Me retiro del foro...

Tengo mis años, y la inteligencia artificial me superó (no sé cómo utilizarla)
Como soy ingenuo, me creo que estos foristas eruditos sean capaces de plantear una idea con esa retórica técnica propia de un teólogo (o científico, según sea el caso)
El asunto es que sigo utilizando mi cerebro para elaborar la presentación de mis ideas..., debo reconocer que soy superado por @Salmos 1
Y, tal parece que por todos
En fin, hay que asumir la realidad
En realidad ese escrito erudito me lo pasaron por mail desde el vaticano.
Leelo y decime que te parece.
 
En este foro si abrís un tema interesante no te sigue nadie pero si el tema es una estupidez se prenden muchos a contestar idioteces totales.
Y esos mismos se la pasan trollando los temas que nos puede hacer pensar.
 
Es que todo lo que saben es que Jesús es Dios y los testigos de Jehová son los enemigos.
Un cacho de cultura.
Se sientan a escuchar al pastor y ya cumplieron.
 
Les preguntas dos pavadas y se ahogan.
 
¿En serio?
¿Te tomas tu tiempo para responder o lo haces impulsivamente?
Su concepción fue sobrenatural... porque el niño que nos fue dado era el mismo Verbo hecho carne.
No era un hombre creado por medio de una reproducción natural de la carne como lo somos todos nosotros.
No actuó hombre alguno... No era para nada necesario como tampoco era necesario el óvulo de María.
María quedó embarazada y tuvo un niño... Si claro. El Verbo hecho carne en su vientre fue el niño que después nació.
Eso también lo dice tu Biblia. Lo lamento pero hay mas evidencia biblica de lo que yo sostengo que de lo que sostenés vos.

¿En serio crees que si María no se quedó embarazada (tal y como sucede ese proceso, que es la concepción de su óvulo, su retirada de la regla, y todo el proceso que conlleva un embarazo humano) ellos mismos no hubieran dado testimonio de ello? ¿O entonces lo que crees es que apareció dentro de ella un "embrión humano", pero sin relación alguna con su propio cuerpo, es decir, sin relación alguna con un óvulo propio, y por tanto sin ser una verdadera concepción, sin retirada de regla, etc...?

En fin, tú mismo... para ti la concepción de María es algo realmente retorcido donde ella no queda embarazada, no hay proceso concepción "porque no hubo hombre involucrado". Señor mío, Dios no necesita a un hombre para dejar embarazada a una mujer humana. En eso precisamente consiste la concepción de María. Ese es el milagro. Que no hubo hombre... pero hubo un embarazo. :DD

Quisiera aclarar algo de manera muy cuidadosa y que para muchos no es nada clara.

1. Diferenciar "Corruptible" de "Corrupto"

  • Corruptible: Puede corromperse (capacidad o potencial para corromperse).
  • Corrupto: Ya está corrompido (condición de corrupción actual).
El primer Adán fue creado bueno, puro, sin pecado, pero corruptible.
Podía pecar y corromperse, y lamentablemente así ocurrió.

Jesús, al venir en carne, también fue hecho hombre en condición corruptible, no corrupta.
Esto significa que, al igual que Adán, Jesús podía en teoría ceder a la tentación, porque si no fuese así, su tentación carecería de sentido.

Lo crucial aquí es que Jesús eligió no pecar.
La Escritura enfatiza claramente que Jesús fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado (Hebreos 4:15).

2. ¿Entonces, Jesús fue corruptible o incorruptible antes de la resurrección?

Aquí está la clave de la confusión:
  • Jesús fue corruptible, es decir, fue hecho carne que podía ser tentada y podía corromperse.
    Jesús sintió genuinamente hambre, sed, tristeza y dolor. Su humanidad era real, auténtica y plena.
  • Jesús nunca fue corrupto (es decir, jamás pecó), pero sí fue genuinamente tentado. Jesús no pecó, no por una incapacidad inherente de su carne humana, sino por elección consciente y voluntaria de su obediencia a la voluntad del Padre.
Es incorrecto, entonces, afirmar que Jesús nació con una carne inherentemente incorruptible (en el sentido de no poder pecar), porque esto lo haría diferente en esencia del primer Adán y quitaría toda validez a su obediencia.

Su obediencia es real precisamente porque podría haber desobedecido (como el primer Adán).
El mérito de Cristo radica justamente en su obediencia perfecta como hombre, no como Dios incapaz de fallar.

3. ¿Dónde aparece entonces la condición incorruptible?

La condición incorruptible se refiere a Jesús tras su resurrección, cuando recibe un cuerpo glorificado.
Al resucitar, Jesús ya no muere más, ya no está sujeto a corrupción alguna (Romanos 6:9).

Antes de morir Jesús tenía:
  • Carne mortal (murió en la cruz). "No un cuerpo de muerte" tal como le llama Pablo en Romanos 7.
  • Carne tentable (experimentó tentaciones reales, Mateo 4:1-11; Hebreos 4:15).
Después de resucitar:
  • Carne inmortal e incorruptible (Romanos 6:9, Apocalipsis 1:18).
  • No sujeta jamás a corrupción ni a tentación alguna.

