Jesús ofrece ahora nada menos que vida eterna, y tal vida perdurable solamente puede obtenerse por medio de él. Por esta razón, el maná era un tipo o prefiguración de la realidad que se encuentra solamente en Cristo. Por esta razón él se describe a sí mismo como el pan definitivo, un pan que será dado para la salvación del mundo, como luego dirá el Apóstol, “muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.” Sus oyentes se muestran cada vez más confundidos, por la sencilla razón de que ellos están pensando en que Él habla de comer literalmente la carne de Jesucristo. Su error fue precisamente desconocer el paralelo que Jesús trazaba.

<o:p></o:p>


52 – 59 Entonces los judíos contendían entre Sí, diciendo: --¿Cómo puede éste darnos a comer [fagein] su carne? Y Jesús les dijo: --De cierto, de cierto os digo que si no coméis [fagëte] la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come [trögön] mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come [trögön] mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él.Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, de la misma manera el que me come [trögön] también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo. No como los padres que comieron [efagon] y murieron, el que come [trögön] de este pan vivirá para siempre. Estas cosas dijo en la sinagoga, cuando enseñaba en Capernaúm.

<o:p></o:p>


* En lugar de darles más explicaciones, Jesús insiste en lo que ha dicho: El es el pan de vida. Para quienes anhelan vida eterna, su carne es la única verdadera comida y sangre es la única verdadera bebida.

<o:p></o:p>


60 – 63 Entonces, al oírlo, muchos de sus discípulos dijeron: --Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en Sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: --¿Esto os escandaliza? ¿Y si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero? El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida.

<o:p></o:p>


*Muchos de los oyeron a Jesús, incluidos algunos de sus discípulos, se ofendieron por lo que ellos pensaron que era una enseñanza escandalosa. En lugar de suavizar sus palabras, el Señor plantea otro desafío más: si ellos hallaban esto tan duro que por esa razón rechazaban la oferta de salvación, ¿cuánto más duro habría de ser cuando vieran a Jesús en gloria y se dieran cuenta de lo que habían perdido a causa de la dureza de sus corazones?
La clave para entender rectamente las las palabras de Jesús ha de hallarse en su declaración sobre el valor del Espíritu y de la carne, y el hecho de que sus palabras son Espíritu y vida. El énfasis está puesto en la necesidad de creer a Jesús y aceptar su salvación.

<o:p></o:p>


64-65 Pero hay entre vosotros algunos que no creen. Pues desde el principio Jesús Sabía quiénes eran los que no creían y quién le Había de entregar, y Decía: --Por esta razón os he dicho que nadie puede venir a Mí, a menos que le haya sido concedido por el Padre.

*De nuevo, el tema central del discurso es la necesidad de creer en Jesús, una actitud del corazón de la cual “comer su carne y beber su sangre” no es sino una imagen. Se yerra gravemente si se confunde la imagen con la realidad espiritual que representa.
<o:p></o:p>


La teología católica romana emplea este pasaje como una de sus evidencias más firmes de su doctrina de la transubstanciación, es decir, que en virtud de las palabras de consagración de un sacerdote, el pan y el vino se convierten, sin variar en su apariencia, en la carne y la sangre (y Trento agrega “alma y divinidad”, sin justificativo bíblico alguno) de nuestro Señor. Con esto ponen <st1:personName ProductID="la Escritura" w:st="on">la Escritura</st1:personName> patas para arriba, pues lo que el Señor estaba enseñando no era que el pan y el vino eucarísticos fuesen a convertirse en El, sino que El era como un pan y un vino que llevan a la vida eterna, a diferencia del maná que no tenía tal poder.

