La iglesia pobre que yo vivo es la que fundó el obrero carpintero Jesús de Nazareth en Israel, hace dos mil años, la que fue restaurada en 1987, en Palma de Mallorca, por otro obrero, un yesero ya jubilado, Cayetano Martí, que es descendiente de los primeros israelitas cristianos que llegaron a Mallorca, después de la muerte de Jesús; por lo tanto estas enseñanzas cristianas están sin manipulación alguna, ya que han sido transmitidas de padres a hijos por tradición oral, a diferencia de las religiones organizadas, como son la católica y la protestante. Mi casa es mi iglesia, mi lugar de reunión, como la de otros obreros y obreras que formamos esta iglesia pobre, así como lo hacían los apóstoles, los que seguían a Jesús, que trabajaban para vivir, como nosotros. No tengo templos, ni ritos, ni dogmas, ni creencias, yo soy mi propio sacerdote, no tengo intermediarios entre Dios y yo. Mi iglesia pobre, es la que vivo en mi casa con Cristo en el corazón, esto me da libertad y no dependo de nadie, no necesito religiones organizadas, ni partidos políticos, ni capitalismo, ni militarismo, mi contacto con Dios es directo y procuro desarrollar la bondad, como única religión de Dios, por lo tanto, me dí de baja de la iglesia rica donde mis padres me apuntaron sin mi consentimiento.
La iglesia pobre de Jesús, el Cristo la viven muchos obreros en todo el mundo, aunque muchos no lo sepan, pero trabajan para vivir y son bondadosos. Ahora es el momento en el que la humanidad para avanzar tiene que dejar el egoísmo y la ambición, que ha llevado al ser humano a construir un mundo de ricos y pobres, y esto no puede ser ya que Dios nos dice que o estamos con el o con el dinero y como Padre nuestro no quiere que unos coman mucho y otros no coma nada. El anticristiano capitalismo hace que unos se hagan ricos a costa del trabajo de sus propios hermanos, y Dios, quien ha hecho posible nuestra existencia, nos ha enviado a la Tierra, para que crezcamos en Espíritu, desarrollando la bondad, por eso aconsejamos a todos los ricos, que si quieren seguir a Cristo, deben respetar su mandamiento: Amar al prójimo y no explotarle, y a todos los pobres que traigan pocos hijos al mundo, uno o dos, y si no hay trabajo seguro, ninguno; así la ley de la oferta y la demanda será favorable a nosotros los pobres, a los que nos corresponde el reino de Dios en la Tierra, ya que Cristo por boca de Jesús dice: “Bienaventurados los pobres porque nuestro es el reino de Dios”. Jesús era pobre, como todos los que le seguimos, su iglesia es pobre y libre, así la vivo yo en mi vida.
Animos amigos, pobres del mundo, tenemos que unirnos de verdad en este tercer milenio en el que la humanidad ya empieza a despertar al Cristo en cada uno, para que exista por fin la justicia, ya que Jesús vino al mundo para darnos su gran mensaje: la Justicia de Dios en la tierra, y esta es posible si procuramos cambiar como personas y nos convertimos en auténticos hijos que obedecen al Padre: Dios, y amamos a nuestros hermanos.
La iglesia pobre de Jesús, el Cristo la viven muchos obreros en todo el mundo, aunque muchos no lo sepan, pero trabajan para vivir y son bondadosos. Ahora es el momento en el que la humanidad para avanzar tiene que dejar el egoísmo y la ambición, que ha llevado al ser humano a construir un mundo de ricos y pobres, y esto no puede ser ya que Dios nos dice que o estamos con el o con el dinero y como Padre nuestro no quiere que unos coman mucho y otros no coma nada. El anticristiano capitalismo hace que unos se hagan ricos a costa del trabajo de sus propios hermanos, y Dios, quien ha hecho posible nuestra existencia, nos ha enviado a la Tierra, para que crezcamos en Espíritu, desarrollando la bondad, por eso aconsejamos a todos los ricos, que si quieren seguir a Cristo, deben respetar su mandamiento: Amar al prójimo y no explotarle, y a todos los pobres que traigan pocos hijos al mundo, uno o dos, y si no hay trabajo seguro, ninguno; así la ley de la oferta y la demanda será favorable a nosotros los pobres, a los que nos corresponde el reino de Dios en la Tierra, ya que Cristo por boca de Jesús dice: “Bienaventurados los pobres porque nuestro es el reino de Dios”. Jesús era pobre, como todos los que le seguimos, su iglesia es pobre y libre, así la vivo yo en mi vida.
Animos amigos, pobres del mundo, tenemos que unirnos de verdad en este tercer milenio en el que la humanidad ya empieza a despertar al Cristo en cada uno, para que exista por fin la justicia, ya que Jesús vino al mundo para darnos su gran mensaje: la Justicia de Dios en la tierra, y esta es posible si procuramos cambiar como personas y nos convertimos en auténticos hijos que obedecen al Padre: Dios, y amamos a nuestros hermanos.