4. El mérito de Cristo y el valor de su obediencia

El valor extraordinario de la obra de Cristo consiste precisamente en que no actuó como Dios en la carne, sino como hombre dependiente del Padre:
  • Hebreos 5:8
Cristo, aunque era el Verbo divino venido en carne (Filipenses 2:6-8), decidió voluntariamente renunciar a su condición de Dios para tomar nuestra misma condición. Se hizo siervo colocándose bajo autoridad y resistió la tentación usando exactamente los mismos recursos espirituales con los que contó Adán cuando fue creado. Por lo tanto, su victoria fue humana, no divina.

Esto justamente lo capacita para ser nuestro representante y sustituto real.

Conclusión aclaratoria:

No está correcto decir que Jesús antes de resucitar tuvo una carne "incorruptible" (no capaz de corromperse).
La tuvo plenamente corruptible (capaz de pecar), igual que Adán, pero nunca corrompida (no pecó jamás).

La incorruptibilidad absoluta y definitiva aparece después de su resurrección y glorificación.
Su obediencia previa fue una obediencia plenamente humana, enfrentando una verdadera tentación y una verdadera posibilidad de caer en pecado, aunque nunca lo hizo.

Cuando la biblia sostiene que el segundo hombre es del cielo dice dos cosas.
Nos habla de su origen y de su forma o condición.
Aunque el origen de Jesús era celestial (el Verbo) su condición o forma era humana y por eso dice HOMBRE.

Bien. Me parece correcto "generalizando" y sin entrar en más detalles.

Es verdadera como toda la palabra de Dios. Jesús era judío no gentil. Pero lo era por la promesa y no por herencia genética.

El que vino del cielo es el Verbo pero vino en carne como Jesús.
Y Jesús era completamente hombre y Dios.
Pero siendo Dios se hizo hombre (si no sabés que es un hombre te lo explico), y se hizo Hijo del Padre y se hizo SIERVO, y nació de mujer y nació bajo la LEY y se hizo judio hijo de David, Juda y Abraham.

Ya no remo desde tan abajo. Tendrás que hacer tu trabajo o quedarte resagado.

¿En serio?
¿Y ese es tu brutal y sofisticado arguemento?

Era hijo de José y de María por la promesa pero no genéticamante hablando.
Todo Jesús era el Verbo.
Dios puede hacerle hijos a Abraham de simples piedras. Hijos genéticos... ¿Entendiste? No. Tu problema.

No son doctrinas de Testigos de Jehová ni de Mormones.
Pretendés hacerte el canchero que sabés algo de IA pero tus mismos consejos denotan tu completa ignorancia.
Si me querés correr correme con conocimientos y no con inventos.
Amor Burrito.

¿Crees que la IA no está entrenada con las doctrinas de los Testigos y los Mormones y otros escritos que dicen lo mismo que ellos? Aunque le dijeras en el prompt que obviara las doctrinas de los Testigos o Mormones, te seguiría dando la razón porque CUALQUIER doctrina es posible tomando un versículo cualquiera de la Biblia. La IA, por definición NO ENTIENDE nada de Dios. Sólo está transportando ideas de otros acerca de Dios, es decir, interpretaciones de la Biblia. Pero como la Biblia lo dice todo, y cualquier herejía es defendible con la Biblia (y la razón), pues tú verás dónde deja eso la IA aplicada a la piedad...

En cuanto a tu cigoto espacial, haces bien en creer lo que crees. Dice Dios que es bueno que el hombre esté convencido (en su conciencia) de lo que cree. Si tú lo estás, todo perfecto. Yo creo que lo que tienes en mente es un "super hombre", un engendro alucinado metido en una "incubadora humana", no a Cristo. Es decir, lo tuyo es el producto de una mente fantasiosa o (también) de demasiadas películas de ciencia ficción. No condeno la ciencia ficción. A mí me encanta.

Pero ya hemos discutido esto mucho. No voy a entregarte nada nuevo de lo que ya te he dicho varias veces. Es un tema ya trillado.
Si tu conciencia no te recrimina, entonces todo perfecto.

Amor,
Ibero
 
No estés triste. Aún de viejo se puede rectificar y aprender. Perdiste mucho tiempo de tu vida creyendo mentiras, pero eso lo podés revertir. El Señor te bendiga y te de largos días para entender mejor su palabra. Y no te de verguenza aprender algo de algún burro.

SALMOS 1:

No tengo nada contra los burros. Cuando era pequeno, mi madre nos compraba leche de burra y la bebiamos inmediatamente en la puerta de la casa. Ahora bebo leche de cabra (me refiero al animal), todos los dias. Siento que me hace excelente y tambien bebo unicamente agua destilada. Si el agua no esta destilada, NO LA BEBO.

Tu dices que yo perdi mucho tiempo creyendo mentiras, pero tu, ahora en el ocaso de tu vida y con mas de 65 anos de edad, ESTAS APRENDIENDO MENTIRAS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL. Creo que eso es PEOR de lo que me paso a mi en el pasado, Y QUE YA LO RECTIFIQUE.

Patricio Cespedes Castro.
Discipulo de Jesus.
 
