Meditaciones diarias

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Watchman Nee

Hay quienes reparten, y les es añadido más. Proverbios 11:24.

El principio del gobierno divino en cosas materiales, es el principio del maná, que aquel “que recogió mucho no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos” (Ex. 16: 18 y II Co. 8: 14 ss). Esto significa que si aquel que recogió poco no ha de tener necesidad, cualquiera que ha recogido mucho debe estar dispuesto a no tener de sobra. Algunos de nosotros hemos probado por la experiencia lo precioso de todo esto. Cuando llevamos la carga de aquellos que recogen poco, Dios se encarga de que recojamos mucho; pero si en cambio pensamos sólo en nuestras propias necesidades, lo que más podemos pretender, es recoger poco y que no nos falte.
Es un privilegio poder ayudar a nuestros hermanos en el Señor, aun llegando a compartir la mayor parte de nuestro ingreso. Los que sólo han aprendido a juntar rara vez reciben, pero aquellos que han aprendido a dar están siempre recibiendo, y siempre tienen más para compartir. Cuánto más gastas en otros, más aumentará tu ingreso; cuanto más procures ahorrar, más problemas tendrás de “polillas”, de “orín” y de “ladrones”

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Watchman Nee

Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción.
Génesis 19:29.

Tan pronto como Abraham entendió que Dios iba a destruir a Sodoma, comenzó a orar. No rogó sólo que Dios perdonara la ciudad, sino que basó la apelación en su carácter. Se aferró al hecho de que El es un Dios justo. Ese fue el secreto de su oración. En profunda humildad y con gran fervor le presentó pregunta tras pregunta. Sus preguntas constituían sus ruegos, y estaban todas basadas en la justicia de Dios. Después de su última súplica, la Escritura dice que “Jehová se fue”. Algunos opinan que Abraham debería haber seguido rogando. Pero él conocía a Dios, y sobre todas las cosas, conocía el secreto de la oración. Su intercesión podía salvar a su pariente porque estaba correctamente basada. Cuando Dios destruyó las ciudades, “libró al justo Lot” (II P. 2:7).

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Watchman Nee

Acordaos de la mujer de Lot. Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvara’. Lucas 17:32 Ss.

Si no me equivoco, este es el único pasaje en el Nuevo Testamento que habla acerca de nuestra reacción al llamado del Señor en el arrebatamiento. En ese momento, descubriremos el verdadero tesoro de nuestro corazón. Si el Señor es verdaderamente el tesoro, no habrá mirada hacia atrás. Es muy fácil apegarnos más a los dones de Dios que al Dador; y más aún a la obra de Dios, que a Dios mismo. Pero aquel que esté en el terrado no debe volver buscar sus pertenencias. Permítanme ilustrar esto. Yo estoy escribiendo un libro. He completado ocho capítulos y debo escribir todavía otros nueve, acerca de los cuales estoy sumamente ejercitado delante del Señor. Ahora supongamos que venga el llamado del Señor y mi reacción fuera: “¿Qué de mi libro?” ¿Existe la posibilidad, no es verdad, que ese trabajo valioso que estoy haciendo en la planta baja de la casa me haga desear aferrarme a la tierra? La pregunta vital siempre es: ¿Dónde está mi corazón?

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Watchman Nee

Dios es el que en vosotros produce asi el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2: 13

Ahora que estoy en Cristo, las demandas morales de Dios no se han modificado, pero ya no soy yo quien debe hacerles frente. ¡Alabado sea el Señor! El, quien es el dador de la ley en el trono, es también el guardador de la ley en mi corazón. El mismo que dio la ley, la guarda. El hace las demandas y El las cumple. Mientras nosotros tratábamos de hacerlo todo, El no podía hacer nada. Estábamos forzándonos para lograrlo y fracasábamos vez tras vez. Nuestros problemas estaban en que éramos débiles para poder hacer la voluntad de Dios, pero no lo suficientemente débiles como para dejar de esforzarnos. Sólo la desilusión total, puede llevar a los hombres a apoyarse en el Dios que está dispuesto a hacerlo todo.