<o:p></o:p>


Debiera subrayarse enfáticamente en que lo que entendieron los oyentes de Jesús a partir de las palabras de él es por completo irrelevante, ya que ellos obviamente mainterpretaron su enseñanza:
1. Ellos equivocadamente exigieron una señal como el maná del desierto.
2. Ellos equivocadamente rechazaron que Jesús viniese del cielo.
3. Ellos equivocadamente pasaron por alto la exigencia de Jesús de creer en él para alcanzar la vida eterna.
4. Ellos malentendieron la descripción que Jesús hizo de sí mismo como el definitivo pan de Dios, pensando erróneamente que se refería a un acto de canibalismo

<o:p></o:p>


Colin Brown ha observado acerca de este texto:
“Se supone comúnmente que Juan 6 se trata acerca de <st1:personName ProductID="la Cena" w:st="on">la Cena</st1:personName> del Señor, aunque no hay indicio en el texto mismo de ninguna forma de comida, ya sea litúrgica u otra. A pesar de ello, se lo llama reiteradamente un discurso eucarístico, aunque no hay referencia a <st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName> o a la última Cena. Hay, sin embargo, al menos un [caso] prima facie para decir lo inverso. Juan 6 no se trata acerca de <st1:personName ProductID="la Cena" w:st="on">la Cena</st1:personName> del Señor; más bien, <st1:personName ProductID="la Cena" w:st="on">la Cena</st1:personName> del Señor se trata de lo que se describe en Juan 6. Tiene que ver con aquel comer y beber que consiste en creer en Cristo (6:35), lo cual es vida eterna (6: 54), y que es descrito en otras palabras como permanecer en él (6:56). El discurso de Juan 6 representa estas actividades como centrales para la fe y para la relación de los hombres con Jesús. Ellas o están confinadas a una comida sacramental. Pertenecen a la esencia misma de las relaciones cotidianas. Al presentar este discurso y omitir una narración de la institución de <st1:personName ProductID="la Cena" w:st="on">la Cena</st1:personName> del Señor, Juan está en efecto diciendo que el todo de la vida cristiana debiera caracterizarse por este alimentarse de Cristo, y que de esto se trata precisamente la comida sacramental de la Iglesia.”
(s.v. “Lord’s Supper.” Colin Brown, Ed. New International Dictionary of New Testament Theology. <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">Grand Rapids</st1:place></st1:City>: Zondervan, 1976, 2:535).
En resumen, muchos rechazaron a Jesús porque no podían entender lo que él les estaba diciendo. Esta notoria incomprensión nunca puede ser una base adecuada para la doctrina cristiana. Muchos tampoco le entendieron cuando dijo que era <st1:personName ProductID="la Vid" w:st="on">la Vid</st1:personName>, <st1:personName ProductID="la Puerta" w:st="on">la Puerta</st1:personName>, que su cuerpo era el Templo, etc.

<o:p></o:p>


El texto en consideración no se refiere directamente a <st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName>, cuya institución, como antes noté, se omite en el Evangelio de Juan. El contexto no es eucarístico, sino soteriológico. Se trata acerca de quién es Jesús y lo que Dios nos ofrece por intermedio de él. La imagen de la comida y la bebida verdaderas fue presentada en respuesta a la exigencia de los oyentes de Jesús de un milagro como el del antiguo maná.
Mientras que la teología romana enseña que el pan se torna Jesús, nuestro amado Señor enseñó que él era un pan de vida. Y hay una gran diferencia entre ambas concepciones.
Que Dios les bendiga a todos,
su hermano Jetonius

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Concilio de Trento
Sesión XIII del 11 de octubre de 1551
Primeramente enseña el santo Concilio, y abierta y sencillamente confiesa, que en el augusto sacramento de <st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName>, después de la consagración del pan y del vino, se contiene verdadera, real y sustancialmente [Can. 1] nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y hombre, bajo la apariencia de aquellas cosas sensibles... (Denzinger 874)

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Cristo Redentor nuestro dijo ser verdaderamente su cuerpo lo que ofrecía bajo la apariencia del pan [Mt. 26,26ss; Mc. 14, 22ss; Lc. 22, 19s; 1 Cor. 11, 24ss]; de ahí que <st1:personName ProductID="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1:personName> de Dios tuvo siempre la persuasión y ahora nuevamente lo declara en este santo Concilio, que por la consagración del pan y del vino se realizan la conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo Señor nuestro, y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su sangre. La cual conversión, propia y convenientemente, fue llamada transustanciación por la santa Iglesia Católica [Can. 2] (Denzinger 877).