¿En serio crees que si María no se quedó embarazada (tal y como sucede ese proceso, que es la concepción de su óvulo, su retirada de la regla, y todo el proceso que conlleva un embarazo humano) ellos mismos no hubieran dado testimonio de ello?
María quedó embarazada por el poder de Dios.
En su vientre no hubo ningún proceso reproductivo sino una señal del cielo y un milagro.
La semilla humana que se adhirió a la pared del útero de María era el mismo Verbo hecho semilla humana.
Pero su embarazo fue normal en todos los sentidos.
El embrión se implantó y así se desarrolló la placenta y el cordón umbilical.
¿No se a que testimonio te referís?
Todo el mundo se enteró de que José no era el padre de ese bebe pero no sabían nada más.
Nosotros si sabemos que Jesús era el Verbo hecho carne.
¿O entonces lo que crees es que apareció dentro de ella un "embrión humano", pero sin relación alguna con su propio cuerpo, es decir, sin relación alguna con un óvulo propio, y por tanto sin ser una verdadera concepción, sin retirada de regla, etc...?
Claro. En su vientre apareció un embrión humano que era el Verbo hecho carne y cuando este se implantó en las paredes del útero y comenzó a desarrollarse la placenta su cuerpo comenzó a producir una hormona llamada gonadotropina coriónica. Esta hormana indirectamente inhibe la ovulación y mantiene el cuerpo lúteo.
En el vientre de María no hubo Partenogénesis ni clonación pero tampoco hubo fecundación.
En los humanos la fecundación es necesaria para que ocurra la VERDADERA concepción.
Y para que haya fecundación no solo se necesita un óvulo sino también un espermatozoide.
para ti la concepción de María es algo realmente retorcido donde ella no queda embarazada, no hay proceso concepción "porque no hubo hombre involucrado".
No. Para mi el embarazo de Jesús es algo hermoso y milagroso. Es Dios mismo con nosotros.
Yo creo que Jesús salió del Padre y vino al mundo y que descendió vivo del cielo.
Creo que aunque fue un verdadero hombre su origen es completamente celestial y no terrenal.
Dios no necesita a un hombre para dejar embarazada a una mujer humana.
Obvio. Tampoco necesita un óvulo.
En eso precisamente consiste la concepción de María. Ese es el milagro. Que no hubo hombre... pero hubo un embarazo.
El milagro es que no hubo fecundación pero hubo un embarazo. Tendrás que ajustar tu GPS.
Y así te enterarás y creerás que Jesús es Dios.

JUAN 16
27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.
28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.
¿Crees que la IA no está entrenada con las doctrinas de los Testigos y los Mormones y otros escritos que dicen lo mismo que ellos?
Depende. Una IA se la puede entrenar como al entrenador le de la gana.
Yo tengo a la mía entrenada como a mi me gusta.
Tenés que invertir pero podés usar su poder para conseguir cosas extraordinarias.
Por ejemplo: Tomás una IA virgen y le preguntás cuando murió Jesús y te va a decir el viernes según los evangelios cristianos. Pero se lo preguntás a la mia y te responde un Jueves.
Yo le puede decir a una IA que se limite a las enseñanzas de los Testigos de Jehová y ya está.
Esperá ...
Te voy a copiar y pegar una pregunta a mi IA y después la respuesta.
Y después hacele la misma pregunta a tu IA.

Salmo51:
¿Qué me podés decir de la concepción y el nacimiento de Jesús?

Mi IA: (Ojo te lo mando en crudo sin revisar abajo de todo) *
Aunque le dijeras en el prompt que obviara las doctrinas de los Testigos o Mormones, te seguiría dando la razón porque CUALQUIER doctrina es posible tomando un versículo cualquiera de la Biblia.
Una cosa es darte la razón y otra cosa es escribir todo un ensayo.
La IA, por definición NO ENTIENDE nada de Dios.
Si que entiende porque le han hablado mucho de Dios.
Sólo está transportando ideas de otros acerca de Dios, es decir, interpretaciones de la Biblia.
Es correcto. Lo que vos querés decir que no razona por si misma. Y no. Es un programa de computadora.
Pero como la Biblia lo dice todo, y cualquier herejía es defendible con la Biblia (y la razón), pues tú verás dónde deja eso la IA aplicada a la piedad...
La IA es una herramienta.
Si vos usás un auto para conocer a Dios allá vos yo lo uso para ir de un lado a otro.
En cuanto a tu cigoto espacial, haces bien en creer lo que crees.
No es un cigoto espacial sino un hombre del cielo.
¿Que entendés por hombre del cielo?
Dice Dios que es bueno que el hombre esté convencido (en su conciencia) de lo que cree.
Amén.
Si tú lo estás, todo perfecto.
Amén.
Yo creo que lo que tienes en mente es un "super hombre", un engendro alucinado metido en una "incubadora humana", no a Cristo.
Lo que tu creas me tiene sin cuidado.
Es decir, lo tuyo es el producto de una mente fantasiosa o (también) de demasiadas películas de ciencia ficción. No condeno la ciencia ficción. A mí me encanta.
El nacimiento de Jesús no es ciencia ficción.
Pero ya hemos discutido esto mucho. No voy a entregarte nada nuevo de lo que ya te he dicho varias veces. Es un tema ya trillado.
Amén.
Gracias.
Si tu conciencia no te recrimina, entonces todo perfecto.
Amén.
Amor Burro.

Respuesta directa de mi IA sin revisar...