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Watchman Nee

Esta es la confianza que tenemos en El, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 1 Juan 5:14.

La fe sólo opera libremente dentro del perímetro de la voluntad de Dios. Fuera de ella podemos clamar, creer, actuar en fe, y mucho más, sin resultados perceptibles. Dios no nos está respaldando. Al procurar tener fe para algo que se origina en nosotros, sólo comprobaremos que montañas de fe no pueden eliminar ni siquiera una semilla de mostaza de dificultad. Dios no se hará responsable por lo que nosotros decidimos sobre la base de nuestras buenas intenciones. Su poder está investido en su voluntad. Pongamos orden en este sentido, y podremos tener confianza frente a las más severas pruebas, pues “El nos oye”.

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Watchman Nee

Vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe. 1 Pedro 1:5.

Hay una condición ligada al poder guardador de Dios. Somos guardados mediante la fe. Si no confiamos en El, no puede guardarnos. Para experimentar la seguridad de su cuidado, debemos creer de todo corazón en sus promesas. Si entretenemos dudas de nuestra seguridad frente a la tentación, ¿no estamos desacreditando su capacidad para guardarnos? No somos nosotros los que tenemos que hacer frente a las argucias de Satanás. Al despertar cada mañana deberíamos decirle: “Te agradezco por guardarme en el día de ayer. No sé qué tentaciones me pueden acaecer hoy, ni cómo las venceré, pero confío nuevamente en que tú me guardarás”. Apóyate totalmente en El, el Dios de poder. Entonces no importa que tan imprevistos sean los dardos de fuego del enemigo, algo maravilloso los rechaza. Es el escudo de nuestra fe.

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Watchman Nee

Los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley. Malaquías 2: 7.

Es posible que mucho de lo que es llamado “avivamiento” esté afirmado sobre una base equivocada. Se despliegan dones espirituales, pero sin ministrar a Cristo, y esto es como tener muchos utensilios, pero nada para lo cual usarlos. Peor todavía, pues sin Cristo los dones no sólo son huecos, sino que también pueden llegar a ser engañosos. Algunos pueden ser presentados de una manera artificial, cosa que un verdadero ministro de Cristo jamás puede ser. Lo que es de valor para el pueblo del Señor, no son nuestros dones de predicación o de oración sino el conocimiento personal de Cristo que transmitimos por medio de ellos. En un hospital, dos enfermeras pueden utilizar exactamente la misma cuchara pero lo que administran al paciente es lo que realmente importa. Una puede ser una medicina costosa y curativa, la otra un paliativo común. Lo que cuenta es lo que ministramos y no los vehículos utilizados.

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Watchman Nee
7. de octubre

Oísteis que fue dicho a los antiguos ... pero yo os digo ... Mateo 5:21 Ss.

La esclavitud a la ley puede ser definida como un rígido apego a un antiguo código de vida que nos impide seguir las indicaciones del Señor en el presente. Consideramos a la ley como un nivel para nuestras vidas, pero es un nivel fijo.
Cuando éramos jóvenes, los profesores de gimnasia bajaban o subían la soga para nuestros ejercicios de salto en alto, dependiendo de nuestra edad y habilidad. El nivel estaba sujeto a ajuste, y nos dejaba campo para superarnos y saltar cada vez más alto.
“Pero yo os digo...“ Estas palabras contienen un principio que siempre tiene aplicación. He oído a ciertas personas responder a un determinado argumento diciendo: “Oh, pero ese asunto fue resuelto en los tiempos de Calvino (o Wesley o Darby, etc.)”. Pero sus días son “antiguos” así como lo es mi ayer y tu ayer. Si hago lo que hacía hace un mes, porque el Señor me dice que lo haga, está bien; eso es vida, pero si lo hago porque me lo dijo hace un mes, entonces se transforma en ley. La “ley” puede tener una semana o un siglo de vida, pero la dirección del Espíritu jamás puede tener veinticuatro horas de vida. La pregunta vital es: ¿Conocemos la frescura de andar con el Señor hoy?

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Watchman Nee
8. de octubre

Pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
Marcos 12:44.