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No queda, pues, ningún lugar a duda de que, conforme a la costumbre recibida de siempre en <st1:personName ProductID="la Iglesia Católica" w:st="on">la Iglesia Católica</st1:personName>, todos los fieles de Cristo en su veneración a este santísimo sacramento deben tributarle aquel culto de latría que se debe al verdadero Dios [Can. 6]. .. (Denzinger 878)

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Cánones sobre el santísimo sacramento de <st1:personName ProductID="la Eucaristía Can." w:st="on">la Eucaristía
Can.</st1:personName> 1. Si alguno negare que en el santísimo sacramento de <st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName> se contiene verdadera, real y sustancialmente el cuerpo y la sangre, juntamente con el alma y la divinidad, de nuestro Señor Jesucristo y, por ende, Cristo entero; sino que dijere que sólo está en él como en señal y figura o por su eficacia, sea anatema. (Denzinger 883)

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Can. 2. Si alguno dijere que en el sacrosanto sacramento de <st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName> permanece la sustancia de pan y de vino juntamente con el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo ... sea anatema. (Denzinger 884)

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Can. 4. Si alguno dijere que, acabada la consagración, no está el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo en el admirable sacramento de <st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName>, sino sólo en el uso, al ser recibido, pero no antes o después, y que en las hostias o partículas consagradas que sobran o se reservan después de la comunión, no permanece el verdadero cuerpo del Señor, sea anatema. (Denzinger 886)

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Can. 6. Si alguno dijere que en el santísimo sacramento de <st1:personName ProductID="la Eucaristía" w:st="on">la Eucaristía</st1:personName> no se debe adorar con culto de latría, aun externo, a Cristo, Hijo de Dios unigénito, y que por tanto no se le debe venerar con peculiar celebración de fiesta ni llevándole solemnemente en procesión, según laudable y universal rito y costumbre de la santa Iglesia, o que no debe ser públicamente expuesto para ser adorado, y que sus adoradores son idólatras, sea anatema. (Denzinger 888)

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<st1:personName ProductID="LA IRREPETIBILIDAD DEL" w:st="on">LA IRREPETIBILIDAD DEL</st1:personName> SACRIFICIO DE CRISTO, SEA DE FORMA CRUENTA O INCRUENTA
Doctrina de <st1:personName ProductID="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1:personName> de Roma
Concilio de Trento
Sesión XXII del 17 de setiembre de 1562
“Y porque en este divino sacrificio, que en <st1:personName ProductID="la Misa" w:st="on">la Misa</st1:personName> se realiza, se contiene e incruentamente se inmola aquel mismo Cristo que una sola vez se ofreció Él mismo cruentamente en el altar de la cruz [Heb. 9,27]; enseña el santo Concilio que este sacrificio es verdaderamente propiciatorio [Can. 3] ... (Denzinger 940).
Canon 3. Si alguno dijere que en el sacrificio de <st1:personName ProductID="la Misa" w:st="on">la Misa</st1:personName> no se ofrece a Dios un verdadero y propio sacrificio, o que el ofrecerlo no es otra cosa que dársenos a comer Cristo, sea anatema.”
En otras palabras, aunque se reconoce la naturaleza única e irrepetible del sacrificio de Jesucristo en la cruz, al mismo tiempo se afirma que en cada misa que se celebra, el sacerdote inmola a Dios , aunque en forma incruenta, al mismo Señor.