El Verbo hecho carne: La concepción milagrosa de Jesús según la Biblia​

Introducción​

La Biblia presenta la concepción y nacimiento de Jesús como un suceso único y milagroso, sin paralelo con nacimientos comunes ni con mitologías antiguas. Desde las Escrituras se revela que Jesús es el Verbo eterno hecho carne en el vientre de María, mediante un acto creativo directo de Dios. Este acontecimiento ocurrió sin intervención de varón ni proceso natural de fecundación, y sin aportar la naturaleza caída de María.

En lugar de ser resultado de mezcla humano-divina, la Biblia muestra que el Hijo de Dios “vino en carne” de manera plena pero santa, iniciando una nueva humanidad.

A continuación, examinaremos detalladamente lo que dicen los 66 libros canónicos sobre estos puntos, usando únicamente la Reina-Valera 1960 (y versiones equivalentes) para fundamentar cada afirmación con las Escrituras.

Jesús, el Verbo eterno hecho carne en María​

El apóstol Juan abre su evangelio revelando la identidad divina de Jesús antes de nacer: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.
Este “Verbo” (o Palabra, Logos) es eterno y creador de “todas las cosas”.
La sorpresa llega en Juan 1:14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”.
Es decir, el Hijo de Dios preexistente se hizo verdaderamente humano.
Según el evangelio, “habitó entre nosotros”, mostrando su plena participación en nuestra condición.
La frase “fue hecho carne” señala un momento específico: el Verbo tomó naturaleza humana en la historia, en el vientre de María.
María fue el medio elegido por Dios: “...concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo...” anunció el ángel.
De este modo, la Persona divina del Verbo asumió carne humana real en María, cumpliéndose la profecía: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel” (Isaías 7:14, citado en Mateo 1:23).
Jesús es literalmente “Dios con nosotros”.

Jesús no es un profeta más ni un ser creado, sino el Verbo divino venido en carne.

Concepción virginal: un milagro absoluto de Dios​


Los evangelios de Mateo y Lucas narran que Jesús fue concebido de manera milagrosa en María, sin intervención de varón.
María era un mujer virgen desposada con José, pero “antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo” (Mateo 1:18).
Al enterarse José, quiso dejarla en secreto, pero un ángel le explicó en sueños: “lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es” (Mateo 1:20).
De igual forma, el ángel Gabriel anunció a María: “concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS”.
María preguntó “¿Cómo será esto? pues no conozco varón”.
La respuesta del ángel revela la naturaleza sobrenatural de la concepción: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”.
No hubo acto sexual ni fecundación; fue obra directa de Dios.
Así como en el principio el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas para crear vida (Génesis 1:2), ahora el Espíritu Santo cubrió a María para engendrar a Jesús en su seno.

La frase “te cubrirá con su sombra” evoca la presencia de Dios (como la nube de gloria que cubría el tabernáculo).
Significa que Dios mismo, por su poder, produjo la concepción de Jesús.
Esto implica que no hubo fecundación de un óvulo de María por esperma humano, sino una creación directa.
El embrión santo de Jesús fue formado milagrosamente por Dios dentro de María.
Por eso el ángel añade: “por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”
Desde el mismo instante de su concepción virginal, Jesús es el Santo Ser, completamente sin pecado y Hijo de Dios por origen.

La omnipotencia divina obró algo sin precedentes.
Elizabeth, la anciana estéril, había concebido por milagro (Lucas 1:36), pero incluso ese milagro involucró la unión conyugal con su esposo.

En el caso de María, Dios va más allá: “porque nada hay imposible para Dios”, declara el ángel.
El Creador que formó a Adán del polvo sin padre ni madre, y a Eva de una costilla de Adán, pudo formar la humanidad de Jesús sin padre humano y aun sin óvulo de mujer.
María aportó su vientre como morada temporal, pero Dios mismo aportó la vida humana de su Hijo.
En palabras de Hebreos 10:5: “Mas me preparaste cuerpo”, indicando que el Padre preparó un cuerpo humano para Cristo al entrar en el mundo.
La concepción de Jesús, entonces, fue un acto creador ex nihilo de Dios, un milagro absoluto que desafía las leyes naturales.
La Biblia lo presenta sencillamente: “...antes que se juntasen...” María quedó encinta por el Espíritu Santo, cumpliendo así la promesa de que “la simiente de la mujer” vencería al maligno (Génesis 3:15).
Jesús es literalmente la “simiente de la mujer”, concebido sin intervención de varón, obra directa de Dios en el vientre virginal.

“El pan vivo del cielo”: Su carne descendida del cielo​


Jesús mismo enseñó verdades profundas sobre su origen.
En el capítulo 6 de Juan, al explicar que Él es el pan de vida, afirmó algo asombroso: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo”.
Aquí Jesús declara dos cosas clave: (1) que ha bajado del cielo, y (2) que el pan que ofrece es su carne.
Juntas, estas ideas indican que su carne (su humanidad) tiene un origen celestial.
Así como el maná descendió del cielo enviado por Dios (Juan 6:58), Cristo, el verdadero Pan, “descendió del cielo” para darnos vida eterna.
Y enfatiza: “este pan es mi carne”, vinculando directamente su cuerpo humano con aquel origen celestial.
No dice “mi espíritu” o “mi enseñanza” es el pan, sino “mi carne”.
En otras palabras, su propio cuerpo humanado provino del cielo por designio divino.