Hoy en día hablamos de “dinero limpio” y “dinero sucio” pero a la vista de Dios sólo existen “riquezas injustas”. Para probar esto, sólo debemos preguntarnos si el dinero nos acerca o nos aleja de Dios. No podemos servir a Dios y a las riquezas (Mamón). ¿Cómo es posible entonces tomar esto que ha servido a los intereses de Satanás y utilizarlo para construir el reino de Dios? ¿Qué se requiere para construir el reino de Dios? ¿Qué se requiere para cortar la ligadura que ata a César con aquello que lleva su imagen?
Si tu dinero ha de salir del mundo, entonces tú debes salir del mundo. El solo hecho de ofrecer dinero para el tesoro de Díos, no cambiará en sí el caracter de lo que ofrendas. A no ser que tu vida vaya con él, tu dinero no será liberado del reino de Satanás y pasado al reino de Dios. Pablo dice de los Macedonios que “a sí mismos se dieron primeramente al Señor”. Hoy día, mientras el dinero en las arcas de Satanás no tiene límites, el “efectivo” que está en las manos de Dios está limitado por el número de personas que están consagrados a El. Asegúrate que tan pronto ingrese tu dinero, lo conviertas en divisa del Santuario. Ocúpate de que sea borrado de los libros de Satán e ingresado a la cuenta de Dios. ¿Cómo? No se lo mandes, ¡tráelo a El!

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Watchman Nee
9. de octubre

Amigo de publicanos y de pecadores. Lucas 7:34.

Desde que comprendí que el Salvador es amigo de pecadores, he visto a muchas personas difíciles atraídas a El. Recuerdo que en cierta oportunidad una mujer me atacó diciendo que no quería ser salva. Me dijo que era joven, quería divertirse y que no tenía ninguna intención de dejar el pecado ni tampoco deseo alguno de ser salva. Después de haberme gritado ella en forma casi delirante le dije: “¿Vamos a orar?” Ella me dijo en forma despectiva: “¿Para qué quiero orar?”, a lo que respondí: “Yo no me haré responsable por su oración, pero oraré primero y después usted puede decirle al Señor Jesús todo lo que me está diciendo a mí”. Estas palabras la tomaron desprevenida y respondió: “Oh, no puedo hacer eso”. “Sí lo puede hacer” le dije, “no sabe acaso que El es ¿amigo de los pecadores?” Esto la conmovió, y en efecto oró —una oración poco ortodoxa— pero desde aquel momento el Señor empezó a obrar en su corazón y a los pocos días se había salvado gloriosamente.

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Watchman Nee
10. de octubre

Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará. Salmo 55:22.

Muchos creyentes no pueden ser utilizados por el Señor en un ministerio de intercesión, porque están sobrecargados. Han dejado que sus cargas se acumulen en lugar de buscar alivio en la oración, y en última instancia están tan aplastados por su peso, que no pueden orar para nada. Supongamos que le hemos pedido a alguien que nos ayude con cierto trabajo, pero encontramos que él tiene las manos demasiado ocupadas. ¿No sería inútil pedir su colaboración? De la misma manera, si ya estás cargado con lo que Dios te ha encomendado, ¿cómo te podrá dar otros trabajos? Este ministerio de la intercesión requiere un espíritu liberado o de lo contrario la obra del Señor sufrirá. ¿Deseas ser un instrumento libre y listo para ser utilizado por El? Busca entonces la emancipación espiritual que sólo viene por echar tu carga en Jehová.

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Watchman Nee
11. de octubre

Ni el ojo puede decir a la mano: no te necesito. 1 Corintios 12:21.

En nuestros primeros tiempos en Shanghai, confieso que estaba siempre tratando de forzar el clima de las reuniones, especialmente la de oración, para llegar a un nivel más alto. En consecuencia estaba muy insatisfecho por la forma en que algunos hermanos oraban. Me sentía muy molesto por ello, y lo dijé. ¡Qué mal procedí! Por un tiempo el Señor me disciplino, y estuve en verdadero sufrimiento físico. Oraba mucho, pero mis fervientes oraciones no me llevaban a nada. Finalmente parecía que el Señor me decía: “Tú crees que ciertos hermanos son muy débiles en la oración. Invítalos a que vengan a orar por tu necesidad”. Fue un desafío. Mandé a llamar a esos mismos hermanos y vinieron, se arrodillaron y oraron. Por primera vez en mi vida pude sentir aprecio por sus sencillas y directas peticiones. Lo que es más, el Señor los escuchó y me levantó.