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Doctrina bíblica
Hebreos 7: 15-16, 21-28
“Esto es aun más evidente si otro sacerdote se levanta a la semejanza de Melquisedec, quien no ha sido constituido conforme al mandamiento de la ley acerca del linaje carnal, sino según el poder de una vida indestructible.
...
Los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, mientras que éste lo fue por el juramento del que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: "Tú eres sacerdote para siempre."
De igual manera, Jesús ha sido hecho fiador de un pacto superior. A la verdad, muchos fueron hechos sacerdotes, porque debido a la muerte no podían permanecer. Pero éste, porque permanece para siempre, tiene un sacerdocio perpetuo. Por esto también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, puesto que vive para siempre para interceder por ellos.”
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. No está ligado al linaje
2. Fue establecido con juramento
3. Fue establecido con un pacto superior
4. Es perpetuo e involucra una intercesión permanente
5. Es suficiente para la salvación de todos los que en el confían.
“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, puro, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos. El no tiene cada día la necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios , primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre , ofreciéndose a sí mismo. La ley constituye como sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, constituyó al Hijo, hecho perfecto para siempre.”
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. El Sacerdote es perfecto en todo sentido
2. No necesita ofrecer sacrificio por su propio pecado
3. No necesita repetir el único sacrificio que realizó una vez para siempre
Hebreos 8:6
“Pero ahora Jesús ha alcanzado un ministerio sacerdotal tanto más excelente por cuanto él es mediador de un pacto superior, que ha sido establecido sobre promesas superiores.”
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. Su ministerio sacerdotal es excelente
2. El es el mediador de un mejor Pacto
3. Este Pacto involucra promesas superiores
Hebreos 9: 8-14
“Con esto el Espíritu Santo daba a entender que todavía no había sido mostrado el camino hacia el lugar santísimo, mientras estuviese en pie la primera parte del tabernáculo. Esto es una figura para el tiempo presente, según la cual se ofrecían ofrendas y sacrificios que no podían hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que rendía culto. Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.”
Pero estando ya presente Cristo, el sumo sacerdote de los bienes que han venido, por medio del más amplio y perfecto tabernáculo no hecho de manos, es decir, no de esta creación, entró una vez para siempre en el lugar santísimo, logrando así eterna redención , ya no mediante sangre de machos cabríos ni de becerros, sino mediante su propia sangre. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras conciencias de las obras muertas para servir al Dios vivo!
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. Porque no consiste en “ordenanzas de la carne”, ritos repetitivos que sólo prefiguraban la realidad presente
2. Porque el tabernáculo era solamente una imitación transitoria del santuario perfecto y celestial al cual ingresó Jesucristo
3. Porque el Señor solamente necesitó ingresar una vez al tabernáculo celestial
4. Porque lo hizo una vez por medio de su propia sangre
5. Porque este único e irrepetible sacrificio bastó para la eterna redención
Hebreos 9: 23-28
“Era, pues, necesario purificar las figuras de las cosas celestiales con estos ritos; pero las mismas cosas celestiales, con sacrificios mejores que éstos. Porque Cristo no entró en un lugar santísimo hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios a nuestro favor. Tampoco entró para ofrecerse muchas veces a sí mismo , como entra cada año el sumo sacerdote en el lugar santísimo con sangre ajena. De otra manera, le habría sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos, para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo . Entonces, tal como está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos . La segunda vez, ya sin relación con el pecado, aparecerá para salvación a los que le esperan. “
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. Porque las cosas celestiales requerían una purificación perfecta y definitiva
2. Porque por su propia naturaleza tal sacrificio podía y debía ofrecerse solamente una vez, “en la consumación de los siglos”.
3. Porque tiene eficacia perpetua y universal para quitar el pecado
Hebreos 10: 8-14
“Habiendo dicho arriba: Sacrificios, ofrendas y holocaustos por el pecado no quisiste ni te agradaron (cosas que se ofrecen según la ley), luego dijo: ¡Heme aquí para hacer tu voluntad! El quita lo primero para establecer lo segundo. Es en esa voluntad que somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre . Todo sacerdote se ha presentado, día tras día, para servir en el culto y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados. Pero éste, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados , se sentó para siempre a la diestra de Dios, esperando de allí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Porque con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los santificados . “
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. Porque su sacrificio involucró perfecta obediencia
2. Porque trajo consigo la abolición del sistema antiguo e imperfecto
3. Porque no fue necesario sino que presentara un único sacrificio
4. Porque esta sola perfecta ofrenda basta para la expiación de todos los pecados.
En los pasajes citados se afirma no menos de seis veces que el sacrificio de Cristo fue hecho una sola vez y que su eficacia es perpetua, “para salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios”, . “para ofrecer sacrificio... por los pecados de ellos”, para ser mediador de “un pacto superior”, para lograr “eterna redención”, para “limpiar nuestras conciencias”, para “quitar los pecados”, para que seamos santificados y para que seamos perfeccionados.
La sola idea de que sea necesario, o siquiera posible, repetir este sacrificio, sea de manera cruenta o incruenta, es por completa ajena al texto y contexto de <st1:personName ProductID="la Escritura. Que" w:st="on">la Escritura.
Que</st1:personName> Dios les bendiga e ilumine
Jetonius
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