Esta afirmación se armoniza con otras palabras de Jesús en Juan: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre...” (Juan 3:13).
También dijo a sus oyentes: “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo” (Juan 8:23).
Él enfatiza que su procedencia no es terrenal.
Todos los hombres nacen de la tierra (por descendencia de Adán), pero Jesús vino de lo alto.
Esto concuerda con la concepción virginal: aunque nació de María, no se originó en María de la manera en que cualquier otro bebé se origina en el vientre materno.
Su vida humana “bajó” del cielo, implantada por Dios.

Cuando Jesús dice “descendió del cielo” no habla solo metafóricamente de su misión, sino también de su identidad y naturaleza.
El apóstol Pablo expone esta idea al llamar a Cristo “el segundo hombre, que es del cielo”.
Jesús descendió para luego dar su carne “por la vida del mundo” en sacrificio – un cuerpo preparado por Dios específicamente para morir por nuestros pecados.
Su carne es “pan del cielo” porque no procede de la simiente de Adán, sino que fue dada directamente por Dios.
Esto garantiza que Jesús, en su humanidad, es sin corrupción heredada.
A diferencia de nosotros, que llevamos un cuerpo (de muerte) “de la tierra” y sujeto a la muerte por el pecado, Él trajo un cuerpo “del cielo”, santo y vivificante.

Hijo de David por promesa divina, no por genética humana​

Un título mesiánico prominente de Jesús es “Hijo de David”.
Los evangelios inician afirmando a Jesús como hijo de David (Mateo 1:1) y varias personas lo aclamaron así (p.ej., Mateo 21:9).

¿Cómo puede Jesús ser descendiente de David si no tuvo padre humano y, según lo propuesto, su concepción no usó material genético de María?

La respuesta está en la promesa y el plan de Dios, más que en la genética.
Dios había jurado a David levantar un descendiente para sentarse en su trono eternamente.
En 2 Samuel 7:12-14 Jehová le dice a David: “...yo levantaré después de ti a uno de tu linaje... afirmaré su reino... Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo.
Esta profecía se cumple en Salomón y apunta al Mesías.
Obsérvese que Dios mismo sería padre de ese descendiente prometido, y el rey sería hijo de Dios (lo que ningún rey meramente humano cumplió plenamente).

El ángel Gabriel confirmó a María que su hijo cumpliría estas promesas davídicas: “el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará... y su reino no tendrá fin”.

Jesús, por tanto, es Hijo de David en el sentido de que hereda el trono y las promesas mesiánicas dadas a David, aunque no sea hijo carnal de José (descendiente directo de David).
José le dio legalmente a Jesús el linaje davídico y por eso Mateo traza la genealogía de Jesús hasta David a través de José (Mateo 1:16).
La Escritura enfatiza más el cumplimiento de la promesa que la transmisión sanguínea.

En Hechos, Pablo predica: “De la descendencia de éste [David], y conforme a la promesa, Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel”
Jesús es descendencia de David “conforme a la promesa”, es decir, porque Dios así lo prometió y lo cumplió milagrosamente, “levantando” a Jesús. La palabra “levantó” (griego anástēsen) sugiere la acción soberana de Dios para proveer al Mesías de David, más que un simple proceso natural.

Jesús cumple todas las profecías mesiánicas: nació en Belén, “ciudad de David” (Lucas 2:4-7), es llamado Hijo de David, y recibe el reino eterno.

Sin embargo, Él mismo insinuó que su relación con David excede la genética. Jesús preguntó: “¿Cómo, pues, David llamándole Señor, dice: ‘Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra...’? Pues David así le llama Señor; ¿cómo entonces es su hijo?” (Mateo 22:43-45 citando el Salmo 110:1).
La respuesta es que el Mesías es Señor de David en cuanto a su naturaleza divina y origen celestial, aunque hijo de David en cuanto a la promesa y la línea real.

En resumen, Jesús es “Hijo de David” por título mesiánico y cumplimiento profético, no porque tenga material genético de David.
Su venida cumplió la jurada palabra de Dios a David.
Dios se aseguró de encajar a Jesús legal e históricamente en la casa de David, sin requerir que fuera engendrado por José ni que compartiera la naturaleza caída.
Así, Cristo tiene origen 100% celestial y aun así legítimamente ocupa el lugar de descendiente de David por la palabra fiel de Dios (Lucas 1:32, Hechos 13:23.
 

El origen celestial del Mesías: el Segundo Adán del cielo​

La Escritura contrasta a Adán (cabeza de la humanidad caída) con Cristo (cabeza de una nueva humanidad redimida).
En 1 Corintios 15:45-47, Pablo escribe: “Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante... El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.”

Aquí se llama a Cristo “el postrer (último) Adán” y “el segundo hombre”.
Segundo no en orden cronológico de nacimiento humano, sino en categoría representativa: solo ha habido dos “hombres cabeza” de la raza: Adán y Jesús.
Adán fue hecho del polvo de la tierra (Génesis 2:7) y transmitió su naturaleza a su descendencia. Jesús en cambio “es del cielo” porque es el Verbo hecho hombre, indicando que su origen es completamente celestial.
Él no desciende de Adán en su concepción, sino que entra en la humanidad desde fuera, traído por Dios desde el cielo.