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Watchman Nee
12. de octubre

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Mateo 6: 10.

Debemos orar de esta manera: “Venga tu reino”. Si el reino viniese por sí sólo, no se nos hubiera dado este mandato. El pueblo de Dios debe orar, pues su obra es hecha en respuesta a su clamor. “Hágase tu voluntad”. Sí, pero ¿dónde? “En la tierra”, pues es el Único lugar donde la voluntad de Dios no se cumple. ¿Cómo puede entonces ser traído el reino de Dios? Por medio de la unión de la voluntad creada del hombre con la voluntad increada de Dios, que buscan unidas desplazar la rebelde voluntad del diablo. La oración siempre tiene tres fases. Involucra a alguien a quien se ora, alguien por quien se ora y alguien contra quien se ora. Debemos orar contra alguien en la tierra; una voluntad que está opuesta a la de Dios. Contra esa voluntad rebelde, Dios no actúa, sólo aguarda nuestras oraciones. La oración conocida como el “Padre Nuestro” no es sólo un modelo de oración para mí; es la revelación del corazón de Dios.

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Watchman Nee
13. de octubre

¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? Lucas 18:7.

Supongamos que un hombre entra en tu casa y la ocupa sin tu permiso. ¿Qué haces? Recurres al magistrado y apelando a las leyes de la nación obtienes un veredicto en contra suyo. Regresas con la orden del juez, y lo desalojas. Con un poco de suerte, no sale encadenado. La situación en este mundo no es distinta. El “libro” de la ley de Dios ya ha dado su veredicto contra el ocupante ilegal de este mundo. Debe marcharse. ¿Qué importa si para Satanás la ley del reino de los cielos es una ley extranjera? El Calvario ya ha establecido la superioridad de ese reino. En la cruz Cristo despojó de toda su base legal a Satanás. Es ahora la responsabilidad de la Iglesia el ocuparse de que la nueva ley sea puesta en vigencia, clamando al Señor, como la viuda de la parábola, “hazme justicia de mi adversario”, ha de obtener la orden de desalojo y echarlo fuera. Dios espera oír este clamor.
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Watchman Nee
14. de octubre

¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? Hechos 4:7.

Nuestros ojos deben abrirse para ver el cambio poderoso que obró la ascensión. El nombre de Jesús ciertamente establece la identidad de aquello que está en el trono con el carpintero de Nazaret, pero va también más allá. Representa el poder y el dominio ante el cual se doblará toda rodilla en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra. Aun los lideres judíos reconocieron que podía haber este significado en un nombre, cuando hicieron esta pregunta a los discípulos, con relación a la curación del cojo.
Hoy el nombre nos dice que Dios ha entregado toda la autoridad a su Hijo, de manera que en el propio nombre de Jesús, hay poder. Además, no sólo es suyo, sino también es “dado a los hombres”. El ha colocado esa autoridad en nuestras manos para ser utilizada. Durante su último discurso en tres oportunidades el Señor Jesús repite las palabras “pedid en mi nombre”. ¡Qué confianza debe depositar en nosotros para decir: “Pedid todo lo que queréis, y os será hecho”!

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Watchman Nee
15. de octubre
El trono de mi señor el Rey David. 1 Reyes 1:37.

Le llamaban “Rey David” con afecto, porque era todo un rey. Era un rey en el desierto cuando como pastor de las ovejas de su padre, hacía huir al león en el nombre del Señor. Más tarde, cuando Goliat amenazaba a Israel y hasta el propio Saúl temblaba (para no mencionar el terror del pueblo), David permaneció firme y sin temor. No hay lugar alguno para el temor, en el corazón de un rey. Pero sobre todo esto, cuando fugitivo de Saúl, repentinamente se encontró con su perseguidor dormido a sus pies, se opuso en forma resuelta a aplicar el golpe que le hubiera traído pronto alivio.
Esta era verdadera realeza, pues aquel que no sabe gobernar su propio espíritu, no es rey. Un verdadero rey es rey en toda circunstancia. Reina en todas partes.