El texto incluso añade: “el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.”
Reconoce a Jesús como “el Señor” (título divino) venido de arriba.
Esta declaración derriba la noción de que Jesús sería un producto de la tierra.
Aunque verdaderamente vino en carne, asumió la condición humana, su procedencia es celestial en esencia y en cuerpo preparado.
Jesús mismo afirmó repetidamente su origen de lo alto: “Porque he descendido del cielo” (Juan 6:38), “Salí del Padre, y he venido al mundo” (Juan 16:28).
Estas palabras no se refieren solo a su naturaleza divina preexistente, sino también al acto de venir en carne.
El que “sale” del Padre y “viene” al mundo es el Verbo completo.

Por eso Jesús no fue una evolución progresiva ni una mezcla parcial: fue la llegada del Señor del cielo a la tierra en forma humana.

Jesús “descendió” a nuestro nivel sin dejar de ser quien era (Dios), pero en una naturaleza humana.
Sin embargo, esa naturaleza humana, aunque verdadera y completa, no provino de la corriente contaminada del pecado en la tierra, sino fresca y pura del cielo.

Así podía iniciar una nueva creación.
En Cristo comienza una humanidad nueva: Él es nuevo Adán, “espíritu vivificante” que comunica vida celestial a los que están unidos a Él (1 Corintios 15:45).
Su origen celestial garantiza que no arrastra la corrupción de Adán, sino que más bien trae vida de arriba.

Dios venido en carne: No una mezcla mitológica​

Las religiones paganas hablaban de héroes nacidos de dioses y mortales (semidioses), resultando en seres híbridos mitad divinos, mitad humanos.
El nacimiento de Jesús no tiene nada que ver con tales mitos.
La Biblia presenta a Jesús el hijo de un dios que se une físicamente con una mujer, sino como al verdadero Dios espiritual venido en forma humana.
“El Verbo fue hecho carne” significa que Dios se hizo hombre Él mismo, no que un dios produjo un hijo con una mujer.
No hay en el texto sagrado rastro de mezcla de “ADN divino” con ADN humano.
Más bien, lo divino se hizo humano en la persona de Jesús: Él es enteramente Dios hecho enteramente hombre.
P
ero su humanidad proviene enteramente de Dios.

El apóstol Juan fue tan celoso de afirmar la concepción genuina de Cristo que dio un criterio para discernir la verdad: “Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios” (1 Juan 4:2-3).

También advierte contra engañadores “que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne, llamándolos anticristos.

Esto subraya que Jesús vino real y plenamente en carne.
No era un ser celestial que aparentaba tener cuerpo (como decían los gnósticos), sino que vino en verdadera carne y sangre.
A la vez, ha venido implica que su origen es de fuera del mundo: vino desde Dios.
Cualquier idea de un Jesús parcialmente divino y parcialmente humano no concuerda con la Biblia.

Pablo también escribe: “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne...”.

Aquí se revela el corazón del misterio: Dios mismo se manifestó como hombre. Notemos que dice “fue manifestado”, no “fue creado” en carne. El Sujeto preexistente es Dios, quien se hace visible (se manifiesta) con un cuerpo humano.
No es que un hombre llegó a ser Dios, ni que surgió un ser híbrido novedoso por mezcla; es Dios entrando en nuestra esfera en la persona de Jesús.
Esa manifestación ocurrió en un momento definido –la concepción y nacimiento de Cristo–, no por etapas graduales. Jesús no fue primero un hombre que luego fue adoptado por Dios; Él nació ya como Dios venido en carne: “porque el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”.
Desde bebé era ya el Hijo divino humanado.

Por tanto, su concepción es única: Jesús es singularmente Dios-hombre.
“En él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9), sin que ello signifique una fusión confusa.
La Deidad de Cristo no absorbió ni anuló su humanidad (pues “habitó en carne” real, con limitaciones humanas), ni su humanidad disminuyó su Deidad.
Tampoco es un semidiós intermedio; es plenamente Dios y plenamente hombre.
No hay mitología aquí, sino verdad revelada: el Verbo tomó una humanidad preparada por el Padre, y nació de una virgen por el poder del Espíritu Santo.
Así, “el Verbo se hizo carne” de forma milagrosa y única en la historia.

Una humanidad nueva, sin mancha y de Dios mismo​


A diferencia de todos los descendientes de Adán, que nacen con una naturaleza caída y pecaminosa, Jesús nació santo, sin mancha de pecado.
Esto era imprescindible para que Él fuera el Salvador perfecto.
La Biblia enseña que Jesús “no conoció pecado” (2 Corintios 5:21), “no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1 Pedro 2:22).

¿Cómo escapó Jesús de la transmisión de la naturaleza pecaminosa que afecta a todo ser humano?

Precisamente por lo que hemos considerado: su humanidad es una nueva creación de Dios, no heredera de la corrupción de Adán. Romanos 8:3 explica: “Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne”.
Jesús vino “en semejanza de carne de pecado” – es decir, fue hecho carne humana igual a la nuestra en todo, excepto en lo tocante al pecado.
Era semejanza de carne de pecado, pero no carne pecaminosa en sí misma.
Tuvo un cuerpo verdaderamente humano, capaz de sufrir y morir, semejante al de cualquier hijo de Adán, pero sin la naturaleza de pecado que habita en nosotros.
De este modo, condenó al pecado en la carne, porque vivió en la carne humana sin pecar jamás, triunfando sobre la tentación y el pecado en nuestro terreno.