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Watchman Nee
16. de octubre

Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo … Colosenses 1: 11 ss.

El apostolado tiene sus credenciales. Las señales del apóstol nunca faltarán donde haya una verdadera comisión divina. Había abundante evidencia de que las de Pablo eran genuinas. “En nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles”, escribe en II Corintios 12: “las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros”. De esta Escritura interpretarnos que la paciencia es la primera de las pruebas de poder espiritual. La capacidad para soportar con perseverancia las continuas presiones es lo que comprueba nuestro llamado del Señor. La paciencia y longanimidad con gozo sólo se han de encontrar en aquellos que saben lo que es el ser “fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria”.
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
17. de octubre

Los hombres de Israel tomaron de las provisiones de de ellos, y no consultaron a Jehová. Josué 9:14.

Hay dos clases de pecado delante del Señor. Una de ellas es negarse a obedecer cuando El imparte órdenes. La otra es tomar determinaciones cuando El no ha dado instrucciones. La una es rebelión: no hacer lo que El ha pedido. ¿Qué porción de nuestro trabajo para El ha brotado de un mandamiento claro del Señor, y cuánto de nuestras labores se ha originado sencillamente en el hecho que pensamos que será bueno hacerlo? Pensamos tan Sólo que si
nuestra conciencia no nos prohíbe hacer una cosa, o sí a nuestra vista parece ser positiva, hay razón suficiente para hacerla. Hermano, hermana, ¿no crees que todo siervo debe aguardar las órdenes de su Maestro antes de empezar a servirle?
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Watchman Nee
18. de octubre

Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Romanos 14: 10.

Dos cosas nos son prohibidas aquí: “juzgar” y “menospreciar”; un acto exterior y una actitud interior. Puede ser que yo no haya llegado al punto de juzgar abiertamente a un hermano. Muy bien, ¿pero lo estoy evaluando delante de mí mismo en forma desfavorable? ¿Le tengo lástima en forma secreta porque no ve las cosas como yo las veo? ¿Lo desprecio en mi corazón como hermano débil y excéntrico? Si así procedo, estoy en un grave peligro. Mi próximo paso será asumir que soy superior a él. Si lo menosprecio, es bien evidente que pienso demasiado de mí mismo. Debo guardarme de clasificarme a mí mismo, como espiritualmente fuerte pues al hacerlo, sólo estoy reconociendo delante de Dios mi carnalidad. Por supuesto, El quiere que yo sepa discernir entre lo bueno y lo malo, pero nunca debo hacer que los demás se tornen en víctimas de mi discernimiento.
El tribunal es de Cristo, y es aún algo futuro, Quién de nosotros se atreve a usurpar su función ahora?
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Watchman Nee
19. de octubre

Si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. Romanos 14: 15.

Al enseñar a otros con el ejemplo, al igual que con palabras y argumentos, es posible llegar a ser demasiado osados. Aquí tenemos un hermano cuya conciencia no le permite comer carne. ¿Qué es lo que hago? Me siento delante de él y como tanta carne como pueda, en la vana creencia de que al hacerlo le estoy mostrando lo que es la libertad cristiana. No disiento con él pero pongo la carne delante suyo para demostrarle la naturaleza de la libertad cristiana. ¿Le estoy ayudando o le estoy “destruyendo”? Toma nota cómo continúa el versículo. No dice: “No hagas que con tu argumento” sino: “no hagas que por la comida tuya”. De manera que si mi hermano y yo discrepamos en un punto, debo tratar de mantener esa diferencia en un segundo plano y no arrojarla donde el puede tomar rápida conciencia de ella. Dios me manda evitar todo lo que pueda herirle. ¿Por qué? Porque este es el hermano “por quien Cristo murió”.
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