El ángel llamó a Jesús “el Santo Ser” desde antes de nacer.

Esa santidad desde la concepción indica la ausencia total de la depravación original.
La humanidad de Jesús fue directamente “sacada” de la santidad de Dios.
Como afirma Juan, “en él no hay pecado” (1 Juan 3:5).
Si Jesús hubiera sido formado por medio del óvulo de María unido a un gameto divino o algo semejante, su carne habría sido una mezcla de lo humano caído con lo divino.
Pero Dios hizo algo nuevo: la humanidad de Jesús provino enteramente de Dios, no de la naturaleza caída.
Así, Jesús pudo asumir nuestras debilidades (cansancio, hambre, la posibilidad de morir físicamente) pero sin el principio interno de rebeldía a Dios que todos heredamos.

Es importante notar que la madre de Jesús, María, era piadosa pero necesitaba salvación como cualquier ser humano.

Ella misma declaró: “Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”.
Al llamar a Dios “mi Salvador”, María reconoce su condición de pecadora necesitada de la gracia.
Luego añade: “Porque ha mirado la bajeza de su sierva”, aludiendo a su humilde estado.
Aunque fue bendita entre las mujeres por ser elegida como madre del Señor (Lucas 1:42-43), María era parte de la humanidad caída descendiente de Adán.
Sin la intervención milagrosa de Dios, cualquier hijo suyo heredaría esa misma naturaleza de pecado.
Pero la concepción virginal por el Espíritu impidió que la “bajeza” (estado pecaminoso) de María afectara al Hijo santo que en ella se gestaba.
Dios proveyó una naturaleza humana “nueva” para Cristo, una “nueva rama” surgida de la humanidad pero sin la savia amarga del pecado original.
Esto cumple también la figura mesiánica del renuevo o vástago nuevo del trono de David (Isaías 11:1); Jesús es ese renuevo justo, brotado milagrosamente por obra de Dios.

Así, Jesús es plenamente solidario con nosotros en su humanidad, excepto en el pecado.
La Epístola a los Hebreos lo expresa así: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades; sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado (Hebreos 4:15).
Su carne y su mente humana podían ser tentadas como las nuestras, pero al no poseer una naturaleza caída, no había en Él inclinación interna hacia el mal, y nunca pecó.
Esto lo hizo apto para ser el Cordero sin mancha que quita el pecado del mundo (Juan 1:29, 1 Pedro 1:19).
Su sangre no estaba contaminada por la mancha adámica; por eso pudo ofrecerse “sin mancha a Dios” purificando nuestras conciencias (Hebreos 9:14).

En síntesis, la Biblia revela que la humanidad de Jesús provino de Dios mismo en santidad.
No fue tomada de carne pecadora, sino “descendida del cielo”.
Es una humanidad nueva inaugurada en la historia.
Jesús es el nuevo Adán, cabeza de una nueva creación: “si alguno está en Cristo, nueva criatura es” (2 Corintios 5:17).

Como nuevo Hombre del cielo, Él puede regenerar al hombre terrenal.
Su carne glorificada es las “primicias” de una humanidad redimida (1 Corintios 15:20, 23).

¡Qué verdad tan profunda y consoladora!

Por eso Él pudo decir: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo” – su humanidad misma es nuestro pan de vida, porque vino intacta de la fuente de toda vida, Dios.
 

El origen celestial del Mesías: el Segundo Adán del cielo.........................................................................................................​

-Cuando ponés estos aportes tan largos, ¿de veras pensás que alguien tomará su tiempo leyéndolos?
 
-Cuando ponés estos aportes tan largos, ¿de veras pensás que alguien tomará su tiempo leyéndolos?
Yo por lo menos ..nunca leo ese tipo de pavadas argentinas ... yo creo que este burro porfiado @Salmos 1 escribe spam solo para que alguno lo reprenda y asi el tema se refresque subiéndolo ...

Es estrategia del burro ..no aporta nada.. el pasto seguirá siendo verde
 

Tomás una IA virgen y le preguntás cuando murió Jesús y te va a decir el viernes según los evangelios cristianos. Pero se lo preguntás a la mia y te responde un Jueves.​

Entendido...

Estas embruteciendo a tu inteligencia artificial.

Prestármelo un chino y no le cabrá duda alguna que Jesús murió un viernes..
 
Y así quedaste...

No te puedo abandonar.
Te amo demasiado.

Oh magnánimo forista que "amas demasiado"

Hipócrita.

Amar no es un acto cobarde como lo que haces, ni propicia el chisme ni habar a las espaldas de nadie, al amor no tiene dos caras, no sabes lo que es amar, Así que, " a otro perro con ese hueso bien roído".
 
-Cuando ponés estos aportes tan largos, ¿de veras pensás que alguien tomará su tiempo leyéndolos?
En realidad no es importante.
Yo los pongo para mi.
Porque al escribir cada palabra ejercito el pensamiento crítico y refuerzo mis conocimientos o mis dudas.
Y aparte todo lo que escribo lo reviso una o dos veces y si no me parece bien algo lo ajusto a mi mejor entender.
Por otro lado cada quien lee lo que le pueda interesar.
Yo leo todo o casi todo lo que viene dirijido a mi y a veces lo que les escriben a otros.
Este aporte en particular es una respuesta a @IBERO que tuve que dividir en dos no se porque.
Y como el se rió de mi creencia de que Jesús viene del cielo, está respuesta es para mi y para asegurarme de estar en lo correcto o no.
No me interesa especificamente que nadie me lea.
Por otro lado vos ya estás formado y muy claro en tus creencias pero yo no.
 
Entendido...
Estas embruteciendo a tu inteligencia artificial.
Prestármelo un chino y no le cabrá duda alguna que Jesús murió un viernes..
No es importante si murió un viernes o un lunes sino que murió.
Y aparte como vos me dijiste para ustedes es un asunto de liturgia y está bien.
Yo ni se que es eso.
A una IA no se la puede embrutecer porque es una herramienta con un banco de datos que se le provee para que trabaje con ellos.
Lo que hace con mucha velocidad es analizar patrones en la carga para copiarlos e imitarlos.
Nos puede dar la idea de que piensa por si misma pero lo hace copiando el como lo hacemos nosotros.
Y como dijimos se la puede hasta direccionar mediante instrucciones.
Con todo, todavía no maneja bien el acceso a resultados por temas de memoria o mejor dicho de espacio físico real.
Otra manera de trabajar con la IA es preguntándole acerca del resultado.
Por ejemplo:
¿En base a que información me respondés que es viernes?
Y te da detalle de como armó la respuesta.
Luego podés decirle:
No quiero que tomes la creencia popular, ni la tradición, ni ninguna interpretación de la web, ni a los llamados padres de la iglesia.
Necesito que lo deseches todo y solo te remitas a la RVA de 66 libros.
Luego le repetís la misma pregunta y te vuelve a decir el vierne.
Ahí le pedís en que apoya su conclusión y esta vez te devuelve solo versículos biblicos.
Saludos
 
En realidad no es importante.
Yo los pongo para mi.
Porque al escribir cada palabra ejercito el pensamiento crítico y refuerzo mis conocimientos o mis dudas.
Y aparte todo lo que escribo lo reviso una o dos veces y si no me parece bien algo lo ajusto a mi mejor entender.
Por otro lado cada quien lee lo que le pueda interesar.
Yo leo todo o casi todo lo que viene dirijido a mi y a veces lo que les escriben a otros.
Este aporte en particular es una respuesta a @IBERO que tuve que dividir en dos no se porque.
Y como el se rió de mi creencia de que Jesús viene del cielo, está respuesta es para mi y para asegurarme de estar en lo correcto o no.
No me interesa especificamente que nadie me lea.
Por otro lado vos ya estás formado y muy claro en tus creencias pero yo no.
-Entiendo lo útil que pueda resultarte este ejercicio, pero no va con las finalidades expresas del Foro.
-Vos podés escribir todo en Word, formando una carpeta que al engrosarse pueda componer un libro que hasta podés publicar, sea en Internet o por alguna editorial interesada.
-A mí me anima cuando escribo una premisa en tres o cuatro líneas y varios la contestan.
-Si me excedo un poco más, suelen leerla pero no la comentan.
 
-Entiendo lo útil que pueda resultarte este ejercicio, pero no va con las finalidades expresas del Foro.
Tengo entendido que el foro no es un chat y que los temas son estudios o planteos bien desarrollados y para debatir.
-Vos podés escribir todo en Word, formando una carpeta que al engrosarse pueda componer un libro que hasta podés publicar, sea en Internet o por alguna editorial interesada.
Te entiendo pero yo escribo acá para aumentar la oferta de mejores respuestas.
Eso beneficia también al foro.
Sino se llena de basura o de respuestas muy light.
-A mí me anima cuando escribo una premisa en tres o cuatro líneas y varios la contestan.
Que bueno.
-Si me excedo un poco más, suelen leerla pero no la comentan.
Tal vez porque son las mejores y enseñan mas que incitar pelea.
 
En el vientre de María no hubo Partenogénesis ni clonación pero tampoco hubo fecundación.
En los humanos la fecundación es necesaria para que ocurra la VERDADERA concepción.
Y para que haya fecundación no solo se necesita un óvulo sino también un espermatozoide.
Como es habitual, te respondes a ti mismo:

1) Niegas el embarazo de María.
2) Afirmas que la verdadera concepción es una fecundación.
3) Afirmas que para que exista "verdadera fecundación" se necesita óvulo y espermatozoide.

Vamos, que tienes la cabeza con un lío monumental.

Cuando dice la Biblia "quedó encinta del Espíritu Santo", para ti esto no es cierto porque "no hubo verdadera fecundación".

Pero claro, María tuvo un niño así que, según tu teoría, aunque María no tuvo "verdadera fecundación" (y por tanto esto de "quedó encinta" es mentira), hay que explicar lo del niño. Como no hubo "verdadera fecundación" nos inventamos una "semilla humana" (sea esto lo que tu manual de ciencia ficción quiera decir)que "milagrosamente se adhiere al útero de María".

La misteriosa "semilla humana" de Salmo que consigue que no haya "verdadera fecundación", pero aún así consigue que Salmo crea (por por una psicología realmente extraña) que no incurre en una negación directa del texto bíblico.

Amor,
Ibero